¿Qué tanto daño te pueden hacer las personas que se supone que te deben proteger? Aquellas por las cuales pisaste este mundo sin siquiera pedirlo, pero que tienes que agradecerles por haber hecho el “Sacrificio” de simplemente ponerte aquí e incluso también por darte educación, techo, salud, entre otras cosas.
¿Qué los padres son una m****a? Si, puede ser, pero la mayoría de los chiquillos que dicen tal cosa solamente saben argumentar el hecho de que papá o mamá les prohíben, manejar si toman, tomar, que lleven buenas calificaciones, no drogarse, mantener su habitación ordenada y esas cosas que son normales. ¿Quieren ver lo que es una m****a de padres? Vengan y conozcan a los míos.
Hola, soy Lucía, soy la hija menor de Lina, una mujer que no sirve ni como mamá ni como hija, ¿Mi padre? Simplemente desapareció un día como la neblina desaparece ante los primeros rayos del sol pero por lo que tenía entendido se trataba un hombre irresponsable que solamente vivía tirado en el sillón esperando que el dinero le cayera del cielo, a pesar de esto mi querida mamita del alma lo quería tener a su lado pero en el momento que se miró sin su macho decidió hacerse cargo de nosotros como toda una luchona.
Cualquiera diría que es una mujer sumamente admirable pero la verdad es que se volvió una amargada de la vida que tanto a mi hermano como a mí nos jodió la vida por completo, nosotros vivíamos en casa de mi abuelita en donde estaba ella y mi tía.
Para muchos las cosas iban a ir bien pero era lo contrario, ella empezó a ser una persona demasiado amargada, culpaba a muchos por el fracaso de su relación, en reiteradas ocasiones discutía y amenazaba con irse de la casa, mi nani, a como le decía a mi abuela siempre impidió esto, tomaba las llaves para dejarla encerrada y evitar que nos llevara entre las patas a mi hermano mayor junto a mí.
No fui el ejemplo a seguir, era una niña mala para los estudios, lo que no podía decir de mi hermano mayor a quién se le daban bastante bien las matemáticas, a pesar de muchos contratiempos y dos años reprobados pude salir del bachillerato.
Carlos, mi hermano mayor, terminó por fracasar en su primera carrera, contó con el apoyo de Lina en todo momento, incluso dijo que ella esperaba eso de mí, algo que para ser sincera no me tomó por sorpresa y que siempre era así.
Mi caso por el contrario fue opuesto, decidí estudiar enfermería, me gradué aunque no fue con honores, recuerdo que Lina no deseaba acompañarme a mi graduación debido a que ese día trabajaba y no deseaba pagarle a alguien para que la cubriera ya que no le dieron permiso, sin embargo Carlos fue capaz de hacerle cambiar de parecer. Mi disciplina fue completamente opuesta a la de Carlos, generalmente recibía unas golpizas tremendas por parte de Lina, en los que muchas veces mi tía se tuvo que meter porque se excedió en algunas ocasiones, no fui una blanca paloma por eso nunca le voy a reprochar, además que gracias a eso soy quien soy actualmente.
Pensaba que quizás las cosas iban a cambiar, a pesar de que Lina fue siempre muy dura conmigo, la quería demasiado, tuvo sus errores como cualquier otro padre, lo comprendía, después de todo ninguno de ellos vienen con un manual de como criar hijos, el amor me tenía ciega.
Tuve que madurar pero no fue como cualquier persona de mi edad, Lina empezó en la etapa de que creía que tenía derecho a rehacer su vida con un hombre, aunque al inicio me costó cierto trabajo poder aceptarlo, lo cierto fue que pude hacerlo, me criaron de una forma que mis creencias iban en contra de tal cosa, ¿Cuál era el problema de todo esto? Ella siempre puso a sus machos en primer lugar y en segundo plano a sus hijos, también era de las que se ilusionaba con tipos que gritaban peligro por todos lados.
A partir de ese momento mi infierno comenzó, ella actuaba de forma inapropiada, se comportaba peor que una adolescente, realmente las cosas se complicaron y muchas noches llegué a llorar hasta quedarme dormida, quizás el problema fue que la idealicé demasiado, sin embargo en ese momento no lo podía ver.
Me crié como una mujer demasiado insegura, me sentía espantosa solamente por el hecho de ser talla grande, debido a la falta de orientación pues mi lado femenino no existía como debía ser, siempre vestía de manera simple, la palabra maquillaje era eso nada más, una palabra, ¿Tacones? No, definitivamente no, no cuando medía 1.70 y Lina en muchas ocasiones me decía que si usaba aunque fuera una plataforma terminaría por verme como una jirafa.
Adriel Lund había llegado a mi vida después de muchos trágicos eventos, momentos tan difíciles de los cuales solo con recordarlos me hacían sentir como si el aire me faltara, una época llena de dolor y sufrimiento por la partida de alguien demasiado querida para mí.
Esté adiós inesperado fue el comienzó de todo, ahí fue cuando sentí más vivamente la desesperación, donde el único techo que me cobijaba estaba en peligro de irse para siempre, pero lo que me preocupaba no era quedarme en la calle si no que los recuerdos preciados que había hecho en este inmueble simplemente se podían esfumar como pompas de jabón.
