Los siguientes días las cosas entre ella y Gabriel iban viento en popa, parecían dos adolescentes que no podían quitarse las manos de encima y cuando no estaban uno encima del otro se iban a la biblioteca a seguir investigando. Sofía debía admitir que con cada día que pasaba los sentimientos hacia el alfa se hacían más fuertes y el vínculo que los unía también. Sin embargo, esa mañana la madre de Gabriel le había solicitado una reunión por lo que ella se había quedado sola, así que aprovechó el tiempo para darse una vuelta por la morgue. La mañana iluminando la ciudad cuando Sofía y Sven caminaban en silencio hacia la morgue. La brisa jugueteaba con sus cabellos mientras avanzaban por las calles, rumbo al lugar donde los secretos yacen entre cuerpos sin vida. Sofía sentía una mezcla de determinación y temor; necesitaba respuestas, y la morgue era el único lugar donde podría encontrarlas. Sven caminaba a su lado y aunque no le decía nada ella podía notar que había algo distinto en
Sofía sentía la cabeza pesada mientras abría lentamente los ojos y una punzada de dolor se apoderó de ella cuando vio todo oscuro a su alrededor consiguiendo que se sentara de inmediato en la cama , dándose cuenta que se encontraba en su habitación. No en la de Gabriel, en la que había estado durmiendo las últimas semanas, sino en esa que le dieron cuando llegó por primera vez. Lentamente los recuerdos de lo ocurrido en la morgue fueron llegando a ella y sus manos volaron de inmediato a su vientre sintiendo alivio al sentir como el relieve seguía intacto y se sorprendió cuando, por primera vez sintió movimiento por parte del bebé. Sin embargo, no tuvo tiempo de aprovechar el momento, pues una voz aguda y fría llenó la habitación consiguiendo que todo su cuerpo se pusiera en tensión y sus nervios se dispararan, al ver a la madre de Gabriel salir de una de las esquinas más oscuras. —Debo aceptar que te subestimé—la voz de Alessandra llenó la habitación. Los ojos de Sofía seguían co
Revueltas en las manadas vecinas. Eso fue lo que su madre le dijo esa mañana antes de darle un informe sobre como los lobos estaban levantandose en su contra, algo totalmente inaceptable.El viento soplaba con fuerza, llevando consigo el inconfundible aroma a tierra húmeda y hojas caídas. Gabriel, con su figura imponente, caminaba entre los árboles, adentrándose en la manada cercana que gobernaba. La noticia de un posible levantamiento en su contra lo había impulsado a verificar la situación personalmente.A medida que avanzaba, pudo percibir un murmullo inusual en las sombras del bosque. Al llegar a un claro, se encontró con un grupo de lobos agitados, algunos de ellos incitando a los demás a la rebelión. La tensión en el aire era palpable.—¡Nuestro líder se ha vuelto débil! —gritaba uno de los lobos, instigando a la multitud—. ¡Es hora de un cambio!Gabriel, con su presencia majestuosa, emergió de entre los árboles. Su mirada intensa barría a través de la multitud, silenciándolos m
Sofía había sentido la presencia de Gabriel en la manada incluso antes de que alguien dijera que el alfa estaba de regreso. Por eso, luego de la horrorosa conversación que había tenido con Alessandra, no había dudado un solo segundo en tratar de averiguar si su instinto estaba en lo cierto.Con cautela salió de la habitación aprovechando que Sven se había movido de su lugar y caminó directo a donde su cuerpo le gritaba que Gabriel se encontraba, era como si hubiese una cuerda entre ambos que la fuera guiando hasta donde el alfa estaba.Sin embargo, a medida que se iba acercando un mal presentimiento se instalaba en su pecho al ver como el lugar se iba convirtiendo en paredes corroídas y el olor a sangre y podredumbre se apoderaban de todo el lugar, entonces lo gritos llegaron hasta sus oídos y se quedó totalmente paralizada cuando finalmente lo vio.Gabriel se encontraba dentro de lo que parecía ser un calabozo y había un hombre sucio adentro del lugar, el tipo estaba gritando con fue
