Viajé a New York en primera clase junto a Max Voelklein. Los asientos eran tan cómodos y la comida era tan exquisita que me tenía fascinada. Me despedí de Adam con un fuerte abrazo y lo dejé en compañía de Miranda. Habían pegado tanta buena vibra los dos que no paraban de estar juntos y habían acordado pasar año nuevo pegados. Me fui contenta. Fue doloroso ver el rostro de Adam con cierto dolor cuando le dije le propuesta de Max, pero se alegró por mí.
—¿Más whisky señor Voelklein? —le ofreció una azafata de tez pálida y ojos verdes, quien no había parado de coquetearle desde que se sentó en su asiento.
Había guardado silencio para no armar escándalo, pero ya era insoportable. Max se había comportado de manera respetuosa y distante con ella. Pero a la azafata no pa
A la mañana siguiente me desperté en los brazos de Max, acurrucada en su pecho y sin ánimos de levantarme. Verlo dormir me encantaba. Tenía un rostro tan guapo que podía apreciarlo mejor cuando se encontraba dormido, ya que me dejaba ver cada detalle sin ser interrumpida o intimidada por sus profundos ojos caramelo.Acaricié su rostro de facciones perfectas y sin pensarlo dos veces, deposité un beso en sus labios inmóviles.Me levanté, me puse una de sus playeras rojas tiradas en el suelo y me dirigí al baño, lanzando un gran bosteza y estirando los brazos. Todo marchaba bien y mis energías estaban renovadas.No podía dejar de mirar mi anillo. Tenía una piedra de diamante blanco y tenía grabado mi nombre y el de Max. También, una frase que se había vuelto mi favorita “pecar contigo toda la vida”.Era si
❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀Mi amado Max:Con un profundo dolor en mi alma rota y con mis sentimientos deteriorados, te escribo a puño y letra, con mis ultimas fuerzas, que yo sin ti no puedo seguir. No puedo avanzar, no hay dirección a la cual aferrarme si no te tengo. Me siento como el primer día, como aquella vez en la que estaba metida en un profundo hoyo negro, buscando una soga a la cual sujetarme y tú, me salvaste ¿lo recuerdas mi amor? Pero hoy, cariño mío, no ocurrió.Me llevaré conmigo la última sonrisa tuya, la última mirada y tu carcajada que tanto me gustaba escuchar, mi bella zanahoria. Mi bello amor.Te amaré en alguna parte, en donde quiera que esté, te amaré y besaré entre sueños, sin importar nuestro desenlace. Aquella noticia que nos abatió no la soporté, no la quise oír, pero estab
PrólogoSi el destino te pide a gritos que te alejes de lo que supuestamente crees que es bueno para ti, es porque aún no has agudizado tus oídos. Es porque aún no modificaste tus sentidos.Si alguien me hubiera advertido que él no era para mí, con pruebas específicas, seguro hubiera echado a correr. Me hubiera alejado, me hubieran advertido. Yo no estaría seguro en el estado que estoy ahora.Sin embargo, nadie me ha demostrado lo que yo necesitaba para creer, para confiar. Ojalá lo hubiera sabido. Pero creer en él de cierta forma me salvó.E aquí una historia que rompió mi corazón...
CAPÍTULO 1.De lo que sí estaba segura en aquel entonces, era que, si no lograba juntar suficiente dinero aquella noche trabajando como mesera, aunque sea unos centavos, me iba a suicidar.Bueno, pero incluso si los ganaba lo haría de todas formas.Y no lo decía como un pensamiento que luego se esfumaba. Lo decía en serio. Mi desesperación era tan grande que las ganas de vivir se habían marchitado hace ya tiempo, y no había algo que pudiera hacerme cambiar de opinión.Hace días no comía como una persona decente. En el trabajo donde estaba no me pagaban como debían. Sólo ganaba unos treinta dólares al mes. Que, por cierto, ya se me habían agotado y sólo me quedaba revolver en la basura de la casa de comida para poder rescatar algo para mi estómago.Entre pagar los servicios de un departamento asqueroso y tratar de comer, no hab&iacu
CAPÍTULO 2MAX VOELKLEIN.—Ay no —musitó Max al ver que ella ya había logrado subirse y colgarse.Fue casi automático que el joven rodeara el cuerpo de la chica con sus brazos a la altura de las caderas para sacarle el cinturón (milagrosamente) y así, tirar de su cuerpo y dejarlo caer en la cama. No tuvo que recurrir a la hebilla para sacárselo. Ni siquiera tuvo que esforzarse para sacarla del aire.Max la observa desmayada en la cama, sin saber qué hacer. Respira. Lo importante es que respira. Tiene la cabeza a mil por hora. Se pasa una mano por la frente y se acerca a ella con temor a despertarla. Frunce el ceño.Está desmayada. Le toma la delgada muñeca y para revisar su pulso. Luego verifica lo mismo colocando dos dedos sobre garganta. Es como si estuviera dormida...Entonces la oye decir en voz baja:—Yo también quiero ser feliz.
CAPÍTULO 3MAX VOELKLEIN.Soy un imbécil.Soy un imbécil.Soy un imbécil.¿Ya he dicho que soy un imbécil?¿C&oac
CAPÍTULO 4.—¡Tú! ¡¿Cómo te atreves a presentarte con esos harapos y junto a mi hijo?!Sus ojos color mierda me desvistieron con la mirada y la sorpresa de su rostro fue grato de grabarla y pasarla en una pantalla grande. La furia lo dominó y su asqueroso rostro que tanto recordaba y me daba pesadillas por la noche, me hicieron sentir pequeña. Lo miré a Max y luego a él, levanté mi vestido rojo y salí de allí, con el corazón congelado, aterrado. CAPÍTULO 5Max Voelklein.Ada me odia. Lo sé. La cagué horrible ¿cómo se me ocurrió llevarla a casa de mis padres sabiendo lo egocéntricos que son? Estoy seguro que no volverá a dirigirme la palabra. Estoy listo para ser rechazado. Tendré que, quizás, mantener distancia. Me voy a volver loco. No puedo manejar la situación por más que lo desee. Desde un principio tuve que acudir a un profesional para ayudarla, no ofrecerle tal estupidez de que sea mi sugar baby para mantenerla a mi lado y que no intente suicidarse otra vez.No sé cómo enfrentará ella toda esta situación de mierda por mi culpa. Cuánto más quiero ayudarla, más la cago.Eres un imbécil Max.Tengo nauseas, estoy nervioso viajando junto a ella en el coche a su apartamento. No me habla. Me mandara a la mierda. Me mantengo callado porque no quiero moleCapítulo 5