Elizabeth se echó atrás y Kendrick espabiló al sentir el rechazo. —Eres un hipócrita Kendrick MacTavish. — ¿Qué?... —Amas a Angélica, pero me seduces, tuviste relaciones con su madre y en general te declaras un mal hombre. Kendrick se quedó sin palabras. —Yo solo… —Sí lo sé, como te dije que estaba enamorada de ti cuando era adolescente, como estamos aquí solos, porque he sido amable contigo ya crees que tienes derecho a jugar conmigo. —No planeaba violarte. — ¡Pues te equivocaste, no soy la clase de mujer que se entrega por aburrimiento! —Le gritó Elizabeth y por el esfuerzo se empezó a poner morada. —Está bien, perdón, me alejo de ti. Kendrick se levantó de la cama. —Solo coqueteaba un poco, no es para que te pongas así. —Qué bonita manera de amar tienes Kendrick —cuestionó Elizabeth—. ¿Solo coqueteabas? Tú no tienes idea de lo que es el amor. — ¡¿Y acaso tú sí?! ¿Qué sabes tú del amor? ¿Dónde está tu gitano? Te casaste conmigo y él bien gracias,
Elizabeth despertó viendo mucho mejor, solo los bordes de su visión se mantenían borrosos, como si mirara a través de un visor sucio. Kendrick estaba en la cocina y le daba la espalda. Elizabeth se levantó y Kendrick volteó y de inmediato se acercó a ella para ayudarla a caminar. —Con cuidado ¿Estás mareada? Hemos dormido casi el día entero. —Estoy bien —respondió Elizabeth y su voz sonó más dura de lo que planeaba—. Es decir, gracias, solo deseo ir al baño. Kendrick sonrió. —Pues después de tanto té es normal. Elizabeth no emitió opinión y caminó a paso lento hasta el baño. Una vez bañada se colocó una bata de baño y se miró al espejo para peinarse. Negó con la cabeza. — ¿Por qué será que siempre debo tener este aspecto de cadáver cuando estoy con él? Elizabeth cerró los ojos y le dio la espalda al espejo. —Eres en verdad muy tonta Elizabeth MacLeod, Kendrick MacTavish no es bueno para ti, ni para nadie —se dijo a sí misma tratando de convencerse
Kendrick no sabía que iba a pasar con su vida, estaba seguro de que Gavin MacLeod lo hundiría en prisión y se quedaría con el yacimiento de cuarzo, solo necesitaba que quedara algo para su hermano. Él ya no importaba, claro que buscaría a Angélica, lamería sus heridas con la única mujer que lo ha entendido, porque tenía esperanza de que ella no lo hubiera traicionado. Pero eso no era problema de Elizabeth. — ¿Qué puedo ofrecer yo a mi clan Elizabeth? No pudiste ver mucho de mi clan, pero casi se extingue en mis manos, posiblemente lo hizo con el ataque de Maggi —Kendrick negó con la cabeza—. Tienes razón en tener prisa de alejarte de mí. Elizabeth le dio la espalda y que horrible el sentimiento que experimentaba, tanta rabia porque aunque Angélica era la culpable de todo, él se mantiene leal a ella. Elizabeth escuchó la puerta cerrarse y amargas lágrimas recorrieron sus mejillas. Estaba celosa y no era justo. —Él no vale la pena, no es el hombre que idealicé, del muc
Elizabeth y Kendrick se separaron bruscamente al ver entrar a Gavin y Graham. Ambos hombres traspasaron el umbral con miradas de desaprobación fijas en la joven pareja. Gavin, con el rostro endurecido por la furia, avanzó hacia ellos. Alistair y Amish entraron también a la cabaña sin imaginar que estaba ocupada. —Has hecho muchos arreglos a la cabaña es ahora un nido de amor… Las palabras de Alistair murieron en sus labios al ver a la joven pareja, pasó una mano por su cabello sintiéndose muy incómodo. —Para enamorados —susurró Amish completando la frase inconclusa de Alistair. —¿Se puede saber qué demonios está pasando aquí? —La voz de Gavin resonó en la pequeña cabaña, cargada de ira contenida—. Hemos pasado más de dos días buscándolos.Kendrick se puso de pie de inmediato, alzando las manos de manera conciliadora. —Mantengamos la calma, nos han pasado muchas cosas. Gavin tomó a Kendrick por la pechera. — ¡Y lo que aún te espera! —Papá, déjame explica
