Nos despedimos de los señores y salimos por la puerta directo al carro sin escalas, una vez dentro giro las llaves en el switch haciendo rugir el motor, cuando estamos a una distancia considerable Tristán saca de su saco las cápsulas, las ve en contra luz confundido, voltea a verme fijamente.
—¿Qué carajos tendrán?—, dice volviendo a guardarlas.
—Apuesto a que se lo que tienen…— digo sin quitar la vista del camino, me urge llegar a la mansión y que Cliff las analice.
Vamos en silencio, acelero cada vez más, noto que Tristán empieza a ponerse nervioso, pero no le tomo importancia, sigo acelerando, de repente siento de nuevo que la vista se me nubla, me mareo, intento jalar aire, pero se me está dificultando, siento que me ahogo, trato de concentrarme, quiero quitar mi pie del acelerador, pero no puedo, no coordino, es como si mi pie estuviera atado al pe
—No puedo vivir como una aberración que necesita sangre para vivir, además... ¿cómo se supone que mataré monstruos si soy uno de ellos?, solo los humanos pueden matar monstruos,eso decía mi padre y creo en sus palabras—noto como Kronos se aleja de mí, se levanta de la cama y camina hacia la puerta aún confundido, antes de salir voltea una vez más.—Descansa... ama— me dice con algo de nostalgia y sale por la puerta, pensativo y cabizbajo.En cuanto escucho la puerta cerrarse me acomodo entre las sábanas y cierro mis ojos, de inmediato caigo en un sueño profundo, no siento dolor ni estrés, tengo un sueño reparador, me pregunto si así será morir, después de tanto dolor no suena tan mala la idea.La puerta abriéndose me hace despertar, de nuevo veo a Kronos entrando, trae una charo
Al día siguiente me despierto con buen ánimo, salgo de la cama, me doy una ducha rápida y me pongo un pantalón negro con una camisa roja y mis botines negros, decido mantener mi cabello suelto. Bajo de dos en dos las escaleras, me siento más viva, llego al comedor lista para desayunar y noto que Kronos estáahí sentado, con una bolsa de sangre en una mano y en la otra el periódico, no me presta atención ni siquiera sentándome frente a él, lo veo fijamente mientras me acomodo en mi asiento, tomo un vaso enorme de licuado de fresa y cuando lo acerco a mi boca noto como Kronos me ve de reojo, yo hago lo mismo mientras que lo tomo lentamente, lo dejo en la mesa y me dispongo a echarle miel amis hot cakes.—Cliff... te quedóalgo ácido el licuado, aún no es temporada de fresas— le grito mientras empiezo a engullir mi desayuno.&mdas
Camino despacio intentando que nadie me oiga, llegoal final del pasillo, a la puerta da acceso al jardín, la abro y el niño rubio de ojos verdes voltea a verme fijamente, parece no tenerme miedo, me siento más tranquila cuando noto que estávivo y bien. Le sonrío mientras me acerco, no me quita la vista de encima, me siento en el columpio de a lado y veo el resto del jardín, lleno de juguetes, una pelota roja y una bici son lo que más llaman la atención.—¿Eres doctora?—, Me pregunta con curiosidad, lo veo fijamente y pienso bien lo que le voy a decir.—No, pero mi amigo si lo es— le sonríointentando mostrarme agradable, pero el niño parece no importarle.—¿Vienen por mi tratamiento?—, desvía la mirada de míy la clava en el horizonte, esperando mi respuesta.—¿Cu&a
Estoy a mitad de las escaleras, veo hacia todos lados sin distinguir a alguien, cuando me dispongo a gritarle a Cliff veo al señor Burtón caminando con una charola de plata en la mano, lleva un juego de té y a Cliff revoloteando a su alrededor, sube las escaleras y pasan a lado de mísin prestarme atención, ¿de nuevo estoy soñando? Camino detrás de ellos yllegamos a la habitación de mis padres, abre la puerta con cuidado y yo paso detrás de él, me quedo sin palabras al ver la escena que se planteafrente a mí, Kronos estásentado junto a la cama, tiene la camisa remangada y tiene un catéter en su brazo conectado a un tubo delgado de plástico transparente, parece una venoclisis, va hacia un recipiente con dos entradas, la segunda entrada va directamente hacia el brazo de mi madre quien está en la cama, tiene los ojos cerrados, se ve pálida y ojer
