Marina miró a su familia, su padre sonreía y abrazaba a su esposa, sus hermanos estaban tirados en el sofá desvaído y remendado sin problemas mientras miraban una televisión antigua poco nítida, se tenían el uno al otro y no notaban las carencias de su entorno. No somos nada sin amor y con él nos sentimos completos aunque nos falten otras cosas. Marina caminó al auto y Gavin lo encendió. Dentro el aroma de la costosa colonia de Gavin más el olor delicioso del lujo que da el auto la envolvió. Gavin arrancó a toda velocidad y no habló hasta estar en la autopista. —Asumo que también confías en mí ¿Cierto?—preguntó Gavin dudoso. —Al igual que tú tengo la certeza que aunque hay cosas que no entiendo puedo confiar en ti. —Nadie es perfecto. —Aunque en tu clan pretendan que la gente lo sea. Gavin sonrió sin humor. —Hay cosas muy difíciles de erradicar, y no somos perfectos para nada, diría que todo lo contrario, como sociedad estamos muy dañados. —Cris habría
Alistair había regresado a su clan, furioso y frustrado, ver los grupitos de personas conversando y mirándolo con mala cara lo hicieron sentir de peor humor. Su intención era encerrarse en sus aposentos, pero ni eso pudo hacer. —Jefe, necesitamos hablar con usted —le detuvo Grace, lo más cercano a una madre que tiene y la figura que infunde más respeto en su clan. El clan Cameron no siempre fue pequeño, pero a lo largo de las generaciones fue empequeñeciendo, haber perdido territorio y riquezas en guerras con los MacLeod se mantiene en la memoria colectiva, admiraban a su jefe, pero tenían claro que Camila era más que su debilidad, su perdición. Alistair se detuvo, apretó los puños para controlarse y no desahogar su frustración en contra de su gente. — ¿Te han elegido para dirigir la intervención? —Inquirió Alistair al ver que todos a su alrededor miraban expectantes. —Solo nos preocupamos por ti. —Preocúpense de sus problemas, como jefe debo ser consciente de sus
Camila y Alistair se sentaron junto a la fogata fuera de la casa rodante de Finn y Marisol, Camila estaba en silencio, nunca fue amable con Marisol, no le tenía confianza por ser gitana, menos porque de inmediato se hizo amiga de Marina y Ana, a Finn siempre lo había ignorado de manera olímpica, no sentía respeto por él. Marisol ofreció una taza de té de manzanilla a Camila. —Muchas gracias —masculló Camila y tomó la taza entre sus manos, pero no bebió. —Puedes tomarlo, no le hará daño al bebé y ayudará con tu acidez y náuseas. — ¿Es en serio? —Preguntó Camila acercando la taza a su nariz— Es solo manzanilla. Marisol subió los hombros. —A mí me servía cuando estaba embarazada, pero la que sabe de remedios naturales es mi madre, a mí no se me da muy bien. —Creí que los gitanos eran todos conocedores de las plantas y sus usos. Marisol se echó a reír. —Como cualquier población tenemos personas que se dedican a todas las necesidades, yo soy buena leyendo la
Camila respiró profundamente. —Gracias, Marisol. Me siento más ligera. —Tu camino está bien marcado Camila, siempre has sido determinada y ahora se bifurca tu destino, tu vida cambiará por completo, pero al final regresarás, y estarás feliz por ello. Camila miró a Alistair. —Quizás puedo vivir en Edimburgo y tú quieras quedarte con nosotros los fines de semana —evaluó refiriéndose a ella y su hijo—, cuando las cosas se calmen y Gavin tenga una nueva esposa podré regresar. Alistair negó con la cabeza. —No renunciaré a mi mujer y a mi hijo por mi clan. Además, a estas alturas Gavin debe haber regresado con Marina. — ¿Cómo sabes que Gavin vería a Marina? Nadie supo de su ausencia por si acaso habían nuevos atentados de parte de los hombres de Lachlam. Alistair movió las cejas de manera sardónica. —Tengo un artilugio mágico que me dice todo lo que quiero. —Sí, se llama teléfono —dijo Marisol y rodó los ojos—. Camila, Marina entiende porque tuviste que tomar
Marina llegó al banco como cada mañana, caminó a la oficina de presidencia y encontró a Gavin dentro rodeado de sus abogados. —Gavin… ¿Qué haces aquí? —Tienes mucho qué explicar Marina Andrade —respondió Gavin con voz letal y dos hombres con traje y cara seria entraron detrás de ella. Marina volteó y a través de la mampara de cristal observó que todos los veían como si se tratase de una película. —Marina Andrade, debe acompañarnos —ordenó uno de los hombres. — ¿Quiénes son ustedes? —La policía. Está detenida, en la comisaría podrá contactar a su abogado. — ¡Gavin, ¿por qué me haces esto?! —Inquirió Marina impresionada mientras los sujetos la tomaban de los brazos. Gavin apretó tan fuerte el escritorio que sus nudillos se pusieron blancos, su rostro mostraba mucha rabia e impotencia. —No lo hagas más difícil Marina —Gavin se puso de pie—. No luches y acompaña a los caballeros. Te dije que te investigaría, y que si descubría algo turbio te hundiría. — ¡Gavin!
