Elizabeth y Kendrick se separaron bruscamente al ver entrar a Gavin y Graham. Ambos hombres traspasaron el umbral con miradas de desaprobación fijas en la joven pareja. Gavin, con el rostro endurecido por la furia, avanzó hacia ellos. Alistair y Amish entraron también a la cabaña sin imaginar que estaba ocupada. —Has hecho muchos arreglos a la cabaña es ahora un nido de amor… Las palabras de Alistair murieron en sus labios al ver a la joven pareja, pasó una mano por su cabello sintiéndose muy incómodo. —Para enamorados —susurró Amish completando la frase inconclusa de Alistair. —¿Se puede saber qué demonios está pasando aquí? —La voz de Gavin resonó en la pequeña cabaña, cargada de ira contenida—. Hemos pasado más de dos días buscándolos.Kendrick se puso de pie de inmediato, alzando las manos de manera conciliadora. —Mantengamos la calma, nos han pasado muchas cosas. Gavin tomó a Kendrick por la pechera. — ¡Y lo que aún te espera! —Papá, déjame explica
Kendrick estaba cansado, preocupado por Elizabeth pues cuando llegaron las camionetas para trasladarlos al hospital Gavin la había cargado. El cuerpo de Elizabeth estaba muy fatigado, el veneno en ella había afectado el sistema nervioso al comprometer los músculos alrededor del corazón. Solo pensar que si Maggi no hubiera sido la sádica que era le hubiera podido acertar la estocada en el corazón lo llenaba de remordimiento. Elizabeth no merecía haberse visto envuelta en su desastre. En el hospital después de ser evaluado y atendido fue escoltado por Graham MacLeod que ahora llevaba bata médica a un salón de reuniones, dentro estaban Gavin, Marina sentados en la punta de la mesa, de pie estaban Alec Cameron junto a su padre Alistair. Alec al ver a Kendrick se le fue encima. —Eres un desgraciado. ¡Me engañaste! Te aprovechaste de mi prima… Kendrick que ahora llevaba un cabestrillo sonrió con impertinencia. ¿Qué más le quedaba? —No necesitaban ser tantos par
Elizabeth estaba en el bosque con Kendrick, corrían tomados de la mano. Elizabeth no sabía si huían. Él no le explicaba, solo la llevaba de la mano y corría… Entonces fueron rodeados por forajidos y Maggi junto a Angélica emergieron detrás de ellos, como centinelas que daban la cara solo para presenciar su captura. Elizabeth haló la mano de Kendrick para que corrieran en dirección contraria, pero él quería ir con Angélica y de la nada un lobo le brincó encima. — ¡Kendrick! —Elizabeth abrió los ojos de golpe y vio a su amiga Gabriela junto a ella. —Elizabeth, cálmate, él está bien. —Fue un sueño —susurró Elizabeth y se dejó caer en la cama y puso su mano en su pecho, su corazón latía desbocado. Elizabeth miró a su alrededor, ya no estaban en la cabaña de Ewan, esto era una habitación de hospital. —Gabriela, no recuerdo haber llegado aquí. —Tienes una herida infectada, secuelas de veneno y no sé qué más, nos diste un susto tremendo —le informó su amiga y la abrazó
Elizabeth se quedó dormida cuando el cansancio la venció y sus lágrimas se agotaron, su madre se había quedado con ella, arrullandola y consolandola, aún se encontraba débil y los médicos recomendaron una noche más de observación, pues detectaron niveles de anemia y solo por precaución prefirieron mantenerla en el hospital. Después de todo, jamás tuvieron una paciente que sobreviviera al potente veneno que usaban los forajidos. —Kendrick MacTavish se fue bajo su propia responsabilidad y así lo prefiero. Al menos le queda algo de vergüenza —comentó Gavin con Camila y Alistair en la sala de espera. —No me pareció mal muchacho, muy serio y orgulloso, pero así era Liam —consideró Alistair—. ¿Acaso no lo recuerdas Gavin? Con Liam MacTavish jamás se sabía si contarías con un apretón de manos o un golpe. —Liam MacTavish tenía honor, es cierto que era desconfiado e indescifrable, pero su palabra era de fiar. —No por hacer de abogado del diablo, pero son unos muchachos, Gavin,
