Los siguientes días conmemorativos pasaron en un borrón para Marina y Gavin. Como él había previsto lo más difícil para ambos fue el día del sepelio, era la separación definitiva del cuerpo material. Gavin que siempre fue el hombro de Marina para ese momento estaba destruido, pasar por eso dos veces era una tortura. Marina lo había sostenido a él, entre los dos, siendo uno la fuerza del otro en los momentos más duros pudieron sortear cada uno de los instantes más amargos. — ¡Marina!, ¡Marina! Marina parpadeó varias veces y finalmente volteó a ver a Gavin que la llamaba, estaban en el comedor, Marina apenas había jugado con su desayuno. —Perdóname Gavin, estoy dispersa. —Te decía que hoy es el décimo día de duelo por ley, y los clanes en conjunto organizan una conmemoración en honor a Cris. Marina se abrazó a sí misma, de nuevo estaba más delgada, con ojeras y demacrada, Gavin se acercó a ella y la abrazó. —No comiste nada, debes alimentarte, apenas prueb
Marina y Gavin regresaron al castillo al final de la tarde, dejaron la moto frente al castillo para que uno de los muchachos la guardara. Marina tiritaba de frío. —No debiste meterte al mar —le recriminó Gavin negando con la cabeza. —No me metí al mar, me resbalé y caí… —Por estar corriendo. —Tú me perseguías —Gavin la abrazó y le dio un beso mientras frotaba sus brazos para quitarle el frío—. Solo necesito una ducha de agua tibia. —Puedo ayudarte con eso. Ambos entraron al castillo tomados de la mano. Camila estaba en el establo cepillando a su yegua y aunque no escuchó lo que Marina y Gavin decían, no era difícil llegar a la conclusión que venían de Plockton. Los vio sonriendo y cuando entraron al castillo de la mano, desvió la mirada. —Oh Skye, ¿por qué tenía que ser así? Siempre pensé que Gavin terminaría por darse cuenta que yo era la mejor mujer para él, pero en realidad soy patética como dijo Graham. A Camila se le aguaron los ojos y la yegua r
La noche había caído y se reunieron en la colina más alta del clan. Allí estaba el fuego ceremonial que se mantenía por los días conmemorativos cuando un jefe de clan moría. En esta ocasión había miembros de los tres clanes. Jamás, ni siquiera cuando murió el abuelo de Gavin donde y se recibieron allegados e incluso personalidades de la realeza había habido tanta gente para despedir a un miembro del clan MacLeod. En las Tierras Altas de Escocia el cielo estrellado era un espectáculo brillante, y esta noche parecía reflejarse en los ojos tristes de los asistentes. La atmósfera estaba cargada de emociones, y cada quien sostenía un globo de papel al que encenderían una lámpara del fuego ceremonial para liberar al cielo en memoria de Cris MacLeod. Gavin y Marina recibirían los tributos que marcarían el fin de los días de duelo oficial. Los MacLeod seguirían llevando luto en sus atuendos al menos un año. Liam MacTavish estaba junto a Alistair, era obvio que habían planead
Graham observó a Marina siendo aclamada y más unida a Gavin que nunca y lo celebró en silencio. Gavin como jefe estaba bien, como nunca antes tenía frente a sus ojos un panorama de paz en el futuro. Cosa que podría representar su propio futuro. Graham caminó entre la multitud hasta quedar junto a Ana. —Quiero hablar contigo, camina detrás de mí. Graham siguió caminando y con disimulo constató que Ana lo estuviera siguiendo. Graham no se detuvo hasta adentrarse en el bosque. Encontró un majestuoso pino silvestre, cuyo tronco grueso y ramas frondosas les ofrecen la privacidad que necesitan.Graham miró a su alrededor. —Aquí estaremos bien, Ana. Nadie nos verá aquí. —Es eso justamente lo que no está bien. Graham bajó la cabeza y pasó sus manos por el cabello largo, Ana desvió la mirada. Era tan difícil para ella resistirse a su aura sexi y buenos sentimientos. Él era el paquete completo entre atractivo y personalidad, pero no era de ella. —Ana esto terminará