Los besos de Gabriel se sentían como brasas ardientes recorriendo cada centímetro de su cuerpo y por un instante todo lo ocurrido en la morgue, en el sótano, la discusión con Alessandra, todo, quedó en segundo plano para ella. Su mente parecía que no podía pensar en nada más que no fuera él. En la forma en que sus manos se sentían sobre ella, en la manera en que esos labios se amoldaban sobre los suyos y como su cuerpo parecía estar gritandole por más. Sin embargo, eso no evitó que su lado racional saliera a relucir en el momento en que dijo: —Estamos al aire libre… Alguien puede vernos. El gruñido que salió de Gabriel reverberó en su pecho y lejos de asustarla, lo que hizo fue despertar aún más el deseo que estaba sintiendo en esos momentos. —Nadie va a interrumpirnos, fierecilla. Pero si lo que quieres es privacidad, entonces solo necesito dos minutos. Antes de que ella pudiera preguntar a qué se estaba refiriendo, sintió como las manos de Gabriel bajaron a sus muslos, segundos
Algo había pasado. Sofía no sabía que era, pero no tenía duda que algo había pasado con Gabriel, pues desde hace ya una semana estaba de más mal genio y paranoico que nunca. Aunque con ella seguía mostrándose protector y apasionado, ella podía sentir que algo no iba bien.Esa mañana salió de la mansión decidida a pedirle al alfa que le dijera que estaba pasando, pero en su lugar se encontró con el rostro sonriente de Sven que la estaba esperando en la entrada, solo eso fue necesario para que ella supiera que Gabriel debía estar atendiendo algo en lo que ella no podía estar.Sin embargo, no podía negar que la compañía del rubio le resultaba agradable, incluso en los casi tres meses que llevaba en la manada, debía admitir que lo consideraba ya un amigo. Era la única persona aparte de Gabriel y Azaleia, cuando iba de pasada, con la que podía hablar libremente sin sentirse juzgada.Pues ni siquiera con el beta y mejor amigo de Gabriel se sentía tan a gusto como con él.— Bueno, hoy seremo
Gabriel no podía creer lo que estaba viendo. Él sabía que su madre no se daría por vencida con el tema, pero nunca se imaginó que actuaría con tanta rapidez. A su lado podía sentir el cuerpo tenso de Blake a la espera de que él le diera la primera orden, pero lo cierto era que no sabía qué hacer para no alertar a los recién llegados de que ya tenía una compañera, sin embargo había una sola cosa que sabía que no podía esperar.—Llama a la bruja, Blake. Necesito que haga algunos hechizos para mi lo antes posible y dile a Sven que mantenga a Sofía en su habitación, los recién llegados no deben verla.Nada más decir aquello Blake desapareció de su vista justo cuando su madre comenzaba a caminar hacia él con una sonrisa de suficiencia marcada en el rostro.—Hijo, ¿No vas a saludar a nuestros invitados?El gruñido que salió del interior de su garganta era un indició muy claro de lo que pensaba en esos momentos de la maldita visita que había llevado su madre.—Tus invitados, madre— le dijo,
Su madre no había llegado a hablar con él y decir que estaba con el genio como mil demonios era poco. Todo se le estaba complicando más de lo debido por cosas que no deberían estar pasando y sabía que parte de eso era por culpa de él.Sin embargo, no tenía tiempo para arrepentimientos, debía hablar con la fierecilla lo antes posible, antes de que la bruja llegara y su madre terminara de joderlo todo.Al llegar al pasillo de la habitación donde se encontraba Sofía todo su cuerpo se tensó al sentir el aroma de su omega y no verlo fuera de la habitación custodiando, lo que significaba que debía estar dentro con ella.Él se había dado cuenta que la fierecilla se había vuelto, de cierta manera, cercana a Sven y por más que quería que eso no le molestara, no podía evitarlo y fue justo por eso que con su bestia interna rugiendo con fuerza en su interior abrió la puerta y de inmediato todo se volvió rojo al ver a ambos sentados en la cama.—¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ!?El aroma a furia i