Kendrick estaba cansado, preocupado por Elizabeth pues cuando llegaron las camionetas para trasladarlos al hospital Gavin la había cargado. El cuerpo de Elizabeth estaba muy fatigado, el veneno en ella había afectado el sistema nervioso al comprometer los músculos alrededor del corazón. Solo pensar que si Maggi no hubiera sido la sádica que era le hubiera podido acertar la estocada en el corazón lo llenaba de remordimiento. Elizabeth no merecía haberse visto envuelta en su desastre. En el hospital después de ser evaluado y atendido fue escoltado por Graham MacLeod que ahora llevaba bata médica a un salón de reuniones, dentro estaban Gavin, Marina sentados en la punta de la mesa, de pie estaban Alec Cameron junto a su padre Alistair. Alec al ver a Kendrick se le fue encima. —Eres un desgraciado. ¡Me engañaste! Te aprovechaste de mi prima… Kendrick que ahora llevaba un cabestrillo sonrió con impertinencia. ¿Qué más le quedaba? —No necesitaban ser tantos par
Elizabeth estaba en el bosque con Kendrick, corrían tomados de la mano. Elizabeth no sabía si huían. Él no le explicaba, solo la llevaba de la mano y corría… Entonces fueron rodeados por forajidos y Maggi junto a Angélica emergieron detrás de ellos, como centinelas que daban la cara solo para presenciar su captura. Elizabeth haló la mano de Kendrick para que corrieran en dirección contraria, pero él quería ir con Angélica y de la nada un lobo le brincó encima. — ¡Kendrick! —Elizabeth abrió los ojos de golpe y vio a su amiga Gabriela junto a ella. —Elizabeth, cálmate, él está bien. —Fue un sueño —susurró Elizabeth y se dejó caer en la cama y puso su mano en su pecho, su corazón latía desbocado. Elizabeth miró a su alrededor, ya no estaban en la cabaña de Ewan, esto era una habitación de hospital. —Gabriela, no recuerdo haber llegado aquí. —Tienes una herida infectada, secuelas de veneno y no sé qué más, nos diste un susto tremendo —le informó su amiga y la abrazó
Elizabeth se quedó dormida cuando el cansancio la venció y sus lágrimas se agotaron, su madre se había quedado con ella, arrullandola y consolandola, aún se encontraba débil y los médicos recomendaron una noche más de observación, pues detectaron niveles de anemia y solo por precaución prefirieron mantenerla en el hospital. Después de todo, jamás tuvieron una paciente que sobreviviera al potente veneno que usaban los forajidos. —Kendrick MacTavish se fue bajo su propia responsabilidad y así lo prefiero. Al menos le queda algo de vergüenza —comentó Gavin con Camila y Alistair en la sala de espera. —No me pareció mal muchacho, muy serio y orgulloso, pero así era Liam —consideró Alistair—. ¿Acaso no lo recuerdas Gavin? Con Liam MacTavish jamás se sabía si contarías con un apretón de manos o un golpe. —Liam MacTavish tenía honor, es cierto que era desconfiado e indescifrable, pero su palabra era de fiar. —No por hacer de abogado del diablo, pero son unos muchachos, Gavin,
De haber dicho a Gavin que en el castillo había un perro azul esperándolo le hubiera parecido menos imposible. — ¿A quién te refieres? —Preguntó Gavin. —Oh sí Gavin, la verdad no le presté mucha atención a ese asunto, con Elizabeth desaparecida, luego aparece envenenada, la verdad lo había olvidado —se excusó Marina. —Pero es que no entiendo nada, los MacKenzie están extintos, de haber alguno por ahí habría aparecido hace años —objetó Gavin. —Gavin sabes cómo era tu abuelo —dijo Camila de manera despectiva. —Querida, no olvides que también era tu abuelo —le indicó Alistair con media sonrisa. —Y si se hubiera enterado de mi existencia me habría matado, por eso mi madre me ocultó haciéndome pasar por la hija de Fergus que sí murió al nacer. —Y por lo visto también se encargó de acabar con los MacKenzie para no tener nada que compartir, pero le quedó uno —enfatizó Alistair. —Según Isla, la madre de Mairi, su esposo era hijo del hombre a quien tu abuelo debía ent