Él había aparecido hoy, callado y dubitativo. No pronunció palabra más que para decirme que estaba allí para mí. No me convenció con nada gracioso para hacer que montara en la moto, sólo me ayudó a hacerlo. No me sonrió como siempre lo hacía.Pero dejó un beso en mí frente y deslizó un ligero dedo por mí mejilla antes de ponerme el casco.Por su misma actitud no sabía donde estábamos. Podía sentir los árboles bailar y rosarce entre sí por el viento de la noche. A los grillos chirriar y a los perros lejanos ladrar a la luna o un ser imaginario. Pero aún sí, era un enigma el lugar ─¿No vas a decirme hoy que acomode mi cabello? ─le pregunté tratando de sacarle algo. Siempre que bajaba de la moto me molestaba con que acomodara mi maraña de pelo, que parecía un León o un mono, o un gato con un poco de estética. Sin embargo, hoy sólo se había sentado a mí lado en lo que parecía una banca de un parque.─Creo que ya me acostumbré a tu maraña de pelo ─aseguró, aunque creo que escuché una son
Un viernes por la noche a la una y treinta de la madrugada estaba en la pista de baile del Bar 107 situado en el centro de San Diego.Frecuentaba cada fin de semana allí con muchos de mis compañeros de trabajo y uno de éstos era mi primo Ryan Cox, quien disfrutaba de una copa en la barra, mientras me veía bailar con una de mujer con quién coincidí en el lugar. Ryan me lanzó una pícara sonrisa permanente en su boca y un pulgar arriba. "Imbécil" susurre para mí. Cuando me cansé de ser el espectáculo de la noche atraje a la chica con quien estaba a la barra y pedí unos tragos más.-¿Te apetece una copa, mon cher? -le pregunté a la pelirroja que tenía su mano en mi pecho. Al principio, le vi las raíces negras de su cabello y mucho maquillaje para mi gusto, pero con cinco copas de whisky en el sistema empecé a apreciar las grandes tetas que ponía en mi cara. -Un Martini estará bien -respondió con una sonrisa.-¡Oye, Ralf, un Martini y una copa de Jack Daniel's para mí! -le indiqué al b
Cuando me di cuenta de lo que hacía, ya estaba orillando la Ducati en la acera y saltando de ella para ir a su encuentro. Me acerqué estando personas y con cautela dije su nombre, porque si la tocaba, se alarmaría.─Eloise... — la llamé suavemente. Por su sorprendente sentido auditivo ella se giró a mi dirección, su cara brillando de puro placer al reconocer el timbre de mi voz. Esto hizo algo en mí.─Daniel ─contestó apenas en un susurro emocionado─. ¿Qué haces aquí? ─preguntó.Estaba con alguien más, Elie.─Eso no importa. Quiero saber que haces tú aquí sola, fuera de un club nocturno en medio de la noche. Pueden hacerte daño, Elie ─advertí mientras me acercaba a ella y tocaba su hombro para que supiera donde estaba. ─No soy una niña, Daniel ─bromeó conmigo, con una pequeña sonrisa en sus labios. De nuevo tenía su mirada en mí cabello junto a esa sonrisa, y de nuevo mi muro contra ella se deshacía de un bloque más. Me sentí en el lugar correcto cuando ella tomó mí mano de su homb
Cerré mis ojos y pasé mis manos por mi largo cabello. Estaba parada en la mitad de mi habitación con unas botas altas hasta la rodilla, unos jeans, y una blusa suelta de tiros.Había sido un poco engorroso buscar la ropa que me pondría. No es como si fuera a llamar a mi madre para que viniera a buscarme un atuendo adecuado para la noche. En realidad, no sabía si había escuchado algo de lo que le dije a Daniel ayer mientras ella hervía en rabia. No sabía si vendría a verificarme para ver si todavía me encontraba en la cama como la chica buena que quería que fuera.Y no era como si me importara ahora si ella se levantaba ésta noche para no encontrarme. Podría estar pasándola bien todas las noches que estaba con él, pero siempre había una parte de mí que se preocupaba por encontrarla en el umbral de la puerta, con su tono severo de réplica, sólo esperando ahí por mí para volverme a encerrar en su cajita de cristal. Pero hoy no, estos últimos días sin Daniel por las noches me hicieron d
