PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO OCHO La noche ya había caído, las risas no cesaban y en la vida ella no parecía haber disfrutado de una tarde tanto como aquella vez, el trabajo había quedado atrás, todo lo que reinaba en su noche era la compañía de un hacia otro. En el mismo parque donde ella había llegado en el auto con el padre de la pequeña Fernanda, se detenían después de tanto tiempo de haber caminado, reído, comido y pasar de aquí para allá.—Bueno, creo que hasta aquí llego yo —dijo Andrea.La oscuridad de la noche no podía ser más hermosa, no podía ser más alentadora.— ¿Ya te vas, Andrea? —Preguntó la pequeña sin dejar de comer su algodón de azúcar.—Sí, mi pequeña, ya me tengo que ir porque mañana tengo que despertar muy muy temprano —dijo Andrea exagerando un poco sus palabras.Diego solo pudo sonreír. Ella sería una excelente mamá. Estaba seguro de eso.— ¿Trabajas mucho como mi papá? —Preguntó Andrea.—Creo que sí, sí, eso creo.— ¿Nos volveremos a ver
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO NUEVE Bajando la mirada de manera lenta, sin saber que decir, teniendo en ella la mirada de su abuelo, no pudo evitar bajar la suya. Ya no podía seguir mintiendo, ya no podía seguir desviando su atención, ella solo quería darle la sorpresa de que estaba embarazada para el momento en que fuera así. Confiaba en que ese día iba a llegar. —Ha llegado la hora de que me lo digas, Andrea. Y espero esta vez no huyas como lo intentas hacer siempre.—Abuelo.—Te espero en mi despacho en cinco minutos —dijo el hombre levantando un poco más la voz.Ahí se quedó Andrea sabiendo que no había manera de huir esta vez. Tenía que decirle a su abuelo que ella podría estar ya embarazada desde ese momento, tenía que hacerlo. Tal como su abuelo había dicho, él la estaría esperando ahí con una taza de café en el escritorio mientras leía unos cuantos documentos, la puerta de su despacho fue tocada.—Adelante.Con cuidado y como no queriendo hacer más rui
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO DIEZ DOS MESES DESPUÉS Justamente dos meses habían pasado desde el momento en que un mundo deseos se abrió para ella, dos meses habían sido desde el momento en que deseo entrar un poco más en la vida de Diego, en la que había conocido la manera en la que se desenvolvía, su hija, había llegado a conocer incluso la amanera en la que podía ser aquel bebé que trajera al mundo, había conocido tantas cosas de él cada vez que pasaban los días se daba cuenta que ella había cometido un grave error al solo hecho de haber querido estar más cerca de él.Una vez más se encontraba en el mismo lugar en el que dos meses atrás había estado, no podía siquiera de manera diferente la vida, sus ojos estaban cerrados ella solo esperaba porque un milagro pasara justo en ese momento. ¿Por qué era tan difícil que un solo deseo que solo le hacía bien al mundo fuera tan difícil de cumplir? “Madre, ¿por qué es que siento que esto es tan difícil para mí? Yo sol
PARTE CUATRO: LAMENTABLE FINAL CAPÍTULO UNO Teniendo la intención de fumar un cigarrillo ya que desde hace mucho tiempo que no lo hacía, abrió la cajetilla, desde la llegada de su hija que ya no lo había hecho y no era que fuera un fumador sino que desde que ella llegó a su vida, quiso cambiar su vida por las más saludable posible y más cuando supo que su hija tenía leucemia. Ahora que se encontraba solo en aquel mismo parque donde había visto a la señorita Andrea unas cuantas veces y con la que había llegado a un trato. Habían pasado desde meses desde la primera y la última vez que sintió que Andrea podría ser la persona correcta cuando se trataba de amar, y es que verla disfrutar de la vida, verla sonreír a lado de su hija, verla ser diferente a lo que siempre pensó de la gente rica lo hizo cambiar su pensar.Solo dos veces se habían ido en esos dos meses donde ellos no se habían visto más de cinco minutos solo para informarse cómo iba el proceso del embarazo de Andrea, si es que
