Un leve olor a cítricos inundó la nariz de Hannah, y puso las manos a los costados, aferrándose por un momento a su camisa. Estar entre esos brazos se sentía tan… bien.
Pero, tan pronto como llegó, Andrew la separó y, mirándola preocupado, inquirió:
—¿Estás bien?
Ella alzó la cara y asintió con la cabeza sin poder decir mucho. Algunos mechones de su cabello le tapaban, pero él, tras ayudarla a estabilizarse, se los acomodó tras la oreja con tiento, con cada roce produciéndole unas cosquillas que la estremecían por dentro y, de pronto, quiso seguir sintiéndolo.
Dios mío, ¿eso no era una locura?
—Estoy bien… muchas gracias. Habría caíd
«Oye, ven aquí, vamos a ver el cielo».Tras recibir ese mensaje de Cameron, Andrew se puso una sudadera, salió de la habitación y del área de invitados para entrar al ala principal del palacio.Por ahí encontró a un guardia y le enseñó el mensaje para que lo dejara subir al tercer piso, a donde llegó en cuestión de nada. La puerta estaba abierta, por lo que pasó y recorrió todas las estancias hasta llegar a una puerta conocida. La abrió y descubrió unas escaleras que lo llevaron a la azotea del gran palacio, donde la brisa soplaba helada, y un particular inquilino observaba por su telescopio mientras tomaba notas de algo en su tablet.—¿Estás haciendo un nuevo proyecto, Cameron?—Dom quiere que participe en esto y… ¿quién soy yo para decirle que no, si me fascina? Hace dos semanas que no duermo más de dos horas, pero creo que vale completamente la pena.El castaño soltó una risita y negó con la cabeza mientras lo veía ajustar algo con su tablet. La dejó sobre la mesita y vino hasta él
La cara de Lenna se puso blanca como un papel al escuchar la voz ronca, y al voltear encontró un rostro que la miraba con dureza, y a su lado una señora con ojos acusadores que negaba con la cabeza.—Querida, se supone que eres una dama, ¿qué clase de formas y comportamientos son esos? Tal parece que necesitas algunas lecciones más de etiqueta y comportamiento.La voz de Alana caló en Lenna y la hizo tiritar. La señora, elegante como siempre aquella mañana, no necesitó decir nada más, ni alzar la voz, para imponer su presencia en el lugar, y aquello impresionó a una Hannah que, al ver a su jefe junto a la señora supo enseguida que se trataba de su madre, pues ambos irradiaban auras similares.—Señor Cook, señora Cook, buenos días —saludó con prisas la muchacha, ganándose una mínima sonrisa por parte de ambos.Sin embargo, Andrew, engalanado con un traje en cerrado negro y una expresión turbia, se acercó a una Lenna que justo ahora deseaba que se la tragara la tierra y la escupiera en
Tras una rara jornada de trabajo, Hannah fue a buscar a su hija a la escuela y volvió a la casa de sus padres.Después de la cena, Ali insistió mucho en leer ella sola un libro que le había comprado recientemente, así que la mayor se sentó con su madre a ver la televisión.—Han pasado un par de meses desde que empezaste a trabajar en esa empresa, ¿cómo te sientes?—Estoy bien… Andrew es un buen jefe y nos llevamos bien. Aunque… hoy estaba muy raro.—¿Raro? —Su madre volteó a verla con curiosidad.—Sí… se notaba distraído. Él nunca es así, pero hoy incluso se equivocó en la redacción de unos documentos, y parecía ausente.Algo que no le dijo a su madre fue que Andrew evitaba su mirada cada vez que sus ojos se encontraban, cosa que no había pasado ni siquiera después del beso en Hiraeth.¿Acaso…?En eso, escuchó que su celular sonaba con una llamada, y le sorprendió ver el nombre de Finn ahí, por lo que no dudó en contestar.—Hola, Finn… ¿sucede algo?—Hmm… sí, señorita Roth, lamento mo