Dedicado a cada una de las personas que guardan un momento de su tiempo para pasarse por esta historia💕Jolly Rancher, Afterburner, Passed Out Naked on the Bathroom, Flaming Lemon Drop.Daniel los nombraba cada vez que me posaba uno en la mano. Él mencionó que los shots eran llamados así porque eran muy fuertes y se sentían como un balazo en tu pecho. Podía decir eso de los tres primeros. Pero después cada uno de ellos rodaba por mi garganta como si trata de agua y cada uno de ellos hacían desaparecer un poco más mis riendas. Me dijo también que podían ser peligrosos si te pasabas de la raya, yo le respondí risueña que para eso lo tenía a él. Rió junto conmigo. Después de un rato disfrutaba un poco más el ambiente; mi cabeza se meneaba al ritmo de la música, y mi lengua era mucho más pesada para hablar. No sé cuál fue el momento pero Daniel me llevó de su mano hacía la pista. Lo escuché reírse cuando nos detuvimos, rodeé mis brazos alrededor de su cuello y bailé para él con una sonr
Abrí mis ojos y recibí la negrura nuevamente, boca arriba, en lo que parecía un lugar caliente y cómodo. Mi cama.Como un rayo, los recuerdos de la noche anterior pasaron por mi cabeza; sonidos, personas, alcohol y música. Piel contra piel, manos unidas, sentimientos revelados y alientos que se unían para llegar a nada. Con un suspiro de arrepentimiento giré mi cuerpo de lado abrazando mi almohada.Había tratado de besar a Daniel y él me había apartado.Cerré mis parpados con fuerzas para apartar el remordimiento y presión en mi pecho. Estaba consciente en ese momento de todo lo que salía de mi boca. El inconveniente fue que mi subconsciente no logró razón para callarme o detenerme. El alcohol había resquebrajado esa habilidad y simplemente había hecho lo que en ese momento se sentía perfecto; tomar sus manos, sentir sus facciones... sus labios y ese suave cabello.Tenía mis dos manos en su rostro, su aliento enfrentaba el mío, sus labios se sentían a un centímetro de distancia. Era c
A medida que él bajaba la velocidad, el alivio que sentí por escucharlo llegar desaparecía, y daba espacio al entumecimiento. El balde de agua fría cayó de nuevo en mi cabeza al recordar la noche pasada. Todo lo que sentía ahora era una tensión entre nosotros.De todas las razones por las cuales se acercó a mi casa las menos probables eran: porque me quería, o porque había cambiado de parecer y quería lo que yo le había ofrecido ayer. Cuando despejé mi mente de la discusión con mi madre, esto había tomado su lugar dentro de la neblina.Estaba agradecida que me hubiera sacado de casa, de escuchar rugir a la Ducati de nuevo, pero esto no eran esas noches de disfrute. Me dije que esto debía ser una despedida. Paseos en motocicleta, noches divertidas, chapuzones en el oceano, risas contagiosas y conversaciones interminables. Todo fue parte de una bonita y corta aventura que recordaría con una sonrisa en mis labios. Aquél hombre que me dio la confianza de ser yo misma. Quien me dijo que po
Mi madre una vez me dijo que el corazón de una mujer no se compra, ni se vende. Se gana. El de ésta mujer yo me lo había ganado.Un hermoso regalo envuelto en lo que ésta chica era. Pero era un premio que no quería si tenía incluido una mentira omitida. Una mentira que si salía a relucir maltrataría su ser ya rasgado.Prefería decirlo ahora y no tenerla, que ver una mirada de traición cruzar por su cara. En este punto ya no era egoísta. Ella se lo había ganado con una personalidad sincera y unas sonrisas que no merecía.Una sonrisa que ahora sus labios no mostraban.Levanté mi mano y acaricié con el dorso de mis nudillos su mejilla. Ella cerró sus ojos y tomó mi mano para apoyar su cara en ella. Sentí contra mí, como su pecho subía y bajaba en un ritmo lento.─Mamá es sólo muy terca, cederá. Papá ayudará ─decía suavemente mientras cerraba sus ojos. Reí sin ganas.─¿A éstas alturas aún crees que el problema es tu mamá? ─pregunté tranquilo mientras retiraba un pequeño mechón de su rostr