Marina Johnson. Ese momento fue devastador. Justo cuando Ethan y yo nos estábamos preparando para salir en nuestra luna de miel, recibimos la terrible noticia de que Gilbert había tenido un accidente. A pesar de amar a Gilbert, ese día había dado mi sí a Ethan por el bien de mi hermana y mi pequeño sobrino.La noticia del accidente de Gilbert me dejó sin aliento, sentí como si mi mundo se derrumbara a mi alrededor.Caí al suelo sin fuerzas, las lágrimas brotaban sin control.Mi esposo me levantó con ternura, tratando de consolarme en medio de tanto dolor.Todos nos dirigimos rápidamente al hospital, la incertidumbre y la angustia se apoderaron de mi ser.En contraste con mi desconsuelo, Gema, parecía estar más serena. Su rostro reflejaba preocupación pero, a diferencia de mí, no mostraba tanta desesperación. Mientras íbamos rumbo al hospital, los pensamientos confusos y los sentimientos encontrados inundaban mi mente, haciendo que la espera en la sala de emergencias fuera aún más a
-¿Los familiares del señor Macallister?-.El médico tenía una expresión grave.-Yo soy la esposa-. Respondió Gema de mala gana.-¿Se murió mi esposo? -No,el paciente se encuentra fuera de peligro y ha despertado.Lo vamos a pasar a una habitación para que lo puedan visitar.Las palabras del doctor fueron como un bálsamo para el alma angustiada de Marina. Agradeció al doctor mientras que Gema se adelantaba a ver a Gilbert. Se apresuró a seguir a su hermana,deseaba pasar junto a ella para verlo.Gema le dio un frío vistazo y ella retrocedio un paso.-Hermana,déjame verlo primero,al fin de cuentas soy su esposa y tú solo eres la cuñada.-Tienes razón,tal vez sea mejor que me vaya,tu marido ya está bien y no me necesitas.-Disculpa,no quise decir eso,me siento un poco irritada.-Anda a ver a Gilbert,yo lo veré después.El tiempo que esperó le pareció eterno,se esforzó en disimular la ansiedad ante su hermana.Apenas entró a la habitación se estremeció al ver su cabeza vendada y los moreto
En su habitación Marina daba rienda suelta a sus lágrimas,un hondo suspiro salió de su pecho.Desde que le dieron de alta a Gilbert la vida en la mansión se hacía insostenible,su mal carácter lo amargaba todo a su alrededor.La joven trataba de hacer el bien sin mirar o tomar en cuenta los reproches del caballero,trataba de pensar en la alegría de que pronto sería madre.Debía ser fuerte y seguir como si nada pasaba en la mansión,pero esa tarde en cuestión se dejó ganar por la melancolía y se derrumbó.Las duras palabras de Gilbert eran susurros acusadores en su mente,cerraba los ojos y todo lo que podía oír era:“Por tu culpa”.A veces se cuestionaba amar a un hombre como Macallister y ese día más que los anteriores,ella lo amaba y lo odiaba al mismo tiempo,cuando lo miraba recorrer la planta baja de la casa en su silla de ruedas a control remoto sentía pena por él.Los ojos le ardían de tanto llorar,estaba hinchada y su nariz muy roja como la de un pasado,no sintió cuando fue que se
Marina Johnson.Mis amigos me insistían,¿verdad o reto?,ellos eran muy irreverentes y no quería ventilar mi asuntos privados,supuse que querían saber si todavía era virgen,a mis veinte años me daba pena admitir que Jhon y yo no lo habíamos hecho.No había sido por culpa de Jhon,más bien fue una decisión de mi parte y lo que más me orilló a pensar de ese modo fue que él se iría a estudiar arte dramático a los ángeles.El motivo de esa reunión de amigos en la discoteca era despedir a mi novio,que viajaría en dos días.El lugar estaba casí vacío eran las diez y media de la noche,aparte de nosotros que éramos un grupo de ocho personas,había en la barra un caballero de aspecto elegante muy guapo,tendria unos treinta y cinco años.Su estampa era de galán de esa telenovelas que le gustaban a mi madre.—Marina,¡responde ya!,¿verdad o reto? --Repitió Catalina de forma inquisidora.—Prefiero reto—.Me encogi de hombres,¿qué más podían pedirme?—¿Ves ese hombre que está en la barra?Yo pensé-¿Có
