Graham observó el tobillo de Ana y ella arrugó la cara, pero él fue delicado al revisarlo, acarició su pie admirando sus uñas pintadas de rojo y la piel brillante de sus piernas. Ana notó la apreciación del hombre y sonrió con picardía. — ¿Quieres pastel? —Le ofreció valiéndose de un lenguaje de señas y él negó con la cabeza, tomó el plato y le dio a ella en la boca. Ana sonrió y se dejó alimentar. Ana le pidió su teléfono con señas y Graham sonrió y se lo dio. Ana copió su número y devolvió. —No sé cómo no pensé antes en esta manera de comunicarnos. Ana escribió en su teléfono y envió el mensaje traducido a Graham. “¿La fiesta está aburrida?” Graham negó con la cabeza. “Perdón por sacarte de la fiesta” Graham sonrió y escribió: “Me dio pesar que no probaras el pastel” Ana sonrió. —Zenkiu mister —Ana achicó los ojos y escribió en su teléfono y envió mirándolo con picardía. “Ya has decidido no ignorarme” Graham frunció el ceño y respon
Marina rio con ironía. — ¿Para qué? Me has dicho que tampoco quieren nada que ver conmigo. ¿O es que el sexo está fuera de lo que implica tener “algo”? —Sabes perfectamente a qué me refiero, no te hagas la inocente —contestó Gavin con impaciencia—. ¿Acaso pensaste que te proponía una relación sentimental? Marina dio un paso atrás. —Yo tengo motivos más que suficientes para no querer ni una relación sentimental, ni puramente sexual contigo, que me plantees semejante acuerdo es más que una desfachatez. Gavin alzó las cejas mirándola con esa expresión de superioridad que tanto le molestaba. —Entonces Marina ¡¿Qué te importa con quién tengo sexo?! Marina apretó los puños furiosa. —Me importa un “caralho”. Me molesta tu arrogancia al creer que yo… —Concordamos en que no queremos tener nada y punto ¿Te parece? —Le interrumpió Gavin arrepentido de contemplar algo más íntimo con ella. —Por supuesto que me parece, es lo que quiero, así que ten claro que no pu
Al siguiente día Marina despertó y vio a Gavin ajustándose el kilt frente al espejo, ya las almohadas estaban en su lugar. Marina mordió sus labios, dejada llevar por el orgullo había hecho que Gavin durmiera en el suelo de su propia alcoba, aunque con bastante colchas y almohadas, incómodo no durmió. Así que se levantó de buen humor. —Buenos días —saludó a Gavin y él hizo un gesto con la cabeza, seguía molesto con ella, la vio a través del espejo cuando pasó detrás de él. Gavin volteó a observar sus piernas y como se marcaba su trasero redondo en el short de satín. Disfrutó los cinco segundos que tardó en cerrar la puerta del baño. —A dónde has llegado, viendo como tonto un par de piernas —se recriminó a sí mismo. Salió de la habitación cuando escuchó el sonido de la regadera, lo más sano era conservar la distancia. Vio que Cris seguía dormido y fue a su oficina y mandó a buscar a Graham. Graham entró con ojeras marcadas y evidente cansancio. — ¿Resaca?
