PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO OCHO Unas semanas más. Unas cuantas semanas más y ella traería al mundo a dos pequeños ángeles que no tenía la culpa de nada. ¿Lograría ella al final quererlos como se quieren a los hijos propios? La verdad es que todo estaba por verse. Todo estaba por ser encontrado. El día había llegado, las cosas cayeron de sus manos cuando sintió que no podía moverse más. En aquel rincón de la ciudad. Contando ella solo con su madre y con un amigo que había iniciado su trabajo como chofer de alguna familia por ahí cercana, el mismo que estaba enamorado de ella y que hubiera dado tanto porque ella no le hubiera creído al imbécil ese que la dejó con dos bebés en camino. Muchas veces Bermúdez se lo hizo saber. Él solo quería que ella no estuviera pasando por eso porque alguna vez habían tenido la oportunidad de hablar de ello. Lo podía recordar como si fuera ayer. — ¿Descansando? —Preguntó Bermúdez, dándole un chocolate a la mujer que estaba en la banqueta
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO NUEVE Una vez más el pesar de su corazón había sido parado por la paz que ella sentía de estar frente a sus hijos, aun sabiendo que ellos seguramente no la perdonarían.Con una sonrisa en el rostro caminaba de un lado a otro por aquel centro comercial mientras a su lado caminaban dos de sus hombres. Ellos cargaban con todas las bolsas que ella había comprado hasta ese momento y que no era más que ropa de bebé y de niños de no más de diez años.— ¡Oh! Esperen, esperen, aún falta comprar juguetes para los niños.—Señora de Luna. Solo para recordarle que la señorita Mandira en quince minutos estará esperando por usted en el restaurante que quedaron.—Solo un minuto, lo prometo. Los caminos que estaban destinados a ser, siempre iban a buscar la manera de encontrarse una y otra vez. El destino que se convertía en presente día a día y aquellos hilos del destino se entrelazaban.—Papi, ¿me comprarás la muñeca que me dijiste ese día? —Pregunt
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO DIEZ ¿Qué decir del tiempo que se iba y que no regresaba pero que en él, llevaba las mejores experiencias de toda una vida? Eran los sueños los que llevaban hasta ese punto, eran los sueños lo que nos hacían sentir vivos y era por los sueños por los que vivíamos. Cada día que pasaba, cada día que dos corazones compartían juntos, cada temporada del año que se iba sin sentirse para al final, regalar aquel día, era todo lo que nos llenaba de amor el corazón.Diego, Diego no era más que un hombre que había sabido ganarse la vida de la peor manera, sin importar las críticas, sin importar lo que dijera el mundo alrededor. Ahora solo contaba con una persona en su vida, una de todas aquellas que él juraba no tenía corazón. Eran los ojos de la verdad lo que estaban llevando a eso.Entre risas, preguntas de cómo había sido el día de uno y otro, entre las anécdotas de la pequeña Fernanda para Andrea, los tres llegaron al hospital donde la pequeña
PARTE SIETE: EL FUTURO QUE ES CRUEL CAPÍTULO UNO Andrea lo tenía todo. Andrea tenía tanto dinero, Andrea tenia éxito, todo el mundo la respetaba a ella y a su abuelo pero todo lo que tenía de éxito, lo tenía de seco el corazón. Con Diego parecía ser otra persona, con Diego todo parecía tener un fin, un resultado al que llegar y un camino que seguir.De esa manera se fue el tiempo, encuentros entre ellos, acercando sus vidas tan diferentes la una dela otra, reviviendo una y otra vez el tiempo que se perdió, viendo pasar el tiempo, las risas entre ellos, las anécdotas. El tempo que se iba como rutina pero al final no lo era, porque siempre pasaba algo entre ellos, algo nuevo.¿Qué decir de sus vidas? Mientras Andrea cada día parecía estar más somnolienta y más feliz, eso no dejaba que fallara e el trabajo, de la misma manera en que intentaba siempre hacer un esfuerzo más grande porque pudiera llevar una relación más sana con Fermín.Para el señor Muriel era lo mismo, cada día haciéndo
