— No, lo más que llegué fue a tener resaca por una copa y media de vino tinto pero no me emborraché. Aimee se sorprendió al ver a la chica que se encontraba delante de ella, no sabía el motivo ni la razón por la cual Adriel la tenía ahí sin embargo cada vez que la conocía más se daba cuenta de que efectivamente es especial. Aunque le intrigaba el motivo por el cual se encontraba ahí simplemente lo pasaba por alto al conocer la personalidad de Lucía y se repetía que en algún momento se daría cuenta de porqué había aparecido en sus vidas logrando varias cosas que impresionaban y una de ellas era que logró hacer cambiar de parecer a su hermano mayor.Pero no solo eso estaba en la lista sino que también lo logró desocupar de su trabajo, Aimee mejor que nadie sabía que Adriel se había refugiado en sus labores luego de tomar el mandato del hotel debido a la muerte de sus padres y a la responsabilidad que tenía no solo de ella sino del resto de empleados.Las horas transcurrieron y finalm
Lucía sonrió triste pero en sus ojos había resignación, según ella era imposible casarse ya que estaba manchada y de cierta manera consideraba que era lo mejor por mucho que le doliera al inicio, no se arrepentía de haber hecho lo que hizo dado que ahora tendría un poco de paz en su vida sin su progenitora a su lado.Adriel en cambio en sus adentros se decían que solo un idiota no desposaría a Lucía, era una chica única que logro hacer muchas cosas que nunca nadie había podido hacer en mucho tiempo y sabía que debido a su gran corazón llegaría lejos.— No te menosprecies tanto, eres una mujer sumamente hermosa y nadie tiene que decirte lo contrario, además Lucía tú eres mucho más que tu virginidad y si a un hombre le importa solo esto simplemente no vale la pena.— Usted dice que soy hermosa sin embargo aunque le agradezco es solo de manera superficial y en si no es que me lo dijeran directamente sino que llegaron a un punto donde me hicieron sentir que nada bueno podía venir de mí
Yo abrí la puerta, Aimee llegó en pijama y preocupada. Cuando entró le expliqué lo que sucedía y ella se tranquilizó a la misma vez que me sonreía.— Necesito toallas sanitarias y unas inyecciones para el dolor — le dije — será que puedes ir a la farmacia y al supermercado para comprar lo que pido.— Sí, no te preocupes — me dijo — iré solamente a la farmacia y luego voy a mi casa para traer toallas sanitarias ya que tengo bastantes.Ella se marchó y yo me puse a esperar pero luego decidí meterme a bañar para no retrasarme tanto, después de ducharme me cambie pero espere sentada en la taza del inodoro para no manchar mi ropa interior.Aimee llegó y le grite que solamente tirara las toallas sanitarias sin entrar por lo que ella lo hizo, tuvo una buena puntería y logró que el empaque cayera en mis pies. Una vez que estuve preparada salí del baño.— ¿Te encuentras mejor?— me pregunto.— Si, has sido mi ángel Aimee, muchas gracias.— Entre mujeres nos entendemos, le hubieras di
Yo sonreí y el señor Lund me miró, era un hombre sumamente agradable y en especial un caballero.— Tiene el cabello blanco— le dije — así que eso es un punto para su vejez.— Buen punto — me dijo el señor Lund — se lo haré saber — me guiño el ojo. Se puso a escribir y luego se levantó de su lugar, yo me dirigí al que era mi cuarto temporal para coger mi maleta. Al salir mire que él llevaba dos maletas y un bolso maletero.— ¿Nos vamos?Yo asentí y cuando quiso ayudarme con mi maleta no acepté, ni que le saliera un tercer brazo para cargarla. Subimos en su coche y nos dirigimos al aeropuerto en donde fuimos a la autopista, entregó unos papeles y se dio vuelta para esperarme.— Vámonos — me dijo — tengo un jet para ir más cómodos. Yo me sorprendí aunque ni sabía porque, solo con ver la casa que tiene es normal que posea un jet privado para viajar a todos los rincones del mundo.Al entrar al jet nos recibió una azafata sumamente amable, despegamos y mientras el jet se elevab
