Así como el viernes paso así mismo llegó el lunes y eso significaba una cosa, era día de escuela. Era la última semana y todos estaban más que felices ya que no tenían que ir más a la escuela hasta enero.
Harry estaba en su casa, echaba chispas por los ojos por el coraje que sentía en esos momentos por culpa de Taolath ya que era más de las siete y treinta; y él tenía que estar en la escuela antes de esa hora.
Él nunca ha llegado tarde a la escuela y por culpa de Taolath hoy será su día. Después de que Liam se fuera sin darse cuenta se sintió mejor y pasó lo que quedaba del viernes con sus amigos, hasta que se tuvieron que ir a sus casas. El sábado habló con su madre y le preguntó porque ella le había dicho que tenía que beber unas pastillas para mujeres que no querían tener hijos.
Harry sintió como su madre entraba a su habitación con una sonrisa en la cara y él le devolvió la sonrisa con toda sinceridad.
— Hola, amor —saludó, besando su frente.
— Hola, mamá, tengo que hacerte unas preguntas y quiero que me contestes con toda sinceridad —cambió su rostro a uno más serio.
— Dime, amor —él respiró hondo antes de hablar.
— ¿Por qué me dijiste que tenía que tomar unas pastillas que las mujeres solo usan para no tener hijos? Y quiero toda la verdad —preguntó, sin rodeos.
— Esas pastillas son para cuando una persona no quiera tener hijos —respiró, hondo, antes de seguir hablando—. Tú tienes un útero femenino que puede producir un embarazo, naciste con órganos parecidos a los de una mujer, así como yo, tú también puedes tener hijos, pero como estoy muy segura tú no has tenido relaciones con un hombre ¿Cierto? —inquirió, mirándolo con mucha seriedad.
— No, madre, nunca he tenido relaciones con un hombre —ella asintió.
— Eso espero, porque no me gustaría tener a un hijo maricon en esta casa, así que ya sabes. Ya me voy tengo que hacer unas cosas con tu padre nos vemos mañana en la noche — expresó, antes de salir de la habitación y dejar a Harry con cara de tragedia.
El sonido de un claxon le hizo volver a la realidad. Se levantó furioso de donde estaba sentado y fue hacia la puerta, la cerró furioso.
— No digas nada, mi despertador no sonó y mi mamá tuvo que levantarme esta mañana — confesó Taolath, al ver la cara que Harry tenía cuando se subió al carro.
— Ni el mío sonó, por poco y me caigo en la bañera —dijo Gideon, antes de bostezo—. ¿Hicieron las tareas que dejó el profesor Jackson? —preguntó Gideon, con los ojos entre cerrados.
— Sí, yo las hice todas, por eso fue que no sentí mi despertador sonar hoy —contestó, comenzando a conducir.
— Yo igual las hice ¿Y tú? —preguntó el chico de rulos.
— Sí, me siento un niño inteligente —rió.
— Oye, Harry, aun me falta un ejercicio en mate, ¿Me ayudas? No entendí nada de nada —hizo un puchero y Harry rodó los ojos.
Tomó la mochila que Gideon le pasaba y tomó el cuaderno de Taolath de matemáticas. Lo abrió y se sorprendió al ver que este tenía todos los ejercicios bien hechos.
— ¿Tú hiciste eso? —preguntó, y él sólo asintió.
— A veces soy muy inteligente —dijo, sacándole la lengua.
— Me sorprende de ti.
— Taolath es un niño muy inteligente —el mencionado lo miró mal.
Harry hizo lo que le faltaba y llegaron a la escuela. Prácticamente saltaron del carro en movimiento cuando Taolath llegó al estacionamiento. Comenzaron a correr por el pasillo de la escuela hasta ver las escaleras y subir los escalones de dos en dos. Llegaron a su destino, pero se detuvieron al oír más de una voz hablar con seriedad.
Harry tocó la puerta y las voces se detuvieron en ese instante. Los tres chicos tragaron con fuerza al oír pasos firmes que se acercaban a ellos.
— Estamos jodidos —masculló Gideon, en un pequeño susurro, que sólo era para ellos tres.
— Yo diría que estamos muertos —dijo Taolath, del mismo modo que Gideon
— Ya hagan silencio —los regañó Harry, enojado por su actitud y también porque a lo mejor lo pueden escuchar.
