Mientras tanto, Camila también se alejó del tumulto, pero por razones diferentes. No sabía cómo sentirse con todo lo que pasaba en su vida. Debería estar molesta con Gavin, y lo estaba, pero no podía sacar a Alistair de su mente. Le molestaba su suerte, en su mente Marina era una mujer a la que hasta las desgracias la beneficiaban. La verdad es que no era capaz de ver más allá de sus propias necesidades. Pero es que la vida tampoco ha sido muy fácil para ella. Sintiéndose intrusa entre tanta felicidad de súbditos a Marina. No quería dar su brazo a torcer y corresponder como todos a Marina como su señora. Murdock, notando su ausencia, la buscó, y la encontró en un monumento representativo en el lugar donde las historias del clan indicaba había entregado el primer MacLeod su vida por el clan. —Sabía que te encontraría aquí. Camila volteó y se sintió nerviosa, odio su miedo y recordó que ella es una mujer y Murdock un anciano. Murdock relamió sus labios y el
—Maldición Camila ¿Cómo se te ocurre actuar a espaldas de Gavin? ¿Y si ese hombre es peligroso? Camila subió un hombro, lo veía enfurruñada. —Es un idiota igual a su padre, sin duda es peligroso para Marina, o no hubiera tenido que escapar de él. —Pues le fue infiel con Gavin —justificó Alistair. —Eso es lo que no creo, Gavin estaba demasiado enamorado de Sofi para engañarla, además ¿En qué momento? Gavin no fue a Brasil. La única oportunidad que ellos tuvieron en el mismo país fue en la luna de miel de Marina y eso es demasiado aleatorio. De manera que es imposible que Cris sea hijo de Gavin. Alistair pasó su mano por el cabello. —Espera un momento, Camila —inquirió Alistair y vio a todas partes para estar seguro que nadie escuchaba—. Lo que me quieres decir es que Gavin adoptó a su sobrino segundo. —Exacto. Escucha Alistair, Gavin fue a Brasil a investigar una acusación al banco de su padre por malversación, lo último que supe después de que su padre muriera de
En los siguientes días Marina y Gavin se sumergieron de lleno en las labores para el clan, había mucho trabajo que hacer, y gracias a las buenas relaciones entre los tres clanes los trabajos para reconstruir las carreteras se llevaban a cabo en remodelación total. Marina se encargaba de las finanzas para el proyecto, Gavin de la preparación, Camila de administrar. Marina y Camila no eran amigas, pero se encargaban cada una de su labor sin entorpecer a la otra. Graham estaba hecho una pena desde que se fue Ana. Las cuatro enfermeras que se encargaban de Cris se habían quedado colaborando con él. Debido a la desconexión por las carreteras atender enfermos que no podían ir a Edimburgo era un trabajo extenuante. A Marina le había cambiado la rutina, se sentía triste porque no tenía ni Cris, ni Ana, ni Marisol. La habitación de Cris había sido cerrada, Y Marina acudió a Elsbeth. —Elsbeth, quiero la llave de la habitación de Cris. Elsbeth la miró con preocupación.
