—Alteza Real, señorita Richmond, es un verdadero placer para mi conocerles personalmente; y sobre todo, que ambos hayan aceptado que yo les haga esta entrevista. —dijo la señorita Aisha Brown, una periodista muy reconocida en el país por su trabajo.
—Gracias a usted por aceptar hacernos esta entrevista señorita Brown, créame que para Alondra y para mi, el que hayamos aceptado hacer esta entrevista, es un paso muy importante y decisivo, sobre todo, por lo que realmente significa. —le respondió el Príncipe de la Corona.—Es altamente conocido que la señorita aquí presente y usted, siempre han sido muy renuentes a dar declaraciones a la prensa. ¿Me podría explicar el motivo? —preguntó la periodista.—Déjeme explicarle el motivo de nuestra renuencia, señorita Aisha. Ante todo, yo soy demasiado tímida con las personas que no conozco, por lo que se me hace muy difícil, hablar y expresarme con libertad en público. Por otra parte, desde que el Príncipe Lexter y yo… hicimos público nuestro noviazgo, los periodistas sólo se han dedicado a perseguirnos, para saber cómo fue posible que el Príncipe heredero de la nación, el llamado Príncipe de hielo, pudo enamorarse de una mujer como yo que no pertenecía a una casta Real. Y lamentablemente, muchos periodistas no tienen muy buenas intenciones a la hora de interrogarnos, en especial a mí, por lo que hemos decidido, mantener un bajo perfil en los medios, al dar las menos declaraciones públicas posibles a la prensa. —le respondió la señorita Richmond.—Entiendo perfectamente su decisión, pues por desgracia, muchos de mis colegas carecen de ética profesional; y como perros hambrientos, están dispuestos hacer las cosas más viles, para obtener una noticia. Es por eso, que me gustaría saber porqué me eligieron a mi en particular, para ser entrevistados por primera vez. —les respondió Aisha.—Precisamente por lo que usted acaba de decir, la mayoría de los periodistas que nos buscan, lo hacen con el único objetivo de lanzar veneno en nuestra contra e inventar, numerosas falsedades que tienen como finalidad, dañar el autoestima de Alondra. Sin embargo, usted ha sido la única que ha procurado conocer la absoluta verdad, sobre nuestras vidas y sobre nuestra relación. Por tal motivo, ambos hemos aceptado que usted nos haga esta entrevista. —respondió el Príncipe Lexter.—Me siento muy honrada, por haber sido la elegida y la primera testigo presencial, en escuchar a la mujer que muchas personas consideran, su heroína personal. Y créame, no están muy equivocados quienes piensan así, ya que usted ha sido la única persona capaz de lograr que la ley que condenaba a las Dojagis del palacio a llevar una vida de soledad, sin amor y sin matrimonio, haya sido anulada hace una semana. Esto les ha dado la oportunidad a estas mujeres, de llevar una vida completamente normal y plena, pues he sabido que a lo largo de la historia, muchas de ellas han anhelado tener su propia familia, o por lo menos, tener un matrimonio honorable, junto al hombre que aman. —señaló la periodista.—Yo no hice nada extraordinario, pues lo que he hecho, lo hago porque yo entiendo perfectamente ese sentimiento, pues hasta hace unos años, yo era una de ellas. Por eso, siempre he luchado para que se validen los derechos de las Dojagis; y creo que al fin lo he conseguido, aunque no lo hice sola, pues Su Alteza, me acompañó y apoyó, en cada momento de este camino. —dijo Alondra con tranquilidad.—¿Usted es una Dojagi del Palacio? Yo siempre creí que eso era un mito o un rumor malintencionado, nunca me imaginé que fuese cierto; y mucho menos, que me lo confesara de forma tan abierta. —dijo la periodista sorprendida.—Señorita Aisha, ¿Puedo hacerle una pregunta? —le preguntó Alondra.—La que desee Mi señora. —le respondió ella.—¿Usted había conocido a una Dojagi con anterioridad? —le preguntó la Princesa.—Con toda honestidad, nunca había conocido a ninguna. —le respondió Aisha.—Y, ¿Cómo se imaginaba usted que eran las muñecas de porcelana del Palacio? Me gustaría saber como nos ve el mundo exterior a nosotras; y digo a nosotras, porque yo aún soy una Dojagi, aunque en este momento, sea una Dojagi con completa libertad. —le respondió Alondra Richmond.