La puerta se abrió mostrando a un Liam con el ceño fruncido y el semblante serio. Ninguna novedad para los chicos.
— Llegan tarde —dijo, con los brazos cruzados en su pecho.
— Es que el carro de Taolath se dañó y tuvimos que detenernos y llamar a una grúa para que lo buscara, por eso es nuestra tardanza —dijo Harry, antes de que sus amigos dijeran algo.
— Está bien, ya pueden entrar —dijo, haciéndose a un lado y los tres entraron. Harry vio que en su lugar estaban Taylor y Eleonor.
Se sentó junto con sus amigos quienes veían hacia el frente. Vio que en el salón estaban Daldon y Josh mirándolos.
— Cómo les seguía diciendo, todos saben que hay un campamento para pasar las vacaciones de invierno. No es necesario que tengan que ir, solo están asignados dos cursos los cuales son éste y el otro de este mismo grado, para ir al mismo sintió, les voy a pasar una lista para que se inscriban en ella, solo irán tres profesores los cuales somos nosotros tres así que ya saben —dijo, pasando la lista a la primera fila.
— ¿Ustedes van a ir? —preguntó Harry, y ellos asintieron.
— Sí —dijeron lo mismo.
La lista llegó a sus manos y ellos se inscribieron en esta. Harry se levantó de allí para llevarle la lista a Liam quien lo miraba.
— Te quedarás después de clases —asintiendo fue hacia su lugar.
— Eso es todo, nos vemos después —dijo Josh, saliendo de allí, pero sin antes mirar a Taolath quien escondió la cabeza.
— Nos vemos mañana —dijo Daldon, y salió de allí sin ni siquiera mirar a Gideon.
—Hicieron la clase que les dejé el viernes —dijo, y todos comenzaron a murmurar—. Por lo que veo nadie la hizo ni mucho menos el intento. Preparen las mesas les daré un examen —dijo buscando los exámenes.
— Nosotros la hicimos —dijo Gideon, y le llevó los cuadernos a Liam y volvió a su lugar.
— Solo tres personas hicieron la tarea, así que los que no la hicieron tienen que tomar un examen, preparan las mesas —dijo serio.
Todos limpiaron sus mesas con quejas y maldiciones hacia el profesor Jackson.
Liam volvió a su lugar para corregir la tarea innecesaria que había dejado el viernes. Cuando llegó el turno de corregir el cuaderno de Taolath vio que la letra que tenía en uno de los ejercicios, no era la letra de él. Buscó entre los dos cuaderno que le quedaban y vio que era la letra de Harry. Dirigió su vista hacia donde estaba Harry, percatandose de que estaba leyendo un libro, mientras que sus amigos estaban con sus celulares.
Tomó su celular y escribió un mensaje para Harry.
Harry sintió como algo vibrar en su pantalón, entonces sacó su celular de su bolsillo y vio que tenía un mensaje de Liam en este.
"Le has hecho la tarea a Taolath y eso merece un castigo, hoy no te salvas" lo leyó y rodó los ojos mirando a Liam, quien rió por bajo para no llamar la atención de nadie.
El timbre sonó y todos comenzaron a recoger sus cosas para salir de allí, pero no sin antes entregarle el examen a su profesor. Harry se quedó de último "recogiendo sus cosas" hasta que todos salieron hacia el salón de idiomas, que estaba a unas cuantas aulas después de la de Liam .
Liam le hizo una seña a Harry para que se acercara a él y así lo hizo sin rechinar se colocó frente a el escritorio.
— Con que le hiciste la tarea a Taolath, eso merece un castigo, desnúdate —Harry negó.
— No lo voy hacer, no me voy a desnudar. A lo mejor entra alguien aquí y me ve desnudo eso sí que no —dijo retrocediendo, y Liam lo fulminó con la mirada.
— Ya te dije que lo hagas, no me hagas repetirlo otra vez, porque me verás muy cabreado. Así que, hazlo sin decir nada más —Harry volvió y negó.
— No. ya le dije que no lo voy hacer —Liam se levantó furioso.
Fue hacia la puerta y la cerró con seguro. Volteó hacia donde estaba Harry y caminó hacia él.