Las cosas en el país donde vivía no eran fáciles, en el momento que llegó aquel documento que amenazó la estabilidad que tenía en ese punto fue la que me forzó a buscar una pronta salida, no podía permitir que mi hogar desde que nací, quedará en manos ajenas y aunque viví demasiadas amarguras en este sitio pues lo cierto es que deseaba quedarme con los buenos momentos.
Necesitaba una fuerte cantidad de dinero, de manera legal y en poco tiempo. ¿Para qué? Para salvaguardar mi hogar, ese sitio que aunque no era la casa más elegante o la mejor arreglada, no dejaba de ser el sitio en donde aprendí a caminar, a gatear, a hablar y muchas otras cosas que eran demasiado preciadas para mí.
Está es mi historia, esto fue lo que sucedió para que yo decidiera subastar lo único de valor que tenía, lo que me hizo conocer miles de maravillas que jamás pensé que podía conocer, aquello que me sacó de las limitaciones que había tenido debido a la familia a la que había sido enviada pero que a pesar de todo no me averguenzo.
Está es la historia en dónde conocí al hombre que revolucionó todo mi mundo a un punto que me produjo las más grandes alegrías y las más grandes tristezas, mi Adriel, la persona que a pesar de muchas dificultades estaría ahí para mí, la que me demostraría que sí se puede confiar en el género masculino y quién me protegió de todo aquello que me podía lastimar, fuera lo que fuera.
Aquí les muestro la forma como yo rescaté mi hogar y fui, Vendida al mejor postor...
Años atrás de los acontecimientos— Bien — habló Lina sentada — ¿Cuándo piensas encontrar trabajo? No pienso seguir manteniendo una buena para nada, querías ser enfermera ¿No? Pues entonces ahí tienes tu carrera busca como ejercer porque ya no eres una niña.— Estoy buscando empleo pero por favor dame un poco de tiempo — suplicó Lucía — es un poco difícil ya que no tengo experiencia.— Escucha muy bien, suficiente con estar apoyando a Carlitos con su carrera para que todavía tenga que mantenerte a ti, o buscas trabajo cuanto antes o simplemente te largas de la casa.— Lina — habló una señora — deja a Lucía tranquila, ella se está esforzando lo más que puede sin embargo la situación no es fácil.— ¡No te metas! Este asunto es con Lucía — ella miró a la chica — si tan solo te hubieras conseguido un hombre las cosas serían diferentes, aunque viendo tu físico pues es difícil que consigas algo bueno.Las manos de la chica se volvieron puños, ella respiró profundamente para no
— Así es, ¿Aceptas el trabajo?Fui feliz, no lo pude negar, finalmente podía trabajar y ya no tendría que estar escuchando la misma cantaleta de Lina sobre esto. Llegué a la casa y en el momento que anuncié que obtuve el trabajo solamente fui felicitada por mi nani y la chaparrita.— ¿Acaso no piensas felicitarme? — le pregunté a Lina — pensé que te ibas a alegrar.— No veo porque felicitarte por algo que simplemente es tu responsabilidad, ahora deja de hacer tanto alboroto por un simple trabajo de enfermera y déjame ver las redes sociales.— Por cierto Lina — habló Carlos — necesito unas cosas para la universidad, dame dinero.— Lucía — habló Lina — dale dinero a tu hermano.— ¡¿Qué?! ¿Acaso es una maldita broma lo que estás diciendo? Apenas hoy fue que conseguí trabajo, no tengo dinero para darle a Carlos además eso no es mi responsabilidad.— Yo no tengo dinero tampoco, mañana mismo pides un adelanto y le das a Carlitos la plata que necesita para su universidad.Me mol
— Solamente serán necesarias las cosas de limpieza, en el psiquiátrico se le pone uniforme.— Muy bien.La niña Anayanci trataba de mantenerse fuerte y el joven Jorge igual pero cuando la sacaron ella estaba consciente.— ¿Me llevan a pasear? — preguntó ilusionada — ¿Adónde vamos?Al escucharla no pude contener las lágrimas entonces me acerqué a ella y le di un beso en su cabeza blanca.— La quiero mucho señora Amalia.— Yo también mi niña y perdóname por lo que te hiceElla me abrazó pero de repente cambió y me estaba ahorcando, los muchachos la sostuvieron fuertemente y ahí fue cuando el joven Jorge se desmoronó.— Joven…Él me abrazó fuertemente mientras sus lágrimas caían por mi cuello, yo correspondí el abrazo y no pude evitar llorar.— Shhh todo va a estar bien, joven.— No quiero que se vaya.— Es lo mejor para ustedes, créame.Una vez que se la llevaron mire como la niña Anayanci se puso peor que el joven Jorge, sin embargo logró reponerse.— Tenemos que ser fuerte
