En el patio de reuniones del clan MacLeod muchas cosas han ocurrido en los últimos días, ya todos creían haber perdido la capacidad de asombro, esperaban un cambio, pero no de esta magnitud. Es cierto que Camila había sido amante de Gavin, pero aquello parecía ser historia. Por un instante el silencio se apoderó de los presentes, hasta que como una sinfonía en crescendo empezó a escucharse murmullos y exclamaciones. Todos se miraban unos a otros y a Camila. Maggi venía de la sala de reuniones y escuchó todo, se abalanzó sobre Camila. Alfred sujetó a su hija y Camila le dio un empujón. — ¡Eres una mentirosa! Tú no estás embarazada de Gavin. Él era feliz con Marina —Gritó Maggi. —Por favor Maggi, le puedes hacer daño a tu criatura, Camila solo quiere provocarte, no caigas en su juego —le pidió Alfred con tono lastimero, pero lo bastante alto para que todos se solidarizaran con Maggi.. —Me importa muy poco lo que pienses —espetó Camila con la autoridad de una
Graham no pudo acceder al quirófano donde tenían a Gavin, ya llevaban más de cinco horas de cirugía, pero fue con Alistair, este estaba en una habitación y ya estaba consciente. —Graham, que bueno que llegaste, debes buscar a Camila, está atrapada con Ewan en un hueco de cazadores por los hombres de Lachlam. — ¡Por todos los cielos Alistair! ¿Qué fue lo que pasó? Cuando me fui todo estaba en orden. —No lo estaba, Angus planeaba dar un golpe y lo dio. —No tenía manera de darlo. No entiendo como tuvo oportunidad. —Murdock… —No puedo creer que Murdock traicionara a Gavin. — ¡Ese malnacido ha traicionado al clan desde hace años! Abusó de Camila desde que era una jovencita, era corrupto y sabrá Dios cuantas cosas más hizo antes de que lo matara. Graham alzó las cejas sorprendido. — ¿Asesinaste a Murdock? — ¡No lo hice a sangre fría! Trataba de violar a tu hermana. Graham apretó los puños lleno de rabia e impotencia. —Yo no tenía manera de saberlo, Camil
Marina negó con la cabeza mientras sus ojos se llenaron de lágrimas. —Eso no puede ser, quiero verlo. José Manuel entró abrió la puerta corrediza en ese momento. —Lo siento —dijo con mucho pesar en portugués—. Sé que no debía, que necesitabas intimidad, pero tu padre está desesperado por saber de ti. —Mi papá —expresó Marina llorando con el corazón roto. —Minha Filha —murmuró en portugués Santos Andrade y Marina al ver a su padre aunque fue por la pantalla de una tablet lloró con más ímpetu. —Papá te he extrañado tanto —exclamó Marina en su idioma natal, deseando abrazar a su padre y refugiarse en sus brazos para tolerar tanto sufrimiento. —Quiero verte hija mía. José Manuel te traerá hoy mismo, no puedo creerlo, Dios me devuelve un pedazo de alma al traerte de vuelta. —Papá, yo he perdido parte de mi alma, mi Cris, y también… Marina calló, no podía decirlo en voz alta, menos delante de José Manuel. —Lo sé mi amor, aquí te atenderemos, quiero abrazarte
Marina estaba impresionada con el alcance que tenía la noticia de su aparición para la sociedad en Brasil. Al salir del aeropuerto los flashes de cámaras y los micrófonos de los reporteros casi no le permitían caminar. José Manuel la protegía con su cuerpo mientras un grupo de seguridad lo resguardaba. Marina subió en la parte trasera de un auto y José Manuel se subió con ella. — ¿Mi papá? —Preguntó Marina sin poder verlo—. ¿Por qué no viene con nosotros? —Pensé que sería bueno para tu memoria si veías nuestro hogar. —José Manuel, el hogar que recuerdo es el de mi padre. —Hace muchos años que saliste de la Favela, allá no está la vida que dejaste. —Pero yo quiero estar con mi padre, mis hermanos, conocer a la mujer con la que se casó, porque tampoco la recuerdo. —Ya tendrás tiempo de ponerte al corriente con tu familia, en nuestro hogar están tus cosas, tus recuerdos, tu ropa. Creo que es lo mejor para que puedas recordar. Marina estaba muy molesta, no querí