Gavin se relamió los labios y la detalló de arriba abajo con una sonrisa seductora, le hizo señas haciendo un círculo con su dedo índice indicándole que diera una vuelta. Marina lo hizo. El encaje se extendía hasta sus caderas sobre la tela transparente que deja ver el bikini de hilo debajo y sus pechos orgullosos que desafían la gravedad, en sus tobillos se encuentra con un borde de satén que le da un acabado refinado a la prenda. Marina da la vuelta y lo ve moviendo su cabello y colocando una mano en su cintura, se siente poderosa y segura. —Eres una diosa de la noche. Marina sonrió complacida con el halago. —No sabía que eras dueño de Velo de Luna. A Ana y a mí se nos caía la baba al pasar frente a las tiendas exclusivas de la marca, tienen todo de la mejor calidad. Y me llegó toda la última colección. —Lo sé, pedí que lo trajeran, lo había olvidado, ¿llegaron las fragancias? Marina afirmó. —Me llegó de todo, maquillaje y lociones para el cuerpo, ropa de
Marina abrió los ojos de golpe ante la petición caliente susurrada. «Podría atreverme» «Ya lo he hecho» Marina miró los de suplicantes de Gavin, su sonrisa esperanzada. —Te haré disfrutarlo. —Esto… No lo sé, no estoy segura —murmuró Marina y se echó a reír—. Hazlo… Gavin cerró los ojos lánguidamente, solo de imaginarlo ya lo tiene emocionado. Marina notó en él una expresión liga entre deseo y satisfacción, tan sexi que Marina solo pudo sonreír. Gavin se levantó y caminó al closet, abrió la puerta y luego un cajón alto, de allí sacó unas cadenas plateadas y brillantes, sujetas a correas de cuero. Marina tragó grueso, su corazón estaba acelerado, su cuerpo sensible y expectante. Gavin regresó y se quedó de pie frente a la cama, sonrió al verla tan inocente, con una sonrisa dispuesta y mirada curiosa. —Siri, ajusta las luces a noche de invierno —ordenó al asistente electronico. Las luces blancas se fueron, se cerraron las cortinas de los ventanales y
Gavin desvió la mirada y retiró el vaso de las manos de Marina y no se atrevía a mirarla, se levantó de la cama y desapareció en el baño. Marina respiró profundo varias veces concentrándose en calmarse, pues reconoce que el pánico es injustificado. Sabe que algo le pasó, pero no sospecha de Gavin, de hecho está avergonzada con él. Se levantó y cubrió su cuerpo con una bata de baño, sus manos temblaban, igual su cuerpo, pero el frío que sentía venía de muy adentro. Gavin salió del baño con otra bata de baño igual a la de ella y Marina fue a sus brazos, lo abrazó, metiendo la cabeza en su pecho, escuchando los rápidos latidos del corazón de Gavin. Gavin la abrazó de vuelta y le dio un beso en la coronilla, se sentía aliviado, esperaba el rechazo de ella. —Lamento esto Marina, no debí… Gavin calló, se niega a autoincriminarse, sencillamente no le sale, pero la evidencia es contundente. Él no solo la violó cuando Fergus la llevó a su cama. Acababa de hacerlo
Algunos días transcurrieron y para cualquier espectador las cosas en el clan MacLeod marchaban espléndidamente. Gavin era aliado comercial de los clanes vecinos MacTavish y Cameron en representación del clan MacLeod. Había financiado proyectos a particulares en los clanes, había creado franquicias de productos de sus empresas y se había asociado a diversas empresas, creando fuentes de empleo y desarrollo económico para los clanes. Marina se mantenía detrás de todo el proceso, su habilidad y aprendizaje en finanzas estaba intacto, y era muy hábil haciéndolo. Marina estaba muy orgullosa de su trabajo y de sus proyecciones a futuro. Estaba en su oficina y recibió una videollamada de Ana y Marisol con la torre Eiffel tras ellas. —Ana, Marisol… Por fin tengo noticias de ustedes. He tratado de contactarlas desde hace días, pero no sabía a donde llamar y la familia de Finn tampoco. ¿Cómo están? ¿El pequeño Gavin? —Todos estamos bien, no te preocupes, tuvimos algunos problemas
Maggi como cada noche se despidió de Marina en su oficina, al salir encontró a Angus esperándola. Maggi dejó de caminar al ver que la intención de Angus era hablar con ella, pero su madre estaba muy cerca, así que de manera casi imperceptible negó con la cabeza. Angus le hizo una señal con un cabeceo y caminó fuera del castillo. Maggi fue a la cocina y sentía la mirada de su madre que la vigilaba, nerviosa abrió la nevera por un vaso de agua. Elsbeth la observaba, Maggi al voltear brincó de susto. — ¿Vas a comer algo Maggi? Creí que no cenarías. —Elsbeth, me has dado un susto de muerte. —Quien anda a escondidas se asusta fácilmente. —La verdad es que me escondo de mi madre. Elsbeth la miró achicando los ojos. —Tu madre insiste en que hagas dieta, que no te va a entrar el vestido de novia. Maggi desvió la mirada y pasó junto a Elsbeth, dejó el vaso en la encimera y su intención era salir, las palabras de la anciana la detuvieron. —No es la primera v