Hola, perdonden por no actualizar seguido, tenía examenes de midterms de mi maestria y me concentre en estudiar. Acá en Puerto Rico paso un huracán o tifon, como le digan, así que espero que nos tengan en sus oraciones la cosa esta bien fea. Como siempre espero su apoyo dejando su me gusta, comentando, calificando la historia, seguirme y compartir la historia con sus seres queridos o en sus redes sociales. Saben que los amo, nos leemos mañana, chao!
Nathan Domenech Seguimos hablando de cosas mientras bebía de vino, coquito y otras bebidas… hoy estoy dispuesto a emborracharme y mas al mezclar tanta bebida. Las esposas de los hombres suben con sus compañeros para seguir hablando en la cocina del hogar. A los minutos llega Drake donde saluda a todos. Tomo la oportunidad de repetir la comida mientras mi abogado se sirve. —Dime una cosa ¿tan loca es la mujer? — cuestiona mientras se sirve, le respondo con un sonido de afirmación. —¿Entonces porque quieres meter la polla ahí? ¿Tan buena esta? —Tiene un buen culo. — respondo encogiéndome de hombros. —¿Se están acabando las opciones en la granja de la escuela? — pregunta divertido a lo que gruño. —Si obtengo a esa mujer tendré cada paso que hace Catia hacia los que están presentes aquí. — respondo este me mira sorprendido y asiente satisfecho. —Pues entonces de sale una oferta buena. Tener a la trabajadora socia
Nathan Domenech Llego a mi hogar para bañarme, desayunar lo que hizo nana e ir a llevar a Noah a la escuela. Busco el contrato en la oficina de mi hogar. Juro que si lo firma y la cojo en su propia oficina. Bajo para desayunar donde mi hijo me mira con sospecha. —Desayuna rápido tengo que llevarte a la escuela. — mando logrando que deje de mirarme con los ojos azules como los de su madre. —¿Pudiste estudiar algo? — cuestiono para sacar tema. —Algo, me gusta como April me explica las cosas. — responde encogiéndose de hombros. Al terminar llevo a Noah al colegio. Noto como April llega también, sus ojeras han desaparecido por tomar el día libre ayer de socializar. Pero Eduardo llega a recibirla logrando que frunza mi ceño, recordando como anoche todos estaban a su alrededor en la casa de Jocelin aconsejándolo con cosas para tener una relación seria. M****a… estaban esperando a que González llegará y como no llego está ejecutando los consejos aho
Nathan Domenech Sus mejillas están sonrojadas haciendo una combinación hermosa con su piel blanca, su olor a coco me vuelve loco. Los ojos verdes olivo me miran sin entender lo que esta pasando, su boca esta algo entreabierta mientras respira agitada. Creo que nunca en mi vida había encontrado una mujer que sea adorable y que me atraiga a la vez. —Yo… — trata de hablar, pero no puede formular las palabras haciendo que sonría ante lo hermosa que se ve así de perdida. Acaricio su cabello alborotado para luego colocar un mechón detrás de su oreja haciendo que despierte. —¡No puedo hacer eso! — exclama alejándome de ella, logrando notar lo cálido que me sentía junto a su cuerpo. —¿Quién te manda evitarme? — cuestiono pasando el pulgar sobre mis labios para dejar mis manos sobre mi cadera. —No podemos estar cerca en la escuela, me pueden despedir. — susurra con miedo que nos descubran. —Entonces podemos tener un
April González —Noah, por favor tienes que estudiar en tu hogar. — suplico al ver que no ha hecho sus asignaciones como hace de costumbre hace tres semanas. —Trato, pero no entiendo miss. — responde desesperado halando un poco su pelo rubio, suspiro. Nos sentamos como de costumbre hacer las asignaciones antes de que entre a clases. He ignorado las llamadas de Domenech desde lo último que sucedió. No puedo seguir involucrándome con él, solo puedo apoyar a su hijo desde la escuela. El niño empieza hacer unas asignaciones, mientras yo escribo las contestaciones. A este paso no está aprendiendo nada. Según las maestras Noah ha atendido mejor a las clases, pero sigue sin hablar mucho. Las notas… bueno por lo menos ya no se cuelga, pero tengo que hacer que saque perfecto. —Nos vemos en el almuerzo. — se despide Noah moviendo sus manos con emoción a lo que todos le decimos adiós. —¡No puedo aguant
