El mundo simplemente se convertía en un lugar oscuro cuando ella no estaba. No haberla tenido un año entero era una cosa, pero casi era peor saber que le había dado vía libre para marcharse de nuevo. Era lo más difícil que haría en su vida, pero tenía que aceptarlo: sería prácticamente imposible que pudiera conseguir el perdón de Nina, hiciera lo que hiciera.
Jake miró el café que humeaba en la cafetera. Sabía cómo le gustaba a ella, sabía que era capaz de levantarse en modo zombi solo para ir a hacer el primer café del día. Sabía todo sobre ella, y aun así había sido lo bastante imbécil como para no creerle cuando debía haberlo hecho.
Nadie había destrozado su vida, ni siquiera podía culpar a los que habían incriminado a Nina, porque la realidad era que él había tenido la opc
Si Meredith Lieberman hubiera tenido que tragarse una cucaracha viva, probablemente le habría sentado mejor que aquella conversación con Jacob. Por suerte se había dado cuenta a tiempo de que no sabía toda la verdad, y eso al menos por el momento corría a su favor.Esa zorra tenía que desaparecer lo más pronto posible, así que si la cucaracha era aceptable, Meredith se dio cuenta de que también prefería tragarse un escorpión cuando entró a la gala de Aniversario de Lieberman EXC, y la vio allí, con una sonrisa en los labios y firmemente prendida del brazo de Tyler Wilson.Se le revolvió hasta la última neurona, pero aunque estaba desesperada por llamar a seguridad y sacarla a patadas, en cuanto se acercó a ellos, notó la mirada fría y amenazante de Nina.—¡Señora Lieberman! —la saludó Nina levantando la voz
Casi todos los asistentes a aquel evento se giraron cuando la pantalla principal hizo ruido blanco durante algunos segundos, y luego desde el centro se abrió la imagen de aquellas dos mujeres. Las bocinas comenzaron bajas, y el volumen fue subiendo hasta que la conversación se hizo perfectamente audible. —¿Crees que ya ganaste? —decía Danielle Campbell con un sarcasmo que no lograba disimular su rabia—. ¡Me hermano saldrá muy pronto de la cárcel…! —Tu hermano confesó su complicidad en el asesinato de Mason —respondió Nina encogiéndose de hombros—. Dudo mucho que pueda salir de la cárcel. —¡Solo confesó porque tú lo obligaste! —escupió Danielle, y Jake no tuvo que rezar para que a Nina no se le ocurriera aceptar aquello, porque sabía muy bien que era lo suficientemente inteligente como para no admitir una coacción. —No sé de qué estás hablando, pero si solo hubiera sido su palabra, quizás hubiera estado en posición de retirarla alguna vez —replicó Nina
Nina cerró los ojos durante un segundo, un solo segundo, antes de darle la espalda y apoyarse en su coche. Intentó respirar. Jake sabía algo, pero solo algo, fragmentos, pedazos de la verdad. Había hablado con Meredith, eso era evidente. Y también era evidente que aquella vieja bruja no le había dicho todo… o Jake solo estaba probándola… Se dio la vuelta con brusquedad y le pateó la pantorrilla, arrancándole un gesto de dolor y aprovechándose de su sorpresa para asir las solapas de su traje y tirar de él contra su boca. Tres segundos, solo tres segundos bastaron para que Jake la tomara por los hombros con violencia y la apartara de él, jadeando con la angustia retratada en el rostro. —¡M@ldición! De verdad no te lo dijo… —murmuró Nina, y se cubrió el rostro con las manos. Era como vivir prendida de un condenado cangrejo, un paso adelante y tres atrás. —¿Decirme qué…? —Súbete al auto —ordenó sin mirarlo, mientras le daba l
