“El banco Estrella del Sur resistió el vendaval” — ¿Qué te parece el título de este periódico? —Preguntó Marina junto a Gavin en el avión privado. Gavin no contestó, ya su cabeza estaba en el clan. Viajaban de regreso a Escocia, Ana había venido con Graham también y estaban enamorados y felices, Marina se sentía complacida, pero Gavin lucía pensativo, apenas la había escuchado. — ¡Gavin! Gavin parpadeó. —Perdón, ¿me dijiste algo? Creí que leías en voz alta. —Leía en voz alta, pero para conversar contigo, tonto. —Discúlpame, ¿qué me decías? Marina apagó su tableta. —Gavin, sé que el banco y la fortuna de tu padre no te interesa, pero soy la CEO de Estrella del Sur, y quisieras que te mostraras más interesado, ese también es tu legado. Después de que Marina en una rueda de prensa explicara que fue víctima de la crueldad de José Manuel. Ajustando todo a una verdad plausible, entendieron que Marina y Gavin se enamoraron mientras trabajaron juntos en des
Gavin negó enérgicamente. — ¡Yo no aceptaré tal cosa! Eres la señora de este clan, no eres mi amante para esconderte, mucho menos entre las ruinas de los rechazados Gavin salió de la sala y vio a Graham junto a Ana y los llamó a la sala de reuniones, ellos entraron, ya Graham imaginaba que no obtendrían buenas noticias. —Hermano, realmente lo lamento —se disculpó Gavin. — ¡Cállate Gavin! —Gritó Marina—. No lo voy a aceptar, será mejor que no continues. Gavin ignoró la advertencia de Marina y prosiguió. —Debes ser el jefe del clan —dijo Gavin—. No aceptarán a Marina, dudan de mi paternidad de Cris y no puedo demostrar lo contrario. —Yo podría traer prueba de paternidad, tenemos muestras de Cris… —Dirán que son falsas, de hecho es lo que esperan que hagas —respondió Fiona—. Dado el pasado de Graham no es intachable. Graham abrió y cerró la boca como pez fuera del agua. —Gavin, me dijiste que me apoyabas. —Era mi intención, pero… — ¡Basta Gavin! —Gritó
Gavin no se sorprendió al ver que Maggi y sus padres tenían un sitial de honor entre los expectantes. —Entiendo que quieren explicaciones —emitió Gavin. —Nos las debes —espetó Alfred—. Tu dirigencia está llena de misterios, todo indica que no deberías ser jefe del clan. — ¿Quién debería? ¿Tú acaso? — ¿Y por qué no? —Inquirió Maggi—. A mi padre lo apoyan quienes quieren la unificación del clan, quienes desean que volvamos a ser lo que éramos. Gavin se echó a reír con ironía y se sentó en la tarima para estar cómodo y que todos pudieran verlo. —Yo creo que justamente debemos cambiar, así que quizás tengan una oportunidad después de todo. Dejaré que elijan, si quieren o no mi destitución después de que comparta con ustedes lo que pienso. Todos los presentes miraron a Gavin con duda, este sonrió y continuó con su discurso: —Somos un pueblo pequeño, pero poderoso, incluso las leyes de nuestro país nos han permitido ser bastante independientes y autónomos, pero como
—Yo no puedo tomar a tu clan, esa es tu responsabilidad, no la mía, busca a otra persona si no quieres volver —espetó Gavin molesto con los planes de Alistair. —No tengo a quién, se lo planteé a Finn y no aceptó, ahora es medio gitano, ya sabes… La verdad no tengo a nadie más que pueda pedirlo, la madre de Finn es anciana, no es justo darle esta enorme responsabilidad. — ¿Y yo si soy bueno para dirigir tu clan? ¿Te has vuelto loco? Alguien más debe haber. —Lo hay, pero aún no ha nacido —se justificó Alistair con mucha dignidad. — ¡No me vengas con tus payasadas Alistair! Ponte serio. —Este asunto es serio, no me siento en este momento capaz de dirigir mi clan. Debo trabajar en mi problema de ira, enfrentarme a mi pueblo para que descuarticen a mi mujer hará que mate a alguien, Camila tampoco está preparada, por eso quiero dedicarme a ella… — ¿Crees que yo no quiero dedicarme a mi esposa? —Se lo debes a Camila, Gavin… — ¿Qué? Eso no te hace acreedor de mi deuda
