Marfil llegó a la casa prácticamente corriendo, sintiendo cómo su corazón latía desbocado dentro de su pecho. Cuando apenas cruzó el umbral, trató de regular su respiración y de calmar la tormenta interna que la había acompañado desde que dejó la playa. Se obligó a mantener la serenidad, pero el temblor sutil en sus manos delataba la tensión que la atravesaba.Al entrar en la cocina, se encontró con Richard. Él estaba de pie, recargado contra la encimera, con una taza de café humeante entre las manos. La miró con cierta curiosidad antes de esbozar una sonrisa tranquila. —Buenos días —dijo él con naturalidad. Marfil se obligó a responder con la mayor calma posible.—Buenos días… —murmuró, intentando parecer despreocupada—. Te despertaste temprano. Richard asintió, tomando un sorbo de su café antes de responder. —Después del almuerzo tenemos que empacar todo para volver a la ciudad. Quería estar despierto cuanto antes para asegurarme de que todo quede en orden.Marfil movió el r
Tras el almuerzo, Marfil y el resto del grupo empacaron sus cosas y emprendieron el regreso a la ciudad. A pesar de que el viaje había sido una oportunidad para desconectarse de la rutina, Marfil sentía una frustración latente. Nada había salido exactamente como lo había planeado. Sin embargo, en medio de su disgusto, conservaba un pequeño consuelo: el recuerdo de haber estado en aquel lugar especial con Lucas. Aunque las cosas entre ellos no terminaron como ella esperaba, de algún modo esa experiencia se sumaba a su colección de memorias.Por su parte, Lucas se mantuvo distante durante todo el trayecto de vuelta. La manera en que Marfil había cambiado tan bruscamente de actitud lo dejó desconcertado y dolido. La noche anterior había estado llena de pasión, pero aquella mañana, en cambio, la frialdad de Marfil le había golpeado como un balde de agua helada. No intentó acercarse a ella porque entendió que, al menos en ese momento, cualquier esfuerzo sería en vano. Marfil ni siquiera se
Marfil había observado con detenimiento la forma en que Abigail se desenvolvía en el grupo. A pesar de su energía contagiosa y su ánimo siempre efervescente, había algo en ella que la hacía parecer distante. No parecía tener un círculo cercano de amistades tal y como Richard se lo había comentado, y eso a Marfil le pareció el detalle perfecto para desarrollar su plan. Por eso, cuando se encontró a solas con Vanya, no dudó en plantar la semilla.—¿Sabes? He estado pensando en Abigail —dijo Marfil con una sonrisa casual, mientras jugueteaba con un mechón de su cabello—. Me da la impresión de que, a pesar de ser tan animada, no tiene muchas amigas de verdad. Creo que sería bueno que pasaras más tiempo con ella.Vanya arqueó una ceja, sorprendida por la sugerencia.—¿En serio? —preguntó con una sonrisa traviesa—. ¿No te vas a poner celosa si me hago muy amiga de ella?Marfil soltó una risa ligera, moviendo una mano en un ademán despreocupado.—¡Ay, no, claro que no! Eso es lo que todos ne
El auto de Richard se detuvo frente a la casa de Marfil a la hora acordada. Vanya había salido con Abigail, así que no había ningún problema de que Richard la buscara en la mansión. No quería que Vanya supiera que se estaba acercando al millonario, no aún.Las luces del atardecer teñían el cielo de tonos anaranjados y rosados, creando un ambiente casi irreal. Entonces, Marfil salió de la casa con un atuendo deportivo sencillo, pero que resaltaba su figura de una forma que Richard no esperaba notar. La tela se ajustaba a sus curvas con naturalidad y su cabello recogido en una coleta dejaba a la vista la delicada línea de su cuello.Richard se quedó mirándola mientras ella se acercaba, a lo que Marfil abrió la puerta del copiloto y se acomodó en el asiento. De pronto, el perfume sutil de Marfil impregnó el aire dentro del coche. Richard se aclaró la garganta y le dedicó una sonrisa mientras encendía el motor.—¿Lista para tu primera lección? —preguntó él, mirándola de reojo.—Lista —con