“El banco Estrella del Sur resistió el vendaval” — ¿Qué te parece el título de este periódico? —Preguntó Marina junto a Gavin en el avión privado. Gavin no contestó, ya su cabeza estaba en el clan. Viajaban de regreso a Escocia, Ana había venido con Graham también y estaban enamorados y felices, Marina se sentía complacida, pero Gavin lucía pensativo, apenas la había escuchado. — ¡Gavin! Gavin parpadeó. —Perdón, ¿me dijiste algo? Creí que leías en voz alta. —Leía en voz alta, pero para conversar contigo, tonto. —Discúlpame, ¿qué me decías? Marina apagó su tableta. —Gavin, sé que el banco y la fortuna de tu padre no te interesa, pero soy la CEO de Estrella del Sur, y quisieras que te mostraras más interesado, ese también es tu legado. Después de que Marina en una rueda de prensa explicara que fue víctima de la crueldad de José Manuel. Ajustando todo a una verdad plausible, entendieron que Marina y Gavin se enamoraron mientras trabajaron juntos en des
Gavin negó enérgicamente. — ¡Yo no aceptaré tal cosa! Eres la señora de este clan, no eres mi amante para esconderte, mucho menos entre las ruinas de los rechazados Gavin salió de la sala y vio a Graham junto a Ana y los llamó a la sala de reuniones, ellos entraron, ya Graham imaginaba que no obtendrían buenas noticias. —Hermano, realmente lo lamento —se disculpó Gavin. — ¡Cállate Gavin! —Gritó Marina—. No lo voy a aceptar, será mejor que no continues. Gavin ignoró la advertencia de Marina y prosiguió. —Debes ser el jefe del clan —dijo Gavin—. No aceptarán a Marina, dudan de mi paternidad de Cris y no puedo demostrar lo contrario. —Yo podría traer prueba de paternidad, tenemos muestras de Cris… —Dirán que son falsas, de hecho es lo que esperan que hagas —respondió Fiona—. Dado el pasado de Graham no es intachable. Graham abrió y cerró la boca como pez fuera del agua. —Gavin, me dijiste que me apoyabas. —Era mi intención, pero… — ¡Basta Gavin! —Gritó
Gavin no se sorprendió al ver que Maggi y sus padres tenían un sitial de honor entre los expectantes. —Entiendo que quieren explicaciones —emitió Gavin. —Nos las debes —espetó Alfred—. Tu dirigencia está llena de misterios, todo indica que no deberías ser jefe del clan. — ¿Quién debería? ¿Tú acaso? — ¿Y por qué no? —Inquirió Maggi—. A mi padre lo apoyan quienes quieren la unificación del clan, quienes desean que volvamos a ser lo que éramos. Gavin se echó a reír con ironía y se sentó en la tarima para estar cómodo y que todos pudieran verlo. —Yo creo que justamente debemos cambiar, así que quizás tengan una oportunidad después de todo. Dejaré que elijan, si quieren o no mi destitución después de que comparta con ustedes lo que pienso. Todos los presentes miraron a Gavin con duda, este sonrió y continuó con su discurso: —Somos un pueblo pequeño, pero poderoso, incluso las leyes de nuestro país nos han permitido ser bastante independientes y autónomos, pero como