Mientras Marfil y Richard seguían en la cafetería, la conversación fluía de manera natural entre ellos. Richard, después de dar un sorbo a su café, la miró con cierta curiosidad.—Me comentó Lucas que te disculpaste con él. A decir verdad, no pensé que realmente lo harías.—Sí, lo hice. Pero, ¿porqué pensaste que no lo haría? Dije que lo haría y mi palabra es promesa —expuso.—Bueno, creí que lo pensarías mejor y que terminarías llegando a la decisión de no hacerlo. —En realidad, me sentía mal por cómo se dieron las cosas entre nosotros. Creo que, a pesar de todo, Lucas es una buena persona, y lo justo era aclarar las cosas. Ahora estamos en buenos términos.Richard la observó con atención y luego asintió.—Me alegro. Lucas es un buen hombre. Yo, la verdad, espero que ustedes puedan llevarse bien durante este tiempo que dure el proceso de la anulación del matrimonio.Hubo una breve pausa antes de que Richard hablara con un tono más serio.—Pero dime una cosa, Marfil… ¿De verdad no pi
Marfil había pasado varios días debatiéndose entre llamar o no a Richard. No quería parecer insistente ni dar la impresión equivocada, pero sentía que debía hablar con él, pues de esa forma, podría acercarse cada vez más. Finalmente, tras ensayar varias veces lo que diría, tomó valor y marcó su número.Al principio, Richard no contestó. Seguramente porque era un número desconocido para él. Marfil suspiró con frustración y esperó unos minutos antes de volver a intentarlo. Esta vez, después de algunos tonos, la llamada fue atendida.—¿Sí? —respondió Richard con voz neutra.—Hola, Richard... —articuló Marfil con cierta vacilación—. Vaya, tuve que llamarte varias veces... Discúlpame si te molesto, pero es que... yo soy Marfil. Este es mi número de celular.Hubo una breve pausa antes de que Richard respondiera.—Ah, Marfil —respondió, como si acabara de reconocerla—. Lo siento por no haber contestado antes, es que no tengo tu número registrado.—Claro, tienes razón —asintió Marfil, con una
—No es raro que te sientas así, Marfil —expuso Marshall—. Mucha gente empieza una carrera pensando que es la correcta y luego se da cuenta de que quizá no era lo que realmente querían. Lo importante es preguntarte si lo que estás estudiando te acerca a tus metas o si simplemente lo elegiste porque parecía la mejor opción en ese momento. —Creo que fue un poco de ambas —confesó Marfil, esbozando una leve sonrisa—. Pensé que la contaduría era una carrera estable, que podría darme seguridad económica, pero ahora veo que la administración me habría permitido explorar más cosas, tomar decisiones empresariales, liderar... Richard asintió, entendiendo su dilema. —Si sientes que la administración es lo que realmente quieres, podrías considerar hacer el cambio. No es tarde, pero sí es algo que debes pensar bien. Marfil lo miró fijamente por un momento antes de hablar. —Por eso quise hablar contigo, Richard. Siento que eres una persona madura, alguien sensato. No nos conocemos mucho, pero cu
—Sí, qué coincidencia —repitió Marfil con un matiz de diversión en su voz—. ¿Te molesta si me siento contigo?—En absoluto —respondió él, haciéndole un gesto con la mano para que tomara asiento frente a él.Marfil dejó su bolso sobre la mesa y se acomodó con elegancia, entrelazando sus manos sobre su regazo antes de mirarlo con una expresión de curiosidad.—Pensé que eras la mejor amiga de Vanya —agregó él, antes de que ella pudiera hacer algún comentario.Marfil arqueó una ceja, intrigada por la dirección de la charla.—Lo soy, ¿pero por qué lo dices en ese tono?—Es que casi no te veo con ella. Creí que siempre estarían juntas aquí en la universidad, pero no parece ser el caso.—Oh, bueno, sí, es verdad. En la mansión siempre estamos juntas —aclaró ella rápidamente—. Es solo que aquí en la universidad es un poco difícil porque los horarios son muy variados. A veces ella sale tarde a los recesos, a veces soy yo la que sale tarde... pero de alguna forma siempre coincido contigo —añadi
