—Bueno, si es mi culpa, déjame enmendarlo— en cuanto dice eso toma mi mano y la aleja de mi boca para meter mi dedo herido en su boca.
Sus ojos se quedan fijos en los míos, tienen esa apariencia animal, salvaje, feroz, siento como su lengua se desliza alrededor de mi dedo y no puedo evitar sonrojarme, mi cara está caliente, las palabras se agolpan en mi garganta, pero no logro decir ni una sola, simplemente me quedo congelada viendo cómo se deleita con mi dedo y bueno... seamos sinceros, es una imagen muy sexy ver a un hombre tan guapo como él hacer esto, es su culpa por ser tan sexy y comportarse de esa manera tan sensual, ¿qué carajos estoy pensando?, bueno... si entiendo lo que estoy pensando, pero también estoy consciente de que no debería de hacerlo. De repente un ruido me distrae, el radio suena como si Raúl hubiera prendido el suyo, tanto Kronos como yo volteamos hacia el aparato que deje
Con forme bebo de mi vaso salgo del baño y busco que ponerme, un vestido negro entallado, sin mangas, con cuello de tortuga, me pongo mis botas negras a media pantorrilla y busco en mis cajones mi cajetilla, la abro y muevo el paquete, me quedan solo dos cigarros, suspiro molesta, tomo uno y lo enciendo mientras me asomo por la ventana de mi habitación.De repente mis oídos creen escuchar ese sonido de interferencia, volteo y veo el radio que me dio Raúl, estáapagado, los focos que encienden cuando detectan sonido no se prenden, simplemente fue mi idea, pero no soy capaz de despegar la mirada de ese pequeño aparato que me recuerda la promesa que no pude cumplir. Unos golpes me sacan de mi ensoñación, tocan a la puerta, es una de las chicas de servicio que se asoma tímidamente.-Señorita, el coronel Kaspar ha llegado, desea hablar con usted— me dice con algo de timidez mientras volte
—¿Qué te hizo ese imbécil?—, intentover su rostro, pero mantiene la mirada abajo.—Está totalmente desnudo— dice mientras se pone aún más roja —no quiere vestirse— cierro los ojos y suspiro.Cliff toma a la chica y la saca por el pasillo mientras yo me envalentono y camino hacia la celda no sési con un deseo culposo de que siga desnudo, ¡ay no!, de solo pensarlo siento que ya me sonrojé, respiro un par de veces para controlarme y abro la puerta de forma violenta, noto que la celda ha cambiado, estámás iluminada, hay una silla grande con una mesa a su lado, una botella de vino tinto y dos copas, estásu ataúd dispuesto como cama y un sillón del otro lado, también un ropero algo grande con las puertas abiertas y lleno de ropa y él en el centro, sirviendo elvino en las copas con el
—Hablécon Kaspar— me dice algo serio sin voltear a verme.—¿Qué te dijo?—, le pregunto mientras veo por la ventana.—Lo que pasó anoche— siento una punzada de dolor en el corazón —¿estás bien?—No—mis ojos empiezan a arder —le fallé a Raúl... murió sin que pudiera hacer algo y de una forma grotesca... triste, no se lo merecía— un nudo empieza a formarse en mi garganta, Tristán toma mi mano y la aprieta gentilmente mientras conduce.—Lo siento... en verdad lamento lo que pasó, era un niño apenas... pero no te culpes— intenta tranquilizarme, pero no veo como lo pueda lograr.—No es tan fácil— le digo mientras acaricio su mano en mi rodilla.—No lo es... pero no estás sola— cuando dice eso pienso inmediatamente en su padre, el s
—Coronel— lo saludo mientras lo veo fijamente a sus ojos verdes aceituna.—Señorita Artemisa— me sonríe amistosamente mientras damos vueltas por la pista —busquélo que me pidió— por un momento no entiendo sus palabras, volteo a verlo con curiosidad —hice el análisis de ADN yhubo una congruencia, encontramos a una personaque tiene antecedentes penales y por eso estáen el banco de datos... comparte el 70% u 80% de compatibilidad genética— por fin lo entiendo, la sangre de la maldita a la que le corté la cara.—¿Y?—, espero a que siga hablando todo lo que sea necesario.—Solo encontré eso, viveaquí... sufamilia vive aquí, pero no puedo decirte nada más, el resto de la familia no tiene antecedentes, no hay forma de poder decir quién es, por lo menos no así—
