Susan llegó esa tarde mucho antes que Daniel. Deanna le contó de su vuelta al teatro, a los ensayos. Estaba preocupada por como él reaccionaría cuando conociera de los detalles del problema de Ethan en la escuela. Susan la oía y la observaba en silencio.- Deanna… Lamento tanto lo que ocurre con Emma - Dijo de pronto.- Sé que no he estado tan presente para ayudarlos, lo siento… -- ¿De qué hablas, Susan? Nada ocurre con Emma -- Me enteré que Leonard habló con mamá en el club… Te juro que no sabíamos que las cosas estaban tan mal -- Leonard es un exagerado, solo provoca más problemas - Suspiró.- Pero tiene razón… -- Daniel dijo lo mismo… Pero no puedo solo darle la espalda a la niña -- Promete que me llamarás cuando no puedas cuidarla, cuando ensayes o tengas cosas que hacer. Vendré por ella… No sé en qué está pensando Harry… -- No te preocupes, Susan, sé que lo solucionará -Ethan estaba esperándolo en la sala, no iba a esconderse de la reprimenda. Si, había hecho mal, muy mal
Cuando Camila la llamó para pedirle que vaya a su casa porque Charles quería hablar con ella, Laura se desesperó ¿Que quería? ¿Lo sabían? Bueno, si sabían lo de Harry y su amante podría ponerlos de su lado; quizá hasta la ayudasen a obligar a su esposo a dejarla. Subió a Emma al coche y salió; la niña funcionaría de escudo o lograría llamar a la pena de sus abuelos, las dos cosas le servían. - ¡Laura! ¡Emma! - La niña corrió a los brazos de su abuela; a pesar de sus “viajes” continuos y de todas las manos que la sostenían en el día al día, ella era una pequeña llena de energía, siempre sonreía, siempre corría y buscaba treparse a los muebles. El amor que no recibía de su madre lo obtenía de todos ellos. - Hola Camila ¿cómo estás? - Viéndola, parecía la Laura de toda la vida, la de la Universidad. - Lo lamento querida, pero Charles quiere hablar contigo… Tuve una conversación desagradable con Leonard Reed ¡Todo por la esposa de Daniel! Pero no te preocupes, te apoyaré, no importa
A pesar de que había puesto a sus suegros de su lado y que sabía que lo obligarían a dejarla, Laura no se quedó tranquila. Los límites se le estaban desdibujando. Se había distraído tanto acosando a esa mujer que se olvidó por completo de Deanna y Leonard. Si hablaban la pondrían en un rincón, si Charles se enteraba movería cielo y tierra. No le darían la niña a Harry, pero si a ellos; era lo mismo. Podía ir en contra de Harry, pero no de Crusher padre.Las amenazas a esa mujer se incrementaron, se volvieron más violentas, más agresivas. No solo la llamaba, a veces la esperaba cerca de su trabajo para gritarle en la calle. A diferencia de Harry y para su desgracia, ella si se había enamorado; tanto que soportaba todo sin decir nada, solo agachando la cabeza. Muchas veces había intentado cortar la relación con él; pasaron épocas largas distanciados, ella se negaba a verlo a contestarle las llamadas.Y entonces Harry comenzaba a beber, a perderse de nuevo en las cantinas; se autodestruí
- ¿Que quería esa víbora? Tiene agallas para venir hasta aquí-Laura salió huyendo del camerino, no esperaba que Leonard apareciera.- Solo reclamar por tus acciones con Camila… -- ¡Ajá! Parece que tu suegra escuchó… Bien, bien… Con suerte tomará cartas en el asunto y se podrán resolver las cosas. Pasó demasiado haciéndose la desentendida -- No lo sé, Leonard…- Deanna no se veía como siempre.- ¿Qué te pasa, nena? ¡Te dijo algo! -- Nada… me duele la cabeza - Y se masajeó la frente.- Estas estresada, Deanna… ¿Quieres tomarte unos días? Puedo hablar con Sacha, llamarlo… Quédate en tu casa -- No, no… Estaré bien -Lo miró con atención por primera vez desde que entró; todo arreglado, un traje nuevo, peinado con cuidado, perfumado y se olvidó de Laura y sus amenazas.- ¿A dónde vas? - Le preguntó inquisidora.- ¿Eh? -- Vaaamos… Estas todo arreglado y te perfumaste… Y ese traje no te lo había visto ¿es nuevo? - A medida que se lo decía se incorporaba más.La curiosidad le picaba demas
