La tranquilidad que siento al salir del bosque desaparece de inmediato cuando veo que en la carretera, justo fuera del bosque, hay varios coches aparcados con personas fuera, todos mirando en mi dirección… Como si me estuvieran esperando.

Por sus atuendos comprendo que son cazadores, vestidos con chaquetas de cuero negro, y armas en sus manos, los reconozco casi sin verlos. Asustada y queriendo salvar mi vida, pienso en encontrar un espacio a donde correr, pero no encuentro ninguno. Ellos están frente a mí, y detrás en el bosque los lobos están cada vez más cerca, estoy perdida…

—Vaya, ¿Pero que tenemos aquí? Parece una pequeña loba perdida… —asustada reconozco esa voz que se me hace tan familiar, y al levantar la mirada lo veo.

Siempre reluciente, con su cabello rizado y rubio, y ese aspecto cuidado, parece un príncipe de cuentos de hadas si lo ves por primera vez, antes de darte cuenta de que es un horrible y asqueroso monstruo. Es ese maldito chico del supermercado otra vez, Leon…