Una madre para los hijos del mafioso
Una madre para los hijos del mafioso
Por: Kar
Capitulo 01

Pude ver cómo Emma se acomodaba en la cama completamente exhausta.

— Cada vez me encanta mas— Dijo para luego suspirar.

Estaba sudada al igual que yo.

Me hizo un espacio en la cama pero yo me levanté aún con la respiración agitada y caminé hasta el cuarto de baño,  me metí a la ducha, no sabía que hora era pero sabía que había venido con tiempo limitado.

Dejé que el agua cayera por mi cuerpo y una vez que me sentí aseado salí del baño, ahí en la cama aún seguía emma cubierta está vez por las sabanas blancas del cuarto de hotel en el que estábamos

— Ve mañana a mi oficina — Le dije.

La sorpresa en su rostro me lo dijo todo.

Doble los ojos cuando supe que venía el drama.

— Solo quédate un rato más, pediré algo para comer y para que podar pasar el tiempo, no todo tiene que ser sexo — Negué.

Mire el reloj en mi muñeca.

No tenía tiempo para esto, debía estar en casa en menos de 30min, le había prometido a los niños ir al parque hoy.

No podía fallarles, no de nuevo.

— Emma, tu sabes cómo es esto— Le dije tomando mis cosas y colocándome la ropa.

— Si pero— suspiro— Pensé que cuando me llamaste pasaríamos un rato juntos, pensé que está vez podría.

— No tengo tiempo para esto Emma — Caminé hacia la puerta y tomé la perilla cuando la escuché hablar

— Por favor... solo necesito que te quedes un rato más conmigo

Emma era una mujer muy hermosa pero no era el tipo de mujer que llevaría a casa con mis hijos, era el tipo de mujer que veía en estos lugares y luego me marchaba, no quería que los niños se sintieran inseguros, además emma no wfa la mujer para mí.

— Emma— Suspiré, saqué algo de dinero de mi billetera y se lo di, ella me miró ofendida— Para el taxi.

Sin esperar a que dijese algo más simplemente salí de aquel cuarto de hotel con mucho cuidado de no ser visto y me dirigi directamente al estacionamiento, no esperaba ver a ningún socio en este tipo de lugar pero tampoco podía arriesgarme.

Manejé lo más rápido que pude, al llegar estacioné acomodé un poco mi ropa y me bajé del auto.

Hoy si le cumpliría la promesa a los mellizos.

— ¡Papá!— fue lo primero que oí al entrar a casa.

No pude evitar sonreír al verla, mi pequeña princesa.

Paula fue la primera en aparecer, me incliné un poco para poder tomarla en mis brazos, sus pequeñas manos se fueron a mi cuello tratando de abrazarme, segundos después apareció Luca también corriendo hacia mí, lo recibí como había recibido a Paula y luego me levanté teniéndolos a los dos en mis brazos.

No cambiaría por nada estos recibimientos.

— ¿cómo se portaron el día de hoy?— Les pregunté esperando que fueran honestos

— Bien, como lo prometimos — Dijo Luca.

— ¿Nos llevarás al parque?— Preguntó una emociona Paula.

Asentí mientras los bajaba.

— Ya van por sus cosas entonces los espero aquí

Los dos salieron corriendo.

— Emiliana por favor acompañalos— Oí la voz de mi padre

Doblé los ojos con fastidio al darme cuenta que estaba aquí, no me molestaba que viniera a ver a sus nietos lo que sí me molestaba era que siempre terminaba tocando el mismo tema.

Quería tener solo un día de paz, solo uno, no pedí nada más que eso, llegar a mi propia casa y no escuchar mas de lo mismo.

— Padre, qué gusto tenerte aquí—le dije mientras comenzaba a caminar hacia el sofá, me sentía a su lado— ¿Que te trae por aquí?— Pregunté aún sabiendo la respuesta.

— Vine a hablar contigo y  a ver a mis nietos — Suspiro — Ellos necesitan una madre lisandro— ¡Lo sabía!— Necesitan una figura materna y tú necesitas mostrarle al mundo que tienes una familia, tus hijos en este momento son muy vulnerables y cuando crezca lo serán aún más.

Me levanté molesto del sofá.

El no me diría que hacer, ya tenía 30 años

¡¡Sabía cómo manejar mi m*****a vida!!

— No necesito que me digas que hacer con mis hijos!!— Exclamé molesto— Yo puedo encargarme de ellos— Está vez dije más calmado, no quería que los niños escucharán gritos.

No querían que ellos crecieran en ese tipo de ambiente.

— He dicho que necesitan una madre!!— Exclamó el sosprendiendome por completo— Tienes 4 meses para encontrar a la mujer indicada para que cría a tus hijos y para que esté a tu lado!!— ¡¿Que?!— De no ser así me encargaré de darle el poder a alguien más— Fruncí el ceño ¿Cómo diablos se atrevía a decirme eso?! ¡He trabajo más que todos por la empresa! Me he sacrificado mucho ¡¿y ahora quiere quitarmela?! Solo por un capricho — Y no estoy jugando cuando lo digo Lisandro— Se levantó — no quiero que escojas ninguna prostituta, me encargaré personalmente de ver y de investigar a la mujer que decidas elegir.

