El aroma dulce se metió bajo de su piel e inundó todo el cuerpo del lobo. Su instinto animal le pedía tomarla, el racional que no fuera un animal y actuara como el hombre que también comprendía el ser un licántropo. Aleksi cargó a Beth en brazos y la llevó hasta la habitación que alguna vez compartió la pareja que vivió ahí.La cama era enorme. Recostó a Beth en un extremo y la contempló unos segundos; lucía hermosa con la tenue luz de la luna entrando por la ventana. Sin embargo, no permaneció más tiempo ahí porque no quería retar a su sentido común cuando moría por estar entre las piernas de esa mujer. Aleksi salió del cuarto, cerró la puerta y recargó el cuerpo en ésta. La manada no se regía por las leyes humanas, si quisiera podría tomarla a la fuerza y preñarla; era un Ashbourne, un hijo suyo sería protegido y respetado, la madre tendría una vida llena de comodidades. Sin embargo, el lobo descubrió que no quería eso, sino que Beth lo eligiera y decidiera formar esa familia con
El cuerpo de Aleksi entendió a la perfección lo que Beth quería, era parte de su instinto, pero debía dominarse y no dejarse llevar.Él jamás se había detenido a reflexionar en si sus acciones podrían causar daño a la mujer con quien estaba a punto de acostarse, pero con Beth era diferente. No deseaba presionarla a hacer algo de lo que luego podría arrepentirse; después de todo, apenas un día antes aceptó el regalo de Harry y eso debía significar algo para ella.Beth se aferró a la meseta como si de eso dependiera su vida. Escuchó, con toda claridad, cómo se desenfundaron los colmillos de Aleksi cerca de su cuello. Sin embargo, el lobo la soltó, retrocedió y se marchó a grandes pasos por el pasillo.Beth volvió a respirar y se preguntó qué se suponía que había pasado, es decir, claro que entendía lo que pasó. Ella no sabía cómo funcionaba ese tema como los humanos, pero le habían dicho que era similar, sólo que en los licántropos todo era más intenso por el instinto animal que latía t
Fue un recorrido silencioso, mas no incómodo.Para Beth era agradable ir en el asiento del copiloto con Aleksi conduciendo y la música fluyendo por los altavoces a un volumen moderado. Sin embargo, no podía quitarse la sensación amarga del pecho por haber besado a ambos hombres. Harry no merecía eso. Aleksi no merecía eso.Ya habían pasado meses desde su separación de Oliver, pero la realidad era que no estaba lista para otra relación. Su indecisión era la prueba. Porque Aleksi le encantaba, mas no se consideraba tan madura como Gianna para manejar bien la vida libertina del lobo. En cambio, Harry era dulce y atento, claro que había estado antes con algunas mujeres, pero todo dentro de lo «normal»; entonces se planteaba que quizá se sentía atraída por Harry porque le brindaba calma a sus inseguridades, ¿pero no era eso lo que buscabas en una relación? ¿Calma? ¿Paz?Aleksi se detuvo en un semáforo y, de la nada, gruñó.Beth lo miró de soslayo. Sus ojos ya habían regresado a su tono g
—Ni he podido tomarme un café antes de esto —sollozó Beth entre los brazos de su mejor amiga—. Es demasiado temprano para este drama.Beth ya había contado todo a la pelirroja, a tropezones y llanto, pero lo hizo.—Eso te pasa por bonita —bromeó Gianna.Beth levantó la cabeza y entrecerró los ojos.—Es que me ves con ojos de amor.—No, es que en serio eres bonita y no es tu culpa que esos dos no se puedan controlar cerca de ti —insistió Gia—. Tranquila, Beth, yo sé que estás inquieta por todo lo que ha pasado con Harry y Aleksi, pero no estás obligada a corresponder a ninguno si no quieres…—Es que no estoy lista, Gia, ¿cómo podría estar con uno de ellos si encuentro al otro… encantador?Gianna suspiró y colocó un mechón rubia de su amiga detrás de la oreja.—Tu ruptura con Oliver es reciente.—Él hasta se va a casar…—Porque sabemos que no está muy bien de allá arriba —Gia señaló su propia cabeza—, pero no debes sentirte presionada por eso.Gia había dado en la herida. Beth se sentía
