Sylvia se sentía a éstas alturas privilegiada al ser una persona que se había criado en un orfanato, comprendiendo que al morir su madre todo lo sucedido en su vida había tenido el propósito de vivir las experiencias más maravillosas jamás imaginadas. Tenía más de lo que había soñado, un esposo maravilloso a quien amaba, hijos, sabía quien era su padre y ahora lo tenía con ella aprovechando cada momento de esa maravillosa bendición. Además tenía abundancia financiera, algo que nunca pasó por sus pensamientos, pero allí estaba viviendo holgadamente, podía ayudar a muchos niños sin hogar a través de fundaciones sin fines de lucro. Se sentía muy útil, de alguna manera era un instrumento productivo para impulsar a otros a colaborar en éstas hermosas causas, también había averiguado sobre sus abuelos maternos. La tarea no había sido fácil, pero tenía información, tenía sus nombres, era un avance gigantesco para ella, solo faltaba la dirección exacta, pronto iría a Europa para conoc
La mujer que estaba adentro de la casa lanzó una exclamación y se apresuró a saber quienes eran aquellas personas que traían noticia de su única hija, a quien no veía desde hacía más de veinte años. — Buenas tardes— saludó la mujer— ¿Que saben de Daphne? La voz de la mujer estaba llena de ansiedad por querer saber. — ¿Podemos pasar?— dijo Hafid. — ¡Oh sí! ¡Qué descortesía! ¡Adelante y siéntense!— dijo la mujer. Se sentaron con rostros ansiosos por saber de su hija. — ¿Quienes son ustedes?— dijo la mujer— ¿Que saben de mi Daphne? — Señora Abigail, Soy Sylvia, hija de su hija Daphne Montgomery, lamentablemente mi madre falleció cuando nací y no pudo verme crecer.— la voz de ella estaba llena de emoción. — ¿Eres nuestra nieta?—dijo el hombre llamado Larry— nunca supimos más de Daphne, ahora sabemos porque. — La información que tengo es que al embarazarse huyó de casa y luego al momento del parto se complicó su salud y falleció— dijo Sylvia. La mujer empezó a llorar con un llant
Todo estaba marchando como Sylvia lo esperaba, sus abuelos decidieron quedarse a vivir en Londres, mientras que Ryan vivía en América con su hija. Sylvia se dedicaba a su esposo e hijos, le encantaba su vida familiar, Hafid viajaba cuando se. Le era requerido, pero generalmente manejaba sus negocios desde casa. Los niños en la escuela, por lo menos tres; Amira, Farid que pronto cumplirían sus diez años y Melanie que se iniciaba en su educación escolar. Cada día eran recogidos en el colegio por un transporte privado, era mucho el cuidado que se tenía por ser niños de un hombre influyente en los negocios como lo era Hafid Aziz. Deborah la prima resentida de Hafid no se había quedado nada contenta al ser ignorada por su primo de quien siempre estuvo enamorada. Ella tenía un secreto bajo la manga para arruinar la felicidad de su adorado primo y su odiosa esposa Sylvia, se decía Deborah constantemente para alimentar su odio. Consideró que era el momento perfecto para introducir de n
Hafid y Sylvia se encerraron con Amira y Farid, no era fácil ésta conversación, aunque sabían que un día sucedería, no esperaban que pasara de ésta manera. Los niños tenían sus caras llenas de expectativas, no sabían qué era lo que estaba pasando, pero sus padres se veían preocupados y eso significaba que algo grave estaba pasando. Hafid se aclaró la garganta y empezó diciendo:— Esa mujer que se les acercó, quién dijo llamarse Deborah, es nuestra prima, pero no es una buena persona. — Lo sabemos papá— dijo Amira— ¿Quién es Rachel? — Ésta conversación no debió suceder de ésta manera, pero Deborah con su mala intención la adelantó— dijo Hafid— antes de estar casado con Sylvia, estuve casado con Rachel. — ¿Y dónde está ella?— preguntó Farid. — Rachel falleció cuando ustedes eran unos bebés— dijo Hafid. — ¿Entonces ella es nuestra mamá?— preguntó Amira. — No hermana, nuestra mamá es Sylvia— dijo Farid. Hafid los miró y ellos se miraron entre sí, sin comprender la mirada de su pa