—Yo me retiro, Camila ¿por qué no me acompañas y dejamos al jefe y a su esposa? —Le pidió Graham. —Debo tener unas palabras con nuestro jefe de clan —respondió Camila sin mirar a su hermano, miraba a Gavin directamente a los ojos. Marina se adelantó —En realidad yo venía a buscar a Graham, me dijeron que estaba aquí y quiero que vea a Cris —manifestó Marina sin mirar a Camila. —Si Cris se despertó iré a evaluarlo —respondió Graham. —Y yo tengo mucho trabajo con el nuevo proyecto de cooperación, necesitaré varias cosas Gavin —Advirtió Marina con buena disposición, incluso se veía ansiosa. Gavin achicó los ojos, no confiaba en Marina lo suficiente y lo que vio como algo beneficioso ahora no sabía si era cuchillo para su garganta, pero ya no podía retractarse, así que solo afirmó con la cabeza. Marina salió con prisa de la oficina. Camila miró a su hermano y Graham suspiró y salió de la oficina cerrando la puerta. Camila con los puños apretados observó a Gavin
Marina estaba muy contenta, los estudios de Cris reflejaban una mejora y aunque faltaban los resultados de los exámenes especiales tenía fe de que su hijo iba en camino a la recuperación. Fiona la tía de Gavin resultó ser excelente con los niños y Cris estaba encantado con ella escuchando historias de legendarios guerreros del clan, se ayudaba con un libro con imágenes y ya Cris empezaba a entenderle el idioma. Cuando Marina orgullosa le comentó que Gavin decía que Cris era un genio, Fiona no lo puso en duda. —Se parece mucho a Anderson, estoy muy agradecida con Dios porque le dio una segunda oportunidad a Gavin con Cris. —Él lo quiere mucho. Fiona frunció el ceño. —Entiendo que para ti no fue fácil, pero me alegro que hayas venido con el niño. Marina se puso roja de vergüenza. Era obvio que Fiona pensaba que ella había tenido una aventura con Gavin estando recién casada. —Doña Fiona, Cris no fue planeado, la vida a veces nos lleva por caminos extraños y pues
— ¡Hiciste trampa! Marina impresionada escuchó la declaración desesperada a su lado de su recién estrenado esposo muy nerviosa trató de calmarlo para que se fueran del casino. —Quiero salir, amor… — ¡Cállate! Marina jamás olvidaría la cara de su marido al levantarse de la mesa de tapete verde, tenía el rostro del mismo color. Él se limitó a ignorar sus súplicas y se enfrentó a su contrincante. — ¡Es una trampa! —volvió a gritar él antes de arrojar las cartas a la mesa. —Así es el juego muchacho —respondió su contrincante encendiendo un puro, lucía muy complacido. —No pienso pagarte, ¡amañaste el juego! Marina tomó el brazo de su marido y dio un alarido cuando vio que un hombre al que no habían prestado atención sacó un arma y la apuntó a la cabeza de su esposo. Otro hombre la abrazó por detrás y tapó su boca. El contrincante se puso de pie y ajustó su saco antes de enfrentar a su marido. —Así no funciona, tú jugaste, perdiste y pagarás. —¡No
—¡¡AUXILIO, JOSÉ MANUEL!! —Marina gritó y forcejeó, pero todo fue inútil, la sujetaron dos hombres fornidos y la llevaron detrás del escenario, la mujer que organizaba tras bastidores se le acercó con una inyectadora y nada pudo hacer Marina para evitar que le aplicaran la inyección en el brazo, empezó a sentirse mareada. Todo era confuso, las luces más intensas, los sonidos más fuertes, todos sus sentidos estaban al tope, no perdió el conocimiento, pero no podía negarse a que la llevaran. —Nnnoo, no quiero, su-suéltenme —seguía diciendo, pero colaboraba con sus captores aunque no quería. Finalmente la sacaron de allí y muy rápido la subieron a un helicóptero. Marina muerta de miedo se defendió arañando los brazos de los hombres en vano hasta que poco a poco perdió el conocimiento… Al despertarse de nuevo, Marina sentía un profundo letargo y no podía ver nada, una venda cubría sus ojos, quiso retirarla y sus manos estaban atadas, también sus pies. — ¿Dónde estoy
— ¡Marina! ¡Perdóname! Realmente no sabía que terminaría así... ¡Marina! En cuanto Marina regresó a Río de Janeiro, José Manuel la esperaba en el aeropuerto con un ramo de flores y cara de pena. Marina no quería verlo. —Marina, por favor, era un asunto de vida o muerte, entiende que si estamos vivos fue gracias a tu sacrificio… —Quiero el divorcio. — ¡Marina! Marina no soportaba verlo, se sentía muy perturbada, en cuanto su padre la vio regresar de su luna de miel a su casa enfureció. — ¿Qué te hizo ese imbécil? Yo lo sabía, ustedes son unos niños, tú apenas tienes 18 años, no debiste casarte con ese inmaduro. Marina no respondió, continuó hasta su habitación y cerró la puerta. Un mes después, Marina continuaba negada a vivir una vida normal y cada vez que veía llegar el auto de José Manuel a la puerta de su casa corría a encerrarse en su habitación. José Manuel había dicho que Marina fue víctima de un secuestro y el padre de Marina y su madrastra que