—No pueden ordenarnos escapar —negó Harry—. Ninguno aceptará.Aleksi sabía aquello. Ya le había dicho a Darragh que era una locura, que algunos de ellos eran tan leales que preferirían morir antes de escapar.»Lo sé, yo trabajo con ellos todos los días, no se marcharán… Pelearán y morirán ahí si es necesario, pero jamás los dejarán.Aleksi tragó duro. Nunca pensó que querría que su manada fuera menos leal, pero quería salvarlos. No quería que todos murieran por su culpa.—La orden será esa y… esperamos que la cumplan… —continuó Aleksi—. Al menos tú tienes que cumplirla, porque tendrás que salvar a Beth.—¿Qué…?—Yo no podré, Harry, creemos que atacarán durante la boda y me quedaré hasta el final sin importar el resultado, pero debes salvar a Beth.—Aleksi, yo…—Tal vez no sea necesario, quizá somos alarmistas y sobrevivamos, pero si todo sale mal tienes que salvarla, ¿entiendes?Harry dudó unos segundos, luego asintió.—Me encargaré de ponerla a salvo…—Bien… —Aleksi respiró hondo—. P
—Es probable que ataquen en la boda, ¿no es así? —retomó la conversación Darragh dirigiéndose al vampiro.—Sí, es lo que me han dicho mis informantes.El lobo asintió.—Si todo sale mal, ordenaré que rescaten a Gianna y a mi madre y escapen todos los que puedan, nosotros nos quedaremos.—Qué mártires —bromeó Willian, pero entendió el punto—. ¿Quieres que rescate a Gianna?—Sí —coincidió él—. Si ella es herida, si ella… El lobo enmudeció.—¿Muere? —completó William.—Sí… Si la conviertes… —Darragh respiró hondo. No quería ni imaginar ese escenario—. ¿No hay otra forma de sobrevivir como vampiro que no sea asesinar?—No, lobo, y morir de hambre es terriblemente doloroso.Darragh golpeó la mesa de la barra; hizo un pequeño agujero con uno de los nudillos. William ni se inmutó, sino que continuó con su whisky. Era la verdad, Gianna odiaría ser como él.—No puede morir —dijo Darragh.—No sé si esto se puede llamar «vida», lobo —suspiró William—. Yo nunca fui muy… «humano» y mi creador me
Las piernas de Gianna flaquearon, una repentina debilidad la embargó. Ambos hombres aparecieron a su lado —es decir, corrieron, pero fue tan rápido que ella sólo los vio aparecer—.Darragh la sostuvo por la cintura. William sólo se mantuvo a su lado con las manos cerca de su brazo, pero sin tocarla. —¿Estás bien? —preguntó Darragh.Gianna asintió, mas no podía hablar. La sangre recorría su cuerpo, podía sentir el líquido diluyéndose en las venas. La debilidad se marchó. Su cuerpo comenzó a adaptarse y todo malestar se fue, incluso la irritación en la garganta. Era raro que los licántropos enfermaran, sus cuerpos se defendían bien, pero el estrés y el cansancio los afectaba tanto como a los humanos. —Sí, estoy bien… Tal vez las inyecciones cambiaron algo, no lo sé, nunca me había pasado con la sangre eterna —musitó Gianna.William y Darragh intercambiaron una mirada, era una posibilidad. Las investigaciones continuaban, pero el lobo y el vampiro sospechaban que las inyecciones podrí
Gianna sujetó contra su pecho la bolsita de regalo que contenía la ropita para el hijo de Kilian mientras iba en el asiento del copiloto en la camioneta de Darragh.Apenas la noche anterior fueron avisados sobre su inminente «nacimiento», pues según las investigaciones, su estado era óptimo para abandonar la cápsula en la que creció.A primera hora de la mañana, Gianna y Darragh salieron de compras de emergencia para el pequeño. El lobo tuvo que mover sus influencias para conseguir un establecimiento abierto a esa hora, pero lo logró. Gianna eligió la ropa para un pequeño varoncito y procuró que tuviera dibujos de lobo. Gianna se sentía triste por el pequeño que había pasado todo el proceso en una fría cápsula como un experimento, sin escuchar el latido del corazón de su madre y tampoco su voz. Ya sabían que el óvulo no provino de Cornelia, pero tampoco sabían su origen. Era un completo misterio quién era la madre biológica de ese pequeño.Darragh tomó la mano de su Luna y besó sus n