Noche de luna llena
La lluvia cae con tanta fuerza, al punto de que pareciera que el cielo estuviera por caerse con cada gota. Nadie podía ver que pasaba alrededor porque no podía verse siquiera a un metro. Fue esa lluvia la causante de varios accidentes, entre esos, el de Gabriela y su esposo. El estruendo apenas se había escuchado cuando Charlotte detenía el auto angustiada. Habían bebido por el cumpleaños de su cuñado y no habían querido quedarse en un hotel cerca del bar. Angustiada, caminó Charlotte hacia el lugar donde se había escuchado el estallido y de inmediato cubrió su boca al ver como había quedado el auto que se había salido del camino.— ¡Hermana, por favor, dime que estas bien! — grita Charlotte angustiada. Pero, no escucha alguna respuesta de su parte. Angustiada, la chica corrió hacia el auto y llamó a emergencias ignorando que, a pocos metros, una loba perdía la vida en manos de algo que ningún humano había visto. La loba, gemía de dolor mientras pensaba en su pequeño, pero, ni siquiera ese pensamiento, hablando el corazón de su atacante quien mordiendo su cuello acabó instantáneamente con su vida. El depredador, disfrazado de perro, se acerca hasta donde se encuentra Charlotte y cuando está por correr a la carretera y atacarla, ella corre hacia el barranco donde su hermana había caído.— Hermana, por favor. Dime que estas bien — suplica Charlotte llegando al auto donde solo estando cerca, comprueba que su cuñado murió por el impacto y que su hermana, tiembla llamándola en un susurro inaudible.— Gabriela, ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — preguntó Charlotte angustiada. — Duele todo el cuerpo. — Entonces, no hables. Ya llamé por ayuda. Ellos estarán aquí — dice Charlotte tomando la mano de su hermana. — ¿Puedes cuidar de mi hijo?— No lo haré. Porque tú podrás cuidarlo sin problemas. Estarás bien. Solo necesitarás una banda en una pequeña herida y regresaras a casa — dice Charlotte llorando mientras la lluvia golpea su cabeza con fuerzas. — No eres buena mintiendo — susurra Gabriela sonriendo aun en medio de su dolor. Mientras Charlotte intentaba calmar su miedo y el de su hermana a varios kilómetros una manada de lobo buscaba a la loba que ya había muerto. El atacante, quien había percibido el olor de la manada acercándose, dejó con vida a Charlotte para no retrasarse y huyó tan rápido como pudo.La manada de lobo se acerca cada vez más rápido deseando llegar a tiempo, pero, cuando se encuentran con el cadáver de la loba, la respuesta es clara: habían tardado demasiado en encontrarla. El enojo del alfa por haber llegado tan tarde, se notaba. Todos comenzaron a buscar rastros del atacante, mientras el Alfa acariciaba con su nariz a la loba que había sido su compañera por cinco años. No la había amado, sus padres la habían elegido desde pequeños y más que ser esposos, eran mejores amigos. Ahora había perdido a su compañera de vida y los rastros decían que había sido planeado. — Encuentren a ese malnacido. No me importa lo que tengan que hacer. Ayúdenme a encontrarlo y no lo maten. Si lo ven, sabrán como llamarme y yo iré de inmediato. — dice el Alfa comunicándose mentalmente con su manada.— Nosotros podremos matarlo, señor. Solos fuertes. Somos la manada con más poder de las otras manadas. — dice un Gamma— Aun así, deben tener cuidado, nuestro enemigo no es alguien humano ni tampoco lobo. — Estos son rastros de huellas de perro. — No es un perro. El olor del perro es inconfundible y este no lo tiene. Quizás el atacante tenga la habilidad de transformarse. Así que, tengan cuidado. No dejen que los mate también. — ordena el Alfa y todos se marchan buscando el rastro, mientras él después de acariciarla levemente, levantó su rostro y aulló anunciando la muerte de su Luna. El aullido se escucho varios kilómetros, donde un pequeño lobo de piel blanca, jugaba con lobos de su edad, ajeno a lo que sucedía con sus padres. Los lobos que pudieron escuchar el aullido, se unieron al mismo transmitiendo a todos la terrible noticia. Por lo que, las lobas corrieron a ocultar a sus hijos, mientras los machos se quedaban vigilando el hogar de la manada o uniéndose a la búsqueda del asesino.