—He llegado muy lejos como para cometer un error que me cueste la vida, ¿crees que si notan que no soy fiel a mi ama no intentarán matarme?—, le digo molesto, indignado mientras Bakari camina hacia mí tranquilamente, sin temor.—Mi señor, nadie se dará cuenta, créame— me dice con una sonrisa en los labios —lo único que pasará es que su ama se sentirá débil y cansada por cortar el lazo que los une... eso es todo, después de un buen sueño, todo seguirá normal— extiende su mano hacia mí, pidiendo la mía, pero no puedo evitar dudar en hacerlo.—Vamos Kronos, no hay mucho tiempo— me dice Tea impaciente y molesta.—El lazo que me une a mi ama... ¿crea alguna... dependencia emocional?—, le pregunto con algo de temor al hechicero, tratando de encontrar una explicación a eso que está 
Desde los ojos de ArtemisaAbro mis ojos y noto que estoy en la cama con el vestido aún puesto, me levanto y me siento cansada aún, salgo de la habitación, me recargo sobre la puerta pensando si vale la pena levantarme el día de hoy, siento comezón en la palma de mi mano donde tengo la cicatriz que me une a Kronos, empiezo a rascarme con algo de fuerza, es tan molesto.Veo al otro lado del pasillo, donde está la que alguna vez fue la habitación de mis padres, noto por debajo de la puerta una luz prendida, lo cual es imposible, ese cuarto ha estado cerrado por años, empiezo a caminar hacia él con curiosidad, veo hacia todos lados alerta, no siento confianza. Tomo el pomo y antes de girarlo respiro profundamente, abro la puerta y veo a mi madre en la cama, está cubriendo su brazo, se ve diferente al último sueño que tuve, porque claramente acabo de darme cuenta que este e
Sigo al pie de la letra la dirección que me dio Cliff, llegamos a una de las zonas más pobres de la ciudad, hay muchos edificios de departamentos, es una zona gris, triste y que el cielo esté nublado no ayuda mucho, la gente pasa por las calles sin levantar la mirada, con desconfianza.En cuanto salimos del carro Kronos y yo nos vemos fijamente, parece que ninguno de los dos está seguro de lo que hacemos aquí. Caminamos hacia el edificio correspondiente, entramos y vemos las paredes llenas de grafitis, gente en el piso sentada, quiero creer que dormida o tal vez muerta, ratas corriendo pegadas a las paredes buscando algo que comer mientras que las luces titilan a punto de apagarse. Subimos por las escaleras y vemos como las cucarachas corren con cada paso que damos, Kronos está asqueado y tratando de soportar la situación lo mejor que puede.Caminamos por el pasillo que nos lleva hacia el departamento donde vive la famil
—Difícil comienzo, nací y crecí en Grecia, específicamente en Esparta... aunque podría jurar que mi madre era Ateniense— dice concentrándose en recordar. Me quedo sorprendida, ¿tan viejo es?, decido evitar mis comentarios y dejar que prosiga —tenía una esposa... Kassandra, una mujer de mirada dulce, piel canela, ojos verdes y un cabello negro como el carbón, era fuerte... decidida, en Esparta tanto hombres como mujeres eran adiestrados para la pelea, era un lugar donde tu género no te deslindaba de las obligaciones hacia tu pueblo.—¿Ella fue la madre de tu hijo?—, le preguntocon algo de miedo por incomodarlo.—Sí, de nuestro Alexios, mi pequeño— su voz es apenas audible, como si hablara solo para él —tenía todo, una mujer buena, un hijo que era mi orgullo, pero en ese entonces las guerras eran crueles, san