—Bueno, si es mi culpa, déjame enmendarlo— en cuanto dice eso toma mi mano y la aleja de mi boca para meter mi dedo herido en su boca.Sus ojos se quedan fijos en los míos, tienen esa apariencia animal, salvaje, feroz, siento como su lengua se desliza alrededor de mi dedo y no puedo evitar sonrojarme, mi cara está caliente, las palabras se agolpan en mi garganta, pero no logro decir ni una sola, simplemente me quedo congelada viendo cómo se deleita con mi dedo y bueno... seamos sinceros, es una imagen muy sexy ver a un hombre tan guapo como él hacer esto, es su culpa por ser tan sexy y comportarse de esa manera tan sensual, ¿qué carajos estoy pensando?, bueno... si entiendo lo que estoy pensando, pero también estoy consciente de que no debería de hacerlo. De repente un ruido me distrae, el radio suena como si Raúl hubiera prendido el suyo, tanto Kronos como yo volteamos hacia el aparato que deje
Con forme bebo de mi vaso salgo del baño y busco que ponerme, un vestido negro entallado, sin mangas, con cuello de tortuga, me pongo mis botas negras a media pantorrilla y busco en mis cajones mi cajetilla, la abro y muevo el paquete, me quedan solo dos cigarros, suspiro molesta, tomo uno y lo enciendo mientras me asomo por la ventana de mi habitación.De repente mis oídos creen escuchar ese sonido de interferencia, volteo y veo el radio que me dio Raúl, estáapagado, los focos que encienden cuando detectan sonido no se prenden, simplemente fue mi idea, pero no soy capaz de despegar la mirada de ese pequeño aparato que me recuerda la promesa que no pude cumplir. Unos golpes me sacan de mi ensoñación, tocan a la puerta, es una de las chicas de servicio que se asoma tímidamente.-Señorita, el coronel Kaspar ha llegado, desea hablar con usted— me dice con algo de timidez mientras volte
—¿Qué te hizo ese imbécil?—, intentover su rostro, pero mantiene la mirada abajo.—Está totalmente desnudo— dice mientras se pone aún más roja —no quiere vestirse— cierro los ojos y suspiro.Cliff toma a la chica y la saca por el pasillo mientras yo me envalentono y camino hacia la celda no sési con un deseo culposo de que siga desnudo, ¡ay no!, de solo pensarlo siento que ya me sonrojé, respiro un par de veces para controlarme y abro la puerta de forma violenta, noto que la celda ha cambiado, estámás iluminada, hay una silla grande con una mesa a su lado, una botella de vino tinto y dos copas, estásu ataúd dispuesto como cama y un sillón del otro lado, también un ropero algo grande con las puertas abiertas y lleno de ropa y él en el centro, sirviendo elvino en las copas con el
—Hablécon Kaspar— me dice algo serio sin voltear a verme.—¿Qué te dijo?—, le pregunto mientras veo por la ventana.—Lo que pasó anoche— siento una punzada de dolor en el corazón —¿estás bien?—No—mis ojos empiezan a arder —le fallé a Raúl... murió sin que pudiera hacer algo y de una forma grotesca... triste, no se lo merecía— un nudo empieza a formarse en mi garganta, Tristán toma mi mano y la aprieta gentilmente mientras conduce.—Lo siento... en verdad lamento lo que pasó, era un niño apenas... pero no te culpes— intenta tranquilizarme, pero no veo como lo pueda lograr.—No es tan fácil— le digo mientras acaricio su mano en mi rodilla.—No lo es... pero no estás sola— cuando dice eso pienso inmediatamente en su padre, el s