Al siguiente día Mia toca a mí puerta para decirme que el desayuno está listo, pero no me siento preparada para enfrentarme a Massimo después de lo sucedido la noche anterior, por lo que le pido de favor si puede subir mi desayuno, todo ese día me la pasé encerrada en mi habitación y también pedí le informarán a mi entrenador que no me visitará hoy, no tengo ganas de ver a nadie. —Señorita, ¿se encuentra bien? Ayer por la noche cuando llegó estaba bien. ¿Qué ha sucedido? —pregunta Mia preocupada por cómo me encuentro. —Sí estoy bien Mia, gracias por preguntar solo que hoy no tengo ganas de nada, ¿podrías traer a Alex? —Quiero abrazarlo es el único que me da fuerzas para seguir aquí, él es mi puerto seguro. —Claro en un momento lo traigo. —Sale de mi habitación y después llega con el pequeño en brazos, lo tomo entre los míos y le pido que me dejé sola con él, en cuanto sale por la puerta lo abrazo y comienzo a llorar, después de un rato ambos nos quedamos dormidos. Han pasado unos c
Cuando despierto me encuentro en la parte trasera de un carro y puedo reconocer que aún nos encontramos en el estacionamiento del centro comercial, los hombres que me atacaron no están dentro así que intento abrir la puerta para salir, pero me han dejado encerrada, por la ventanilla veo cómo están hablando por celular con alguien, tal vez en espera de instrucciones. Cuando me percato que se acercan me hago la dormida, escucho como se abren dos puertas una de mi lado y la otra del lado del conductor. —Sigue dormida no hay de qué preocuparse, pero debemos deshacernos de ella pronto, recuerda que la jefa quiere ver su cuerpo sin vida. —¿Y si nos divertimos un rato con ella? —pregunta el otro hombre haciendo que me ponga más tensa, cuando uno de ellos está por acercarse a mí, le doy una patada tan fuerte que lo tumbo y se golpea la cabeza al caer, no pierdo tiempo y salgo corriendo en dirección a la salida, el otro tipo no tarda en reaccionar y comienza a perseguirme. —Vuelve aquí m****
Massimo Durante estas semanas he estado fuera, en parte porque no quiero cometer una locura de la que pueda arrepentirme como el último día que estuve con Lilibeth y otra razón se debe a que han intentado robarme un cargamento de armas, por fortuna encontré a los responsables, por lo que estoy rumbo a mi mansión cuando recibo una llamada de Anely. —¡Buenas tardes, señor! Disculpe la molestia, pero la señorita Lilibeth desea salir a dar una vuelta junto con Alexandre y quería saber si la autoriza. —pregunta al otro lado del teléfono. —La señora Lilibeth. —la corrijo—. Bien dile que puede ir, pero que debe llevarse a Franco, también la acompañaran Mia, tú y otros hombres más ¿me entiendes? —Sí, disculpe la señora. Entiendo, gracias. —Termino la llamada y continuamos con el viaje de regreso. Después de unas dos horas recibo otra llamada nuevamente de Anely, la cual se escucha bastante exaltada y nerviosa. —Señor, lo lamento, pero no encontramos a la señora, la dejamos con dos de sus
Llegó a mi habitación, pero ella sigue dormida debido al sedante que Carlo le dio, me doy una ducha rápida y le pido a Mia que la cambié de ropa, traigo a mi hijo y los tres dormimos en la misma cama. Lilibeth Cuando despierto siento mi cuerpo adolorido al igual que mi cuello y cara, luego recuerdo todo lo sucedido el día anterior y me espanto ya que no estoy en mi habitación, siento un brazo alrededor de mi cuerpo y cuando me giro veo a Massimo y Alex profundamente dormidos, me doy cuenta de que estamos en la habitación de Massimo, quién nos aprieta contra su cuerpo. Intento levantarme despacio para no despertarlos, pero fracaso ya que Massimo se despierta y cuando se percata de que fui yo quien lo despertó me acerca más a ellos, acaricia mi rostro con su mano y cierro mis ojos un momento, saboreando esta caricia. —¿Cómo te sientes? —pregunta un poco adormilado. —Bien, pero me duele todo el cuerpo. —contesto con la voz un poco ronca. —Era de esperarse, después de todos los golp