— Mis hijos no necesitan a nadie más y yo no necesito tener a nadie que me represente porque yo soy el maldito jefe papá!— Exclamé con más fuerza la última palabra.

— No te estoy diciendo que busques a una mujer que te represente, estoy diciendo que busques una buena mujer para que esté a tu lado, después de lo de Karen no has estado con nadie más lisandro y necesitas seguir adelante hijo mio— comenzó a caminar alejándose de mí, dejando la furia en mi interior— Por cierto si algo me sucede en estos meses habrá una investigación y si descubren que eres tú el cargo no será tuyo tampoco— terminó de irse por completo.

M*****a sea!

!¿De dónde diablo se supone que sacar una mujer?!

¡¿Y de dónde diablo saca que sería capaz de matarlo por el poder?!

Me molestaba que pensara que mis hijos necesitan una madre

¿Acaso yo no era suficiente para ellos?

Me estaba esforzado para que no sintiera la ausencia de su madre ¿No lo estaba haciendo bien?

— Papá estamos listos!— Grito Luca llegando con su hermana hasta mi.

Fui al mini bar por un trago antes de salir con los niños, necesitaba pensar y calmarme.

Tomé sus pequeñas manitas y caminamos hacia la salida, nos subimos al auto y maneje hasta el parque mas cercano, vivíamos algo lejos y es que me encantaba mantener mi distancia de la sociedad.

Una vez en el parque dejé que los niños corrieran, entendía que ellos necesitaban relacionarse con niños de su edad.

— Señor ¿dónde nos quiere?— Ni siquiera hizo falta que me girara a verlo sabía que era Jesús quien me hablaba

— Esparcidos por el parque— Le dije para luego dirigirme a un banquito.

Las palabras de mi padre no dejaban mi cabeza

¿Por qué se empeña en el mismo tema?!está claro que ya no tengo otra salida, debo buscar a una mujer pero ¿Cómo consigo a alguien que le agrade a los niños? Quizás pueda contratar a alguien.

Solté un suspiro.

¡Necesitaba una solución ahora!

Sabía que estaba a prueba luego de que dejara que él desgraciado de Marco Aurelio hiciera aquel enorme robo a la empresa y quizás esto solo era una excusa para darle la empresa a Mauricio.

Yo habían trabajado demasiado en la empresa no dejaría que se la dieran a alguien más, esa empresa sería de MIS hijos.

— ¿Estás bien?— Escucha a Paula preguntar con su dulce voz, lo que me hizo salir de mis pensamientos.

Enfoque mi vista en buscar a mis hijos y ahí estaban ambos junto a una hermosa chica.

Me quedé mirando como la chica les daba una sonrisa mientras limpiaba sus lágrimas, parecía ser bastante joven, quizás tendria unos 20 años.

— Papá dice que decir mentiras es malo ¿Por qué lloras?— Hablo Luca.

— A veces los adultos necesitan llorar y luego levantarse — Está vez fui yo quien habló, haciendo que los tres me miraran, me levante y camine hacia ellos, los niños corrieron alejándose de nosotros mientras reian y se acercaban al resto de los niños.

— Que niños tan lindos tienes — Dijo ella con una voz dulce.

Me senté a su lado.

Sus ojos azules su estaban algo empañados, estaba claro que había estado llorando mucho.

¿Que problema era tan grave para que llorara de esa manera?

— ¿Estás bien?— Está vez fui yo quien pregunto.

No pude evitar hacerlo

¿Que hacía una mujer tan hermosa llorando en un parque?

— Si, como dijiste los adultos necesitan llorar un rato y luego seguir adelante, yo ya llore y ahora me toca seguir adelante para continuar con mi vida — Respiro profundo y me dió una pequeña sonrisa evidentemente forzada.— La naturaleza me encanta y sentia que aquí podía recargar energía.

Aún con esa nariz roja y esos labios rojos y algo hinchados de tanto llorar se veía tan hermosa, era una belleza diferente a la que solía ver, ella era una belleza que parecía ser natural.

— ¿que necesitas? Quizás yo pueda ayudarte

No pude evitar decirlo.

— Conseguirme un trabajo en el que pueda ganar bien — Susurró, estoy seguro que fue mas para ella que para mi.

— Qué te parece uno de niñera

¿O de esposa?

Ella levantó su rostro para mirarme fijamente

— ¿de verdad? Pero si ni siquiera me conoce

— bueno para eso tendrás una entrevista es simplemente una propuesta, los niños parecieron tener mucha afinidad contigo y realmente me cuesta encontrar a alguien que los niños acepten

Y no mentía definitivamente era difícil que Paula y Luca no le hicieran ninguna travesura a las niñeras.

— okay— su expresión cambió rápidamente y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, aquellos ojos azules tuvieron un pequeño destello de esperanza ¿Que cosa tan mala está pasando en tu vida? Creeme que voy averiguarlo. — cuándo podría hacer la entrevista, yo estoy disponible todos estos días

— Que te parece ahora?

Y aunque le había preguntado antes de llegar a casa seguramente sabría absolutamente todo de ella, quizás podría encontrar una forma de hacerla aceptar ser mi esposa.

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