Mientras tanto, Camila también se alejó del tumulto, pero por razones diferentes. No sabía cómo sentirse con todo lo que pasaba en su vida. Debería estar molesta con Gavin, y lo estaba, pero no podía sacar a Alistair de su mente. Le molestaba su suerte, en su mente Marina era una mujer a la que hasta las desgracias la beneficiaban. La verdad es que no era capaz de ver más allá de sus propias necesidades. Pero es que la vida tampoco ha sido muy fácil para ella. Sintiéndose intrusa entre tanta felicidad de súbditos a Marina. No quería dar su brazo a torcer y corresponder como todos a Marina como su señora. Murdock, notando su ausencia, la buscó, y la encontró en un monumento representativo en el lugar donde las historias del clan indicaba había entregado el primer MacLeod su vida por el clan. —Sabía que te encontraría aquí. Camila volteó y se sintió nerviosa, odio su miedo y recordó que ella es una mujer y Murdock un anciano. Murdock relamió sus labios y el
—Maldición Camila ¿Cómo se te ocurre actuar a espaldas de Gavin? ¿Y si ese hombre es peligroso? Camila subió un hombro, lo veía enfurruñada. —Es un idiota igual a su padre, sin duda es peligroso para Marina, o no hubiera tenido que escapar de él. —Pues le fue infiel con Gavin —justificó Alistair. —Eso es lo que no creo, Gavin estaba demasiado enamorado de Sofi para engañarla, además ¿En qué momento? Gavin no fue a Brasil. La única oportunidad que ellos tuvieron en el mismo país fue en la luna de miel de Marina y eso es demasiado aleatorio. De manera que es imposible que Cris sea hijo de Gavin. Alistair pasó su mano por el cabello. —Espera un momento, Camila —inquirió Alistair y vio a todas partes para estar seguro que nadie escuchaba—. Lo que me quieres decir es que Gavin adoptó a su sobrino segundo. —Exacto. Escucha Alistair, Gavin fue a Brasil a investigar una acusación al banco de su padre por malversación, lo último que supe después de que su padre muriera de
En los siguientes días Marina y Gavin se sumergieron de lleno en las labores para el clan, había mucho trabajo que hacer, y gracias a las buenas relaciones entre los tres clanes los trabajos para reconstruir las carreteras se llevaban a cabo en remodelación total. Marina se encargaba de las finanzas para el proyecto, Gavin de la preparación, Camila de administrar. Marina y Camila no eran amigas, pero se encargaban cada una de su labor sin entorpecer a la otra. Graham estaba hecho una pena desde que se fue Ana. Las cuatro enfermeras que se encargaban de Cris se habían quedado colaborando con él. Debido a la desconexión por las carreteras atender enfermos que no podían ir a Edimburgo era un trabajo extenuante. A Marina le había cambiado la rutina, se sentía triste porque no tenía ni Cris, ni Ana, ni Marisol. La habitación de Cris había sido cerrada, Y Marina acudió a Elsbeth. —Elsbeth, quiero la llave de la habitación de Cris. Elsbeth la miró con preocupación.
Gavin se relamió los labios y la detalló de arriba abajo con una sonrisa seductora, le hizo señas haciendo un círculo con su dedo índice indicándole que diera una vuelta. Marina lo hizo. El encaje se extendía hasta sus caderas sobre la tela transparente que deja ver el bikini de hilo debajo y sus pechos orgullosos que desafían la gravedad, en sus tobillos se encuentra con un borde de satén que le da un acabado refinado a la prenda. Marina da la vuelta y lo ve moviendo su cabello y colocando una mano en su cintura, se siente poderosa y segura. —Eres una diosa de la noche. Marina sonrió complacida con el halago. —No sabía que eras dueño de Velo de Luna. A Ana y a mí se nos caía la baba al pasar frente a las tiendas exclusivas de la marca, tienen todo de la mejor calidad. Y me llegó toda la última colección. —Lo sé, pedí que lo trajeran, lo había olvidado, ¿llegaron las fragancias? Marina afirmó. —Me llegó de todo, maquillaje y lociones para el cuerpo, ropa de