Me quedo callada por unos segundos, debo decírselo, tengo que, aunque me odie por ello, fue obligado, pero le mentí, eso duele mucho.—No tan bien, no sé lo que pasó, pero me la traje, no sé si hay un problema con eso —le digo y se acerca a mi para darme un beso y yo me alejo.—Para nada —responde extrañado de mi comportamiento—. ¿Y esa ropa? No saliste así anoche —me examina y es extraño.¿Por qué lo es? Porque sigo acostumbrada a que todo suene como Alejandro y César siempre habla con mucha inocencia, sin ganas de lastimarme, es diferente, demasiado.—Una ropa que me quedó en casa de mamá, tuve que cambiarme porque… —pienso rápido—. Me vomito la ropa anterior.—Oh eso se escucha mal, le diré a Cecilia que la atienda mientras vamos al juicio, ¿Lo atiendes? —me ofrece al niño y me niego.—Estoy sucia… me siento sucia y… —me interrumpo a mi misma.—De acuerdo, entiendo, acomodate para irnos, ¿Ya desayunaste? —me pregunta y niego—. Pediré que te preparen algo.Sale de la habitac
—Me vieras más seguido si no te revolcaras con la esposa de tu hermano —me reprocha y veo a Hannah, quien se siente mal por eso—. O sea, no entiendo que es lo que te pasó. Veo a mi padre y este evita la mirada conmigo, doy un suspiro, él la tiene engañada. —Algún día, lo entenderás, te amo. —Beso su mejilla y ella confundida. Pues sueno a como si me estoy despidiendo y en parte, puede que sea así, ya que no se si después de esto mi madre siga apoyando a su familia sin importar su reputación criminal. Me giro para irme y veo que Isabel ya estaba entrando, no me di cuenta cuando acabó el otro juicio, también llaman a mi hermano Douglas y solo lo veo de reojo, pero ni le deseo suerte. —¿Solo te quedarás viendo? —Douglas se regresa para hablarme. —¿Qué quieres que te diga? —lo miro extrañado. —Pues que amas tanto a Isabel que no te molesta si ella también me quiere a mi —me dice y estoy confundido—. Ella no pasó la noche con Samuel, pasó la noche conmigo y el vestido negro q
Lo único que hace con su mirada, es hacerme sentir culpable por acostarme con su esposa, ya que si él sigue vivo, Isabel no es ninguna viuda.—Ay hijo mío —lo abraza y llora, claro que ella se vio afectada con su falsa muerte.—Nos pondremos al día luego, ¿Vale? Quiero ver a mi esposa —le avisa y raramente mi madre acepta.Tal vez la idea de perder a su hijo la hizo recapacitar, como si es mejor que ellos hagan los que le haga feliz. Alejandro se voltea para vernos y se aproxima, pero yo pongo delante de Isabel para protegerla.—Te moriste, y tú ya no eres su esposo —digo seriamente y es que me niego a aceptar que él se acerque a ella para lastimarla.Sinceramente por un parte me siento feliz, es mi hermano, pero para Isabel quiero que esté muerto.—Pero si soy el padre de su hijo, ¿No? ¿Hiciste la prueba de ADN? —me pregunta y yo asiento—. Sabía que lo harías, ¿Dónde está? ¿Puedo verlo?Isabel me hace a un lado para poder verlo y yo solo la observo. Ella camina hacia él y lo
—Todo lo que tengas que decirme, puedes hacerlo ahora —escucho que se aproxima y él me ve.—A solas —pide él.Isabel me quita a Alejandrito y lo carga, yo no tengo problema con eso, con tal de que no se lo de a mi hermano.—Pues es una lastima para ti, pero velo por mi seguridad así que tendrás que hacerlo frente a César —le responde y yo sonrío en forma de victoria, esa es mi chica.Mi hermano vuelve a apretar su mandíbula como antes, pero respira hondo y parece que lo aceptará.—De acuerdo.Miro a Isabel y ella me hace una seña para que lo deje pasar, eso hago y lo llevo a la sala, mientras que ella se va por un momento diciendo que va a cambiar al niño. Invito a Alejandro a sentarse y él lo hace, luego yo me siento frente a él y solo nos comenzamos a vernos, desafiantes, diría yo.—Entonces… ¿Te estás acostando con mi esposa? —me pregunta yendo directo al grano.—Estamos saliendo —digo de forma más educada, creo yo. Pero eso le causa risa.—No sabía que debía cuidarme de ti, para m
