Elizabeth y Mairi estaban en el estudio del jefe de clan en el castillo, trabajando en un proyecto de reincorporación de los forajidos a la sociedad. Mairi se desempeñaba como miembro del consejo del clan en un lugar sin título y nunca antes visto, aunque su lugar debería ser la de segunda al mando, ya que no estaba preparada como Elizabeth para tomar la jefatura, ella no quería hacer sentir a Marcelo degradado. Aunque Marcelo no había objetado por su presencia, es más ni siquiera notaba su mera existencia. No es que Mairi buscara que las cosas fueran diferentes igualmente, bastaba con que Marcelo llegara a la sala para que ella encontrara un motivo para irse o sencillamente se quedara mimetizada con el mobiliario. A Mairi le gustaba trabajar con Elizabeth, por primera vez veía posible hacer una diferencia, cosas con las que ni siquiera se atrevía a soñar. —Mairi, me parece genial la idea de la escuela de aptitudes, mi madre puede dirigirla, es algo que nos dará benefic
Marcelo se tragó sus reservas en cuanto a Mairi, no podía dejar que su hermana asistiera sola al clan MacTavish, la última vez que estuvieron allá fueron secuestrados. Cuando estuvieron listos para salir, Alec Cameron y Gavin Cameron venían llegando con Graham y Alistair. — ¿Dónde dejaron a mi papá? —Preguntó Elizabeth. Graham miró a Alistair, pero fue por algo tan breve que Elizabeth no pudo identificar si ocultaban algo. —Se fue de escapada con Marina —contestó Graham. —Qué raro que no me dijeran nada —murmuró Elizabeth. —Es usted la jefa, señorita, estará bien sin sus padres —le indicó Gavin haciéndole un guiño. —En realidad quería que le pidieran permiso —dijo Alec riendo. Elizabeth puso las manos en sus caderas. —Aún estoy molesta contigo Alec. —Eso no es raro en realidad, parece que es el año de estar molesto con Alec —murmuró el aludido. —No todos somos tu madre que te ve perfecto —espetó Alistair. —Hasta mi madre está molesta conmigo. —Po
El problema para Gavin es que no confiaba en Kendrick MacTavish, esperaba que le saliera con alguna propuesta de negocios, y no es como pensó precisamente. Que ofreciera entregar a los forajidos era demasiado. — ¿Me crees idiota? Que los años me hayan ablandado no quiere decir que no pueda destruirte. —No te miento, si no te necesitara no te habría buscado… —Te fuiste de tu clan para involucrarte de nuevo con los forajidos. Lo que parece es que tú los diriges. —Es exactamente lo que hago, y te los entregaré. Gavin no podía creer lo que escuchaba, se levantó de su silla. —Juntaste escoria que logró escapar y te siguieron, ¿ahora los traicionarás a ellos? —expresó Gavin con desprecio. —Los entregaré a todos.—Irás a prisión entonces, esta vez no podré hacer nada. Kendrick negó con la cabeza. —Yo no iré a prisión, escúcheme bien jefe Gavin, no se me da bien el papel de mártir. No tengo que regresar a ser jefe de mi clan, pero entregaré a los verdaderos
La amenaza de Angélica MacLeod había alcanzado su punto máximo. Su plan para envenenar la represa que abastecía de agua a los tres clanes era una maniobra desesperada y peligrosa. Gavin, contactó a Kendrick en la noche, el momento había llegado. —Confiaré en ti una vez más MacTavish —declaró Gavin con voz dura—. No es algo cómodo, mucho menos fácil. Si me traicionas puede que muera, pero será lo último que hagas. —Mi meta en la vida no es destruirlo a usted, jamás lo fue. —Entonces ¿Qué haremos? —He tratado de convencer a Angélica de no hacerlo, he de confesar que aun no pierdo la esperanza, si la hago entrar en razón y al momento de la verdad renuncia a cometer este asesinato en masa, la apoyaré para que sea perdonada. Gavin negó con la cabeza. —Debes aprender a soltar, es un cliché escuchar que el amor hace cambiar a la gente, pero eso no es cierto, la psiquis es algo demasiado entramado. —Ella es solo una muchacha, creció con una familia disfuncional, yo cr