—Sinceramente, el mundo exterior cree que las muñecas de porcelana o Dojagis de palacio, son mujeres muy frágiles y vulnerables, las cuales carecen de las herramientas emocionales y físicas necesarias, para hacerle frente a la vida. Sin embargo, yo siempre he creído que las Dojagis, son mujeres extremadamente valientes, con una fortaleza de acero, luchadoras y abnegadas. Y el conocerla a usted, me ha confirmado mis consideraciones, pues usted es una Dojagi excepcional y única. —le respondió la periodista.—La Dojagi más hermosa y valiente que existe. Y soy el más afortunado de todos los hombres, al poder proclamarme como el único poseedor de su afecto. —dijo Lexter Brower tomando la mano de Alondra, para besarla con infinita dulzura, enterneciendo a la periodista con tal gesto.—Definitivamente, su historia de amor me ha conmovido profundamente. Es decir, es la primera vez que puedo presenciar el gran amor y la gran ternura, que existe entre ustedes dos; y es completamente hermoso. —dijo la periodista.—Créame cuando le digo Señorita Brown, que Alondra llegó a mi vida, para iluminarla por completo y para derretir, el témpano de hielo que existía en mi corazón. Ella es mi ángel y mi puerto seguro. Desde que descubrimos lo que sentíamos el uno por el otro y lo enfrentamos como el amor tan profundo que sentimos, ambos decidimos luchar juntos contra todos los obstáculos, que sabíamos que vendrían. —respondió el Príncipe.—Ambos tuvimos que estar dispuestos a enfrentar las consecuencias de nuestros sentimientos, sin importar cuáles fuesen estas. Aunque si le soy completamente honesta, a mi me tomó un poco más de tiempo aceptar mis sentimientos por el Príncipe y reconocerlos, como el amor tan intenso e infinito que ahora siento por él. El Príncipe Lexter en cambio, desde que me declaró por primera vez lo que siente por mí, él ya lo tenía decidido en su mente y en su corazón. De hecho, en una ocasión, una de las cosas que más caló en mi corazón, fue cuando él me dijo que ya había decidido hacerme su esposa y hacerme feliz, por lo que no permitiría que nadie intentara que él cambiase de opinión, lo que me incluía también a mi. —dijo Alondra mirando al Príncipe con afecto.—Es que en el momento en el que yo reconocí que estaba profundamente enamorado de Alondra, también me di cuenta de que mi misión a partir de ese instante, era brindarle a ella la seguridad, la tranquilidad y la certeza, de la sinceridad que contiene, este amor que desde ese mismo día, empezó arder en mi pecho con muchísima fuerza. Yo prometí amarla y cuidarla hasta el día de mi muerte; y planeo cumplir mi promesa por siempre, incluso más allá de la muerte, porque cuando existe un amor tan verdadero y tan puro como el nuestro, este amor se convierte en leyenda, una leyenda eterna. —respondió Lexter con gran ternura, tomando la mano de Alondra, haciendo que ambas mujeres se conmovieran hasta las lágrimas, sobre todo, su novia.—¿Cómo no enamorarme de ti, si día a día me demuestras que eres el hombre más leal que conozco, con los sentimientos más hermosos y más puros de este mundo? Sólo tú fuiste capaz de derrumbar todos y cada uno de los muros de contención, que por mi inseguridad y mis miedos, me empeñaba en crear entre los dos. Por eso, hoy quiero decirte que así como tú me dijiste que nuestro amor sería una leyenda eterna, tus miradas, tus palabras, tus besos y tu corazón, le conceden a mis sentimientos, toda la inmortalidad que necesitan, para sobrevivir miles y miles de años. Y mi mayor anhelo en esta vida, es ser reconocida por todos como tu verdadera esposa. —le respondió Alondra y sin poderlo evitar, le besó castamente los labios con suavidad.—Sin duda, un amor tan profundo, tan bonito y tan legendario como el de ustedes, vale la pena que el mundo entero lo conozca. Sin embargo, tengo entendido que ambos están esperando la decisión del gran parlamento, para saber si la señorita Richmond será su esposa principal y futura Reina o por el contrario, será su segunda esposa, ¿No es cierto Majestad? —dijo la periodista con lágrimas en los ojos.
—Así es, lamentablemente tenemos que esperar su decisión y aceptarla, aunque puedo decirle que en mi corazón y en mi vida, Alondra es y será la única dueña de mi ser, aunque ella llegue a ser mi segunda esposa. Ese es el principal motivo, por el que aceptamos dar esta entrevista, ambos deseamos dar a conocer nuestra historia, para que el mundo sepa que el que Alondra sea una Dojagi de palacio, no nos impide ser felices y poder escribir nuestra propia historia de amor. —dijo el Príncipe heredero.
