Hanna La vida puede ser cruel y despiadada, pero también nos regala momentos de esperanza y fortaleza. Me encuentro en medio de esa dualidad, tratando de encontrar una salida a los problemas que me agobian. Hoy mi madre me ha llamado nada más amanecer, para decirme que el tratamiento experimental al que someterán a Chris, mi hermanito de 12 años, tiene un valor de 35 mil dólares y que para iniciarlo debe abonar al menos la mitad. Mamá es camarera y cajera en una cafetería de renombre en Londres, sus ingresos a duras penas nos alcanzaban para vivir, es por eso que siento una responsabilidad abrumadora como hermana mayor para asegurarme de que Chris reciba la atención médica que necesita. Estoy tratando con todas mis fuerzas de no desmoronarme, de ver, como dicen muchos, el vaso medio lleno y no medio vacío, pensando que Jason llegó como un tormento, pero también una salvación. Sin embargo es muy difícil mantenerme positiva cuando todavía me falta todo un mes para cobrar y 15 mil
JasonMi padre se presentó hace ya casi veinte minutos en mi oficina sin avisar y solo ha estado dándole vueltas a temas triviales y sin importancia, pero sé que en algún momento va a soltar su veneno.Miro la hora en mi reloj de mano y me doy cuenta que ya es medio día, por lo que levanto el intercomunicador ignorando el balbuceo de mi padre sobre las próximas vacaciones.—Margy puedes irte a almorzar— le digo nada más me contesta —Yo me quedaré un rato más.—¿Seguro, señor? Porque yo no tengo ningún problema en esperar que usted se desocupe.—Tranquila, no voy a necesitar nada, ve a comer.— De acuerdo, cualquier cosa puede llamarme.Cuando cuelgo me giro para ver a mi padre que ahora está con los ojos fijos en mí, al parecer se ha cansado de divagar y sinceramente yo ya estoy cansado de esperar y me muero de hambre.—¿Vas a decir al fin a que se ha debido esta visita?Veo como aprieta si quijada, pero de inmediato se relaja y toma un respiro como si estuviera tratando de mantener l
Hanna —Con que soltera, ¿eh? Quiero saber ya mismo quien es ese hombre. Dios, cómo es posible que cada vez que nos veamos algo terrible suceda, No puedo creer que de todos los restaurantes justo el imbécil y acosador de mi jefe debía entrar al mismo en que estoy comiendo con Jason. Por un instante pienso en contarle la verdad de todo creyendo que él puede ayudarme de alguna manera, sin embargo al mirarlo y ver como me está viendo con tanta rabia ahora mismo rechazo el pensamiento. Para él soy únicamente el medio para un fin y si llegó a contarle y él no hace nada por ayudarme, entonces me quedaré sin el único trabajo estable que tengo. Al final decido hacer lo único que se me ocurre: mentir. —Si estoy soltera —le digo soltando una verdad, aunque por la forma en que me mira no parece convencido. —¿Entonces puedes explicarme por qué te pusiste como un papel cuando viste a ese hombre? —Es mi jefe— digo soltando la segunda verdad y me preparo para comenzar la mentira—Me puse nervi
Hanna Este hombre va a acabar con mi cordura. Primero se comporta como un idiota, luego acepta a darme el adelanto, el cual ya consigné a mi madre y gracias a eso Chris inició hoy su tratamiento, y luego vuelve a ser un pomposo pretencioso que ahora resulta se va de farra los jueves. Mis ojos están fijos en el celular en mis manos mientras trato de asimilar lo que ese idiota me acaba de decir: Un club, él quiere que yo me arregle en media hora para ir a un club. —¿Qué ha pasado? ¿Qué te dijo?— Steph, quien desde ayer está acompañándome en mi pequeño departamento para ayudarme a pasar la crisis que tuve debido al cerdo de mi jefe, me mira con curiosidad. —Viene en media hora para llevarme a un club— le digo —¿Cómo diablos voy a estar lista en media hora? ¡Ni siquiera sé qué tipo de club es! La loca de mi amiga deja salir un chiquillo de alegría y antes de que me de cuenta tira de mi brazo y me lleva a rastras hasta la habitación. Veo en shock como mi amiga abre mi closet y comi
