Anahí fue entregada directamente a la sala de partos. No podía ser ella, no estaba todavía preparada para tener a su bebé. No podían hacerla parir tan pronto.— Pero debe haber alguna forma de parar las contracciones — dijo ella llorando antes de tensarse ante una duda contracción que por suerte paró rápido.El ginecólogo de esa guardia no veía otra opción posible que la de intervenir a la joven lo antes posible, tenía un fuerte desprendimiento de bolsa amniótica que le estaba provocando una fuerte hemorragia y con la anemia de la mujer, podría morir en cualquier momento.— Está teniendo una hemorragia, si no sacamos pronto al bebé podrían morir los dos.Anahí sintió todavía más miedo al escuchar lo que decía el médico y tomó su mano para obligarlo a mirarla.— Por favor, no deje que le suceda nada a mi bebé — pidió ella, ya que en el fondo sabía que si algo le ocurría a ese bebé Alexander la dejaría y ella no quería perderlo, estaba enamorada de él y a esas alturas no podía imaginar
Cuando llegaron al apartamento de Xavier Morgan no tardó mucho en dejar el portátil sobre la mesa del forense y comprobar que todavía le quedaban más de seis horas de desencriptado.— ¿Creo que tenemos muchas cosas de las que hablar, No crees?— mencionó Morgan cuando se giró y encontró a Xavier tan cerca.Su pulso se aceleró y su respiración se agitó tanto que era imposible que el otro no se hubiera dado cuenta de nada.Las manos le ardían por la necesidad de levantarlas y abrazar a ese hombre, o acariciarlo o despojarlo de la ropa que lo cubría.—Si creo que nos hace falta hablar — mencionó Xavier, quien no podía dejar de ver a Morgan a los ojos.Es que le era imposible no prestarle atención, todos estos días donde se limitaba a fingir ignorarlo, la verdad era que se la pasaba la mayor parte del día haciendo eso, aunque claro, a escondidas del joven.Así fue como descubrir que el joven se mordía el labio inferior cada vez que se concentraba en algo, o que levantaba una ceja cada vez
El corazón de Morgan se aceleró en el instante en el que escuchó aquellas palabras salir de los labios de Xavier, él también había estado loco por ese hombre durante meses, creyendo que lo odiaba y dándose cuenta de que cada vez se enamoraban un poco más de él.Había sido un suplicio, luchar contra sus propios sentimientos y sobre todo cuando se sintió correspondido, no llegar a ese punto al que estaban llegando en ese momento y contenerse era todo un suplicio.Pero ahora no había motivo para seguir teniendo miedo, era el momento de dejar que Xavier explorará todo su cuerpo y abandonarse al deseo reprimido que tuvo durante tanto tiempo.Aun así, lo que no esperaba era escuchar aquellas palabras, estaba preparado para la pasión, pero no para la forma en la que se llenó por completo de sentimiento al oírlo decir aquello.— Yo también te amo — confesó Morgan sin dudarlo y atrajo a Xavier tirando de su cabello para besarlo, mientras podía sentir sus manos explorando en su intimidad.Fue e
Morgan estaba completamente entregado a su amante, no era solo su cuerpo, su entrega iba mucho más allá de la piel, había algo que no se veía, su alma, la que Xavier era capaz de tocar en aquel momento en el que sus cuerpos se unían, en el que lo cubría por completo.— No importa, no te detengas, quiero ser tuyo. — Aseguró el joven abrazándose a la cadera de Xavier con las piernas y presionándolo para atraerlo más, para hacerlo ejercer más presión y así poder sentir mucho más que esa puntita que no hacía más que desesperarlo.Xavier no pudo controlarse más y eso hizo empujándose por completo en su interior, penetrándolo por completo, sintiendo como la humedad y la presión ajena lo oprimía.— Xavier — Gimió Morgan más por dolor que por placer, en ese instante se sentía completamente lleno de él en todos los sentidos, pero no lo acompañaba placer, era una punzada de dolor que hizo que él le transmitiera todo lo que sentía al arañarle la espalda.— Morgan — a él lo enloqueció la forma en
