Los besos de Gabriel se sentían como brasas ardientes recorriendo cada centímetro de su cuerpo y por un instante todo lo ocurrido en la morgue, en el sótano, la discusión con Alessandra, todo, quedó en segundo plano para ella. Su mente parecía que no podía pensar en nada más que no fuera él. En la forma en que sus manos se sentían sobre ella, en la manera en que esos labios se amoldaban sobre los suyos y como su cuerpo parecía estar gritandole por más. Sin embargo, eso no evitó que su lado racional saliera a relucir en el momento en que dijo: —Estamos al aire libre… Alguien puede vernos. El gruñido que salió de Gabriel reverberó en su pecho y lejos de asustarla, lo que hizo fue despertar aún más el deseo que estaba sintiendo en esos momentos. —Nadie va a interrumpirnos, fierecilla. Pero si lo que quieres es privacidad, entonces solo necesito dos minutos. Antes de que ella pudiera preguntar a qué se estaba refiriendo, sintió como las manos de Gabriel bajaron a sus muslos, segundos
Algo había pasado. Sofía no sabía que era, pero no tenía duda que algo había pasado con Gabriel, pues desde hace ya una semana estaba de más mal genio y paranoico que nunca. Aunque con ella seguía mostrándose protector y apasionado, ella podía sentir que algo no iba bien.Esa mañana salió de la mansión decidida a pedirle al alfa que le dijera que estaba pasando, pero en su lugar se encontró con el rostro sonriente de Sven que la estaba esperando en la entrada, solo eso fue necesario para que ella supiera que Gabriel debía estar atendiendo algo en lo que ella no podía estar.Sin embargo, no podía negar que la compañía del rubio le resultaba agradable, incluso en los casi tres meses que llevaba en la manada, debía admitir que lo consideraba ya un amigo. Era la única persona aparte de Gabriel y Azaleia, cuando iba de pasada, con la que podía hablar libremente sin sentirse juzgada.Pues ni siquiera con el beta y mejor amigo de Gabriel se sentía tan a gusto como con él.— Bueno, hoy seremo
Gabriel no podía creer lo que estaba viendo. Él sabía que su madre no se daría por vencida con el tema, pero nunca se imaginó que actuaría con tanta rapidez. A su lado podía sentir el cuerpo tenso de Blake a la espera de que él le diera la primera orden, pero lo cierto era que no sabía qué hacer para no alertar a los recién llegados de que ya tenía una compañera, sin embargo había una sola cosa que sabía que no podía esperar.—Llama a la bruja, Blake. Necesito que haga algunos hechizos para mi lo antes posible y dile a Sven que mantenga a Sofía en su habitación, los recién llegados no deben verla.Nada más decir aquello Blake desapareció de su vista justo cuando su madre comenzaba a caminar hacia él con una sonrisa de suficiencia marcada en el rostro.—Hijo, ¿No vas a saludar a nuestros invitados?El gruñido que salió del interior de su garganta era un indició muy claro de lo que pensaba en esos momentos de la maldita visita que había llevado su madre.—Tus invitados, madre— le dijo,
Su madre no había llegado a hablar con él y decir que estaba con el genio como mil demonios era poco. Todo se le estaba complicando más de lo debido por cosas que no deberían estar pasando y sabía que parte de eso era por culpa de él.Sin embargo, no tenía tiempo para arrepentimientos, debía hablar con la fierecilla lo antes posible, antes de que la bruja llegara y su madre terminara de joderlo todo.Al llegar al pasillo de la habitación donde se encontraba Sofía todo su cuerpo se tensó al sentir el aroma de su omega y no verlo fuera de la habitación custodiando, lo que significaba que debía estar dentro con ella.Él se había dado cuenta que la fierecilla se había vuelto, de cierta manera, cercana a Sven y por más que quería que eso no le molestara, no podía evitarlo y fue justo por eso que con su bestia interna rugiendo con fuerza en su interior abrió la puerta y de inmediato todo se volvió rojo al ver a ambos sentados en la cama.—¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ!?El aroma a furia i