Marina Jhonson.La suite era muy lujosa,se notaba que a ese sugeto lo que le sobraba era el dinero.Me ofreció un trago de Whisky y me lo tomé hasta el fondo para espantar mis nervios.Estaba resuelta a sacrificarme para salvar la vida de mi madre.—¿Puedo ir al tocador?,no me voy a tardar mucho–.Lo miré con cierto temor mis piernas temblaron en forma leve.-¡Nada de drogas aquí por favor!-.Masculló sin mirarme mucho.—Sólo quiero darme una ducha rápida—.Traté de parecer lo más serena posible aunque en el fondo era un manojo de nervios. El hombre me miró de forma extraña y asintió con la cabeza,se quedó sentando en el sofá tomándose su trago.Yo entré a ese cuarto de baño y luego de asearme me perfume y coloqué un poco de maquillaje,del susto me veía más pálida de lo normal.—Si voy a perder mi virginidad al menos no será con un viejo baboso y repugnante—. Susurré entre dientes.Busqué mi ropa y no la encontré,el venía entrando a la habitación con un lindo vestido en la mano.—Debe s
Gilbert Macalister.La bajé con cuidado del barandal,mis manos estan alertas,por si acaso ella intenta lanzarce al vacío.Es una mujer linda,pero extraña,ha sido un día complicado para mí,horas atrás un amigo me recomendó un club exclusivo,el lugar es para ejecutivos discretos.Se supone que era algo tan simple cómo encargar una puta fina por teléfono y listo.¡Vaya suerte la mía!,me tocó la loca de la discoteca,esa misma que me hizo un baile en la barra a la vista de todos lo presentes.Lo que más más sacó de ondas fue que no estaba a la altura de mis expectativas,era una principiante,la huella de nuestro encuentro íntimo quedó marcado en las sábanas blancas de mi cama.Pese a su poca experiencia me sentí bien atendido,mi esposa no me levanta el ánimo así cómo lo hizo esa chica.Por un momento sentí que su entrega era total y no producto de una transacción.—¿Quién es está mujer?,ni siquiera la pude alcanzar para pedirle el número de teléfono.¡No es el fin del mundo!,es lo que me r
El millonario Parker yacía pálido y ojeroso,levantó la mano en un débil gesto de llamar a su hija.Gema se le acercó con rapidez y le susurró con voz suave:-Padre no te esfuerces,descansa.Joseph Parker ya tenía perfil de difunto,sus ojos eran dos cuencas que albergaba una mirada de angustia y su nariz más perfilada que de costumbre.-Ya descansaré cuando me muera,ha de ser muy pronto la siento cerca.-¿A quién amado padre?-A la muerte,hija.Llama al notario,quiero que venga de inmediato.Gema asintió con la cabeza y tomando el celular cumplió la orden de su padre.El moribundo tosía y se quejaba de los dolores,un agresivo cáncer pulmonar apagaba su vida con lentitud.En esa cama le dio tiempo de reflexionar y arrepentirse de sus pecados que eran muchos,siendo el hombre más adinerado del país había obrado muy mal.Un hijo al que nunca le dio su amor porque a la madre la hizo suya y luego la desechó cómo a un sucio pañuelo,ni siquiera llegó a saber si fue niño o niña.Joseph toda su
-Este apartamento se siente tan vacío sin tí, mamá-. Lágrimas bañaron su rostro.La vida y sus giros inesperados le golpearon sin piedad.Tras la pérdida de su madre un sentimiento de desolación la invadió.En medio de su dolor, decidió explorar el rincón más íntimo del hogar, el cuarto de los recuerdos, cómo su madre lo llamaba.-Aquí tiene que haber algo que me de una pista de mi padre-.Susurró la joven.Entre las reliquias olvidadas, se topó con un antiguo baúl repleto de cartas y accesorios pasados de moda.Recordó que en su infancia se escapaba a ese cuarto y se colocaba los collares de su mamá.Mientras revolvía entre aquellos recuerdos, un destello dorado atrapó su atención: un manojo de cartas atadas con una cinta.Con temblores en las manos, abrió una a una esas cartas. Descubrió que eran misivas que su madre escribió durante dos décadas, dirigidas a su gran amor.Cada palabra cuidadosamente escrita estaba impregnada de amor y nostalgia;cosas que Marina no sabía,su madre sufr