Anahí prefería no pensar en si Alexander le mentía sobre si la había drogado o no, apenas había bebido a una copa de champán y no era lógico que tuviera tan dispersa la noche que pasó con él, pero lo cierto es que los días siguientes la estuvo tratando muy bien, era casi como tener una pareja.Pasaban mucho tiempo juntos y en cierto modo hasta le sorprendió su forma de tratarla, casi parecía que ella le gustaban, sus días juntos eran buenos y sus noches mejores, el incidente no se había vuelto a repetir y como él decía para qué iba a drogarla cuando podía tenerla por propia voluntad.Así que decidió creerle sobre todo aquel día en el que le había entregado alguna de las fotos que sacó a Jeremy estando con ella, por fin tendría su venganza.Anahí colocó las fotografías en un sobre y escribió la dirección de la casa donde había estado trabajando cuidando a los bebés y lo mandó sin nada más, sin ninguna nota o algo que pudiera delatarla, solo unas fotos muy claras donde Jeremy y ella apa
Eva se quedó un rato más con las pruebas esparcidas sobre la cama, su mirada era fija, ella misma parecía haberse convertido en una muñeca de cera, se sentía congelada, muerta por dentro, con un frío que solo podría ser alejado con la calidez del mismo hombre que la había sumido en esa miseria.¿Qué haría? ¿Qué le diría cuando lo tuviera enfrente?Estaba claro que lo amaba a pesar de haber roto su corazón. Le amaba y era por ese amor que no sabía qué hacer… un grito que parecía querer salir de su garganta, murió justo en su boca antes de salir, mientras apretaba sus manos con fuerza, lastimando con sus uñas sus manos, mientras las lágrimas volvían a salir de sus ojos sin que ella pudiera evitarlo.Lloraba como una niña la cual ha sido regañada y castigada injustamente por sus padres y siente que lo que han hecho es injusto, no era mucho peor, era como la vez que su madre y padre murieron a manos de la delincuencia de su país, no, aunque era igual de doloroso era mucho peor, porque sus
« Eva Duncan, la gran desconocida.Ella es una auténtica cenicienta de la época actual, su historia parece un cuento de hadas al que solo le falta una haga madrina, o tal vez no, porque los señores Duncan han sido muy discretos con su relación y hay muy pocos detalles de cómo se conocieron.Pero tenemos algunos datos de esta hermosa mujer que ha enamorado a uno de los hombres más ricos del país y le ha dado dos hermosos bebés que nos han enamorado casi tanto como su hermosa historia de amor.Y es que todos pudimos ver el mes pasado esa fotografía de los Duncan siendo cariñosos en las puertas de un restaurante que fue reservado para su presentación.Lo que realmente nos preguntamos es ¿Por qué esta relación se ha mantenido en secreto tanto tiempo? Y sobre todo, ¿Por qué la señora Eva Duncan no nos da clases a todas para conocer a un galán guapísimo, educado y rico como el suyo?»Genaro era un hombre complicado, lleno de malicia, rencor y egoísmo, había dejado sin mirar atrás a una muje
Alexander estaba molesto, tener que jugar al amante complaciente le costaba mucho, demasiado, hacerle pensar a esa zorra que se estaba enamorando de ella era un sobreesfuerzo, pero no podía educar a Anahí como las demás, quisiera o no la joven era una buena mercancía, sus padres aunque no fueran muy influyentes tenían dinero, si algo le hacía a su niña los tendría a ellos tras su cabeza y adoraba estar en paz en la tierra de las oportunidades, no quería tener que huir como le tocó hacerlo de Europa.Aquí en América tenía más posibilidades de obtener dinero que en Francia, donde ya era buscado por todos lados.Además, hacerle la vida imposible a Jeremy Duncan era en lo único en lo que pensaba, tenía todo lo que le pertenecía por derecho y le habían negado y el muy estúpido le daba un maldito trabajo de camarero en la cafetería de su empresa, como se atrevía, tenía tanto derecho como él de su fortuna, pero aún no era tiempo de descubrir ese secreto, por lo que la única manera de mitigar