“Mas bien te amo” Las palabras estaban repitiendose una y otra vez en la cabeza de Sofía mientras que las voces de Gabriel, Blake y Azaleia se fundían de fondo mientras discutían algo sobre un aroma y otras cosas a las que realmente ella no le estaba prestando atención.Y es que su cuerpo no había dejado de vibrar desde que Gabriel le había dicho esas dos palabras y lo único que quería en esos momentos era lanzarse encima de él.Sin embargo, por el ceño fruncido con que el alfa la estaba viendo en esos momentos parecía que él no pensaba en lo mismo y lo confirmó cuando escuchó la voz grave del hombre hablarle.—Sofía ¿Estás escuchando algo de lo que estamos diciendo?Sus ojos fueron desde Gabriel hasta Azaleia que estaba viéndola con ojos entrecerrados como si ella fuera una niña pequeña que estaba portándose mal, lo que hizo que de inmediato sus mejillas se sonrojaran y con toda la dignidad que pudo, contestó:—Lo siento, estaba un poco… distraída ¿Qué me decían?La media sonrisa so
Los hechizos habían sido, aunque largos, más sencillos de lo que Sofía se había imaginado, o al menos para ella, pues la bruja si se veía un poco agotada al terminar, pero por su parte no había hecho más que quedarse quieta mientras que esta recitaba un montón de cosas en otro idioma que ella no entendió en absoluto. Ahora se encontraba ya en su habitación, la cena la había tomado allí y por más que lo había intentado no conseguía conciliar el sueño. Su puerta estaba cerrada con llave desde afuera y Sven ya no estaba ahí para hablar con ella, tenía que preguntarle a Gabriel que había pasado con el omega. Dejando salir un suspiro resignado finalmente caminó hacia la cama pues no había más que hacer que irse a dormir, sin embargo sus pasos se detuvieron en seco al escuchar como la manilla de la puerta comenzó a girar al tiempo que el seguro era quitado. Lentamente fue girando hacia la entrada sintiendo como todo su cuerpo se ponía tenso y a la defensiva, sin embargo en el instante en
Gabriel sintió que su pecho explotó cuando escuchó a la fierecilla decir que lo amaba y ya no pudo resistirse más y simplemente le tomó el rostro y estampó sus labios contra los suyos sintiendo como ella le respondía con la misma ferocidad y sus gemidos eran ahogados en sus labios.Lentamente la fue tumbando sobre la cama, sus labios unidos en esa danza de pasión mientras que sus manos se iban metiendo por debajo de la camisa de Sofía, deleitandose con la manera en que su piel se erizaba con su toque.Ella lo volvía loco, toda ella. Desde su mirada enojada, hasta su sonrisa más hermosa, todo en ella hacía que él enloqueciera de una manera de la que no estaba acostumbrado. Sus besos fueron pasando a su quijada y bajando hasta su cuello mientras que sus manos llegaban hasta sus senos apretando escuchando los gemidos que ella dejaba salir, al tiempo que abría más sus piernas para que él pudiera acomodarse mejor en medio de ellas.La habitación estaba envuelta en una penumbra suave, solo
Sofía se levantó a la mañana siguiente sintiéndose adolorida, pero feliz. Justo como una mujer que acababa de tener el mejor sexo de su vida y es que no era para menos teniendo en cuenta el hombre que había sido el responsable. Su mirada se fue de inmediato al espacio al lado de ella en la cama y la sonrisa se desvaneció un poco de sus labios al encontrarlo vacío. Normalmente cuando dormía en la misma cama con Gabriel él no se iba de la alcoba hasta que ella despertaba y ver que ese día lo había hecho la hizo sentir mal, en especial con todo lo que habían compartido la noche anterior. Dejando salir un suspiro salió de la cama y se fue directo hacia el baño, cuando se vio en el espejo y notó las marcas en su cuello y pecho sintió como el calor se acumuló en sus mejillas y fue bajando hasta su centro de solo recordar como fueron hechas, es que por mucho esa había sido la mejor noche de su vida. Ya duchada, vestida y arreglada se sentía como un león enjaulado dando vueltas por la habit