“Mas bien te amo” Las palabras estaban repitiendose una y otra vez en la cabeza de Sofía mientras que las voces de Gabriel, Blake y Azaleia se fundían de fondo mientras discutían algo sobre un aroma y otras cosas a las que realmente ella no le estaba prestando atención.Y es que su cuerpo no había dejado de vibrar desde que Gabriel le había dicho esas dos palabras y lo único que quería en esos momentos era lanzarse encima de él.Sin embargo, por el ceño fruncido con que el alfa la estaba viendo en esos momentos parecía que él no pensaba en lo mismo y lo confirmó cuando escuchó la voz grave del hombre hablarle.—Sofía ¿Estás escuchando algo de lo que estamos diciendo?Sus ojos fueron desde Gabriel hasta Azaleia que estaba viéndola con ojos entrecerrados como si ella fuera una niña pequeña que estaba portándose mal, lo que hizo que de inmediato sus mejillas se sonrojaran y con toda la dignidad que pudo, contestó:—Lo siento, estaba un poco… distraída ¿Qué me decían?La media sonrisa so
Los hechizos habían sido, aunque largos, más sencillos de lo que Sofía se había imaginado, o al menos para ella, pues la bruja si se veía un poco agotada al terminar, pero por su parte no había hecho más que quedarse quieta mientras que esta recitaba un montón de cosas en otro idioma que ella no entendió en absoluto. Ahora se encontraba ya en su habitación, la cena la había tomado allí y por más que lo había intentado no conseguía conciliar el sueño. Su puerta estaba cerrada con llave desde afuera y Sven ya no estaba ahí para hablar con ella, tenía que preguntarle a Gabriel que había pasado con el omega. Dejando salir un suspiro resignado finalmente caminó hacia la cama pues no había más que hacer que irse a dormir, sin embargo sus pasos se detuvieron en seco al escuchar como la manilla de la puerta comenzó a girar al tiempo que el seguro era quitado. Lentamente fue girando hacia la entrada sintiendo como todo su cuerpo se ponía tenso y a la defensiva, sin embargo en el instante en
Gabriel sintió que su pecho explotó cuando escuchó a la fierecilla decir que lo amaba y ya no pudo resistirse más y simplemente le tomó el rostro y estampó sus labios contra los suyos sintiendo como ella le respondía con la misma ferocidad y sus gemidos eran ahogados en sus labios.Lentamente la fue tumbando sobre la cama, sus labios unidos en esa danza de pasión mientras que sus manos se iban metiendo por debajo de la camisa de Sofía, deleitandose con la manera en que su piel se erizaba con su toque.Ella lo volvía loco, toda ella. Desde su mirada enojada, hasta su sonrisa más hermosa, todo en ella hacía que él enloqueciera de una manera de la que no estaba acostumbrado. Sus besos fueron pasando a su quijada y bajando hasta su cuello mientras que sus manos llegaban hasta sus senos apretando escuchando los gemidos que ella dejaba salir, al tiempo que abría más sus piernas para que él pudiera acomodarse mejor en medio de ellas.La habitación estaba envuelta en una penumbra suave, solo
Sofía se levantó a la mañana siguiente sintiéndose adolorida, pero feliz. Justo como una mujer que acababa de tener el mejor sexo de su vida y es que no era para menos teniendo en cuenta el hombre que había sido el responsable. Su mirada se fue de inmediato al espacio al lado de ella en la cama y la sonrisa se desvaneció un poco de sus labios al encontrarlo vacío. Normalmente cuando dormía en la misma cama con Gabriel él no se iba de la alcoba hasta que ella despertaba y ver que ese día lo había hecho la hizo sentir mal, en especial con todo lo que habían compartido la noche anterior. Dejando salir un suspiro salió de la cama y se fue directo hacia el baño, cuando se vio en el espejo y notó las marcas en su cuello y pecho sintió como el calor se acumuló en sus mejillas y fue bajando hasta su centro de solo recordar como fueron hechas, es que por mucho esa había sido la mejor noche de su vida. Ya duchada, vestida y arreglada se sentía como un león enjaulado dando vueltas por la habit