CAPÍTULO DOS Y de esa manera podría seguir pasando el tiempo como ya habían pasado cuatro meses.El diario que escribía la madre que estaba a punto de hacerlo. Los pasos a ser madre que ella misma describía. La mano de un pasado y un presente que terminaban por escribirse en el libro de la vida. Los días lo seguirían pasando como habían pasado cuatro meses ya, el vientre que crecía en el que se desarrollaba un nuevo ser que iba a ser querido más que a nadie en el mundo.“He conocido a tu padre cuando creí que ya lo había conocido. Estoy viviendo lo que jamás antes viví. Hemos firmado un trato, un trato que no siento poder respetar. ¿Cuál será tu nombre cuando nazcas? Lo siento, estoy pensando tantas cosas a la vez que no puedo encontrar una solución a todo lo que yo quisiera. ¿Cómo será el día en que estés en mis brazos? ¿Cómo será el día en que le diga a Diego, tu padre, que se quede siempre un poco más? ¿Podré hacer que se pueda alejar? ¿Quién es la persona que ha llegado? Y es qu
PARTE SIETE: EL FUTURO QUE ES CRUEL CAPÍTULO CUATRO En la mansión de los Luna, justo donde solo dos miembros quedaban y que eran los mismos que debían de hacerse cargo de todo lo que el señor Luna había dejado.Mandira no podía enfocarse en todo lo que tenía que hacer. Era mucho, llevar una empresa no era tan fácil como pensó y ahora ya lo veía.— ¿Cansada tan rápido? —Preguntó la señora de Luna mientras el escritorio en el que estaban trabajando estaba lleno de documentos referentes a la empresa. —No, es solo que no entiendo esto. Mi padre y tú, ¿cómo pudieron llevar eso a cabo? No lo puedo creer.La señora de Luna sonrió al momento que tomaba la mano de su hija. —Con mucha calma verás que vas a entender todo. No es tan difícil, solo tienes que ser organizada.—Y paciente pero paciencia es lo que no tengo —Mandira se levantó de su lugar yendo por un trago.— ¿Otra vez bebiendo, Mandira?—No tiene nada de malo.—Por supuesto que no pero no en la manera en que lo haces. Ya te
PARTE SIETE: EL FUTURO QUE ES CRUELCAPÍTULO SEIS En la mansión de los Muriel, Andrea que caminaba de un lado a otro, buscando por sus cosas.— ¿Te verás con el chico otra vez? —Preguntó su abuelo ya casi listo para irse a la empresa.—Sí, tengo que ir al doctor. Quiero nunca perder el control de mi embarazo.—Así de preocupada estaba tu madre cuando te iba a traer al mundo. Nunca lo voy a olvidar. ¿Por fin sabremos si es una niña o un niño?—No lo sé, no creo que quiera saberlo aún.—Y, ¿qué hay del padre del bebé? ¿No crees que él tiene derecho a estar ahí? Hasta donde sé es una persona que se preocupa.—Abuelo, te recuerdo que se firmó un contrato.— ¿Y? No veo problema cuando es el corazón el que cambia.—Por favor, abuelo.—Por favor, tú Andrea. Aquel chico no merece que le des falsas ilusiones cuando ha estado para ti. Y ya que estamos hablando de esto, antes no había tenido oportunidad de decirlo pero…—Abuelo, hablamos más tarde —dijo Andrea cansada.— ¡Es momento de
PARTE SIETE: EL FUTURO QUE ES CRUELCAPÍTULO OCHO Hasta ese momento Andrea fue capaz de darse cuenta que cada palabra, cada gesto, cada frase que ella había dicho y que podía er de información así como tampoco podía serlo, Diego lo había aprendido por el solo hecho de que ella parecía ser inmensamente importante ara una persona. La persona que ella tenía frente a sus ojos.Y frente a a aquella tierna mirada de Andrea que estaba diciendo más de lo que debía, Andrea fue capaz de encontrar un mundo en aquella noche. Bajo las estrellas, al pie de un árbol, un mantel que había sido colocado en la misma tierra y que no tenía más que unos cuantos platillos que él buscaba compartir con ella.Inmediatamente y con la ayuda de Diego, ella se sentó en el suelo. El vientre ya comenzaba a incomodarle un poco más sabiendo también que tenía que ser cuidadosa con ello.Fue de esa manera en que una larga noche estaba por comenzar. La manera en la que Diego le hablaba del mundo al que solo la gente sen