Azriel habia imaginado un sinfín de situaciones posibles. Desde la absurda posibilidad de que Elaine finalmente lo amara, hasta la idea de que Damino lo asesinara. Sin embargo, en su mente, jamás habia contemplado la posibilidad de que la mismísima Elaine empleara un arma en su contra, mucho menos aun que se atreviera a colocarla contra su garganta.El la habia escuchado llegar al lugar, y por sus pasos pudo intuir que no estaba para nada feliz. Pero de el enojo al intento de asesinato habia un largo y arduo camino por recorrer.Y aun asi, a pesar de toda adversidad, ahí estaba ella, con los labios oprimidos contra el oído de Azriel, mientras lo mantenía recto con el cuchillo presionado contra su garganta.—Date por muerto, Azriel—siseo ella contra su oído.El hermoso hombre podría haber gemido ante aquel contacto, por mas nocivo que resultara. Pero la calidez del aliento de la princesa, su mano al tono en su voz. Azriel bien podría estar en un sueño, de no ser por el cuchillo contra
Elaine escucho cada una de las palabras que Azriel acababa de decir, y durante algunos instantes ella simplemente se quedo allí de pie, rigida, incapaz de creer lo que sus oídos acababan de oir. Sin embargo, cuando el shock inicial comenzó a ceder, una abrumadora sensación se apodero de ella.De manera abrupta y sorpresiva, sin poder evitarlo, Elaine comenzó a reir de manera estridente y luego sarcástica. Tanto asi, que sintió como todo su cuerpo dolia ante la risa que lo atravesaba igual que un trueno aniquilador.Las lagrimas ya no le eran suficientes para expresar todo lo que le ocurria, todas las emociones que la conmocionaban por completo. Por ese motivo, ella comenzó a reia de aquel modo que generaba verdadero terror en cualquiera que la observara por algunos instantes.Azriel retrocedio un paso hacia atrás, sintiendo como, de alguna manera, con el peso de aquella risa sarcástica, el dolor se arremolinaba dentro de el. Siendo semejante a la decepción.De todas las respuestas que
Ante el grito desesperado de aquel guardia, Damino volvió el rostro en aquella dirección, pero no logro hacer nada para impedir el impacto de la flecha.Para fortuna de todos ellos, en especial para el príncipe, la flecha le dio en el hombro, esquivando todo órgano sensible. Aquel error en el tiro le dijo al príncipe dos posibilidades: O su rival era pésimo disparando, o simplemente deseaba advertirles para que se vayan.Cualquiera fuera la respuesta, el príncipe Damino no iba a dar su brazo a torcer.Con velocidad y elegancia, el descendió de su caballo, buscando refugio cerca de unas rocas, al mismo tiempo que desenfundaba su espada.Solo necesito lanzar una mirada a sus soldados para ver que algo andaba mal allí. Cundo uno de ellos se precipito para seguir los pasos del príncipe, cuidando su retaguardia, este rápidamente fue sometido por otro de sus hombres, quienes lo asesinaron en menos de tres pasos.Damino parpadeo espantado, comprendiendo muy lentamente lo que allí estaba ocur
Azriel:La sonrisa de Azriel ilumino cada pequeña parte de su rostro. Despues de tanto tiempo, finalmente la felicidad llegaba hasta el.Aquel dia en particular se habia despertado de malas, puesto que un sueño le habia recordado que no era príncipe, no tenia títulos ni tierras, y la mujer que amaba no le correspondia. Sin embargo, fue cuestión de tiempo hasta escuchar la noticia que su mano derecha le traía.Habian pasado dos días desde que el príncipe Damino habia desaparecido, dos días en los que no se sabia absolutamente nada de su paradero. Todos temian lo peor, aunque nadie lo decía realmente. Todos se estaban preparando para aquel momento a excepción de dos personas en ese castillo.El rey seguía convencido de que su hijo regresaría, y la princesa ayudaba a mantener las esperanzas del hombre firmes, igual que las de ella. Ambos parecian consolarse en el recuerdo del príncipe, convencidos fieramente de que Damino volvería tarde o temprano, demorado en su búsqueda probablemente.