PARTE CUATRO: LAMENTABLE FINAL CAPÍTULO DOSLos ojos de Andrea no evitaron llenarse de lágrimas al escuchar la confesión de su amiga, ella estaba embarazada, tanto trabajo, tanto que hacer en la empresa la había hecho olvidar por un momento que ella estaba en su asunto mucho más importante y ahora que los dos meses habían pasado y a ella había llegado aquella respuesta que tanto esperó. Ella estaba embarazada, ella le debía el mundo a Diego Cervantes, ella ya podía ser feliz.Cuando su amiga se separó de ella, la felicidad invadió de igual manera a Natalia. Ella mejor que nadie sabía lo feliz y lo mucho que ella había deseado ser madre.— ¿Estás segura de lo que dices? ¿Estás segura que estoy embarazada? Por favor, no juegues conmigo, Natalia, sabes que esto es lo que estoy deseando más que a nada en el mundo. —Preguntó Andrea con lágrimas en los ojos.—Por supuesto, sabes que los análisis no mienten. Tú estás embarazada y eso es en todo lo que tienes que pensar, hay mucho por hacer,
PARTE CUATRO: LAMENTABLE FINAL CAPÍTULO TRES bar, regresar al bar era como regresar al mismísimo infierno del que lo sacó una buena mujer lo había sacado para que buscara un trabajo digno. ¿Qué se había mantenido haciendo Diego en ese tiempo desde que ya no iba al bar? Trabajo aquí y trabajo allá, traer, llevar mensajes, cocinar aquí cocinar allá, aunque había estado trabajando en todo y había aprendido aún más de lo que ya sabía, parecía que el mal siempre iba a estar de su lado. La mala suerte, la mala vida que él ya no quería llevar.Era cierto que había momentos en que se preguntaba qué sería de su vida si la pequeña Fernanda no estuviera en ella pero al momento, la respuesta llegaba. No sabía exactamente en el tipo de hombre que se hubiera convertido pero era claro que no en el que era, no en un hombre protector, no en un hombre que cuidaba, que entendía de los deseos y de las necesidades.—El bar —dijo Diego sin saber exactamente qué más decir.Lo que su amigo le había dicho
PARTE CUATRO: LAMENTABLE FINAL CAPÍTULO CUATRO Doce de la noche y la celebración no terminaba. Ni siquiera Andrea se había acorado de ir a trabajar a la compañía desde que su amiga le había dado aquella noticia. Estaba embarazada y no había nada que le importara más que eso.Su abuelo a su lado en aquel comedor enorme, no dejaba de sonreír y beber vino tinto. El mismo que usaba solo para momentos especiales.— ¿Ya tienes una idea de cómo le llamarás? —Preguntó su abuelo.Andrea, con una enorme sonrisa en el rostro, pasó el bocado para poder contestar la pregunta de su padre antes de haber sido abuelo.—No sé, no he tenido tiempo de pensar en eso.— ¡Por supuesto que no has tenido tiempo de pensar en ello! ¿Qué tipo de preguntas hago si te acabas de enterar que estás embarazada, nieta mí? —Dijo el abuelo riendo.—Había pensado que si es hombre debemos de llamarlo como tú.El señor Muriel volvió a reír a carcajadas. — ¿Por qué como yo? —Para que lleve el apellido con honor.— ¿
PARTE CUATRO: LAMENTABLE FINAL CAPÍTULO CINCOOcho de la mañana en punto. No importaba la hora en que ella se hubiera ido a dormir, sentía que de tanta felicidad que tenía en el corazón, no había podido descansar como lo hacía cada vez que llegaba del trabajo después de un largo día de cosas que hacer. Desde el momento en que su amiga le dijo que ella estaba embarazada sabía que tenía que cuidarse, sabía que ella ya no estaba sola, había una pequeña personita que se estaba formando y que merecía de todos sus cuidados, sentimientos y de sus mejores tratos.Cuando estuvo lista, mirándose en el espejo se dio cuenta que no había ningún cambio en ella, el vestido aquel color naranja que llevaba esa mañana no se veía diferente. Ya no podía esperar más por el momento en que se viera como una mujer embarazada. Una sonrisa se hizo en su rostro, ya debería de dejar de estar imaginando y mejor, esperar por aquel tiempo.Lo que iba a pasar esa mañana iba a ser especial. Diego al final sabría q