— ¿Dónde están mis padres? Mamá quedó a buscarme — dice el pequeño lobo.— Por hoy vas a ir a mi casa. Mañana tu padre vendrá a buscarte. — No, no me iré sin mi madre — dice el pequeño lobo y la mujer suspira profundo. — Ya regreso. — dice marchándose.— ¿No lo has oído? — pregunta el pequeño lobo solo un poco más grande que él.— ¿Qué no he oído? — pregunta Lowell. — Tu madre ha sido asesinada — informa el chico asombrando a Lowell — rayos, deberías practicar nuestros aullidos, es decepcionante que siendo tan grande no conozcas tu propia lengua.— Mi madre debe estar bien. Es mentira lo que dices. — dice Lowell.— La mató algo extraño. Por eso todos en la manada están así. — dice el pequeño y el niño niega.— Es mentira. Mi madre está bien — dice al borde del llanto.— Crece Lowell y enfrenta la realidad, eres el hijo del alfa, deberías ser más fuerte.El niño niega y se marcha corriendo del lugar. La lluvia era tan fuerte y el caos en la manada era tanto, que nadie vio al pequeño lobo de color blanco que escapaba. Lowell, corrió tan rápido como pudo buscando a su madre, hasta que terminó perdiéndose en las calles de Londres. Con su cabeza doliendo por las fuertes gotas de lluvia en su pequeño cerebro, se escondió bajo una ventana de un gran edificio, implorando que su mamá se encuentre bien. Por otra parte, el Alfa, se acercaba hasta donde quedaban las huellas, fue allí cuando vio a la chica que lloraba en medio de la lluvia. Por un momento creyó que era ella el ser que cambiaba de forma. Pero, cuando se acercó y ella vio esos ojos rojos sobre ella, su cuerpo temblando y su agitado corazón, demostraban que era inocente.— No es ella. Huele a humana — dice el Alfa mentalmente para después marcharse. La ambulancia llega y con ella se va Charlotte implorando que todo este bien con su hermana. Completamente empapada, deja a su hermana en cirugía, mientras va camino a casa de su hermana para ver a su sobrino. El pequeño que habían dejado con una niñera, para poder celebrar el cumpleaños, no dormía por extrañar a su madre. Por lo que, Charlotte bajo de su auto y dejando que la lluvia la mojara por segunda vez, caminó hacia la puerta del edificio. Fue allí que escuchó los gemidos del pequeño animal que temblaba del frío. Charlotte, sabiendo de la muerte de su cuñado y el estado crítico de su hermana, se acercó al pequeño animal que se encogió cuando ella quiso tomarlo.— ¿También has tenido un día malo? — pregunta Charlotte al pequeño animal. El pequeño poco a poco se deja tocar y ella lo acaricia hasta que el perro corre hacia ella y Charlotte lo lleva a su pecho para después entrar al edificio.— Necesito que seamos fuertes, ambos estamos pasando una mala noche y mi sobrino, necesita apoyo, ¿puedes dárselo? Hoy ha perdido a su madre y su madre… ayúdame, ¿sí?El pequeño lobo escucho atentamente las palabras de Charlotte y sintió aun más tristeza. ¿Por qué los padres mueren? — se pregunta el pequeño lobo en manos de CharlotteCharlotte, estaba angustiada, su hermana gemela estaba al borde de la muerte y además de ello, tenía que enfrentarse a un niño que había quedado huérfano esta noche. Teniendo tantas cosas en mente, entró al apartamento con el pequeño lobo en las manos.Buenas noches — saluda Charlotte y el pequeño niño que lloraba a su madre. Levanta la mirada afligido.