Eva se asustó al ver la reacción de su esposo, sobre todo al ver la fuerza con la que estampó la espalda de ese otro hombre contra la pared, no estaba acostumbrada a ver reaccionar a su esposo de manera agresiva.Aunque en esa ocasión lo entendía, si era cierto lo que decía Jeremy, ese hombre merecía la furia que experimentaba en esos momentos a manos de su esposo…— ¿Vas a matarme si eso es así?— se burló Alexander de Jeremy, a quien se quitó rápidamente de encima tomándolo de las muñecas y habiendo que lo soltara— será mejor que se comporte, señor Duncan, porque puede ser el padre de ese niño, pero ella es mi esposa. Así que tenga un poco de respeto, ¿acaso no escuchó que ella está grave? Yo puedo perder a mi mujer solo porque usted la embarazó.— Usted y yo algún día ajustaremos cuentas Alexander — Jeremy tomó la mano de su esposa y salió de allí, no era que Anahí le preocupara en lo más mínimo. Aun así, tampoco es que quisiera que la mujer se muriera, no la odiaba hasta ese punto,
— El señor Jeremy Duncan — dijo la enfermera saliendo de repente e interrumpiendo a la pareja que observaba al bebé en la incubadora a través del cristal.— Soy yo— Respondió Rápidamente Jeremy.La mujer se acercó a él y extendió un sobre que él no dudó en agarrar en el instante en que la mujer se lo dio. Mucho antes de que la mujer abriera la boca para decirle lo que era, en realidad él ya lo sabía.— Su prueba de paternidad — le dijo adelantándose a la pregunta que sabía que el hombre le estaba a punto de hacer, después de entregarle el sobre, la mujer volvió a entrar en la nurseria dejando a la pareja a solas.El corazón de Jeremy se aceleró al instante, sí que había ido rápido esa prueba de ADN, él creía que aquellas cosas llevaban mucho más tiempo, al menos un día o medio, pero apenas había pasado una hora, tal vez dos a lo mucho, pero cuanto antes saliera de dudas antes sabría cómo actuar.— Creo que deberíamos sentarnos — dijo Jeremy caminando hasta unas sillas que había pegada
Realmente no entendía a Harry su suegro, como podía estar feliz por ver a su hijo sufrir de esa manera y sobre todo como podía querer más un niño sobre otros.Los niños se querían por igual. Ella querría tanto a sus hijos como al hijo de Anahí cómo suyo, así no fuera hijo de Jeremy.—¡Eva!— Exclamo Lupe al ver a su amiga quien casi corrió por el pasillo —¿Estás bien?— preguntó Lupe viendo hacia donde se encontraba el padre de su novio y suegro de su amiga.—Sí, me encuentro bien, quien no está bien es Jeremy — Murmuró Eva en voz baja.— Si creo que es bastante notable con solo mirarlo — respondió Lupe, quien obviamente no podía negar lo mal que Jeremy se veía.Lo que no entendía era porque estaba Henry al otro lado del pasillo, viéndolos como si fueran intrusos.— No soy capaz de comprender a ese hombre.— dijo Lupe en voz baja para que nadie más que Eva la escuchara.Diddier se acercó a Jeremy era capaz de ver su turbación con solo mirarlo y que su padre estuviera al otro lado del pas
— No hay nada que podamos hacer ya — dijo uno de los médicos quien observó un rato a la mujer muerta y luego salió de allí negando, a ningún médico le gusta perder un paciente y mucho menos si este acaba de tener un bebé.Pero así es la vida, a veces los procesos que parecen más naturales pueden ser realmente los más riesgosos.Ahora lo que quedaba era darle al marido la mala noticia, la otra segunda cosa que un médico en su guardia odia hacer.Era incómodo, molesto y hasta doloroso ver a los familiares, esperando por noticias buenas y alentadoras desmoronarse frente a sus ojos al ellos decirle la mala noticia de que su familiar ha muerto. Muchas veces los familiares solo caen al suelo, implorando que le diga que lo que acaba de decirle es mentira, otros más estallan en furia, a veces hasta golpeándolo a él o algunos de sus compañeros médicos.Así que esperaba que Valerian, tomara las cosas con calma o al menos no lo culpara por la muerte de su esposa.Alexander se levantó rápidamente