Nina lo vio pestañear varias veces, como si de repente se hubiera quedado en blanco, y aquellos dos pasos atrás, aquella mirada perdida, aquella lividez mortal era exactamente lo que esperaba encontrar en él cuando supiera la verdad.Jake despegó los labios varias veces, pero era como si de repente su cerebro se hubiera quedado en blanco mientras su boca se secaba y olvidaba que debía respirar si quería mantenerse vivo. La opresión que sentía en el pecho no era comparable con nada, era como si de repente le hubieran aplastado hasta el último hueso y estuviera sangrando por dentro, lentamente.No tenían que decírselo con todas sus letras, y honestamente no sabía si debía sentirse herido o aliviado. Sus pensamientos se resumían en una sola cosa: su vida, su vida entera, había sido una mentira. Una mentira constante, larga, y tan bien tramada que quizás el viejo
—Entonces… cuando en el examen de ADN salió que la bebé era nieta de Theo… —Connor daba vueltas por la habitación como si necesitara que sus pies trabajaran a la misma velocidad de su cerebro.—Fue por ella, por Nina. No por mí —confirmó Jake.—¡Madre de Dios! ¿Y estás seguro? Jake… ¿Estás cien por ciento seguro de que Nina no te está mintiendo? —lo increpó Connor—. Recuerda que su única misión es destruirte...—Para eso hubiera bastado con que se callara —replicó Jacob con tristeza—. Yo ya me estaba muriendo solo de pensar que estaba enamorado de mi hermana y que había tenido una hija con ella. Créeme, me está matando que el viejo no fuera mi padre, pero era peor creer que Nina era mi hermana.—¡Demonios!Connor volvió a senta
Jake dio un paso atrás mientras Nina pensaba exactamente en qué iba a decirle, pero no se le ocurrió nada.—Yo… es probable que no esté cerca por un tiempo —murmuró él—. Y si tú quisieras irte en lo que yo resuelvo esto…—¿Irme? —Nina arrugó el ceño—. No esperé un año para irme cuando las cosas se ponen interesantes.Jake le dirigió una mirada preocupada, pero asintió. A fin de cuentas si no hubiera sido por su pericia para encontrar el cuerpo de Mason, él no habría llegado jamás a la conclusión que había llegado sobre el asesinato del viejo.—Ok, pero cuídate, por favor —le pidió antes de girarse hacia la puerta, pero no llegó a ella. En dos pasos cubrió el espacio que los separaba y su boca impactó contra la de Nina con un beso
—Honestamente, puedes ir haciendo las maletas —murmuró Kolya sentándose en aquel sofá y cruzando las piernas con descuido—. Esto está a punto de acabarse.Nina arrugó el ceño y se sentó junto a él. Su hermano había regresado más callado que de costumbre de la estación de policía.—¿Por qué dices eso? —lo interrogó.—El ave de mal agüero me pidió que hiciera lo mismo que hice con el auto de Mason —le contó Kolya—, solo que esta vez con el auto de Meredith Lieberman, y su coartada para la noche del asesinato se fue por el suelo. La que iba manejando el auto era Danielle Campbell.—No era nada que no imagináramos ya —murmuró Nina—. Ahora solo es oficial...—Y lo está investigando él. Eso era lo que tú querías, ¿
Si en ese mismo momento no hubiera estado sentado, las rodillas de Jacob Lieberman hubieran cedido bajo su peso, pero por suerte o por desgracia, estaba sentado en aquella ambulancia mientras se dirigían al hospital y Norton le explicaba de dónde habían salido los dos millones y medio de dólares y cómo y cuándo se habían transferido.Se llevó una mano al puente de la nariz, y trató de respirar, pero no podía agobiarse en ese momento con más de lo que podía controlar.—OK, primero lo urgente, después lo importante —rezongó dejando a Connor en el hospital y saliendo en una patrulla hacia el departamento de su amigo.Allí recogió todos los documentos importantes, incluso los que tenían en la caja fuerte, porque no estaba seguro de qué pudiera hacer Weiss. TomÓ su auto, que había dejado en el estacionamiento del edif