Narrador omnipresenteCurthwulf, estaba preocupado por Charlotte, aunque él no había pensado en las consecuencias de no cuidarse al momento de tener relaciones, porque en su mundo, la esposa que tuviera, estaría preparada para su papel de concebir en la manada, entendía a Charlotte.Aun deseando tener una familia, sabía que debía respetar los deseos de la persona que quiere, por lo que, de inmediato, preparó todo para que le dieran alternativas para cuidarse en un futuro.Además, averiguo como se encontraba su hermana y Zaid, para no llevarse sorpresas. Teniendo en cuenta que el peligro había disminuido, pero, como tal, debía estar alerta, se vistió completamente y mientras Charlotte, salía de su perturbación, comenzó a dar órdenes de como quería las cosas.— Voy a estar bien. Nada va a suceder por un pequeño desliz, ¿verdad? — se pregunta Charlotte en un hilo de voz y ello, de inmediato, lo escucho Curthwulf.Su oído agudo escucha la respiración agitada de Charlotte y como mueve su p
Charlotte y Curthwulf llegaron a Inglaterra sonriendo. La felicidad de regresar a su tierra, era una sensación agradable para ambos. Por lo que, ignorando la conversación que tienen pendiente, bajan del avión sonriendo y respirando profundo el aire inglés.— Jamás pensé que volvería — susurra Charlotte.— Volverías. Yo me iba a encargar de ello, pero si ibas a volver. — susurra Curthwulf mientras suben al auto— Gracias por regresarme a salvo.— Si tú no volvías, yo tampoco podría hacerlo, ¿no notas que antes de siquiera nacer, ya estaba destinada a mí? Morir no era algo que podría permitirlo — confiesa Curthwulf y Charlotte se sonroja.— Señor Holftmann, no debería decir eso.— No me llames señor Holftmann, hemos avanzado lo suficiente para que sigas llamándome con tanto respeto.— Pero, señor…— Si no te gustaría llamarme por mi nombre, llámame, cariño o esposo.— No somos esposos — le recuerda Charlotte.— Eso puede cambiar ahora mismo, si lo deseas. — dice Curthwulf de inmediato y
Los dos agradecieron el recibimiento y los dos se marchan, cuando suben al segundo piso, Charlotte sigue a Curthwulf deseando que le diga donde va a quedarse a descansar, pero, Curthwulf camina directamente a su habitación, por lo que, Charlotte se detiene en el umbral de la puerta al reconocerla.— ¿Qué sucede?— ¿Por qué estamos en su habitación? ¿Aquí es donde dormiré o debo buscar una por mi cuenta?— Bueno, puedes dormir aquí, por eso, te he traído a este lugar — dice Curthwulf.— Pero, esta es tu habitación.— ¿Por qué tan segura?— A usted le gusta mucho el color negro y plateado. En todas las habitaciones que he visto de usted, siempre esta esa decoración, una que es bastante distinta a la mansión que solo tiene colores como el oro y el blanco.— Que observadora. — dice Curthwulf sonriendo.— En fin, ¿Dónde voy a dormir, señor Holftmann?— Si sigues llamándome así, Charlotte, voy a tener que darte unas buenas nalgadas — le advierte y Charlotte se cruza de brazos con una mirada
Después de bañarse y estar vestidos, el efecto de Curthwulf comenzó a disiparse. Charlotte, estaba satisfecha y aunque la figura de Curthwulf seguía viéndose magnifica con ropa, ya se había concentrado en lo que quería.— No me quedaré aquí contigo.— ¿Por qué no? — pregunta Curthwulf confundido.— No podemos ser así de íntimos.— Nena, creo que ya hemos sido más que íntimos. Ya no hay una sola parte de tu cuerpo que no haya besado. — dice Curthwulf llevando sus manos a la cadera de la mujer que tanto ama, pero, Charlotte lo aleja rápidamente.— Eso es una cosa, pero, compartir habitación es otra cosa. Eso solo puede compartirse con su esposa y yo no lo soy.— Eso puede cambiar pronto, sabes que voy en serio contigo. — dice Curthwulf y yo suspiro profundo.— Aun no. Una cosa es tener relaciones sexuales, porque soy tentada, pero un matrimonio, ahora no es posible. Aunque quiera, primero debo hacer muchas cosas. Así que, lo mejor es que durmamos en habitaciones diferentes.— Está bien,