— Oye lo que estás diciendo, eres una mujer sumamente inteligente y creo que te darás cuenta de que lo que dices es absurdo. Escucha, nadie absolutamente nadie te va a preguntar con quién andas sin segundas intenciones. — ¿Qué puede querer un hombre de mí? No soy la gran cosa e incluso me considero insípida, quizás llame la atención debido a mi ropa que definitivamente es lo contrario al lujo de este hotel, incluso su camiseta es más cara que todo lo que yo estoy usando en estos momentos.— Incluso con un costal de papas te mirarías hermosa, si deseas podemos ir a otro lado más simple.— ¿Adónde? Estamos en Dubái, aquí hasta los contenedores de basura tienen elegancia.El señor Lund se puso a reír y se levantó entonces me extendió la mano para que la tomara, lo hice y nos fuimos caminando hasta la playa.— Es la primera vez que miro el cielo de la playa en la noche.— ¿Es en serio?— Sí, la playa queda a una hora de mi casa sin embargo no tengo carro para moverme de noche y en
La recepcionista fue muy amable por lo que le agradecí, fui en dirección al elevador y mientras caminaba los hombres me miraban pero la misma reacción que tuvieron los otros la tuvieron ellos, apartaron su mirada al ver hacia atrás. Yo iba a voltear cuando el señor Lund me rodeó con sus brazos para subir al elevador, me asuste ya que no sabía que se encontraba detrás de mí.— ¿Acaso me venía siguiendo? — le pregunté — ¿Usted intimidó a esos hombres?— Te dije que no te separaras de mí sino usaría mis influencias en el hotel — me dijo — ¿Acaso no ves cómo te encuentras?Al mirar me di cuenta que mi ropa interior se repintaba debido a la humedad que reinaba en todo mi cuerpo, me sonroje y el señor Lund se puso a reír.— Definitivamente eres tonta — me dijo — una tonta dulce.Nosotros subimos al piso que nos correspondía y comencé a buscar un cambio de ropa en mi maleta, una vez que lo saque fui a la ducha para quitarme la arena y la sal del mar que andaba. Escuché que alguien
Al día siguiente que me desperté ella se encontraba boca abajo mientras su pierna estaba encima de mi cuerpo, se miraba lindamente greñuda y mientras dormía respiraba profundamente e incluso suspiraba. Intenté apartar su pierna pero cuando lo hice me abrazó como si fuera un oso de peluche enorme.El rato pasó y ella comenzó a despertarse, su mano palmeó la zona donde estaba y terminó por darme un golpe en el rostro.— Ouch — dije y ella abrió los ojos — eso dolió, buenos días Lucía.Cuando miro en la posición que se encontraba se ruborizo demasiado y terminó por caer de la cama envuelta en la sábana como si fuera un burrito mexicano.— ¿Estás bien?— le pregunté asustado y ella saco su pulgar para decirme que si — ayer me quedé dormido en la mitad de la película pero definitivamente es entretenido mirar esto contigo.Lucía se recompuso y su melena de león a como ella la llamaba comenzó a acomodarla, se notaba avergonzada pero yo decidí no decirle nada.— ¿Quieres comer aquí o en
Tome su mano y los dos saltamos al mismo tiempo, se notaba que disfrutaba hacer esto y no estaba asustada en absoluto.— Woojoo — grito mientras sonreía de lado a lado.Nosotros terminamos colgados y ella se notaba visiblemente emocionada, cuando bajamos daba brinquitos del gusto.— Definitivamente es asombroso, siempre quise hacer esto y le agradezco por permitirme vivir esta experiencia.— ¿Qué más quieres hacer?— No sé, soy toda suya señor Lund y lo que decida hacer me parece bien.— ¿Hasta deportes extremos?— Hasta deportes extremos — me respondió — la vida es una y se tiene que vivir de la manera que uno desee mientras no dañe a los demás.— Hoy vamos a dejar de lado los deportes extremos e iremos a hacer algo más calmado.— ¿Qué vamos a hacer? — me interrogó ansiosa cual niño en la fábrica de dulces.— Un paseo en yate, vamos.Nosotros nos fuimos de ahí, una vez que pague por el servicio y Lucía les agradeció a los trabajadores, llegamos al puerto y caminamos en d