¡Así que por eso evitó su mirada todo el día!La claridad iluminó a Hannah al mismo tiempo que sus primeras palabras la tiraron con todo contra la tierra.Espera un momento… ¿él acababa de decir que ella le gustaba?Se echó hacia atrás sin poder evitarlo y lo miró con los ojos bien abiertos. El corazón se le aceleró y empezó a escuchar sus latidos en los oídos y un zumbido en la cabeza. ¿Cómo que…?Bueno, compartieron un beso, un buen beso, pero desde entonces todo había ido normal entre ambos, como si ese momento casual apenas hubiera existido. Ella trató de no darle tanta importancia al ver que él no lo hacía, en especial porque, como dijo antes, ambos eran adultos. Un beso entre do
Hannah lo miró sorprendida, sin entender a qué se refería, pero Andrew siguió hablando, sin darle la oportunidad de decir nada.—Nosotros discutíamos… yo iba al volante del auto y, de repente, un camión nos chocó desde su costado. Perdí el control y me estrellé contra las defensas, y el vehículo salió volando al otro lado, dio muchas vueltas, y cuando por fin se detuvo, vi en su dirección y ella… tenía la cabeza llena de sangre. Y en cuanto quise alcanzarla… todo se volvió negro. Lo siguiente que recuerdo es despertar en el hospital y… ella ya no estaba, y nuestra hija tampoco.Un fuerte resoplido se escuchó, y Andrew apretó las manos contra su cara. Su respiración se volvió un poco irregular, y su pecho subió y bajó con fuerza algunas veces.La culpa… esa era la peor de las torturas que un ser humano podía darse a sí mismo. ¿Cómo podías combatir contra algo que venía de ti? Era complicado.Hannah no pudo evitar compadecerse de él, pero no en el mal sentido. Es solo que… debió haber s
Cuando Andrew abrió los ojos aún estaba oscuro, y al ver la hora se dio cuenta de que eran poco más de las cinco de la mañana. Frente a él, una muchacha castaña yacía dormida como si nada, como si no tuviera nada que temer.¿Confiaba en él?Sus pensamientos, ya más centrados, se fueron a los hechos de la noche anterior, a sus emociones, a su dolor, y al consuelo que esta mujer le había dado, a sus gráciles manos, a su timidez, pero también a su deseo de cuidarlo.Había pasado muchísimo desde la última vez que sintió ese tipo de calidez de parte de una mujer.Le gustaba, ella le gustaba, y probablemente le agradó desde la primera vez que la vio, ese momento cuando se prendó de su preocupación por su hija, de sus sutiles gestos, de su aparente vergüenza pero aplomo.Hannah era una mujer sencilla si lo veía desde afuera. ¿Pero no era él también un tipo sencillo?«¿Sencillo?», pensó y soltó una risita.¿Cómo podía alguien perteneciente al Enginn ser sencillo?Bueno, esa era otra historia,
Después de que Hannah se fue, Andrew se tumbó en el sofá y respiró hondo, reflexionando sobre lo que había pasado en las últimas horas.Pasó el día anterior abrumado entre la nostalgia y la culpa, pero ahora se sentía más centrado, más ligero, como si se hubiera sacado un enorme peso de encima de años y años de acumulación.Acababa de tener relaciones con Hannah, y eso no era todo… le confesó que le gustaba, que sentía algo diferente a una amistad por ella. Pero también se dejó llevar demasiado, tanto con el alcohol como en la cama y, sin embargo, al pensar en lo que acababan de hacer, no pudo evitar soltar una risita.Se sintió bien, tanto como hacía mucho no lo sentía, y la cabeza se le llenó de las sensac
—Andy, ¿eres tú?Una voz conocida resonó desde el frente, y en cuanto Andrew y Hannah alzaron la vista, la imagen de una refinada Alana apareció, en compañía de Lenna y Justin, su hijo, quien apenas ver al castaño pareció ilusionarse.—¡Tío Andyyyy! —chilló emocionado; sin embargo, cuando se disponía a correr al encuentro de su tío, su madre lo agarró del hombro y le pegó un empujón hacia atrás, dirigiendo un mirar desdeñoso a todos los presentes en la mesa.—Quédate quieto —ordenó al pequeño con firmeza, hecho que no pasó desapercibido por ninguno de los presentes.Sin embargo, Alana, motivada por la sorpresa del encuentro y lo que veía, decidi&oa