Marina abrió los ojos de golpe ante la petición caliente susurrada. «Podría atreverme» «Ya lo he hecho» Marina miró los de suplicantes de Gavin, su sonrisa esperanzada. —Te haré disfrutarlo. —Esto… No lo sé, no estoy segura —murmuró Marina y se echó a reír—. Hazlo… Gavin cerró los ojos lánguidamente, solo de imaginarlo ya lo tiene emocionado. Marina notó en él una expresión liga entre deseo y satisfacción, tan sexi que Marina solo pudo sonreír. Gavin se levantó y caminó al closet, abrió la puerta y luego un cajón alto, de allí sacó unas cadenas plateadas y brillantes, sujetas a correas de cuero. Marina tragó grueso, su corazón estaba acelerado, su cuerpo sensible y expectante. Gavin regresó y se quedó de pie frente a la cama, sonrió al verla tan inocente, con una sonrisa dispuesta y mirada curiosa. —Siri, ajusta las luces a noche de invierno —ordenó al asistente electronico. Las luces blancas se fueron, se cerraron las cortinas de los ventanales y
Gavin desvió la mirada y retiró el vaso de las manos de Marina y no se atrevía a mirarla, se levantó de la cama y desapareció en el baño. Marina respiró profundo varias veces concentrándose en calmarse, pues reconoce que el pánico es injustificado. Sabe que algo le pasó, pero no sospecha de Gavin, de hecho está avergonzada con él. Se levantó y cubrió su cuerpo con una bata de baño, sus manos temblaban, igual su cuerpo, pero el frío que sentía venía de muy adentro. Gavin salió del baño con otra bata de baño igual a la de ella y Marina fue a sus brazos, lo abrazó, metiendo la cabeza en su pecho, escuchando los rápidos latidos del corazón de Gavin. Gavin la abrazó de vuelta y le dio un beso en la coronilla, se sentía aliviado, esperaba el rechazo de ella. —Lamento esto Marina, no debí… Gavin calló, se niega a autoincriminarse, sencillamente no le sale, pero la evidencia es contundente. Él no solo la violó cuando Fergus la llevó a su cama. Acababa de hacerlo
Algunos días transcurrieron y para cualquier espectador las cosas en el clan MacLeod marchaban espléndidamente. Gavin era aliado comercial de los clanes vecinos MacTavish y Cameron en representación del clan MacLeod. Había financiado proyectos a particulares en los clanes, había creado franquicias de productos de sus empresas y se había asociado a diversas empresas, creando fuentes de empleo y desarrollo económico para los clanes. Marina se mantenía detrás de todo el proceso, su habilidad y aprendizaje en finanzas estaba intacto, y era muy hábil haciéndolo. Marina estaba muy orgullosa de su trabajo y de sus proyecciones a futuro. Estaba en su oficina y recibió una videollamada de Ana y Marisol con la torre Eiffel tras ellas. —Ana, Marisol… Por fin tengo noticias de ustedes. He tratado de contactarlas desde hace días, pero no sabía a donde llamar y la familia de Finn tampoco. ¿Cómo están? ¿El pequeño Gavin? —Todos estamos bien, no te preocupes, tuvimos algunos problemas
Maggi como cada noche se despidió de Marina en su oficina, al salir encontró a Angus esperándola. Maggi dejó de caminar al ver que la intención de Angus era hablar con ella, pero su madre estaba muy cerca, así que de manera casi imperceptible negó con la cabeza. Angus le hizo una señal con un cabeceo y caminó fuera del castillo. Maggi fue a la cocina y sentía la mirada de su madre que la vigilaba, nerviosa abrió la nevera por un vaso de agua. Elsbeth la observaba, Maggi al voltear brincó de susto. — ¿Vas a comer algo Maggi? Creí que no cenarías. —Elsbeth, me has dado un susto de muerte. —Quien anda a escondidas se asusta fácilmente. —La verdad es que me escondo de mi madre. Elsbeth la miró achicando los ojos. —Tu madre insiste en que hagas dieta, que no te va a entrar el vestido de novia. Maggi desvió la mirada y pasó junto a Elsbeth, dejó el vaso en la encimera y su intención era salir, las palabras de la anciana la detuvieron. —No es la primera v