¿Mamá?Charlotte y Gabriela, eran gemelas idénticas. Muchas gemelas, se diferencian de algo, pero entre ellas no había el más mínimo detalle que las diferenciará. Ni siquiera los granos de la pubertad o marcas de caídas, podían marcar la diferencia, porque ellas estaban tan conectadas que cuando una tenía un grano en la frente, el mismo día la segunda lo tenía del mismo tamaño y lugar. Lo mismo sucedía con las caídas, como amaban hacer lo mismo, aunque no quisieran, terminaban con las mismas heridas. Era por eso, que estaban acostumbradas a ser confundidas, como ahora. Charlotte respiro profundo y asintió, sabiendo que no podía corre
Al día siguienteEl pequeño Lowell, despierta cuando Charlotte lo baja de su pecho y corre a alistarse. El aroma de la mujer que lo había calmado, estaba demasiado leve, por lo que, el pequeño lobo de color blanco, como pudo, se bajó de la cama y corrió hasta el baño donde esperaba a Charlotte.El lugar donde se encontraba, era más pequeño del que acostumbraba a vivir con sus padres. Pero de algún modo, se sentía cálido y agradable. Por ello, no pensó en regresar a la manada y quedarse allí todo el tiempo posible.Mi padre trabaja demasiado y mi madre no está. Me quedaré en esta casa, no necesito a papá, mi nueva madre y hermano estarán para mí — dice Lowell decidido.Por otras parte, mientras Charlotte se preparaba para ir a ver a su hermana antes de marcharse al trabajo, Curthwulf estaba al borde de la locura. Su hijo, había desaparecido y la lluvia que aún no terminaba, complicaba la búsqueda que se había extendido a tres manadas el norte y dos al sur.Nadie sabía lo que sucedía, e
El magnate Curthwulf, se marchó del edificio con su hijo, mientras Zaid salía del baño, llamando a Niebla. Angustiado por no verlo, se cambió rápido y con desespero, comenzó a buscar a Niebla por todo el apartamento.¿Dónde está Niebla? Él no puede perderse— dice Zaid, angustiado por n encontrarlo.Seguramente se quedó dormido en algún pequeño lugar, mejor vamos a la clase de piano. Cuando vengas, Niebla va a estar aquí.Pero… quiero llevarlo a la clase— dice Zaid gimoteando.Él estará bien, no necesitas preocuparte—dice la cuidadora mientras salen de la casa.Zaid, camina con tristeza, mientras piensa en su nuevo mejor amigo. Cuando salen del ascensor, la gente de Curthwulf todavía está buscando la información de Charlotte, por lo que se encuentran en el vestíbulo de este comiendo algo, mientras saben a dónde dirigirse.¿Qué estará pasando? — pregunta la chica que lleva a Zaid.Está lloviendo, a Niebla no le gustan los truenos, ¿Por qué no me quedo en casa a buscarlo? ¿Y si le pasó a
Todo el mundo sabía que Charlotte se estaba condenando, se rumoreaba que el señor Hartmann era muy quisquilloso. Todas las personas debían caminar a un metro de distancia de él. Así que, el ataque de un perro sería catastrófico. Nadie sabía lo que podía suceder, pero sabían que no era algo agradable de ver.Entonces, este feo animal es tu mascota — dice Curthwulf con una sonrisa maliciosa.Señor, soy consciente que debe estar bastante molesto por lo que le ha hecho el pequeño cachorro, pero me gustaría que intentara ser razonable. Él es solo un pequeño perro que no sabe quién es.Esta loca — susurran todos sorprendidos,¿Debo ser razonable? — pregunta Curthwulf sorprendido por su osadía.Es solo un pequeño cachorro no debería ser tan duro con alguien que no entiende lo que ha hecho — dice Charlotte, para después arrepentirse por recordar con quien estaba hablando.La que debería ser razonable eres tú — dice el mánager, golpeando a Charlotte en el brazo, al punto de lanzar al suelo a C