Terminé siendo contratada de manera temporal al cuido de dos nenas y me esforcé al máximo, mi jefa se encontraba contenta de mi desempeño pero como no todo es para siempre termine siendo despedida debido a que el esposo de la señora se quedó sin trabajo.— ¿De nuevo te corrieron? — preguntó Lina con desprecio — ya me tienes harta, ¿Acaso no puedes mantener el empleo al menos por un año? — Comprende que no fue culpa mía, llamaré a los lugares donde metí papeles para ver si todavía están solicitando personal.— Por tu bien espero que sí, porque yo ya no puedo mantenerte.— No te preocupes que no te daré molestias — le contesté molesta — se supone que eres mi mamá pero eres peor que una enemiga.La relación entre nosotras había empeorado ya que ella se empeñaba en fastidiarme la vida y desde que empezó a utilizar las redes sociales solamente sabe estar metida ahí, a excepción de cuándo va a su trabajo.Llamé a todos los lugares pero me dijeron que ya habían contratado a alguien
— Eso sí que no — le arrebate su cartera — ese dinero me lo dió un señor muy amable, lo escondí porque necesito unas cosas de aseo personal y no pienso dártelo para tu macho.Terminé por sacar el dinero así que lo guardé en mi bolsa, Lina intentó quitarlo pero en el momento que no pudo hacerlo empezó a pegarme en repetidas veces, me lanzó al suelo y ahí me pateo hasta que se quedó cansada.— Eres lo peor que me ha pasado — ella escupió — maldita sea la hora que te parí.Un charco de sangre se formó en el sitio donde estaba, Carlos llegó hasta donde estaba y en el momento que me miró fue como si no hubiera visto nada así que simplemente se fue a su cuarto. — ¡Lucía! — gritó la chaparrita — pero qué te ha pasado, niña mía.Ella junto con mi nani me ayudaron a levantarme y me llevaron a la cama, Lina en el momento que me miró fue como si hubiese visto una bolsa de basura que simplemente esperaba el tren de aseo para ser arrojada.— Ya no quiero seguir durmiendo aquí — hablé —
Cuando Lina fue a verme y me miró con una lágrima rodando en mi mejilla, sus ojos se dieron vuelta en un gesto de frustración.— ¿Qué pasó? Ve adentro, si no quieres estar al lado de mi nani voy a ir yo.— Mi mamá va a ser trasladada a cuidados intensivos, ya lo van a hacer, realmente no quería quedarme aquí pero no tengo otra opción ya que tú no tienes la autoridad para tomar decisiones, ni en eso eres buena.No quise decirle nada porque no era el momento o el lugar para discutir. Después de unos minutos la sacaron para llevarla a ese lugar, ella estaba con sus ojos cerrados y yo movía mis pestañas para no llorar.Las normas prohíben que nosotros estuviéramos ahí por lo que nos quedamos en el pasillo con otras personas que tenían a sus familiares en el mismo lugar que mi nani. Fui a comprar unas cosas que nos pidieron y una vez que las tuve se las entregué a la enfermera. Tuve que irme a la casa porque no me había bañado por todo el movimiento que hubo tan temprano, al llegar le di
— ¡He dicho que no! ¿Acaso te has vuelto loca? No pienso abandonar a mi nani solamente porque parezco un poco cansada.— Tienes que convencerla — ella miró a la chaparrita — tal vez a ti te haga caso.— Ven Lucía, tenemos que hablar — ella me tomó del brazo y me llevó aparte — escucha niña mía, es necesario que descanses, te miras demasiado agotada y no puedes seguir así ya que te puedes enfermar, sabes bien que en estos momentos no es conveniente.— Pero mi nani tiene que tener un familiar presente, no podemos dejarla solo con esa enfermera.Al final el doctor dijo que era necesario que un familiar se quedará presente incluso si estaba la enfermera, Lina decidió quedarse con la condición que mañana tendría que quedarme todo el día a pesar de que iba a llegar la señora que habían contratado.— Muy bien, yo me quedaré sin ningún problema pero por hoy te quedas tú.La chaparrita y Lina entraron a ver a mi nani, luego de que la visita fuera hecha me fui a la casa acompañada de m
— Carlos necesito que te regreses — le dije omitiendo la verdad debido a que iba en carretera porque ya trabajaba y justo hoy fue a su trabajo, si le decía esto probablemente ocurriría otra tragedia — por favor es urgente.— Ya Lina me dijo lo que pasó, voy en camino así que deja de fastidiarme la vida.Colgué ya que no era ni el momento, ni tampoco el lugar para discutir con Carlos. Al cabo de unos minutos me llamaron para que pasara a ver a mi nani, seguí todos los protocolos que me exigían y la fui a ver. Entre a la sala y estando ahí me fui sobre ella para llorar, quería llorar quizás el dolor aminoraba pero sinceramente por muchas lágrimas que había derramado no me sentía ni un poco mejor.— Nani, no me haga esto, usted no está muerta solo se encuentra dormida, vamos abra sus ojos — le intente ayudar pero no hubo respuesta por su parte y solamente pude ver que el brillo que tenía antes ya no lo poseía — señora bandida, vamos despiértese, no me haga esto por favor, ¿Qué voy