La sala de reuniones del clan MacLeod hoy recibía a los lideres de los clanes MacTavish y Cameron. Gavin se encontraba sentado en la enorme mesa redonda, con Graham a su derecha y Murdock a su izquierda, Liam y Alistair frente a ellos uno junto al otro.Liam rompió el silencio primero, con su voz de barítono resonando con autoridad.—Estamos aquí para discutir la alianza entre nuestros clanes en cuanto a la seguridad y cómo podemos fortalecerla —dijo, mirando a cada uno de los presentes—. La situación con Lachlam sigue siendo una amenaza, y debemos estar preparados. Mis hombres han sufrido otro ataque mientras transportaban ganado. Así que mi pregunta es ¿Qué pasará si mis hombres matan a hombres de Lachlam? ¿Se acabará la alianza MacTavis MacLeod? —Liam, está de más tu inquietud —afirmó Gavin—. Aquí todos conocemos que Lachlam es líder de un grupo subversivo que se dedica a la mafia, el clan MacLeod te apoyará por completo. — ¿Estás seguro Gavin? Lachlam es tu tío. Tu sobrino e
Camila estaba nerviosa y arrepentida. No solo por haber contactado a José Manuel Duncan en primer lugar, también por buscar a Alistair que era el hombre más exasperante que conocía. Alistair reía sin parar al ver su consternación. —Déjalo que siga llamando, o bloquea su numero y ya. — ¿Y si ese hombre viene y se enfrenta a Gavin? —Pues dejadles que se peleen como caballeros, ¿acaso te molestará mucho ver a Marina como el objeto de anhelación de dos apuestos millonarios? — ¡Puedes por un momento olvidar tu envidia a Gavin y darte cuenta que esto es importante! — ¡¿Qué yo envidio a Gavin?! —Inquirió con una mano en su pecho con las cejas alzadas —Gavin es rey de una mentira, todo lo que el gran clan MacLeod representa es contrario a la realidad. El asqueroso Murdock me acaba de decir que mi clan es gentuza, ¡Por favor! Gavin heredó un nido de serpientes en vez de clan. — ¿Pues yo pertenezco a su clan? Alistair la miró con las cejas alzadas retandola a que le pi
Gavin fue a su despacho, aún era temprano para buscar a Marina, pero en realidad quería hacerlo. Para Gavin era increíble cómo había llegado a depender de Marina para su propia felicidad. Era un sentimiento nuevo y le sorprendía. Gavin había amado a Sofi con locura, pero había pasado mucho tiempo desde que anhelaba pasar todo el tiempo con ella. Por el contrario, en los últimos años de Sofi él prefería darle su espacio, pensaba que era más sano para mantener la armonía y la llama de la pasión, cosa que con Sofi más bien era el más frío invierno durante el día y un fuego forestal durante la noche. Con Marina tenía tanto balance que lo asustaba. Y es que estaba consciente que era un hombre difícil, al que le obsesionaba la perfección y por ello le gustaban tanto las matemáticas. No había algo más satisfactorio que ver trabajar el flujo financiero, sin importar qué, todo debe cuadrar en cada céntimo. Cosa que justo ahora no ocurría. Gavin revisó una y otra vez, pe
Marina regresó a su oficina, su mente aún estaba ocupada con la conversación que había tenido con Gavin, sentía que él no lo había tomado bien, pero ella se sentía terrible teniendo tanta comodidad y que sus amigas Ana y Marisol se vieran en tantas dificultades económicas, con un bebé, y con el corazón roto. Sabía que si le pedía dinero a Gavin para ellas se los daría, pero de esa manera no era lo mismo. Marina pensaba que si quería hacer un favor debía hacerlo ella, entonces decidió usar el dinero del contrato que firmó con Gavin, pero ahora dudaba de su decisión, quizás era muy pronto, quizás ahora que el clan pasaba por tanto juicio no debía. Ya se había extralimitado de por sí. Al abrir la puerta, encontró a Maggi esperándola, con una expresión de preocupación en su rostro. — ¿Me han llamado de la empresa de bienes raíces?” preguntó Marina, tratando de mantener la calma. Maggi, nerviosa, negó con la cabeza mintiendo. —No señora, no han llamado. —Qué rar