—Y en mi caso particular, yo quiero que todas las Dojagis alrededor del mundo al ver mi testimonio, se den cuenta de que a pesar de nuestro delicado estado de salud y nuestra externa fragilidad, nuestro interior está construido en su totalidad, con un resistente acero; y si tienen dudas sobre esto, sólo mírenme a mi, pues yo solo soy una Dojagi que tuvo que revestir su fuerza interna de acero, para convertir la porcelana de su exterior, en un material irrompible. —dijo con decisión, la señorita Richmond.—Créame cuando les digo Altezas, que estas declaraciones cambiará la manera de pensar de muchas personas, que aún en este tiempo y en pleno siglo XXI, aún discriminan, excluyen y categorizan, a quienes no se rigen bajo sus estereotipos de lo que es honorable o natural. Por lo tanto Milady, ¿Está preparada para contar su historia al mundo? —dijo Aisha Brown, visiblemente emocionada.—Por supuesto que si. —respondió Alondra Richmond, tomándole la mano al Príncipe heredero de la Corona, Lexter Brower.—Entonces, a la cuenta de 3, empezamos la entrevista. 1, 2 y 3… —dijo la periodista y ajustando algunos asuntos con su equipo de trabajo, comenzó oficialmente la entrevista.—Buenas noches a nuestro querido auditorio, a un día muy especial en el programa, “Un camino de inspiración.“ Yo soy Aisha Brown y el día de hoy, será único y excepcional, ya que entrevistaremos a dos personas que harán de esta velada, algo sin precedentes. ¿Les gustaría saber de quienes se trata? —Pues, antes de darles oficialmente la bienvenida al set, les diré que él, es uno de los hombres más asediados por las féminas de todo el país y creo que de todo el continente. Es alguien que se ha labrado una excelente reputación en el mundo de los negocios internacionales, es un gran empresario, un hombre de firmes y fuertes convicciones y posee un corazón muy generoso, aunque también es conocido por el apelativo, el Príncipe de hielo, debido a su actitud implacable en los negocios y en su vida personal. Además, él es el primer defensor de los derechos humanos de las clases más desfavorecidas de la nación, demostrándolo al crear múltiples fundaciones de ayuda social y de educación en todo
—Determinar el día exacto en el que me enamore de Alondra, es imposible porque yo mismo aún no lo sé. Sin embargo, puedo afirmar que desde que la vi por primera vez, yo le tomé un gran afecto y un fuerte instinto de protección hacia ella, nació dentro de mi, pero aún yo no lo aceptaba como amor, aunque confieso que desde siempre me cautivaron tanto su personalidad como su mirada esquiva y tímida, a pesar de la corta edad que yo tenía en ese momento. Recuerdo que yo apenas tenia 15 años y ella tenía 10, cuando nos presentaron y ella llegó a vivir en el palacio. Ese día Alondra se notaba muy triste y asustada, eso me conmovió profundamente.—comenzó a relatar el Príncipe Lexter y agregó: —Ese día, luego de conocer su historia y el por qué de su tristeza, yo decidí que sería su amigo; y así fue, ambos nos convertimos en muy buenos amigos desde entonces.—Y, ¿Lady Alondra ya había manifestado síntomas de la enfermedad cuando se conocieron, o la condición de salud tan frágil se presentó de
Flashback: un año atrás .Habían transcurrido dos semanas, desde que el Príncipe Lexter evitara que Alondra cayera por las escaleras; y a partir de ese día, el Príncipe de manera intencional, buscaba oportunidades para poder coincidir con la señorita Richmond y poder hablarle, aunque fuera sólo por un instante, con un saludo cuando ella estuviera con la Princesa Kitty, o cuando ambos se encontraban en los pasillos del palacio, porque lo que realmente deseaba el Príncipe Lexter, era demostrarle de forma más abierta, su interés por ella, algo que tenía a Alondra cada vez más nerviosa, pues cada vez que él le demostraba mediante sus miradas o sus palabras, que se sentía atraído por ella, el corazón de Alondra se agitaba tanto, que aveces creía que se saldría de su pecho, llenándola de una mezcla de ansiedad, temor, nervios y una gran felicidad, que cada día se le hacía más difícil ocultar.Por otra parte, desde ese mismo día, tanto Lexter como Alondra, comenzaron a comunicarse por teléf