Abigail rio y tomó asiento junto a ellos, ajena a la incomodidad de Marfil. La joven sintió un leve gesto involuntario en sus facciones, un atisbo de molestia que trató de disimular. Sin embargo, su expresión fue breve, pues más allá de la situación, la revelación de que Richard tenía novia la había tomado completamente desprevenida.—Después de tanto tiempo volvemos a coincidir en un receso —comentó Abigail, volviéndose hacia Richard con una sonrisa dulce.—Sí, después de tanto tiempo —asintió Richard con suavidad—. Pero, bueno, siempre nos vemos. Si no es aquí en la universidad, es cuando salimos o en nuestras casas.Marfil sintió un leve nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Era evidente que Richard quería dejar en claro que, a pesar de no coincidir en los recesos, su relación seguía siendo cercana y estable.—Sí, eso es verdad —dijo Abigail con tono cariñoso.Marfil trató de centrarse en otro aspecto de la conversación para evitar pensar demasiado en lo que acababa de esc
Richard levantó la vista hacia Marfil con cierta sorpresa, como si apenas entonces recordara que aún estaba allí.—¿Ya tienes que volver a clases? —preguntó.Marfil dudó un segundo antes de replicar.—No exactamente, pero…No tuvo oportunidad de terminar la frase. Antes de que pudiera explicarse, Abigail intervino con su usual energía desbordante.—¡No te vayas todavía! —exclamó con una sonrisa radiante—. Tú estabas hablando con Richard y yo vine a interrumpir la conversación de ustedes. Lo siento, es que hace tiempo que no coincidíamos en el receso. Aunque claro, siempre lo veo —agregó con un tono juguetón, dándole un golpecito en el brazo a Richard.Era evidente que Abigail era una persona vivaz, animada, llena de una energía que contrastaba con la serenidad y elegancia de Marfil. Su entusiasmo podía sentirse sincero, pero eso no evitaba que Marfil se sintiera fuera de lugar.Ella forzó otra sonrisa, intentando parecer relajada.—Ustedes son los que tienen que conversar ahora —artic
Marfil escuchó sus palabras sin saber bien qué responder. En su interior, una sola cosa le quedaba clara: no quería ser amiga de Abigail. No porque le pareciera desagradable o porque no la soportara, sino porque era la novia de Richard. Y Richard era su interés, su objetivo. Acercarse demasiado a Abigail solo haría las cosas más difíciles para ella.—Yo tampoco soy de muchas amigas —expuso Marfil—. Vanya es la única en la que he confiado hasta ahora.Hubo un breve silencio entre ambos, hasta que Marfil decidió mencionar algo que le había llamado la atención desde que Abigail apareció.—Pero hay algo que me sorprende —señaló, mirándolo con atención—. No le dijiste nada sobre la cita a ciegas. ¿Por qué?Richard pareció confundido por un momento.—¿A qué te refieres?—Lo noté porque evitaste entrar en detalles —explicó ella—. Cuando hablaste de mí, solo le dijiste que soy una amiga de Lucas. Imagino que tampoco sabe que él y yo estamos casados y que estamos esperando la anulación de nues
En la mañana siguiente, Marfil despertó con una resolución férrea en su mente. Ya no había espacio para la duda ni para el desánimo. Había pasado la noche sumida en pensamientos conflictivos, debatiendo internamente si lo que planeaba hacer era correcto o no. Pero al final, se había convencido de que no estaba haciendo nada malo. Después de todo, Richard no era un hombre casado, y en el amor, todo se valía. Si Abigail tenía la suerte de ser su novia, ¿por qué no podría ella cambiar ese destino?Mientras se alistaba para la universidad, se miró en el espejo con detenimiento. Sabía que era hermosa. Sus rasgos finos, su cabello perfectamente arreglado y su porte elegante la convertían en una mujer difícil de ignorar. Había visto cómo los hombres la miraban cuando pasaba, cómo se giraban para contemplarla. No era la primera vez que se proponía conquistar a alguien, pero esta vez era diferente. Richard no era solo un capricho pasajero. Él representaba la estabilidad, el lujo, la seguridad