April González —¿Quieres ir a comer? — cuestiona Eduardo esperando a que yo termine mi trabajo. —No puedo, tengo que encontrarme con una vieja amiga. — respondo con una mentira. —¿Tienes amiga? — cuestionan todos al escucharme, asiento con lentitud. —Tengo pocos amigos, pero los tengo. Es una amiga del doctorado, hace mucho no la veo y al igual que yo padecemos de… — me detengo al ver que les iba a contar mi condición, pero suspiro ya para que casi lo digo. —Ella padece de mucha ansiedad y yo de ansiedad social. —Podemos comer todos juntos. — ofrece Yarimar haciéndome difícil escaparme de ellos. —Yari, nuestra compañera se le hace difícil socializar imagínate su amiga. Déjalas a que salgan a ver el mundo y luego por nuestra paciencia Dios nos recompensará dejando a April necesitada de nuestro amor. — todos ponemos los ojos en blanco al escuchar a Jocelin. —Bueno sin mas me retiro. — me despido, p
April González Se escucha un gran estruendo en el salón de clase haciendo que aleje mi mirada del papel del estudiante que estaba ayudando. Y ahí se encuentran… dos de mis estudiantes de NOVENO están discutiendo. Uno le dio una palmada en el cuello al otro, m****a. —¡Diego, aléjate de Derek! — exclamo mientras la colera pasa por mis venas. Uno de ellos es hijo de una de las maestras de superior, también se encuentra la nieta del director y de por si… este salón es muy bochinchoso y dicen todo alterando cosas. Así que estoy totalmente jodida. La maestra le dirá a Catia, la trabajadora social al directo. Ya puedo sentir el papel en mis manos y las palabras despedida. En ese mismo instante suena el timbre, todos se van para donde la maestra. Gruño… tengo que ir a avisarle a Catia, que es la trabadora social. Odio esto y el grado 9… ya estaban en mi lista negra, ahora no puedo decir que los odio es una palabra muy fuerte tal vez los aborrezco. Al s
Nathan Domenech —¿Estás loco? Todo por esa… — interrumpo a Carla. —No es por ella es por mi hijo. — respondo aguantando las ganas de empujarla fuera de la guagua, esta se rie al escucharme. —Ahora será, porque has estado conmigo mientras tu hijo te necesita. — esta para de hablar al ver mis ojos, esta pasando la raya y odio eso. —Carla bájate antes que cometa un crimen ahora contra ti, te despidan de la escuela primero que la maestra tutora, mande a tu familia a banca rota y lejos de la cuidad. — amenazo a lo que traga sonoramente y sus ojos se cristalizan por el enojo. —No sabes con quien estas hablando. ¿Sabes porque siempre están contratando maestras nuevas en el colegio cada cierto tiempo? Si me canso hago que las despidan y llega otra mujer para mí, así que ten cuidado con lo que dices. — esta gira sus ojos al pensar en la pisición que se encuentra. —Por lo menos déjame cerca de casa. — responde. Es lo menos que p
Noah Domenech Mis manos tiemblan, nunca había visto a alguien tener un ataque de ansiedad de tal magnitud. Su cuerpo temblaba sin control, aguatando los sentimientos que evita de expresar su dueña. Acaricio su espalda tratando de consolarla, haciendo recordar a mi esposa cuando vomitaba por la quimioterapia. Es cálida, pequeña, suave y su olor de coco… —Tienes razón. — susurra refiriéndome a todo lo que mencione hace unos minutos, siento como mueve su rostro limpiando sus mocos y lagrimas sobre mi por lo cual pongo los ojos en blanco. Se aleja de mi dejándome con algo de frio, puedo ver que es una mujer renovada. Me sorprende como ella supera las cosas, aunque puede ser que siga ocultando lo que siente. Esta me mira de reojo, pero como siempre trata de evitar mi mirada. Me relajo dejando mis dos brazos detrás de mi recostándome un poco sobre la cama. —Te doy un buen consejo, curo la herida que te has provocado, te consuelo y me das el