Curthwulf, se la pasó parte de la tarde y noche, trabajando, mientras pensaba en la cita perfecta. Por su ausencia cuando estaba más enfermo, tenía muchas cosas que supervisar, pero, esto las hizo tan rápido, que regresó a casa en el momento que Zaid regresaba de las clases privadas. Charlotte, quien se había esforzado buscando la habitación perfecta, la encontró al otro extremo de la mansión y ella sola, comenzó a organizar todo para despejar su mente de las escenas excitantes que había tenido con Curthwulf. Porque eso era lo que realmente le preocupaba. Ya que, en sus brazos se olvidaba de todo, al punto de acceder a cosas impensables y en eso debía controlarse. Algo que no le estaba siendo posible. — Es que no es posible que me afecte tanto en tan poco tiempo. Ni que fuera tan magnífico — se queja Charlotte y guarda silencio al saber que si pensaba eso de él. Estoy condenada. Realmente estoy condenada al no poder siquiera verle algo negativo. — dice Charlotte mentalmente mientr
Una semana después Las cosas en la mansión Holftmann, estaban bien. Lowell, estaba recibiendo su entrenamiento como alfa, en la mansión y con Zaid, recibía las clases de su edad. Curthwulf, había retomado su trabajo como presidente de su empresa y manejaba sus demás negocios de manera retoma.Charlotte, se encargaba de tener todo en la casa organizado, saber más de la manada y trabajar a distancia. Básicamente, la normalidad por fin había reinado en sus vidas y cada mal episodio que habían vivido, era parte del olvido.Aunque lo que, si no era algo que podría olvidar, era el fracaso de Loki en el método de planificación que Charlotte exige para tener algún tipo de contacto intimo con Curthwulf.— Por hoy, hemos terminado con la reunión, gracias a todos por asistir. — dice el secretario de Curthwulf, mientras su jefe, solo bufa molesto, angustiado a los presentes.Curthwulf, amaba regresar a casa y pasar tiempo en familia con Zaid, Lowell y por supuesto, Charlotte. Pero, debido a ese
Curthwulf sabía que Charlotte tenía razón. Aunque había estado al tanto se las necesidades de su manada y sus negocios, apenas habían llegado después de tantas complicaciones. Pero, el desespero de enamorar a Charlotte, le hacía olvidar ello.— Es verdad lo que dices, pero, solo serán unos días.— Si sigues faltando tanto en tu trabajo, tendrás problemas.— Soy el presidente y dueño de la empresa, ¿Quién sería tan osado de decirme algo al respecto? — pregunta Curthwulf sonriente.— No voy a salir. Apenas he conseguido trabajo y quiero mantenerlo.— ¿Cuánto te pagan? Si es por eso, podría contratarte en una de mis empresas y trabajar desde la distancia. Aunque te parezca increíble lo que te voy a decir, mis empleados son los mejores pagados del mercado y tienen una flexibilidad acorde a su rendimiento. >> Así que, si haces las cosas bien, podrías estar trabajando en un crucero por las Bahamas o algo mejor. Sin mencionar que vamos a tener momentos muy agradables en familia, como debe s
Dos días despuésLos dos niños corrían emocionados en el gran parque temático, mientras Charlotte negaba al dejarse convencer por unas miradas tiernas. Curthwulf, quien había querido tanto este viaje, seguía preocupado por los nuevos problemas, sin embargo, fingía que todo estaba bien.Ojalá no me este equivocando — dice Curthwulf al ver que no hay muchas personas que le generen confianza y menos, con tantas personas.“¿Cómo está la seguridad en el parque temático? — pregunta Curthwulf mentalmente”“El parque es bastante grande, señor. — dice Rolf” “Creí que serían lo suficientemente inteligentes para apartar todo el parque para nosotros — dice Curthwulf enojado mentalmente”“Ese era el pensamiento, señor. Pero, con tan poco tiempo, nos fue imposible hacerlo. — dice Retmus en el lado norte del parque temático”“¿Quién se negaría a hacerme un favor a mí? — pregunta Curthwulf molesto”— ¡Curthwulf! — llaman desde la distancia, causando que él y Charlotte giren sus rostros hacia el homb