Las palabras impactaron y derrumbaron a Elaine, acabando con la poca esperanza que aun habitaba dentro suyo. Si el rey, el mismísimo padre de Damino ya habia nombrado un nuevo heredero a la corona, eso la dejaba a ella como una tonta sentimentalista.Aun asi, Elaine preferia mil veces ser una tonta sentimentalista con el recuerdo presente de Damino, a enterrarlo en lo mas profundo de su corazón para luego simplemente perder la llave.Sin embargo, cada palabra que salia de los labios del rey le dolían de un modo inconmensurable, casi bestial. Ella simplemente sentía aquello como la mas cruel de las traiciones. Su vida ya habia sido reescrita. Y como si se tratase de una especie de terreno o propiedad, ella habia sido asjudicada a un nuevo propietario.El simple pensamiento de imaginar a otro hombre tocándola o intentando tomarla le generaba repulsión y ganas de llorar. Aun amaba a su príncipe de oscura mirada, aunque este ya no habitara en ese mundo.Luego del aununcio del rey, el rec
—Princesa Elaine de Midgreth, me alegra que este aquí—dijo el rey con tono cordial, sin embargo, por su forma de mirar y moverse estaba mas que claro que los nervios lo estaban consumiendo por dentro.La princesa hizo una breve reverencia que no alcanzo a arrugar su vestido, antes de caminar hacia ellos con pasos firmes.El primo de Damino, Fenrryr era demasiado similar a su primo. Tanto asi que el corazón de la princesa lloro al notar aquella boca gruesa, pero sin hoyuelos a los lados. El cabello también era dorado, pero de un tono un poco mas opaco, casi semejante al cobre, mientras que su mirada no era intensamente oscura, sino que era azul. Azul marino, tan brillante como dos diamantes.La princesa no pudo negar que el príncipe era como mínimo atractivo, sin embargo, no era su príncipe cruel. El no era Damino.—Buenos días princesa, es un honor conocerte—saludo Fenrryr, deslizando su mirada a los largo de todo su cuerpo.Elaine sintió el impulso de golpear su rostro, sin embargo,
Fenrryr:El lobo astuto sonrio con arrogancia y orgullo, viendo como Elaine se alejaba del lugar convertida en una furia. Es hizo que el príncipe recien coronado sonriera con amplia tranquilidad.Sin poder evitarlo, el observo el cielo, asumiendo que su primo se encontraba allí.—La voy a cuidar y proteger, Damino… te lo prometo—aseguro Fenrryr con un tono bajo, que solo el fuera capaz de oir, mientras trazaba una cruz sobre su corazón, sellando su promesa con su propia vida.Lo cierto era que desde que Fenrryr habia recibido la noticia de la desaparición y muerte de su primo Damino, el dolor y la tristeza lo habían abrumado. Todos susurraban leyendas y mentiras en relacion al príncipe de mirada furtiva e indiscreta, pero lo cierto era que el lo habia conocido muy bien a Damino.Sabia cual era el dolor que crecia en el centro de su pecho, y por encima de todas las cosas, el comprendía la bondad que habitaba en cada fibra de sus ser. Por ese motivo, no era de extrañar que Elaine lo def
Solo cuando la puerta de su propia habitacion se cerro ruidosamente a sus espaldas. Solo cuando la princesa avanzo lo suficiente hasta el centro del cuarto. Solo cuando ella se aseguro de estar completa y totalmente sola allí, se permitió derrumbarse.Las lagrimas, esas que habia estado reprimiendo con tanta desesperación, finalmente se deslizaron por sus mejillas afiladas, con una incistensia poco usual. Como si a su paso intentaran borrar las marcas y señales de dolor que allí perrcistian.Pero no habia modo ni forma alguna, la tristeza no solo anidaba en su rostro, en su mirada. Esta se habia apoderado de su corazón. Una bestia aterradora habia clavado sus garras en el centro de su pecho, destruyendo absolutamente todo a su paso.No existía modo alguno de que la paz volviera a su vida. No con Damino muerto… no con Fenrryr allí. Menos aun con Azriel asechando desde las sombras, en cada rincón del castillo.Damino estaba muerto, el habia sido asesinado, cada vez aquella idea le queda