— Esa desgraciada— Genaro agarró con fuerza los otros dos tragos que le había invitado el hombre tras beberlos de golpe de nuevo. Luego lo dejó sobre la barra y miró al camarero — Llénalos y ponle otra a mi nuevo amigo.Ese hombre no tenía donde caerse muerto, pero en ese momento no le importó gastar dinero en quien parecía interesarse en su historia, se estaba desahogando y a veces los desconocidos eran la mejor opción para hacerlo, porque los conocidos podían usar tus debilidades para atacarte con ellas peor un desconocido era de fiar, jamás lo volvería a ver y su amargura se iría con él.— La muy puta se embarazó y decidió seguir con el embarazo porque era su hijo y lo quería y no sé cuántas chorradas más — dijo con una rabia que se percibía en cada una de las palabras que pronunciaba.— A pesar de que yo le dije que no quería hijos ella siguió adelante y a pesar de que la idea no me gustaba pensé, bueno, dejo mi legado, un hijo que pase mi apellido.Él se rio de sí mismo, como si s
— Debes contarle la verdad — dijo Diddier al entrar en la oficina de Jeremy y encontrarlo con la mirada perdida y un vaso de Bourbon en las manos.— Ya sabe la verdad, me follé a la niñera, fin del asunto.Diddier negó. ¿Por qué Jeremy no era capaz de ver aquello, por qué no se daba cuenta de que él no era responsable de lo sucedido y no solo eso, sino que además había sido abusado?— Llevas desde que lo supo como alma en pena. ¿No crees que esa mujer debería saber que no la traicionaste?— Pero lo hice, la traicioné.Y con ese pensamiento se había quedado Jeremy todo el día hasta la hora de salir de la oficina, donde la emoción por ver a su esposa ya no lo llenaba y no porque no siguiera amándola con todo su corazón. Si no porque ella ya no lo amaba y no podía culparla, la había traicionado…El trayecto hasta casa no tardó más de veinte minutos y lo primero que hizo fue saludar a su madre y luego buscar a Eva y a los niños que como siempre estaban en el cuarto de juegos.Quedándose a
Eva sintió que no podía más, que necesitaba estar así con él, perdonarlo, todo su ser le gritaba que lo perdonará, que él no era como su expareja, que Jeremy era el mejor hombre que pudiera conocer, que era un humano y que podía equivocarse.—¿Podrías perdonarme? Por favor Eva, jamás volverá a suceder algo así, pídeme lo que quieras y te lo daré, pero no me dejes mi amor.— pidió el completamente arrepentido por lo sucedido, no sabía cómo actuar, solo que no podía resignarse a perderla.Ella se quebró al escucharlo, sobre todo al decir las últimas palabras, sentía como su corazón se rompía, no era capaz de verlo así e ignorarlo, Eva no podía resistirlo más, por lo que se abrazó a él con fuerza, con mucha fuerza tomándolo y atrayéndolo contra ella para sentirlo contra su cuerpo.—Solo deseo una cosa y es que me ames, que me respetes— le respondió ella completamente convencida de que era lo único que necesitaba de él, es que era tan fácil. Solo necesitaba ese amor y que le demostrara que
Llevaba varias semanas durmiendo lejos de Eva, por lo que despertara a su lado por primera vez en tantos días lo hacía, no solo feliz, sino que también lo tenía irremediablemente caliente.Su cuerpo contra el de ella durante toda la noche, ese calor que terminó con su frío con solo pegarse, pero sobre todo el recuerdo de cada una de las veces que se había removido bajo él, gimiendo su nombre, llena de placer, joder, que ganas tenía de volver a verla así.Se escabulló de sus brazos con mucho cuidado de no despertarla, quería llevarla a la locura de un modo distinto, quería despertar su cuerpo y sentidos sin que ni siquiera fuera capaz de tocarlo, la necesitaba a su merced.Cuando consiguió apartarse de ella y que no se despertara se acercó al armario y tornó varias corbatas de este, con mucho cuidado ató cada una de las muñecas de su esposa contra los barrotes de la cama y luego procedió a hacer lo mismo con los tobillos quedando completamente abierta para él.El único problema que vio