Marfil sintió que aquella tarde había marcado un antes y un después, porque fue consciente del efecto que había causado en Richard. Percibió cómo él se puso nervioso, cómo su respiración cambió y cómo su cuerpo se tensó en ciertos momentos. Y aunque ella también había sentido un cosquilleo en el estómago con cada roce, con cada toque accidental, con la proximidad de su cuerpo tan cerca del de él, estaba segura de que el impacto en Richard había sido mucho mayor.Richard había comenzado a verla de una manera distinta. Ya no era solo la chica con la que podía pasar un rato agradable, ni la persona con la que intercambiaba opiniones y risas. Algo había cambiado en su forma de mirarla, en cómo percibía su presencia. Empezó a notar que, más allá de los pequeños momentos compartidos, ella ocupaba un espacio en su mente, algo que antes no había sido capaz de identificar. De repente, Marfil se había convertido en algo más que una compañía temporal, era una mujer que comenzaba a dejar una huel
Lucas miró a Marfil con asombro, a la que acababa de aparecer de repente entre él y su acompañante. A pesar de la situación, ella no retrocedió ni mostró intención de apartarse. Se quedó ahí, con una expresión en el rostro que podía interpretarse como un reclamo disimulado, aunque con un autocontrol admirable. La mujer que estaba con Lucas también se sorprendió por la aparición inesperada de Marfil y, tras una pausa concisa, le saludó con cortesía.—Hola, ¿cómo estás?Lucas deslizó la mirada entre ambas mujeres antes de agregar su saludo.—Hola, Marfil. ¿Qué se te ofrece?Marfil, sin cambiar su expresión y sin titubeos, sostuvo la mirada de Lucas para dar su respuesta.—Necesito hablar contigo a solas.Su actitud tan directa y determinada lo dejó sin palabras por un instante. No era común en ella actuar de esa manera, y eso lo desconcertaba. La chica que estaba con Lucas también sintió la incomodidad de la situación, así que, después de un momento de silencio, decidió dar un paso atrá
—Ya, Lucas, por favor —impuso Marfil, intentando permanecer serena mientras echaba un vistazo a su alrededor, sintiéndose nerviosa—. No hablemos de esto aquí, en medio del campus.Lucas frunció el ceño, cruzando los brazos sobre su pecho mientras la observaba con intriga.—¿Y entonces para qué me trajiste hasta aquí? —cuestionó—. Fuiste tú quien me pidió que habláramos, incluso hiciste que mi compañera se alejara para que pudiéramos estar a solas.Marfil mordió su labio inferior, sintiendo el peso de sus propias acciones. Desvió la mirada y suspiró antes de responder.—Sí, bueno... Tal vez no debí hacerlo. Quizás no debí acercarme a ti —indicó—. Es solo que... sentí curiosidad. Pensé que tal vez estabas saliendo con ella.Lucas parpadeó, asombrado por sus palabras.—¿Qué? ¿Saliendo con ella? —repitió, como si le costara procesarlo—. No, no. Es solo mi compañera de carrera. Estamos en el mismo año y nos conocemos desde el primero... así que...Marfil volvió a fijar sus ojos en él, con
Marfil se quedó callada. No podía decirle la verdad. No podía admitir que había ido tras Lucas porque los celos la habían consumido al verlo con otra. Sus labios entreabiertos quedaron mudos mientras su mirada se tornaba inquieta. Sus ojos azules, normalmente serenos, parpadearon con un destello de incertidumbre, recorriendo fugazmente los rasgos de Richard antes de apartarse. No quería que él notara la lucha interna que se libraba en su mente.Finalmente, humedeció sus labios y tomó aire. No podía quedarse en silencio por mucho más tiempo. Miró a Richard, fingiendo una calma que no sentía, y se preparó para responder.—Nada importante. Solo quería preguntarle si había alguna novedad sobre la anulación del matrimonio. Y, por supuesto, no podíamos hablar de eso en la entrada de la universidad —manifestó—. Además, tampoco es un tema que deba mencionarse aquí, considerando que estamos en la biblioteca.Richard, que había mantenido una expresión seria hasta ese momento, de repente pareci