Gavin, Graham, Finn y Alistair se concentraron en un enorme pino con cuchillos, machetes y sierras, apartarlo lo suficiente para poder hacer un pequeño laberinto y salir de la cárcel de fuego era el objetivo, Marina y Ana sumergían muchas mantas escocesas en agua para cubrirse y salir a la primera oportunidad. Una rama cedió desde las alturas y caería encima de Camila, Fiona se dio cuenta y la empujó, aunque ya Camila se había dado cuenta y se había apartado. — ¡Mamá! ¿Qué hiciste? La rama había caído encima de Fiona aún encendida, Camila quitó la rama quemandose las palmas, pero no le importó. —Es que yo pensé… —Se justificó Fiona y Camila furiosa no la dejó explicar. — ¡Maldición Fiona, no soy un bebé! —Gritó Camila desesperada—. No vuelvas a hacer algo ta semejantemente egoísta como sacrificarte por mí. —Sacrificarse es lo contrario a ser egoísta, más si es por un hijo. — ¿Cómo crees que podría vivir si mueres por salvar mi vida? Cuestionaría mi valor el resto
Gavin y Graham decepcionados y aprensivos no se quedaron a mirar, se sentían muy tontos por haber sido burlados y debían conseguir ayuda pronto. —Vayamos con Liam, estamos más cerca, Camila tiene que saber la verdad —dijo Graham. En el camino se encontraron con una patrulla de hombres MacTavish y Gavin de inmediato se puso al mando. —Iremos por la cabeza de estos malditos cobardes, su guarida está en terreno Cameron, pero sabemos dónde están los centinelas, debemos tomarla ahora, los líderes están allí. —El jefe Liam me dijo que el jefe Alistair estaba con ustedes —inquirió curioso el líder de la patrulla MacTavish. —De ahora en adelante debemos tomar a todo el clan Cameron como hostil —condenó Graham. —Yo me hago responsable ante Liam —enfatizó Gavin. —Estamos a su servicio, son órdenes de nuestro jefe —ratificó el líder—, pero creí que el jefe Cameron era aliado. —Pues no lo es —dictaminó Gavin. Gavin ahora con varios hombres y Graham regresaron sigilosame
Marina no aguantaba la preocupación. En la sala de estar de la casa MacTavish estaba ella con Camila, Marisol y Ana. Los jefes MacTavish le daban privacidad, mientras se encargaban de vigilar sus terrenos, las cosas estaban tensas, el incendio era un inequívoco ataque, los atentados no diezmaron con la muerte de Lachlam y Angus, era obvio que se habían reorganizado los rebeldes de Lachlam. —Quisiera ir a buscarlos —musitó Marina. —No puedes, no conoces estos bosques —le advirtió Ana también preocupada—. Además que hay forajidos por ahí, esto parece una película. —Ya pasé por aquí cuando nos conseguimos con esos forajidos Gavin y yo, creo que puedo al menos ir a la colina a ver si los veo venir. —No lo hagas Marina, recuerda que estás embarazada —le pidió Ana. —Es que nos han pasado tantas cosas a Gavin y a mí, creí que todo esta vez saldría bien, para mí la única amenaza a nuestra felicidad era mi exesposo, y jamás pensé que las cosas aquí estarían tan complicadas —Mari
Marina los observó irse, los encomendó al cielo y rogó por la seguridad de Gavin, cuando regresó a la casa fue directo a la habitación de Fiona, ella estaba en la cama y Ewan sentado en una silla mirando la noche a través de la ventana, se veía ensimismado y triste, Fiona rezaba en silencio con un rosario en las manos. Marina se sentó en la cama y Ewan se acercó. —No sé qué ocurrió, pero Camila tuvo que irse a escondidas, Alistair la esperaba. —Seguro los Cameron pusieron a Alistair entre la espada y la pared, debo levantarme de aquí, los MacLeod debemos hacer algo, no podemos dejarlos que se vayan solos —anunció Fiona. —No están solos —informó Marina—, Graham es el hermano de Camila a pesar de todo, fue para protegerlos y sacarlos del país, Ana lo acompaña y también Marisol y Finn. —Atacaron mi cabaña y los Cameron en vez de solidarizarse atacan a su jefe, ¿qué le pasa a esa gente? —Inquirió Ewan de mal humor. —Camila hizo méritos para que la despreciaran —dijo Fi