De haber dicho a Gavin que en el castillo había un perro azul esperándolo le hubiera parecido menos imposible. — ¿A quién te refieres? —Preguntó Gavin. —Oh sí Gavin, la verdad no le presté mucha atención a ese asunto, con Elizabeth desaparecida, luego aparece envenenada, la verdad lo había olvidado —se excusó Marina. —Pero es que no entiendo nada, los MacKenzie están extintos, de haber alguno por ahí habría aparecido hace años —objetó Gavin. —Gavin sabes cómo era tu abuelo —dijo Camila de manera despectiva. —Querida, no olvides que también era tu abuelo —le indicó Alistair con media sonrisa. —Y si se hubiera enterado de mi existencia me habría matado, por eso mi madre me ocultó haciéndome pasar por la hija de Fergus que sí murió al nacer. —Y por lo visto también se encargó de acabar con los MacKenzie para no tener nada que compartir, pero le quedó uno —enfatizó Alistair. —Según Isla, la madre de Mairi, su esposo era hijo del hombre a quien tu abuelo debía ent
Elizabeth salió del hospital al día siguiente, Gavin y Marina no se despegaron de ella. Aunque Elizabeth quería saber de Kendrick no podía preguntar a sus padres, apenas llegaron al castillo, Marina le insistió en que fuera a su habitación a descansar. —No mamá, por favor, me duele la espalda de tanto estar acostada. — ¿Te duele la espalda?, entonces quizás debas tomar un relajante muscular —dijo Gavin y sacó su teléfono celular para llamar a Graham… —No papá estoy bien, de verdad no molestes al tío Graham. Solo quiero dedicarme a mis ocupaciones… —No hay ninguna necesidad, yo me encargo. —Papá, si no soy ya la esposa de Kendrick MacTavish sigo siendo jefa del clan, ¿o no? —Hay cosas que debo solucionar antes. —Papá, deja de ocultarme cosas, dime de una vez que ocurre. ¿Se trata de los forajidos? —Para nada, eso está muy bien, Graham se encarga de la búsqueda de rezagados, pero están por completo desmantelados, los que estaban en la clínica del clan MacTa
Kendrick miraba a Angélica bajo una nueva luz, como si antes hubiera tenido una venda en los ojos y solo escuchara su linda voz y sintiera su exquisito aroma, pero sin poder verla realmente. —Kendrick, los MacLeod se han aprovechado de su poder, se han perpetuado en él y no somos rivales para ellos, pero tú fuiste más inteligente, te metiste entre ellos. Estoy segura que esa tonta se enamoraría de ti, solo con demostrársele lo buen amante que eres. —Para, para, para… —Expresó Kendrick con las palmas en alto—. Manipulé a los MacLeod, es cierto, pero no para burlarme de Elizabeth, ella es inocente. — ¡¿Inocente?! Yo soy inocente, Gavin asesinó a mi padre quitándome la posibilidad de ser jefa, Elizabeth MacLeod es una perra usurpadora… — ¡Yo solo quería irme lejos de todo eso contigo! No creí que tú quisieras tomar el clan MacLeod, ese era el deseo de grandeza de tu madre, por el que te hizo sufrir… Angélica estiró sus manos y las puso en sus mejillas. —Nosotros merece
Elizabeth y Mairi estaban en el estudio del jefe de clan en el castillo, trabajando en un proyecto de reincorporación de los forajidos a la sociedad. Mairi se desempeñaba como miembro del consejo del clan en un lugar sin título y nunca antes visto, aunque su lugar debería ser la de segunda al mando, ya que no estaba preparada como Elizabeth para tomar la jefatura, ella no quería hacer sentir a Marcelo degradado. Aunque Marcelo no había objetado por su presencia, es más ni siquiera notaba su mera existencia. No es que Mairi buscara que las cosas fueran diferentes igualmente, bastaba con que Marcelo llegara a la sala para que ella encontrara un motivo para irse o sencillamente se quedara mimetizada con el mobiliario. A Mairi le gustaba trabajar con Elizabeth, por primera vez veía posible hacer una diferencia, cosas con las que ni siquiera se atrevía a soñar. —Mairi, me parece genial la idea de la escuela de aptitudes, mi madre puede dirigirla, es algo que nos dará benefic