Lo que lo estaba volviendo loco, o mejor dicho, quien lo estaba volviendo loco estaba sentada frente a él. Un pequeño café, apartado, medio escondido y discreto. Los ojos verdes de nuevo llorosos y la voz quebrada. - No puedes hacer eso… - Le dijo Daniel. - No me queda otra cosa - - Pero… - - No viviré escondiéndome por siempre. Sé que no debí hacerlo, sé que me equivoqué, pero ya no lo soporto… Ahora menos que nunca- - Irte no lo solucionará nada… Por favor… - Lo miró con tristeza, pero estaba decidida. - Volveré con mis padres, conseguiré otro empleo; sé que puedo hacer esto sola - - ¿Qué sucedió? ¿Qué cambió? - - Todo cambió… Me iré en una semana - - Te estas apresurando, déjame resolverlo - - No puedes resolverlo ¿Vas a decírselo? - Daniel se recostó en el respaldo, sentía que su alma se le estaba escapando por los pies. - No… - - Lo lamento… Pero no puedo seguir viviendo así, escondiéndome. No criaré a este niño de esa manera… No es responsable de nada, no merece es
- ¡¿A dónde lo llevaron?! - Le preguntó mientras se levantaba de la cama a toda velocidad. - Al Hospital Hudson, espérame… - Respondió Leonard. Pero Deanna no lo esperó; salió corriendo, en pantuflas, tomando el sobretodo que Daniel había dejado en una silla y las llaves del auto. - ¡Deanna! ¡Nena! - No lo oía, el teléfono quedó dentro de uno de los bolsillos; pero Leonard si pudo escuchar como el motor del coche se encendía. - ¡Carajo! - Salió a una avenida para tomar un taxi. Él estaba más cerca, llegaría primero. Más le valía no morirse ¡Desgraciado! Dos segundos más y se hubiese podido sacar todas esas ganas acumuladas que tenía de darle una paliza. Y para colmo Deanna había salido desesperada, disparada, no le dio tiempo a explicarle nada. “¡Cómo si se lo mereciera el muy infeliz! ¡No se merece nada de ella!”, dijo en voz alta, el conductor solo lo observó por el espejo. Deanna conducía apurada ¿Qué había sucedido? ¡Dios! ¡Por favor que esté bien! Terminó por cruzarse dos
Leonard volvió con una muda de ropa para su hija. Ella le entregó lo que llevaba puesto y le pidió que por favor se vaya a dormir, que cualquier cosa que ocurriese lo llamaría. Daniel no se había despertado, al parecer iba a dormir por todas esas horas que se había desvelado trabajando.- Gracias por cuidarnos… -- A él no lo cuido… - Le dijo con un gesto de fastidio.- Si lo haces -Le dio un beso en la mejilla y se fue. Iba saliendo por la entrada cuando sintió que algo le golpeaba apenas la rodilla, llevaba el sobretodo de Daniel doblado en un brazo. Metió la mano y se encontró con el teléfono de Deanna. “Así no va a poder llamarme”, pensó. Pero había algo más además del aparato, un papel.¿Sería de su hija también? Lo abrió, estaba doblado por la mitad. Los primeros segundos no entendió lo que veía, pero pronto se dio cuenta. Eso era… ¿un bebé? ¡¿Deanna estaba embarazada?! Sintió el corazón acelerándose, regresó corriendo al ascensor. ¡Estaba embarazada! ¡Dios! ¡Iba a ser abuelo!
Cuando Leonard terminó de leer de la carpeta que su asistente le había entregado por la tarde, se estiró sobre el sillón, cerró los ojos y suspiró. La mujer en cuestión no tenía mucho para contar, pero si una relación directa con Crusher.Daniel ya estaba de vuelta en casa. El susto había pasado.- Me tomaré un descanso de los ensayos, me quedaré contigo… -- No, claro que no, estoy bien -- ¿Y cómo sé que no volverás de nuevo a trabajar como un desquiciado? -- ¿No confías en mí? - Le dijo fingiendo indignación.- Déjame pensar… ¡No! -Solos, en la intimidad de su habitación, con la casa en silencio, volvían a ser ellos mismos. Abrazados en la cama, conversando y sintiendo el calor del otro. Ahí era cuando podían relajarse y dejar fuera todas las preocupaciones.- Me dio mucho miedo, Daniel… -- Lo sé, lo lamento - Se disculpó apretando un poco más su cintura.- Tómate unos días -- Esa es la idea, dejaré que Harry se ocupe por unas semanas -- ¿En verdad? -- Quiero quedarme contigo,