Recordar el pasado le duele y lo sé, porque he estado ahí en sus momentos más débiles, cuando se sentía una tonta, en sus pesadillas, en su miedo de que él acabe con su vida, aún así creyendo que estaba muerto, ella tenía miedo de él y debía afrontarlo, con todo.—¡No puede hacerme eso! ¡Yo quiero estar con ustedes! —le grita.—Puedes ver al niño, y ya veremos cómo dividirnos el tiempo.—¿Qué? No, él no un objeto, lo correcto es que esté con ambos padres.—¿Y que ejemplo le vamos a dar al estar juntos? Los matrimonios si son para siempre, pero es porque hay comunicación, respeto confianza, y compromiso entre ambos, cosa que yo tenía hacia a ti, pero como no es recíproco, no puedo mantenerlo, me hiciste mucho daño Alejandro y eso debes entenderlo. Así que si es todo lo que tenías para decir, por favor retírate.—¡¿Es en serio?! Tú ni siquiera me respetas a mi, te acostaste con mis dos hermanos —le reclama y se levanta.Yo también me levanto, ¿Cómo es que él sabe eso? ¿Y yo porque me pr
—No, solo creí que como son amigos, tú sabrías algo de ella —respondo.Lo escucho suspirar y se toma su tiempo para continuar la conversación.—Tengo entendido que se está quedando con César —me dice y yo me extraño.—¿No volvió al apartamento? —No, Alejandro no le dejó nada en su testamento…Me informa y yo me enojo, ¿Y ahora que voy a hacer? Necesito dinero…—Entiendo, bueno, gracias, veré si me puedo comunicar con ella.—Vale.Corta la llamada y me quedo pensando, ¿Y si se lo pido a él? Douglas me ha prestado dinero antes y es porque anda muy enamorado de mi hija, no entiendo porque no se fijó en él, al menos Douglas piensa en mí, en cambio Alejandro es muy tacaño. Vuelvo a marcarle a Douglas y contesta.—Disculpa la molestia Douglas, pero analizando la situación de mi hija, no sé si tú puedas ayudarme —digo fingiendo que esto me avergüenza.—¿Qué sucede? —Él no sé escucha como antes, alguien que haría todo por Isabel, sin embargo, voy a arriesgarme.—Es que necesito dinero y esto
Minutos más tarde, de tanto pensar, se me ocurre algo, así que se lo propongo.—Amenázala.Mi hija es tan débil, que nunca aprendió nada con Alejandro, es muy tonta, por lo que sé que podría caer.—¿Cómo? —Muestra interés, en vez de creerme loca.—No sé, utiliza alguna debilidad de ella para que la obligues a hacerlo —me ingenio.—Pues por ahora su debilidad es su hijo —Se cruza de brazos—. No voy a secuestrar a mi sobrino, César ni dejaría acercarme porque sabe que maté a Alejandro y supone que fue adrede.Me impresiona, ¿En dónde carajos me metí? No importa, tal vez es buena imagen para causarle más terror a Isabel.—¿Cómo sabes?—César nunca dejaría de apoyar a su familia a menos que hagamos algo incorrecto —piensa en como actúa su hermano.Yo asiento comprendiendo, no sé si tenga razón, porque no conozco a César, aparte de que hacía llorar a mi hija con sus insultos.—Entonces úsame, llama a mi hija y amenázala con que tienes secuestrada a su madre —propongo.Douglas me mira y par
Isabel.—Todo está bien —me dice, pero yo ando inquieta, no quiero que mi madre quede con traumas.Me acerco a ella y me siento a su lado, ella parece estar incómoda.—¿Cómo fue que te secuestró? ¿Te buscó? ¿Cómo? —le pregunto a ver si puedo ayudarla en algo, aunque sea en desahogo.Ella agacha su rostro y da un suspiro, se toma su tiempo para hablar.—Como no respondías mis llamadas, lo busqué a él, creí que seguían siendo amigos, nunca pensé que iba a hacerme eso, pues se notaba que él te quería como para hacerte daño —me responde.Me siento mal por eso, la abrazo, debí responder alguna de sus llamadas, así podía mantenerla al tanto de lo que pasa.—No te respondí porque pensé que solo querías dinero —me sincero con ella.—Si necesito dinero, pero quería saber cómo estabas tú y mi nieto, no hay nada más importante que eso —me recibe el abraza.No sé porque no le creo, es que no suena sincero, pero bueno, es lo que ella me ha dicho, así que eso es lo que tiene que ser.—Descansa mamá