Elizabeth salió del hospital al día siguiente, Gavin y Marina no se despegaron de ella. Aunque Elizabeth quería saber de Kendrick no podía preguntar a sus padres, apenas llegaron al castillo, Marina le insistió en que fuera a su habitación a descansar. —No mamá, por favor, me duele la espalda de tanto estar acostada. — ¿Te duele la espalda?, entonces quizás debas tomar un relajante muscular —dijo Gavin y sacó su teléfono celular para llamar a Graham… —No papá estoy bien, de verdad no molestes al tío Graham. Solo quiero dedicarme a mis ocupaciones… —No hay ninguna necesidad, yo me encargo. —Papá, si no soy ya la esposa de Kendrick MacTavish sigo siendo jefa del clan, ¿o no? —Hay cosas que debo solucionar antes. —Papá, deja de ocultarme cosas, dime de una vez que ocurre. ¿Se trata de los forajidos? —Para nada, eso está muy bien, Graham se encarga de la búsqueda de rezagados, pero están por completo desmantelados, los que estaban en la clínica del clan MacTa
Kendrick miraba a Angélica bajo una nueva luz, como si antes hubiera tenido una venda en los ojos y solo escuchara su linda voz y sintiera su exquisito aroma, pero sin poder verla realmente. —Kendrick, los MacLeod se han aprovechado de su poder, se han perpetuado en él y no somos rivales para ellos, pero tú fuiste más inteligente, te metiste entre ellos. Estoy segura que esa tonta se enamoraría de ti, solo con demostrársele lo buen amante que eres. —Para, para, para… —Expresó Kendrick con las palmas en alto—. Manipulé a los MacLeod, es cierto, pero no para burlarme de Elizabeth, ella es inocente. — ¡¿Inocente?! Yo soy inocente, Gavin asesinó a mi padre quitándome la posibilidad de ser jefa, Elizabeth MacLeod es una perra usurpadora… — ¡Yo solo quería irme lejos de todo eso contigo! No creí que tú quisieras tomar el clan MacLeod, ese era el deseo de grandeza de tu madre, por el que te hizo sufrir… Angélica estiró sus manos y las puso en sus mejillas. —Nosotros merece
Elizabeth y Mairi estaban en el estudio del jefe de clan en el castillo, trabajando en un proyecto de reincorporación de los forajidos a la sociedad. Mairi se desempeñaba como miembro del consejo del clan en un lugar sin título y nunca antes visto, aunque su lugar debería ser la de segunda al mando, ya que no estaba preparada como Elizabeth para tomar la jefatura, ella no quería hacer sentir a Marcelo degradado. Aunque Marcelo no había objetado por su presencia, es más ni siquiera notaba su mera existencia. No es que Mairi buscara que las cosas fueran diferentes igualmente, bastaba con que Marcelo llegara a la sala para que ella encontrara un motivo para irse o sencillamente se quedara mimetizada con el mobiliario. A Mairi le gustaba trabajar con Elizabeth, por primera vez veía posible hacer una diferencia, cosas con las que ni siquiera se atrevía a soñar. —Mairi, me parece genial la idea de la escuela de aptitudes, mi madre puede dirigirla, es algo que nos dará benefic
Marcelo se tragó sus reservas en cuanto a Mairi, no podía dejar que su hermana asistiera sola al clan MacTavish, la última vez que estuvieron allá fueron secuestrados. Cuando estuvieron listos para salir, Alec Cameron y Gavin Cameron venían llegando con Graham y Alistair. — ¿Dónde dejaron a mi papá? —Preguntó Elizabeth. Graham miró a Alistair, pero fue por algo tan breve que Elizabeth no pudo identificar si ocultaban algo. —Se fue de escapada con Marina —contestó Graham. —Qué raro que no me dijeran nada —murmuró Elizabeth. —Es usted la jefa, señorita, estará bien sin sus padres —le indicó Gavin haciéndole un guiño. —En realidad quería que le pidieran permiso —dijo Alec riendo. Elizabeth puso las manos en sus caderas. —Aún estoy molesta contigo Alec. —Eso no es raro en realidad, parece que es el año de estar molesto con Alec —murmuró el aludido. —No todos somos tu madre que te ve perfecto —espetó Alistair. —Hasta mi madre está molesta conmigo. —Po