Los días han pasado y sigo compartiendo el dormitorio con Massimo, ya me he acostumbrado a dormir junto a él y por extraño que parezca todos los días es lo mismo, ya sea que yo lo esté abrazando o él a mí, de vez en cuando duerme Alex con nosotros y me hace sentir como si fuésemos una verdadera familia. Massimo Estoy en mi despacho arreglando unos pendientes sobre un cargamento cuando escucho a través de la ventana a Alex y mi mujer jugando en la piscina, me asomo y me percato que Lilibeth se ha puesto un sexi y atrevido bikini rojo, haciendo que mis instintos más primitivos despierten, mis hombres por su parte la miran de vez en cuando, pero intentan mantener su vista en otro punto de la casa. Salgo de mi despacho rumbo a la habitación, necesito un poco de tranquilidad para no bajar en este momento y arrastrarla hasta nuestra habitación para hacerle el amor, desafortunadamente en el pasillo me encuentro con ella que se ha puesto una bata de baño, la ignoró y entró al cuarto, me re
Lilibeth No pude resistir más y caí ante el deseo de entregarme a Massimo, si bien al principio le odiaba por mantenerme aquí contra mi voluntad, el hecho de que cuidara de mí cuando estuve en peligro me hizo darme cuenta de mis sentimientos por él, aún recuerdo la primera vez que lo vi y como una atracción magnética unió nuestras miradas desde ese momento supe que era el hombre que quería para mí. Han pasado dos semanas desde que me entregue a Massimo y lo noto muy cambiado conmigo, todos los días cuando despierto estoy sola en la habitación ya que se levanta antes del amanecer y por las noches caigo rendida antes de que él se aparezca por la casa, una parte de mí teme que sea verdad lo que me dijo esa mujer del centro comercial de que Massimo solo quería llevarme a su cama y como ya lo ha logrado ha perdido su interés en mí. Sigo pensando en esto cuando Mia entra a la habitación para informarme que hoy por la noche tendremos un invitado a cenar por lo que debemos estar presentabl
—Es la primera vez que la veo por aquí, casi nunca sale o ¿me equivoco? —Bueno es que hace poco tuve un accidente y por un tiempo preferí no salir, además me la paso con este hermoso —digo esto, mientras doy un beso en la frente de Alex, pero ¿cómo le digo que me tienen recluida como a una prisionera? —Vaya espero que ya se encuentre mejor —comenzamos a platicar, él me cuenta sobre sus negocios y yo le cuento como era mi vida en México, me la he pasado tan bien con él que el tiempo se me va volando y cuando me doy cuenta ya son cerca de las seis de la tarde. —Lo siento tengo que irme ya es muy tarde. Me gustó mucho platicar con usted, en verdad fue como estar con un amigo de antaño. —Me levanto para pagar, pero él insiste en pagar esta vez, acepto por cortesía asegurándole que la próxima vez yo lo haré. Ya de regreso en la mansión, estoy por subir a la habitación de Alex cuando escucho la voz de Massimo detrás de mí. —¿Dónde estuvieron toda la tarde? —Por la forma en que habla sé
Me aproximó a ella quien me mira desafiante, la tomó por los brazos y la empujó hasta la cama, dónde cae de espaldas. —Me estás lastimando Massimo, ¡Suéltame! —Me acomodo sobre ella sin soltarle los brazos mientras comienzo a besar todo su cuello, impregnándome de su agradable aroma a cerezas. Dado que hoy está usando un vestido veraniego le bajo lentamente la parte superior dejando a la vista sus senos desnudos ya que no lleva sostén, beso y succiono su pezón izquierdo haciendo que se ponga duro para luego continuar con el derecho, y aunque ella trate de negarlo sé que también desea que la haga mía, noto como su cuerpo reacciona ante mi contacto, sigo bajando mi cabeza besando todo su cuerpo sobre la fina tela de su vestido hasta posarme entre sus piernas y las abro lentamente sin dejar de soltar sus brazos sintiendo como tiembla ligeramente ante mis caricias. Con mi mano libre levanto su vestido y bajo sus bragas ya humedecidas, posicionó mi boca en su intimidad y mi lengua hace m