Agnes estaba observando a los niños dormir, pero realmente era más una excusa para no seguir en el salón y escuchar aquel detalle sobre el hijo ilegítimo de su esposo.—Discúlpame si te hice sentir mal con mi petición, pero no puedo evitar sufrir si pienso que ese niño puede estar en peligro al lado de esa mujer.Agnes se sorprendió mucho por la forma en que su nuera se preocupaba de ella, era cierto que no se lo había puesto fácil al principio, pero Eva se había ganado su corazón poco a poco y ahora era como la hija que nunca había tenido.—Te gustaría hablar del tema, a veces para que algo no nos duela, debemos de hacer sangrar la herida y hacer que supure aquello que no la deja sangrar.— Verás…— empezó a hablar Agnes midiendo su tono de voz para no despertar a los pequeños —apenas acababa de cumplir veinte años, un par de meses atrás, el día que me casé, tenía tantas expectativas puestas en mi matrimonio, intenté ser tan buena esposa, pero el padre de Jeremy tenía sus propias expe
Jeremy había acunado a su esposa en sus brazos aquella noche, estaba a salvo con él, cada vez que pensaba en que le podía haber pasado cualquier cosa, se ponía enfermo y es que estaba realmente molesto con ese hombre, lo haría sufrir lo inimaginable, como máximo llevaba un día sufriendo, pero él pensaba eternizar su venganza lo más posible.A pesar de que el lugar favorito de Jeremy eran los brazos de Eva, no podía pegar ojo pensando en aquel que durante tantos años la había herido, le hervía la sangre solo de observar el ojo tapado de su esposa y los golpes que todavía tenían su rostro hinchado mientras el cabrón de Genaro estaba plácidamente dormido en su cabaña de caza donde no debería encontrar paz.Ni siquiera entendía que podía llevar a una persona a dañar a alguien como Eva de las múltiples formas en que ese hombre lo había hecho a través de los años, quería saberlo, necesitaba dar respuestas para entender lo que podía pasar por la mente de alguien como ese hombre.Así que Jere
Eva no podía ver el estado en él que el hombre se encontraba, todo lo contrario lo único que deseaba era hacerlo sufrir, cada golpe, cada grito que ella dio mientras él la golpeaba y sometía, apareció de golpe en su mente, por lo que su mano no tembló al momento de golpear con fuerza el rostro de ese hombre.Después de ese primer golpe vino otro y después otro, y cada vez que lo golpeaba sentía que sacaba un poco de ese miedo, de esa rabia, de esos años que todavía pesaban en ella, haciendo que fuera generosa y no se amara como debería.Cada golpe le estaba devolviendo la autoconfianza que él consiguió arrancarle, esa sensación de que no se merecía nada.Su rostro estaba rojo y parecía el de una maldita desquiciada, sobre todo en el momento en que empezó a llorar y gritar mientras lo golpeaba.Eran muchos años de frustración los que estaba liberando en ese momento, recordando cada una de las palizas que le daba, sobre todo la última dónde el muy maldito se burlaba de ella por la forma
Dejar de pensar en lo que había hecho, y al mismo tiempo la morbosa sensación de que Genaro los viera, que escuchará como otro hombre la hacía gemir y lo feliz que ella era entre sus brazos.Más feliz de lo que alguna vez lo fue con él, necesitaba eso. Dejarle claro a ese hombre que ella jamás había sido suya, pese a que la sometió mucho tiempo, ella jamás le perteneció como le pertenecía a Jeremy.—Por favor cariño— Murmuró ella echando su cabeza hacia atrás y dejándole espacio en su cuello para sus labios.Él no se iba a negar a los deseos de su esposa, pero por nada del mundo dejaría que ese hombre escuchara sus gemidos o disfrutara de su cuerpo desnudo, no ese hombre no se merecía la visión de su esposa cuando exhalaba el último gemido tras un orgasmo.Por nada del mundo permitiría que él pudiera despertar y la viera así, por lo que correspondió al beso de Eva con las mismas ansias que estaba siendo invadida su boca y llevó las manos con ansias por su cuerpo hasta llegar a las nal
