—Así que esta es tu respuesta, eh, esposa mía. Por un momento tuve esperanza.Easen palpó la cama a su lado, encontrándose fría al tacto. Fría y sola.—¡Ojos de perra! ¿Estás adentro? ¿Estás vestido? Voy a pasar.Ni siquiera respondió, ya que vestido o no, respuesta o no, Dyson entraría de todas maneras. Se levantó lentamente de la cama y mientras se ponía los zapatos, Dyson metió medio cuerpo a la habitación. Se veía ridículo con un trillizo en brazos mientras sujetaba la mamadera en su pequeño rostro.—Escuché a alguien irse por la puerta de enfrente. ¿Qué pasó?Observó como Easen sin prisas terminó de abrocharse los zapatos para luego arreglar su ropa y cabello.—¿Ojos de perra? ¿Qué está…-?—una idea vino rápidamente a su mente que un espasmo lo recorrió. Le dejó el bebé en los brazos de su padre—. ¿Ella se ha vuelto a ir? Vigila a los sextillizos, iré a traerla de vuelta, seguramente no se fue muy lejos ya que…-—No, está bien.—¿Qué?—Dyson miró por sobre su hombro a su mejor amig
Ambos padres están totalmente exhaustos, las trillizas comen mucho, los trillizos aún más. Entre darles de comer a dos pechos a un par por hora a Kathy no le da tiempo de dormir y a Easen tampoco ya que debe darle las mamilas y sacarles los gases como también cambiarles el pañal. Hacer eso para ambos fue una odisea, la pelirroja ya tenía práctica, su esposo era un tema completamente diferente. Si unos bebés dormían satisfechos con el estómago lleno otros se despiertan con hambre y para cuando éstos se acostaban llenos los siguientes despertaban y así sucesivamente, el ciclo sin fin, sin descanso para los adultos.La única hora que parecían dormir los sextillizos era en la mañana, justo al salir el sol, al menos por una hora y treinta minutos quedaban quietos y tranquilos con una paz que Easen no creía volver a extrañar tanto en su vida.Los seis, en una fila en medio de la habitación, para Kathy era muy difícil de creer aún, que Easen se le haya confesado de esa manera y que quiera cr
—Aún así quiero que sepas que lo siento mucho.—Dyson, solo cierra la maldita boca por un segundo y escúchame, hombre. Dyson sonrió de medio lado, al escuchar el temperamento recuperado de su mejor amigo humano, así que acomodó su largo cabello a un lado, acarició su preciada alma hecha pendiente en su oreja y prestó atención.—Realmente, cuando descubrí que ella estuvo todo el tiempo contigo, estaba más aliviado que molesto. De una manera u otra ella pudo haber escapado—soltó un suspiro—. Pero saber que ella estaba contigo es mil veces mejor que ella hubiera estado con alguien a quien no conozco y poderle hacer cualquier cosa.—Easen…—Tal vez lo que Kathy más necesitaba era tiempo para organizar sus pensamientos.—Pero…—¿Debería decir algo más?—. Sí, tal vez era eso.—De todas maneras todo fue mi culpa. Dyson, has sido leal hacia mi tanto que me acostumbré y comencé a pensar que era natural que tú me ayudaras con esto y con lo otro sin pensar en ti ni un solo minuto. Esa fue la cau
—Mamá, papá, ella es Kathy Mherp, una artista bastante talentosa y ahora en crecimiento cada vez más, mi esposa y a la vez madre de mi descendencia…—¡QUÉ!—La madre se puso de pie tambaleante—. ¡No juegues de esa manera con la salud de tu madre! ¡No es divertido señorito!—Nos conocimos hace casi un año y nos casamos también más o menos por ahí…—ignora el comentario claramente exagerado de la matriarca—. Espero que la respeten como lo hacen conmigo por que…-El mayordomo aparece por la puerta trasera, trayendo a la carriola lentamente y con el sonido de bebés llorando. Todas las miradas clavadas en la carriola y en ellos como en un partido de ping pong. Kathy y Easen enderezan la espalda, inmediatamente.—Lo lamento, los bebés comenzaron a llorar así que no tuve más remedio que traerlos junto a sus padres. Disculpen la interrupción de la reunión.Todo el mundo queda con la boca abierta y los ojos prácticamente fuera de sus cuencas. Ambos padres se apresuran a atender a sus hijos ante