Ana estaba en el clan MacLeod muy furiosa, ni siquiera desempacó, pues al llegar y enterarse que la jefa del clan era Camila porque estaba embarazada de Gavin se sintió ofendida en nombre de Marina. —Ana, por favor entiende que Camila tuvo que hacer esto para no pasar el mando del clan —explicó Graham por enésima vez. —Lo único que entiendo es que en este lugar prehistórico y de mala vibra utilizaron a mi amiga y la desecharon después de servidos, ahora tu hermana tiene el puesto que siempre anheló y hasta embarazada de Gavin está. Aquí no me quedaré, debo buscar a Marina. —Ana no puedes irte, por favor. ¿Cómo vas a buscar a Marina? Ya están investigando. —Si crees que tu hermana moverá un dedo para que encuentren a Marina es que eres muy ingenuo. —Ana, Camila no es un monstruo, quiere hablar contigo, explicarte… —No Graham, y lo lamento por lo que voy a decirte, pero es tu clan o soy yo. —Te elegí a ti, por eso te busqué, eres tú la que no puedes aceptarme con to
6 semanas después. Gavin caminaba a paso lento por el camino empedrado junto al riachuelo, mirando el suelo, sintiendose derrotado y muy triste. —Se ve mejor jefe. Al menos de salud. Gavin sonrió de lado y observó a Ewan que se acercaba a él. —No debes decirme jefe si no quieres, sé que juraste nunca más tener que respetar la autoridad de un clan. Ewan subió los hombros. —No me molesta pertenecer al clan MacLeod, eres un buen jefe y es mi hija quien se encarga de todo esto después de todo. Gavin lo miró con una ceja alzada. —Estoy seguro que hay un reproche por allí, solo dilo. —Trataba de tener tacto, es lo que me recomendó Camila. —La diplomacia jamás ha sido tu fuerte. —Tienes razón, solo lo diré… ¡Debes reaccionar! Mi hija hace un sacrificio enorme por ti. —Ewan, no estoy molesto con Camila, todo lo contrario, le agradezco su lealtad. —No es lo que ella cree. Sabes perfectamente que si no hubiera tomado el clan ahora mismo el clan MacLeod fuer
Ewan se acercó a Fiona que ahora lloraba a mares y puso sus manos ya marchitas en sus mejillas delgadas. El tiempo había pasado de manera inclemente, no eran los mismos jóvenes ingenuos, pero en los ojos de ambos se reflejaba el mismo amor. De un amor cargado de tristeza y anhelo. —Quisiera no amarte Fiona, quise odiarte por no decirme que estabas embarazada, porque al ver a Camila pensé que te arrepentías tanto de nuestro amor que preferiste regalarla. Porque le quitaste el estigma de ser una hija de un pobre MacTavish para exponerla a seres detestables como Murdock. —Ewan, lo hice por salvarla, no por darle estatus social. Mi esposo me dejó lisiada, ¿qué crees que le habría hecho a la hija de otro hombre? —No debiste casarte con él. —Lo hice por ti, para que mi padre no te matara, yo quise escapar, pero Angus MacLeod no podía permitir que una hija suya fuera una desertora. —No fue lo que tu padre me dijo. —Pues mintió ¡Y tú debías saberlo! ¿Cuántas veces t
Camila le dio la espalda a Graham y miró por la ventana, ya quedaba muy poco de naranja en el horizonte, pronto sería de noche, un día más pasaría. Ella amaba a Alistair, creyó que sería feliz con él, pero luego la traicionó cuando más lo necesitaba. —Mi hijo es un MacLeod —susurró con voz rota. —Camila, soy yo, puedes desahogarte conmigo, no te traicionaré. —Solo me dejarás sola, porque soy egoísta y no toleras mi manera hipócrita de ver la vida. —Esta vez te entiendo, hermana. Y agradezco tu sacrificio. —Y ni siquiera somos hermanos realmente. Graham se acercó a ella y la hizo mirarlo. —Tú siempre serás mi hermana, me niego a no tener a nadie en el mundo. Camila sonrió y lo abrazó. —Tienes mucha gente aquí. —Sabes lo que quiero decir. —Debes enamorarte de nuevo Graham, formar una familia y tener un niño que sea una opción viable para el clan, entonces Gavin será libre de dejarme. Graham negó con la cabeza. Si sigues con esto tendrás que casa