31.

—Difícil comienzo, nací y crecí en Grecia, específicamente en Esparta... aunque podría jurar que mi madre era Ateniense— dice concentrándose en recordar. Me quedo sorprendida, ¿tan viejo es?, decido evitar mis comentarios y dejar que prosiga —tenía una esposa... Kassandra, una mujer de mirada dulce, piel canela, ojos verdes y un cabello negro como el carbón, era fuerte... decidida, en Esparta tanto hombres como mujeres eran adiestrados para la pelea, era un lugar donde tu género no te deslindaba de las obligaciones hacia tu pueblo.

—¿Ella fue la madre de tu hijo?—, le pregunto con algo de miedo por incomodarlo. 

—Sí, de nuestro Alexios, mi pequeño— su voz es apenas audible, como si hablara solo para él —tenía todo, una mujer buena, un hijo que era mi orgullo, pero en ese entonces las guerras eran crueles, san

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