—Te amo… Jeremy….Respondió ella sin dejar de moverse con los ojos cerrados por momentos, sintiendo como sus cuerpos chocaban una y otra vez al compás en cada embiste, cada que sus cuerpos conectaban, la forma que los labios de su esposo, mimaban sus pezones y la forma que marcaba su pecho y parte de su cuello.No hacían más que llevarse cualquier tipo de pensamiento que no correspondiera a ellos dos, en ese momento nada más podía estar en medio de ellos, ni el nombre de Genaro, mucho menos el nombre de Añadí, la mujer que con engaños trato de separarlos.— Si así mi amor… — gimió ella con los ojos cerrados y su cabeza echada hacia atrás— Eva… Eva mírame…— exigió Jeremy queriendo observar bajo la tenue luz de la luna la expresión de su rostro al ser invadido por el placer que él le daba.Jeremy llevó una de sus manos entre sus cuerpos buscando el lugar que sabría, haría que los gemidos de su esposa se intensificarán y justo ahí entre sus pliegues estímulo con dos dedos el botoncito d
Aquella droga que le dieron a Morgan hizo no solo que cayera dormido antes siquiera de llegar a casa de Miller sino mucho antes lo que él debió cargarlo hasta su cama y desnudarlo para que durmiera más cómodo.Pero no solo eso, aquella noche varios recuerdos volvieron a la memoria de Morgan como si pretendieran recordarle la razón por la que estaba ahí y por lo que no debía dejarse llevar por sus sentimientos ni su atracción por Miller .«Era prácticamente imposible ser adoptada con 10 años, Emma lo sabía y no le importaba, jamás había sido de esas niñas que se emocionan cuando una pareja llegaba al orfanato, ella simplemente se quedaba en un rincón sin llamar la atención porque en aquel lugar al menos no tendría que encariñarse con nadie, porque desde muy temprana edad Emma tuvo claro que era un monstruo uno que terminaría con la vida del único familiar vivo que le quedaba, aunque fingía no saber que él era quien había asesinado a sus padres, porque si algo tenía claro era que cuando
Miller se encontraba en ese momento haciendo el desayuno, un par de huevos revueltos y un par de lonchas de beicon, jugo recién hecho de naranja y café.Era la primera vez que se tomaba el día libre, en muchos años, la primera vez que salía de la rutina y era a causa del joven sobre su cama.El cuello le dolía por dormir en el sofá que había en su habitación, pero no podía compartir la cama con el joven, no con él pegándose contra su cuerpo, escuchando como le pedía que lo tocara y aliviará su calor.Tras desvestirlo con la luz apagada y sin tocarlo, le cubrió la parte baja de su cuerpo con una sábana y colocó compresas de agua fría sobre su cuerpo, fue hasta hace un par de horas atrás que el joven había dejado de quejarse y se encontraba completamente dormido.Pese a que podría irse a trabajar y no volver hasta más tarde, no lo hizo. Se quedaría a esperar que despertara y cerciorarse que la droga se hubiera eliminado de su cuerpo en su totalidad.Morgan estaba especialmente a gusto e
Miller calló al darse cuenta de que se encontraba en ese momento que estaba hablando por primera vez de su familia a alguien más.Ese chico no solo lo hacía tener sentimientos y deseos que antes no tenía, también tenía la facilidad de hacer que bajara la guardia.La pregunta era ¿Por qué? ¿Qué tenía de especial Morgan?— ¿Cómo sucedió, cómo se llevó a su prima?— preguntó intentando seguir pensando en lo que tanto le enojaba ¿Tal vez Xavier se veía a sí mismo como un monstruo? Porque Morgan estaba seguro de que era él quien la vendió.Era frustrante para el joven darse cuenta de que ni siquiera aquello que lo había atormentado toda su vida era suficiente para terminar con sus ganas, con esa incomparable atracción que ese hombre le provocaba.—La arranco de mi lado — fue todo lo que él respondió.Darse cuenta de que el joven hacía que bajara sus defensas hizo que Miller tratara de subirlas aún más. No había nada más peligroso para un monstruo como él que alguien como Morgan.— Dónde est