Inicio del flashback: un año atrás.—¿Crees que mi petición final pueda ser concedida? —le preguntó Lexter, mientras la iba estrechando más y más a su cuerpo.—¿Tú crees que la decisión de que yo sea tu acompañante la próxima semana, en el recibimiento Real y en el baile en su honor, sea la decisión correcta? Lo digo porque Su Majestad ha delegado en ti una gran responsabilidad, la cual estás llevando a cabo de manera sobresaliente, por lo que no quisiera ser yo, la que empañara ese día tan importante para ti y para el Reino, al aceptar estar a tu lado como tu novia, cuando aún tú y yo, estamos definiendo nuestra relación. —le respondió Alondra.—Yo ya tengo definido que relación quiero tener contigo, tanto ahora como en el futuro. —le respondió Lexter con firmeza.—Y, ¿Qué tipo de relación deseas que tengamos? —le respondió Alondra con el corazón en un hilo, ya que la respuesta que él le diera, determinaría el presente y el futuro de los dos.—Yo a ti no te quiero para pasar el rato,
Flashback. Un año atrás. Después de haber compartido un momento tan especial e inolvidable, tanto el Príncipe Lexter como Alondra, intentaron continuar con su día con normalidad, esforzándose al máximo por mantener sus pensamientos al límite, aunque por más que ambos intentaban no pensar en lo que había ocurrido entre ellos en la mañana, el recuerdo de las palabras, las promesas y los besos que habían compartido apenas unas horas antes, se había instalado en el corazón y la mente de los dos, sin la menor intención de dejarlos concentrar en otra cosa que no fuera, en el deseo casi irrefrenable de volverse a ver y así volverse a sentir, como ambos se sintieron el uno al otro, cuando descubrieron que los dos estaban dispuestos a vivir, el sentimiento tan profundo que todos llaman amor. Tan ensimismada estaba Alondra en sus pensamientos, que sólo cuando Kitty levantó la voz, ella pudo salir de su ensoñación. —¿Te sientes mal todavía? Es que has estado muy distraída toda la mañana Nanny.
—Señorita Richmond, el hecho de que usted haya irrumpido en una reunión Real sin previa autorización, es una falta muy grande y es algo intolerable —le reclamó el Rey, aunque en su interior estaba muy sorprendido por las palabras de Alondra. Sin embargo, no pudo evitar preguntarle: —¿De verdad usted está dispuesta a sacrificar su amor por el Príncipe heredero, para que él no sea destronado por el Gran parlamento, cuando su romance salga a la luz? —Si, Su Majestad... Yo… yo sé que haber comenzado una relación amorosa con el Príncipe Lexter, fue una grave falta, pero… —dijo Alondra llorando, pero fue interrumpida por el Rey, cuando dijo con firmeza: —Exactamente señorita Alondra, lo que usted hizo es una clara violación a la ley Krishna; ¿Se da cuenta que yo puedo sentenciarla a muerte por este delito, o azotarla hasta morir? —¡No padre! Tú no puedes darle muerte a la mujer que yo amo, sólo porque se dio la oportunidad de amar y ser amada! ¡Tú no puedes hacernos esto! —exclamó el Prí
Actualidad.—Es impresionante todo lo que nos ha relatado Milady. ¿De verdad usted estaba dispuesta a sacrificar su amor por el Príncipe Lexter, para que él no tuviera problemas con su sucesión al trono? —le preguntó la periodista a Alondra.—Desde luego, yo me sacrificaría por él sin dudarlo ni un instante, pues en ese momento, yo creí que esa era la única solución, pues si alguien debía hacerlo era yo y nadie más, luego tuve que entender que las cosas no eran como yo pensaba. —le respondió Alondra con firmeza.—Y casi te pierdo ese día. No te puedes ni inmaginar el terror que yo sentí, cuando te vi vomitando sangre y cuando caíste inconsciente con una fiebre altísima. Y luego, cuando la doctora Camelia nos dió el diagnóstico, se me encogió el corazón de dolor, porque yo sabía lo mucho que te afectaría el saberlo, sobre todo, porque el síndrome de hibernación celular, te dejarían severas consecuencias, las cuales han permanecido aún hasta el día de hoy. Ese fue uno de los días más os
Inicio del flashback: Tres días después.Habían transcurrido tres días, desde que el cuerpo de Alondra Richmond sufrió un gran colapso, trayendo como resultado, que todo su organismo cesara sus funciones de manera temporal y que en ese momento, ella se encontrara aún inconsciente. Por otra parte, el día siguiente de lo que le ocurrió a Alondra, llegaron a Gales los médicos que habían hablado con la doctora Camelia la noche anterior, los cuales provenían de Escocía y Corea: el doctor Ji-hu Lee de Corea, el doctor Kester Gibson de Escocía y el doctor Calem Hamilton, también de Escocía. Estos doctores junto con la doctora Camelia, desde ese mismo día se entregaron al cuidado de Alondra, quien pese a no recuperar la consciencia en su totalidad, había experimentado pequeños lapsos en los que hablaba en un estado de semi inconsciencia, para luego volver a quedarse dormida. Sin embargo, al tercer día de inconsciencia, Alondra dió claros indicios de que en cualquier momento despertaría, por l