Gabriel se encontraba en su oficina, enojado y sumido en la frustración y la desesperación. El eco de las palabras de Joseph resonaba en su cabeza, como un recordatorio constante de la encrucijada en la que se encontraba. Solo podía mirar al hombre enfrente de él hablar y hablar sobre los beneficios que la unión entre él y su hija iban a traer a todo el mundo mágico,Las imágenes de un futuro que no deseaba se proyectaban frente a él, y la sola idea de compartir su vida con otra persona que no fuera Sofía lo llenaba de desagrado De solo imaginarse compartiendo su cama con alguien que no sea la fierecilla, los pelos se le ponían de punta.Por la diosa, lo único que él quería hacer en esos momentos era regresar a la habitación de su mujer y fundir su cuerpo nuevamente con el de la hermosa humana que estaba junto a él, pero sabía que no podía seguir dándole largas a Joseph o solo sería peor.—Gabriel, esto es una gran decisión para ti y para nuestra manada. Con la unión de nuestras famil
Al final Gabriel no había podido desayunar con su luna y en cambio había tenido que aguantarse no solo a la malcriada hija de Joseph, sino que también a su madre hablando estupideces sobre el día que llevarían a cabo al ritual.Él había mandando a Blake a que subiera el desayuno a Sofía y había conseguido escribirle una nota de rapidez disculpandose por no estar con ella, sin embargo, había una sensación de incertidumbre en su pecho que no se iba y que no conseguía entender.Cómo si su cuerpo le dijera que algo muy malo estaba a punto de pasar, pero no sabía qué era o si tenía que ver con la fierecilla.—¡Gabriel! ¿No estás escuchando nada de lo que estamos diciendo?El alfa llevó sus ojos hasta donde su madre se encontraba y no pudo evitar que un gruñido bajo saliera de él al tiempo que sus garras se alargaban sobre la mesa del desayuno. Estaba harto, el desayuno ya había terminado y él llevaba más de una una maldita hora entera escuchando sobre preparativos, y vestidos de una boda q
Gabriel estaba corriendo junto a Blake y al menos cinco de sus mejores hombres hacia el lugar donde ocurrió la explosión, pero por raro que sea con cada paso que daba lejos de la mansión sentía como su lobo interno se alteraba, como si le estuviera advirtiendo que debía dar media vuelta.Sin embargo, por más que él quisiera estar en esos momentos con Sofía, él sabía que dentro de la mansión encerrada y protegida en su habitación ella estaría segura, en cambio su gente era la que podía estar herida o en peligro en esos momentos y era su responsabilidad hacer algo.El humo se iba haciendo cada vez más espeso a medida que se acercaban al lugar de la detonación, podía escuchar los gritos de las personas, pero por más que agudizó sus sentidos no olía sangre por ningún lugar, lo que le hacía saber que hasta el momento no se habían topado con ningún herido y eso solo volvía más extraña la situación.A lo lejos puede ver la figura del lobo de Blade corriendo directamente hacia él, puesto que
Sofía había tratado de mantenerse despierta dentro del auto en el que iba junto a Azaleia, un hombre que no conocía y que se había presentado como Ron y Sven, para poder tener en la mente el camino, pero al parecer no lo consiguió porque cuando nuevamente abrió los ojos sobresaltada, se quedó boquiabierta con lo que veía por la ventana.El bosque se extendía a ambos lados de la carretera de manera majestuosa y más adelante podía ver la imponente entrada empedrada de lo que debía ser la ciudad de las brujas. Sus ojos no dejaban de absorber todo a su alrededor y en el instante en que pasaron la entrada empedrada, sintió que la respiración se le quedó atascada en el pecho ante lo que veía.Era sencillamente hermoso. Parecía una ciudad sacada de un libro de fantasía y ella no pudo evitar pegarse aún más a la ventanilla para verlo mejor. No era tan impresionante como la ciudad de Gabriel, pero no por eso era menos hermosa.El simple pensamiento del alfa hizo que la sonrisa en sus labios se