Elizabeth y Marcelo bajaron del helicóptero y corrieron hacia su madre. Marina abrazó a sus hijos con los ojos llenos de lágrimas. —Ya vienen los demás —informó Marcelo, allá se quedaron Camila y Alistair, atentos a si debe suspender el agua y dar suministros a los clanes. —Sé que lo has hecho bien mi amor —contestó Marina acariciando la mejilla a Marcelo que tanto se parecía a Gavin, mirarlo le daba una profunda tristeza, como si nunca más podría volver a ver a Gavin. —Cuéntanos todo mamá —suplicó Elizabeth. —Kendrick llamó a tu padre, lo citó aquí. Angélica quiere envenenar el agua en los clanes, Kendrick dijo que trataba de evitarlo. — ¿Mi padre confió en Kendrick? —Preguntó Elizabeth sin poderlo creer. Marina afirmó con la cabeza. —Está colaborando con las autoridades desde que se fue de su clan. Las autoridades se acercaban sigilosamente. Habían preparado un perímetro alrededor del campamento, listos para intervenir al menor indicio de traición por par
Elizabeth no imaginó ver a Kendrick esta noche, mucho menos junto a su padre. —Me alegra que estés bien —dijo Elizabeth y Kendrick desvió la mirada. Elizabeth sintió su corazón arrugarse, era obvio que Kendrick no estaba bien, ella quisiera darle consuelo, pero no puede. —Ya la policía le informó a mi madre de lo qué pasó. Kendrick subió los hombros. —Todo salió bien —resumió él. Elizabeth mordió sus labios, quería ser más noble, pero en realidad ya no podía. —Sé que te sientes mal con los resultados, pero en verdad me alegro de que Angélica esté detenida. —Cada quien tiene lo que se merece, era una frase célebre usada por mi madre. Yo como siempre rebelde la detestaba, aún lo hago, pero es la innegable verdad. Gavin estuvo libre de Marcelo y Elizabeth fue hacia él y lo abrazó, lloró en su pecho por el alivio de tenerlo sano y salvo. Su padre era su apoyo más grande, la roca en quien se sujetaba. —No nos vuelvas a hacer esto papá, no quiero que vuelvas
Un nuevo orden se fue instaurando en los clanes. Kendrick terminó regresando a su clan y asumió la jefatura junto a su hermano, en el clan Cameron Alistair se encargaba, pero celebrarían la transferencia de jefatura a Alec, quien finalmente había decidido quedarse para que sus padres fueran libres de ir y venir. Así que se preparaba la fiesta para Alec. Elizabeth lo vio desde una ventana caminar por el sendero que llevaba a la capilla del clan MacLeod y decidió ir a hablar con él. — ¡Jefe Alec! —Gritó desde la ventana. Alec rodó los ojos y la esperó. Elizabeth llegó junto a él que tenía el ceño fruncido y los hombros caídos. —Tu entusiasmo es notable —enfatizó ella. —No me digas —respondió él. —Alec, si no quieres hacerlo, yo tomaré la jefatura de manera provisional como lo hizo mi padre. Ahora no solo tengo a Marcelo y a Gabriela, también está Mairi que es muy competente… Alec negó con la cabeza y abrazó a Elizabeth por la cintura para que siguieran cami
Como bien lo describió Elizabeth, nadie era capaz de resistirse a Gabriela, esa noche los más jóvenes en el castillo tenían una noche de práctica, previo al baile. Marina y Gavin, Ana y Graham, Camila y Alistair con Fiona y Ewan observaban a los jóvenes riendo desde la planta alta. —Gavin nosotros éramos tan idiotas como nuestros hijos a su edad. —Sin duda tú eres más idiota que Alec —respondió Gavin haciendo reír a los demás. —Gavin tiene razón —concedió Camila. Alistair no hizo caso de las puyas, continuaba mirando a los jóvenes bromear como niños. —Han tenido una niñez más cuidadosa que nosotros, a la edad de ellos nosotros no teníamos tiempo de meter la pata, ya éramos jefes de nuestros clanes. —También nos comparamos como niños Alistair, recuerda nuestra absurda rivalidad. —Ya yo era madre a la edad de Elizabeth, y no disfruté nada mi juventud, me alegra que ellos puedan reír como si fueran niños, ya son responsables y la vida que les espera no es sencilla