Capítulo 37

La recepcionista fue muy amable por lo que le agradecí, fui en dirección al elevador y mientras caminaba los hombres me miraban pero la misma reacción que tuvieron los otros la tuvieron ellos, apartaron su mirada al ver hacia atrás.

Yo iba a voltear cuando el señor Lund me rodeó con sus brazos para subir al elevador, me asuste ya que no sabía que se encontraba detrás de mí.

— ¿Acaso me venía siguiendo? — le pregunté — ¿Usted intimidó a esos hombres?

— Te dije que no te separaras de mí sino usaría mis influencias en el hotel — me dijo — ¿Acaso no ves cómo te encuentras?

Al mirar me di cuenta que mi ropa interior se repintaba debido a la humedad que reinaba en todo mi cuerpo, me sonroje y el señor Lund se puso a reír.

— Definitivamente eres tonta — me dijo — una tonta dulce.

Nosotros subimos al piso que nos correspondía y comencé a buscar un cambio de ropa en mi maleta, una vez que lo saque fui a la ducha para quitarme la arena y la sal del mar que andaba. Escuché que alguien
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