Capítulo 38

Al día siguiente que me desperté ella se encontraba boca abajo mientras su pierna estaba encima de mi cuerpo, se miraba lindamente greñuda y mientras dormía respiraba profundamente e incluso suspiraba. Intenté apartar su pierna pero cuando lo hice me abrazó como si fuera un oso de peluche enorme.

El rato pasó y ella comenzó a despertarse, su mano palmeó la zona donde estaba y terminó por darme un golpe en el rostro.

— Ouch — dije y ella abrió los ojos — eso dolió, buenos días Lucía.

Cuando miro en la posición que se encontraba se ruborizo demasiado y terminó por caer de la cama envuelta en la sábana como si fuera un burrito mexicano.

— ¿Estás bien?— le pregunté asustado y ella saco su pulgar para decirme que si — ayer me quedé dormido en la mitad de la película pero definitivamente es entretenido mirar esto contigo.

Lucía se recompuso y su melena de león a como ella la llamaba comenzó a acomodarla, se notaba avergonzada pero yo decidí no decirle nada.

— ¿Quieres comer aquí o en
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