— No sé cuales fueron sus intenciones al hacerlo—dijo Hafid— les aseguro que voy a averiguar y exigiré una explicación. — ¿Ella es nuestra enemiga? ¿Es mala?— preguntó Farid. Hafid escogió muy bien las palabras para no traumar los tiernos oídos de sus hijos, él les dijo:— Ella es una chica resentida porque quiso que yo la enamorara y no funcionó, entonces se enojó conmigo y creo que por eso está intentando molestarme.— Ya entendí— dijo Amira— está celosa de mi mamá Sylvia. Farid abrió los ojos como platos y dijo:— Mi mamá es tu esposa; ¿porque tiene celos?— Ay hermano, ¡Porque a las mujeres no les gusta que las ignoren! ¿Entiendes?— dijo Amira con el rostro muy serio. Hafid reprimió una sonrisa ante el comentario de su hija. — ¿Cómo sabes eso mi amorcito— preguntó su padre. — Papá, soy una chica, en mi clase hay una muchacha que se enojó conmigo, porque un chico me miraba a mi y no a ella— dijo Amira— ¡Como si yo tuviese la culpa! — Te entiendo— dijo Hafid— es terrible cons
Hafid y Sylvia prepararon todo para su viaje emergente, llamaron a Halima para que estuviera a cargo y no se preocuparon por más nada, solo llevaron al pequeño de casi dos años. Estaban bastante emocionados por firmar por fin los papeles de la adopción legal de la pequeña Mélanie, además aprovecharon de visitar a los abuelos de Sylvia. Los niños llegaron esa tarde a casa del colegio, y al encontrar a la abuela Halima allí, se quedaron extrañados. — Hola abuela,— dijo Farid— ¿sucedió algo que estás acá y papá y mamá no?— Tuvieron un viaje de emergencia estarán unos días fuera, mientras estén conmigo, espero les guste y no se aburran— dijo Halima. — Nos gusta estar contigo abuela, pero nos encanta tener a mamá en casa— dijo Amira. — ¡Tú estás enojada con mamá!— dijo Farid— no siquiera le hablaste ésta mañana, quizás se fue de viaje por estar muy triste. — ¡No, ella no se fue por eso! — dijo Amira— ¿Verdad abuela? — ¡Dejen de discutir!— dijo la abuela— sus padres viajaron porque
Sylvia y Hafid veían pasar la vida con instantes de felicidad como toda pareja que se ama, con cuatro hijos creciendo y desarrollándose no solo físicamente, si no también a nivel intelectual, se había esforzado por criarlos con valores y principios arraigados, sus hijos siempre reconocían éste gran privilegio:“Eran hijos privilegiados porque tenían muchos abuelos ”Ya Sylvia y su esposo habían alcanzado el aniversario de bodas número veinte, por lo tanto sus primeros hijos ya habían alcanzado la edad de adultos, Los gemelos ya habían cumplido 23 años, Farid era un hombre muy guapo, muy parecido a su padre, era serio y juicioso a la hora de emitir sus opiniones, siempre observador antes de lanzarse a comentar algo.Amira en cambio era más vivaz y espontánea, con unos comentarios que dejaba a muchos rascándose la cabeza por lo osados que eran, pero al final una joven tierna y extrovertida. Los dos últimos eran ya adolescentes no tan calmados, Melanie pronto cumplirá 18 años y Rand
—He escuchado de él, pero no tengo el gusto— dijo Karen. — Es un comerciante…— empezó a decir la chica. — ¡Te dije que sé a quién pertenece el nombre!— exclamó cortante Karen. — Disculpe señora, voy por el café— dijo la chica. Karen se centró en buscar en su cabeza donde había escuchado este nombre, tampoco era imperativo que conociera a cada uno de los que asistían a ésta reunión de proveedores.Si no los recordaba ya los conocería en la reunión dentro de poco tiempo, la asistente entró nuevamente con una humeante taza de café. Karen la tomó y empezó a sorber casi por inercia, ese día se sentía bastante contrariada, vio la hora, apenas eran las once, sería bueno si se daba un tiempo para salir y comer algo. Uniendo el pensamiento a la acción tomó su bolso y salió al exterior del edificio, buscó un lugar donde sentarse a ordenar sus pensamientos. Empezó a recordar el porqué estaba tan nostálgica, había despertado esa mañana en medio de un sueño con su ex, no entendía de donde su