JasonNo se que demonios es lo que estaba pensando Alex cuando invitó a todas estás mujeres. Lo cierto es que con más de la mitad tuve al menos un revolcón alguna vez y aunque mi relación con Hanna es falsa, eso nadie lo sabe.Sin embargo, rechazar a Naomi no es algo sencillo. La mujer puede ser un dolor en el culo cuando quiere y aunque le dije que ahora estaba con alguien cuando por poco me besa, parece que no se da por vencida.—Naomi…—Solo una canción, Jason. ¿O es que acaso eres uno de esos hombres que se deja dominar por su mujer? No estamos haciendo nada malo.Sus palabras consiguen picar en mi orgullo y aunque sigo estando algo renuente termino siguiendole la corriente y llevando mis manos a su cintura.No voy a negar que la morena baila estupendo, pero eso no evita que yo haya estado dando miradas furtivas cada tanto hacia el sillón donde Hanna habla con Alex, quien lo ve pensaría que se conocen de toda la vida.De hecho, hace un rato que no escucho al idiota reirse, decido
HannaAbro los ojos lentamente, sintiendo una fuerte punzada de confusión y nerviosismo al darme cuenta de que no estoy en mi propia cama. Además, llevo puesta únicamente una camisa de hombre. Mi mente lucha por recordar cómo he llegado hasta aquí y por qué me siento tan vulnerable en ese momento. El dolor de cabeza tampoco ayuda en absoluto, de hecho hace que todo sea mucho más difícil.Trato de hacer memoria, pero lo último que recuerdo es estar en el reservado bebiendo la que podía ser mi quinta copa de vodka, nunca he tenido buena tolerancia al licor, y que Naomi, alias la facilona, se acercó a mí para buscar problemas, sin embargo me encargué de hacerle ver que aunque ella iba detrás de Jason, él siempre corría detrás de mí.¡JASON! Oh Dios… Puedo recordar flashes de nosotros comiéndonos la boca y no me refiero solo en el baño cuando las cosas se pusieron calientes, sino cuando volvimos al VIP, delante de Alex. Delante de todos. Sin embargo, no tengo un solo recuerdo de haber
Jason Entro a la empresa con la cabeza en el aire, pensando en cómo diablos voy a enfrentar a la prensa ahora. Porque si bien esto es justo lo que necesitaba para avalar mi relación, sé que también dará inicio al acoso de los paparazzi , que me pidan testimonios y mejor ni pensar en mi familia. Saludo con un gesto de cabeza a la recepcionista y me extraño al ver que esta no me da el habitual “Buenos días, señor Thompson” cuando llevo mis ojos hacia ella para ver qué ha pasado, me encuentro con su mirada poco amigable puesta en mí, aunque noto que rápidamente intenta disimular con una sonrisa más falsa que mi relación. Frunzo el ceño pero sigo de largo, lo cierto es que lo último en mis prioridades ahora mismo es saber porque diablos la recepcionista me mira mal. Subo al ascensor presidencial y solo ahí me permito tomar un respiro profundo, justo antes de que las puertas se abran en mi piso y comience a caminar directo a la oficina, sin embargo el cuchicheo proveniente de algunos
Hanna Mi celular no ha dejado de sonar desde que esa foto salió en la portada. Gracias a Dios se metió el fin de semana y no he tenido que ir a la oficina, pero no quiero ni imaginar las miradas y los cuchicheos que voy a tener que recibir el lunes. Steph duró casi dos horas al teléfono conmigo sacandome toda la información posible y sé que si no hubiese tenido que trabajar el fin de semana estuviera aquí para seguir el interrogatorio. Pero mientras eso pasa, no pienso estresarme de más, hoy tengo pensado quedarme en mi apartamento, meterme en mi cama con un tarro de palomitas de maíz y ver películas toda la noche. Mi plan va de maravilla hasta que a las seis de la tarde el timbre de mi apartamento suena haciendo que ponga pausa a la película y frunza el ceño, porque normalmente solo dejan subir a los visitantes usuales y Steph no me dijo que fuera a venir. Camino con mi pijama de corazoncitos hasta la puerta y la abro lista para reclamarle por no haberme avisado pero me quedo de