El problema para Gavin es que no confiaba en Kendrick MacTavish, esperaba que le saliera con alguna propuesta de negocios, y no es como pensó precisamente. Que ofreciera entregar a los forajidos era demasiado. — ¿Me crees idiota? Que los años me hayan ablandado no quiere decir que no pueda destruirte. —No te miento, si no te necesitara no te habría buscado… —Te fuiste de tu clan para involucrarte de nuevo con los forajidos. Lo que parece es que tú los diriges. —Es exactamente lo que hago, y te los entregaré. Gavin no podía creer lo que escuchaba, se levantó de su silla. —Juntaste escoria que logró escapar y te siguieron, ¿ahora los traicionarás a ellos? —expresó Gavin con desprecio. —Los entregaré a todos.—Irás a prisión entonces, esta vez no podré hacer nada. Kendrick negó con la cabeza. —Yo no iré a prisión, escúcheme bien jefe Gavin, no se me da bien el papel de mártir. No tengo que regresar a ser jefe de mi clan, pero entregaré a los verdaderos
La amenaza de Angélica MacLeod había alcanzado su punto máximo. Su plan para envenenar la represa que abastecía de agua a los tres clanes era una maniobra desesperada y peligrosa. Gavin, contactó a Kendrick en la noche, el momento había llegado. —Confiaré en ti una vez más MacTavish —declaró Gavin con voz dura—. No es algo cómodo, mucho menos fácil. Si me traicionas puede que muera, pero será lo último que hagas. —Mi meta en la vida no es destruirlo a usted, jamás lo fue. —Entonces ¿Qué haremos? —He tratado de convencer a Angélica de no hacerlo, he de confesar que aun no pierdo la esperanza, si la hago entrar en razón y al momento de la verdad renuncia a cometer este asesinato en masa, la apoyaré para que sea perdonada. Gavin negó con la cabeza. —Debes aprender a soltar, es un cliché escuchar que el amor hace cambiar a la gente, pero eso no es cierto, la psiquis es algo demasiado entramado. —Ella es solo una muchacha, creció con una familia disfuncional, yo cr
Elizabeth y Marcelo bajaron del helicóptero y corrieron hacia su madre. Marina abrazó a sus hijos con los ojos llenos de lágrimas. —Ya vienen los demás —informó Marcelo, allá se quedaron Camila y Alistair, atentos a si debe suspender el agua y dar suministros a los clanes. —Sé que lo has hecho bien mi amor —contestó Marina acariciando la mejilla a Marcelo que tanto se parecía a Gavin, mirarlo le daba una profunda tristeza, como si nunca más podría volver a ver a Gavin. —Cuéntanos todo mamá —suplicó Elizabeth. —Kendrick llamó a tu padre, lo citó aquí. Angélica quiere envenenar el agua en los clanes, Kendrick dijo que trataba de evitarlo. — ¿Mi padre confió en Kendrick? —Preguntó Elizabeth sin poderlo creer. Marina afirmó con la cabeza. —Está colaborando con las autoridades desde que se fue de su clan. Las autoridades se acercaban sigilosamente. Habían preparado un perímetro alrededor del campamento, listos para intervenir al menor indicio de traición por par
Elizabeth no imaginó ver a Kendrick esta noche, mucho menos junto a su padre. —Me alegra que estés bien —dijo Elizabeth y Kendrick desvió la mirada. Elizabeth sintió su corazón arrugarse, era obvio que Kendrick no estaba bien, ella quisiera darle consuelo, pero no puede. —Ya la policía le informó a mi madre de lo qué pasó. Kendrick subió los hombros. —Todo salió bien —resumió él. Elizabeth mordió sus labios, quería ser más noble, pero en realidad ya no podía. —Sé que te sientes mal con los resultados, pero en verdad me alegro de que Angélica esté detenida. —Cada quien tiene lo que se merece, era una frase célebre usada por mi madre. Yo como siempre rebelde la detestaba, aún lo hago, pero es la innegable verdad. Gavin estuvo libre de Marcelo y Elizabeth fue hacia él y lo abrazó, lloró en su pecho por el alivio de tenerlo sano y salvo. Su padre era su apoyo más grande, la roca en quien se sujetaba. —No nos vuelvas a hacer esto papá, no quiero que vuelvas