— Ahora desnúdate —le dijo rojo del enojo que sentía en esos momentos. Se sentó en la silla de su escritorio y esperó a que él hiciera lo que le ordenó.
Harry al ver como Liam reaccionó comenzó a despojarse de la ropa con los nervios a flor de piel, al sentir la mirada de Liam. Dejó la ropa sobre uno de los pupitres y miró a Liam mordiéndose el labio inferior con nerviosismo.
— Dije desnúdate, ósea, toda la ropa —dijo con una ceja levantada.
Harry comenzó a bajar su bóxer, hasta que al fin yo no estaba en su cuerpo.
— Ahora ven y coloca tu estómago sobre mi regazo, ya sabes cómo me tienes que decir.
Harry se acercó a él lentamente y se colocó como Liam le había dicho.
— Bebé, te has portado mal, sabes que me gusta que hagan las cosas cuando lo diga y tú no hiciste caso a eso, así que es hora de tu castigo —dijo acariciando las nalgas de Harry.
— Si, Daddy —susurró tembloroso.
— Cuenta hasta diez —dijo dándole la primera nalgada.
— Uno, Daddy —mordió su labio inferior.
Otro golpe.
— Dos, Daddy —dijo cerrando los ojos.
— Esta es para que no me lleves la contraria —le dio con mucha más fuerza que hizo que Harry se sacudiera por la fuerza.
— Tres, Daddy —cerró los ojos con fuerza.
— Estas dos es para que nunca me digas que no —dijo, antes de darle dos golpes en la nalga izquierda.
— Cuatro y cinco, Daddy —Pero se contuvo antes de hacerlo.
— Este es para que cuando te diga que te desnudes lo hagas —dijo, dándole aún más fuerte en la nalga derecha y Harry no se contuvo y gritó.
— Seis, Daddy —dijo, con frustración y soltando un suspiro.
— Este es para que cuando te diga que quiero hacer algo contigo, no me digas que no — le dijo, en el oído antes de darle dos golpes en la misma parte.
— Siete y ocho, Daddy —sollozó, sin poder contenerse.
— Esto me está encantado — rió, antes de darle en la nalga izquierda.
— Nueve, Daddy —dijo llorando ya que no podía más.
— Esta última es para que entiendas que lo que yo diga, se hace sin peros —dijo dándole la última.
— Diez, Daddy —dijo al fin soltado un suspiro de alivio.
— Ahora arrodíllate frente a mí —lo ayudó a ponerse de pie.
Harry lo hizo sin decir nada, soportando el dolor que sentía en su trasero.
Liam se desabotono el pantalón bajándolo junto con los bóxer dejando a la vista a su miembro erecto listo para que lo atiendan. Harry ya sabía lo que venía, así que tragó duro.
— Cómo es tu primera vez, será lento, pero no tanto —dijo acariciando su pene frente a la vista de Harry—. Ahora acércate y comienza —dijo con voz ronca y con los ojos oscuros.
Harry se acercó con algo de temor, quitó la mano de Liam y tomó el pene del mayor y lo comenzó a subir y a bajar. Esto sorprendió a Liam bastante al ver que Harry tomó confianza. Harry lo subía y bajaba con rapidez, escuchando los gruñidos de Liam .
— Ahora mételo en tu boca —ordenó. Harry abrió los ojos como platos—. Hazlo —Harry lo hizo sin decir nada.
Harry al entrar tan rápido en su boca por poco y vomita, pero se contuvo. Ahuecó las mejillas chupando con más fuerza Liam .
— Oh, bebé, sigue —gruñó—. Mastúrbate.
Harry tomó su miembro que estaba un poco erecto y lo comenzó a mover al mismo ritmo que se lo chupaba a Liam.
Liam colocó sus manos en la cabeza del menor para que vaya más rápido ya que sentía que se iba a correr en cualquier momento. Nunca se había corrido tan rápido cuando le estaban haciendo una mamada.
Se corrió sin ni siquiera decirle al menor que lo iba hacer.
— Trágatelo —acarició la cabeza del menor.
Harry cerró los ojos y se lo tragó todo. Liam tomó el pene del menor y lo masturbo hasta que se corrió.