—Primo…Easen—la prima estaba completamente alucinada—. Whoa—vio como todos a su alrededor seguían con la mandíbula hasta el piso—. ¿Pueden decir algo?La madre carraspeó para llamar la atención y se puso de pie. Había estado cuidando de su marido que se desmayó en cuanto su hijo hizo semejante declaración.—Dije que eras libre de hacer lo que quisieras, pero has ido demasiado lejos. Easen apretó con fuerza la mandíbula.—No vine aquí por tu aprobación. Solo he venido a decirles lo que está pasando. Son mis padres así que es mi forma de respeto.—¡Tú!—el padre reaccionó, de nuevo—. ¡Sobre mi cadáver!—Ya estamos casados.—¡Yo no te he criado así!Easen rodó los ojos.—Dejen de exagerar, todos. Un verdadero drama king.—Sí, papá—Argo asintió—. Estoy de acuerdo con él.—¡Tú, mocoso malcriado! ¡No lo defiendas!Almer se metió a la conversación.—Papá, es el orden natural de las cosas, no es para tanto.—¿Qué? ¿Ahora lo están defendiendo?Mientras tanto Kathy sentía náuseas, el dolor abdo
Kathy saltó, asustada, haciendo que el lápiz que traía en la mano, saliera volando, rodando hasta tocar el zapato de la prima, quién reflejaba en su rostro entre la sorpresa y la irritación.—Te pregunté qué estás haciendo aquí.—Eh, oh…—al darse cuenta de la situación se pone de pie, rápidamente—. ¡Lo siento mucho!Maldición. Lo hizo de nuevo.La prima entrecierra los ojos, recoge el lápiz y se acerca a la mesa. Sube ambas cejas al ver la letra desordenada pero entendible en el cuaderno. ¿Está traduciendo eso? —¿Tú? ¿Pudiste traducir ese libro?Lee la traducción y se sorprende gratamente. Había comprado ese libro años atrás, cuando quiso estudiar literatura antigua en la universidad, sin embargo al poco tiempo se dio cuenta de que no iba a ir a ningún lado si no estudiaba a la vez lenguas desaparecidas o muertas. Que chiste.Ni siquiera puede aprenderse unas cuantas palabras en inglés. ¿Cómo podría aprenderse lenguas que nadie más habla? Tuvo que guardar ese libro entre los otros, c
Kathy jadeó en cuanto sus piernas dejaron de correr por sí mismas. Parecía estar en un sueño ya que llegó hasta un lugar amplio, lleno de vegetación y con un lago que a un lado caía la cascada de forma suave y calmada.—¿Esta chingada casa tiene un lago?—no podía creer de verdad lo que estaba viendo, era lo único que faltaba para que esa familia y locura sea completa—. ¿Qué estoy haciendo aquí?Se estremeció cuando el ruido de la cascada la sacó de sus pensamientos.—Aquí, sola…Easen suspiró con fuerza, evitando hacer algún ruido que alertara a su esposa de su presencia. La habría agarrado antes si no fuera por sus hijos que lo retrasaban, para poder llegar a ella en silencio tuvo que dejarlos unos metros atrás, en dónde dormían pacíficamente por el paseo rápido que tuvieron. Son los bebés mejores portados de todo el mundo y la existencia.¿Qué estuvo mal? ¿A este punto de la existencia no era normal darse besos? ¿No eran esposos ya? ¿Por qué salió corriendo de repente entonces?¿O s
—Tranquilos bebés, es papi. ¿Qué pasa? ¿Por qué no quieren que se acerque a nosotros?Los bebés parecían escucharla y llorar aún más fuerte.—Ustedes no son los únicos que me odian—Easen sentía la angustia hasta en los cabellos de su cabeza—. A mí tampoco me agradan…Kathy detuvo su oración con un jadeo incrédulo.—¡No seas así! ¡Son tus hijos!¿Por qué se están comportando así tan de repente? Sería absurdo decir que están así porque su papi quiso forzarla a darle besos en público, en frente de toda la familia ¿Verdad?Ellos posiblemente no podrían entender algo de esa magnitud…—¡Oh! A Kathy se le acaba de ocurrir una idea ¿Grandiosa? No lo sabe. ¿Funcionará? Tampoco lo sabe, pero no se pierde nada con intentarlo.Bajó con cuidado a sus dos bebés en sus cunas y fue a traer a su padre, quién tenía la cara pálida y asustada por el rechazo de su descendencia.Lo abrazó por la cintura, repentinamente. Easen sin saber sus planes exactamente, le devolvió el abrazo, con calidez, colocando