¡Así que por eso evitó su mirada todo el día!La claridad iluminó a Hannah al mismo tiempo que sus primeras palabras la tiraron con todo contra la tierra.Espera un momento… ¿él acababa de decir que ella le gustaba?Se echó hacia atrás sin poder evitarlo y lo miró con los ojos bien abiertos. El corazón se le aceleró y empezó a escuchar sus latidos en los oídos y un zumbido en la cabeza. ¿Cómo que…?Bueno, compartieron un beso, un buen beso, pero desde entonces todo había ido normal entre ambos, como si ese momento casual apenas hubiera existido. Ella trató de no darle tanta importancia al ver que él no lo hacía, en especial porque, como dijo antes, ambos eran adultos. Un beso entre do
Hannah lo miró sorprendida, sin entender a qué se refería, pero Andrew siguió hablando, sin darle la oportunidad de decir nada.—Nosotros discutíamos… yo iba al volante del auto y, de repente, un camión nos chocó desde su costado. Perdí el control y me estrellé contra las defensas, y el vehículo salió volando al otro lado, dio muchas vueltas, y cuando por fin se detuvo, vi en su dirección y ella… tenía la cabeza llena de sangre. Y en cuanto quise alcanzarla… todo se volvió negro. Lo siguiente que recuerdo es despertar en el hospital y… ella ya no estaba, y nuestra hija tampoco.Un fuerte resoplido se escuchó, y Andrew apretó las manos contra su cara. Su respiración se volvió un poco irregular, y su pecho subió y bajó con fuerza algunas veces.La culpa… esa era la peor de las torturas que un ser humano podía darse a sí mismo. ¿Cómo podías combatir contra algo que venía de ti? Era complicado.Hannah no pudo evitar compadecerse de él, pero no en el mal sentido. Es solo que… debió haber s
Cuando Andrew abrió los ojos aún estaba oscuro, y al ver la hora se dio cuenta de que eran poco más de las cinco de la mañana. Frente a él, una muchacha castaña yacía dormida como si nada, como si no tuviera nada que temer.¿Confiaba en él?Sus pensamientos, ya más centrados, se fueron a los hechos de la noche anterior, a sus emociones, a su dolor, y al consuelo que esta mujer le había dado, a sus gráciles manos, a su timidez, pero también a su deseo de cuidarlo.Había pasado muchísimo desde la última vez que sintió ese tipo de calidez de parte de una mujer.Le gustaba, ella le gustaba, y probablemente le agradó desde la primera vez que la vio, ese momento cuando se prendó de su preocupación por su hija, de sus sutiles gestos, de su aparente vergüenza pero aplomo.Hannah era una mujer sencilla si lo veía desde afuera. ¿Pero no era él también un tipo sencillo?«¿Sencillo?», pensó y soltó una risita.¿Cómo podía alguien perteneciente al Enginn ser sencillo?Bueno, esa era otra historia,
Después de que Hannah se fue, Andrew se tumbó en el sofá y respiró hondo, reflexionando sobre lo que había pasado en las últimas horas.Pasó el día anterior abrumado entre la nostalgia y la culpa, pero ahora se sentía más centrado, más ligero, como si se hubiera sacado un enorme peso de encima de años y años de acumulación.Acababa de tener relaciones con Hannah, y eso no era todo… le confesó que le gustaba, que sentía algo diferente a una amistad por ella. Pero también se dejó llevar demasiado, tanto con el alcohol como en la cama y, sin embargo, al pensar en lo que acababan de hacer, no pudo evitar soltar una risita.Se sintió bien, tanto como hacía mucho no lo sentía, y la cabeza se le llenó de las sensac
—Andy, ¿eres tú?Una voz conocida resonó desde el frente, y en cuanto Andrew y Hannah alzaron la vista, la imagen de una refinada Alana apareció, en compañía de Lenna y Justin, su hijo, quien apenas ver al castaño pareció ilusionarse.—¡Tío Andyyyy! —chilló emocionado; sin embargo, cuando se disponía a correr al encuentro de su tío, su madre lo agarró del hombro y le pegó un empujón hacia atrás, dirigiendo un mirar desdeñoso a todos los presentes en la mesa.—Quédate quieto —ordenó al pequeño con firmeza, hecho que no pasó desapercibido por ninguno de los presentes.Sin embargo, Alana, motivada por la sorpresa del encuentro y lo que veía, decidi&oa
Esa noche, un poco molesta por lo de más temprano, Lenna terminó en un club nocturno por invitación de una de sus mejores amigas, Emma, quien parecía vivir últimamente de club en club.Después de que todas las empresas de los Cook cesaran sus asociaciones con los Becker, y la empresa de estos se fuera en picado, su padre le dio una dura reprimenda tras sacarla de la cárcel pagando mucho dinero; sin embargo, al ser su ojito derecho, no tardó en perdonarla, y la pelirroja no tardó en volver a una de sus actividades favoritas: estar con los hombres en los clubes.Por eso, cuando llegó a la habitación privada y la vio besuqueándose con un musculoso sin camisa, mientras otro le mordía el cuello y la toqueteaba, solo pudo suspirar.De repente, Emma notó su presencia y le sonr
Cerca de las seis treinta de la tarde, justo al terminar de arreglarse, Alana recibió la noticia de parte de uno de sus empleados de que Dominik y su secretario habían llegado para la prometida cena, lo que la emocionó mucho.Bajó y los encontró ya en la sala de estar. El secretario del muchacho parecía jugar con Justin, cosa que la sobrecogió mucho y, apenas verla, ambos se levantaron.—Señora Cook, buenas noches.Los saludos se dieron, y se senté con ellos, en tanto Justin se iba con una de las mucamas.—Esperaba encontrar ya a Andy aquí —comentó Dominik, sacando a la señora una pícara sonrisa.—Oh, debe estar recogiendo a Hannah y a su hija… creo que ahí hay algo, ya sabes.El tono cotilla de la señora de inmediato llamó la atención del pelirrojo, que lucía más desenfadado con su traje casual que más temprano.—¿Qué quiere decir? ¿Andy y su secretaria…? —Ladeó la cabeza, y la señora asintió sonriente—. ¡Vaya, qué inesperado!—Ni que lo digas, cariño. La niña lo llamó «papi» desde e
Andrew abrió los ojos de par en par, fijos en la pequeña, en tanto las alarmas se encendieron en Hannah, que se apresuró a reprender a su hija.—Alisson Roth, ¿de qué hablas? —La miró con severidad—. Sé que amas los misterios y todo eso, pero este no es un buen momento para jugar, ¿entiendes? Se trata de una persona que murió por una enfermedad.La niña al principio dudó y casi bajó la cabeza, aceptando el regaño de su madre; sin embargo, no tardó en negar, despertando más interés de parte de los otros adultos en la sala y del mismo Justin.—¡No, mami, hablo en serio! ¡Mira! —Agarró el álbum y corrió hasta su mamá para mostrarle la foto—. La abuelita dice que estas las tomaron antes, cuando empezó a enfermarse, y estas al final, cuando se sintió peor de repente, ¿ves su piel? Está irritada, ¿verdad?Hannah miró más de cerca las fotos, y tuvo que admitir que la nena tenía razón.—Sí, está irritada su piel, ¿pero eso qué tiene que ver? Señora Cook, su hijo estaba recibiendo tratamientos