— Ya te puedes ir, le puedes decir a Josh que estabas conmigo él sabrá —dijo limpiándolo.
Cuando terminó de colocarse el pantalón como debía de estar, miró a Harry terminar de ponerse su ropa dándole la espalda.
— Ya te puedes ir, espero que no le hayas contado a nadie de esto.
— No le he dicho a nadie —dijo tomando su mochila.
— Está bien, ya vete —dijo sin darle importancia.
Harry salió de esa aula con lágrimas saliendo de sus ojos, corrió hacia el baño para lavarse las manos y la boca repetidas veces hasta que la sintió como si se fuera a partir.
Tiró la mochila en el piso y se sentó con su rostro entre las rodillas. Se lamentaba todo lo que le pasaba, él no quería esa vida. La puerta del baño se abrió, pero él no le tomó importancia y siguió llorando hasta que sintió que lo llamaban.
— ¿Harry? —Él levantó la vista y se topó con los ojos de Daldon.
Lo abrazó sin importar nada.
— Yo no quiero esta vida, yo no hice nada malo —dijo llorando— ¿Por qué él me hace esto? Yo no lo pedí —dijo, en el pecho fuerte de Daldon.
Daldon sintió lástima por el chico, ya que no le deseaba el mal a nadie.
— Ya, ven tienes que ir a clases —dijo, ayudándolo a ponerse de pie y le lavó la cara.
Tomó la mochila del menor y ambos salieron de allí, le pasó una servilleta para que se secara las lágrimas que estaban saliendo otra vez. Harry le suplicó que no le dijera a nadie lo que vio allí adentro, y Dalton dijo que no se preocupara que no le fuera a decir a nadie. Tocaron la puerta del aula de Josh, quien los miró con ceja levantada a ambos.
— Harry se sintió mal, por eso fue que lo traje yo —dijo antes de que Harry dijera algo.
— Está bien, ve y siéntate con Gideon —rió al ver la cara de Daldon, pero Harry no se dio cuenta ya que estaba adentro.
— Fue Liam , antes de que preguntes —Josh negó.
— Hay que ponerle un alto —dijo cerrando la puerta.
— Ahora voy a decirle, él cree que Harry es igual a Will, que hacía lo que él deseaba, pero aun una gran diferencia —dijo negando—. Me voy y cuidado con mi chico— dijo, antes de irse.
— Descuida, ya tengo el mío —le dijo, antes de entrar y dar la clase.
Dalton furioso en el aula donde Liam impartía clases.
— Tengo para decirte que le bajes dos rayas con lo de Harry —se acercó.
— Tú no eres nadie para decirme que debo hacer con él, así que largo —dijo señalando la puerta.
— Solo te digo él no es Liam —dijo antes de azotar la puerta antes de salir.
— Harry, tu Daddy está furioso —rompió el lapicero.
Las clases terminaron por ese día y Harry se sintió mejor que antes, sus amigos lo ayudaron bastante haciéndolo reír por cualquier cosa, hasta el profesor de idiomas, ósea, Josh les llamó la atención más de una vez para que hicieran silencio en su clase, pero a los pocos minutos volvían con las risas.Josh por un lado estaba feliz, veía mucho mejor a Harry que esa mañana, pero en algunos momentos lo veía distraído, pero después cambiaba su rostro cuando Gideon o Taolath le decía él algo al oído, a Josh no le gustaba como Taolath se acercaba a Harry, estaba celoso, aunque no lo demostrara.Harry recogió sus cosas al igual que los chicos y salieron del salón sin mirar a nadie. No se percataron de tres pares de ojos que los veí
Ya había pasado una semana desde que Liam había violado a Harry, por tercera vez. Harry después de que Liam se fuera, se levantó como pudo de la cama, fue hacia el baño para lavarse todo el cuerpo y quitar las huellas que tenía en el brazo por culpa de Liam.Después del baño fue hacia la habitación de su madre y tomó unas pastillas del día después. No quiera tener un hijo producto de una violación.Después de todo eso se fue a dormir, ya que al día siguiente tenía clases.Esa semana fue la peor para Harry, ni siquiera se podía mover, su cadera y trasero le dolían como los mil infiernos. Pero como siempre Liam se las arregló para que Harry le hiciera unas cuantas mamadas esa semana.