Narra Charlotte Aunque soy consciente que no es muy racional de mi parte irme con una persona que es desconocida para mí, la culpa de que Niebla este herido y no tener dinero para su atención médica, termina convenciéndome de su ayuda desinteresada.Apenas entramos, el desconocido habla con la chica de la recepción y al poco tiempo un hombre de edad avanzada, sale corriendo, saludando a quien hasta ahora sé se llama Retmus.¿Necesita algo, señor?Sí, que se haga a un lado y deje que los profesionales trabajen — responde el hombre tecleando algo en su teléfono.Entiendo, ya oyeron al señor, no estorben. — ordena el señor de avanzada edad ignorando la actitud del tal Retmus.Confundida, me quedo quieta en una de las sillas, mientras acaricio al pequeño cachorro. Es después de media hora que el ruido de un helicóptero y como el aire es excesivo, que el tal Retmus levanta su mirada del teléfono y sale a recibir a una persona tan egocéntrica y seria como el tal Retmus.¿Dónde está el jove
Narrador omnipresenteLa magia que sentía Curthwulf, se sentía con más fuerza. Si hubiese tenido alguna duda de lo anteriormente experimentado en la empresa, ahora comprobaría que no se había equivocado.La atracción magnética era tan fuerte que su esposa fallecida, se hubiese sorprendido y burlado de ello. Después de todo, el lobo que nunca había hecho esa conexión y se burlaba de ella, diciendo que era un mito, estaba conectándose con nada menos que una humana. Y eso, además de ser extraño, lo más sorprendente era que el gran Alpha, le parecía perfecto.Señor Holftmann, ¿Qué quiere decir con esa pregunta? — pregunta Charlotte con nerviosismo.Se ve tan bonita así. Parece un pequeño cachorro buscando ser calentado y protegido. Quiero protegerla — piensa Curthwulf.Solo quiero saber sus gustos. Quiero conversar un poco mientras dependiendo de su amabilidad, calculo la cifra de la indemnización — responde Curthwulf sonriendo y de inmediato, Charlotte se sienta mostrándose amable.No te
Narra CharlotteAlgo me decía que me estaba metiendo en un gran problema, pero, no sabía porqué o cuándo comencé a hacer más grande el problema en el que ya estaba. Pero, lo pero era que no sabía como salir de todo este caos.¿A qué se refieres, señor? ¿Ve que me estoy sentando mal? Mi mamá siempre me decía que debía mejorar mi postura o me vería con jorobas, ¿estoy sentándome mal? — pregunto y el señor Holftmann me observa fijamente.Al poco tiempo, el señor Retmus sale corriendo de la habitación de donde se llevaron a Niebla, con un rostro horrorizado. Angustiada, me levanto y corro hacia él en busca de respuestas.¿Ha pasado algo con Niebla?¿Qué?Niebla, el perro que se llevaron a curar.Ah, así se llama. Él está bien, si quiere, puede entrar a verlo — dice el señor Retmus angustiado para después mirar al señor Holftmann — señor, considere eso. No es buena idea si desea comenzar algo.¿Ustedes se conocen? — pregunto confundida¿Eh? — me mira el señor Retmus confundido.Hablo si se
Narrador Omnipresente El miedo invade a Curthwulf cuando escucha el quejido de Charlotte, su vista viaja directamente a la mordida en la palma de la mano y el miedo lo invade tanto que solo grita Charlotte, antes que ella se desplome en sus brazos. Lowell, al saber el grave error que cometió, da un salto de las manos que pierden fuerza de Charlotte y se transforma en humano, para acercarse a la pareja con angustia, mientras su padre toma a Charlotte en brazos y sale con ella de la veterinaria. ¿Señor, ¿Qué sucede? — pregunta Retmus. Lowell la ha mordido. Atiéndela, Loki — dice Curthwulf asustando a los dos hombres lobos. Aquí no podemos hacerlo. Vayamos a casa. Ordena que el helicóptero este aquí en menos de cinco minutos, si en diez no estoy en la mansión, rodaran cabezas — dice Curthwulf corriendo con Charlotte en brazos hasta su auto, seguido de su hijo y el doctor Loki. No creo que tengamos todo ese tiempo. Además, el antídoto tardaría horas en reaccionar en ella y saber que