Harry ya se sentía un poco mejor, pero no quiso salir de su habitación en todo el día, tenía miedo de encontrarse con Liam . Gruñó enojado y tirando las sábanas al piso mientras se levantaba, necesitaba salir de la habitación antes de que Liam llegara.Buscó un abrigo y se lo colocó, para luego salir de la habitación y chocar con un pecho duro. Tragó saliva cuando se dio cuenta que la persona que tenía enfrente era Liam , quien tenía una bolsa pequeña en la mano.— ¿A dónde vas? —preguntó el mayor, con el ceño fruncido.— A caminar un rato —susurró, con temor en su voz.— Me estás mintiendo, estoy
Se despertó por la brisa de la ventana fría que entraba por la ventana de la cabaña, se acomodó mejor en la cama y miró la hora en su celular. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente por arte de magia y eso lo hizo sonrojar de sobre manera.Las caricias que Liam hizo la noche anterior, sus gemidos, sus gritos, todo le hizo que se sonrojara. Miró hacia un lado de la habitación y vio que estaba la bolsa que Liam había traído la noche anterior.Tomó la nota que estaba con esta y la abrió.Espero que la noche anterior se repita, porque me encantó como gritabas mi nombre, aquí te dejo esta ropa, espero que la uses el día que nos volvamos a ver, ya que anoche no la usaste para mí.
— ¡Feliz cumpleaños, Harold! —gritaron sus amigos, cuando Harry llegó al carro de Taolath.— Gracias. Ya dejen de decirme Harold, odio ese nombre —dijo Harry, rodando los ojos.— Ya lo sabemos. Eres un niño grande, pero jamás igual que yo —bromeó el mayor, de los chicos.— Ja. Eres un viejo, jamás serás joven de nuevo, maldito negro.— Y tu envidioso, porque este negro te gusta —dijo riendo, y Harry solo pudo darle un zape en la cabeza.— Tu jamás dejarás de ser más viejo, ni siquiera cuando te ponga las cosas que te pongas en la cara —dijo Harry, sacándole la lengua.
Harry despertó desorientado lo único que recuerda, es que estaba bailando con un chico muy atractivo, que este le había dado una bebida, pero después todo se volvió borroso para él. Pero lo que no olvido fue ver los ojos de Liam que la miraban, desde un extremo de la discoteca.Se levantó de la cama y fue al baño, sin importarle donde estaba, solo sabe que entró a ese baño desconocido y se lavó los dientes con un cepillo dental.Cuando terminó de lavarse los dientes se sintió mareado, se sostuvo de lava manos para no caerse. Buscó en uno de los estantes que estaban en el baño hasta que encontró unas aspirinas y se las tomó. Salió del baño y paró en seco cuando se dio cuenta de que esa no era su habitación y tampoco l
Harry ya se encontraba estable en la habitación del hospital, todos sus amigos estaban esperando a que el menor despierte. Liam no estaba en el hospital, se fue de allí desde que los amigos de Harry llegaron, le había pedido a una de las enfermeras que los llamara.Taolath estaba ansioso, al igual que Gideon querían saber por qué Harry estaba allí. Los padres de Harry aún estaban en camino sin saber por qué su hijo estaba en el hospital.Harry despertó mirando hacia todos lados hasta que distinguió que estaba en la habitación de un hospital. El doctor entró con unas hojas y con el ceño fruncido.— Hola, Harry —dijo con una sonrisa y Harry se la devolvió a un débil. Taolath estaba en clases y deseaba que estas ya terminaran, para ir al hospital con Gideon a recoger a Harry e ir a la casa del rizado a hacerle compañía. Ya deseaba que ese día se acabará, o mejor dicho salir del aula del profesor Devine.Josh, desde que Taolath entró a la escuela ese día no había podido dejar de mirarlo, cada vez que explicaba algo sobre francés (que era la materia que tocaba a esa hora y día) siempre miraba a Taolath quien le daba una mirada de odio y eso siempre le hacía reír en silencio.Taolath se acercó al escritorio de Josh a dejar su cuaderno y este solo lo miro de arriba hacia abajo.— Recoja los demás cuadernos, por favor —dijo con una sonrisa "Capítulo 14.