Me duele la cabeza, estoy como desorientado, ¿qué pasó? ¿Dónde estoy? El bip-bip que escucho, junto con esa peste molesta a desinfectante solo significan una cosa: hospital, o como mínimo, una sala de emergencias. ¿Cómo es que llegué aquí?Lentamente abro mis ojos, los noto como si cada párpado pesara una tonelada y me late la cabeza, más puntualmente en el lado de la sien izquierda. Mi brazo también está como encadenado a una de esas pesadas bolas que usaban los presos, y me cuesta casi la vida el alzarlo, mas cuando por fin lo consigo, puedo tantear que tengo una venda en la cabeza. ¿Qué diablos? Recorro mi entorno y consigo reconocer la clínica de Alfonso, lo cual me indica que algo ocurrió, solo que no alcanzo a recordar el qué. ¿Por qué estoy herido e internado? Un gemido bajo y femenino se escucha a un lado de mí y me encuentro con la corta cabellera de mi madre, la cual parece estar dormida apoyada sobre el costado de mi cama, ¿cuánto tiempo lleva ahí? Con suavidad acaricio su
Reviso las instrucciones una vez más, antes de tomar las siguientes dos piezas que necesito y atornillo para ajustar las últimas partes de la cuna. Sí, puede que parezca una locura lo que estoy haciendo, siendo que existe la posibilidad de que mi hijo ya no esté entre nosotros, sin embargo, es la única forma que he encontrado para sentirme más esperanzado. Construir los muebles para el cuarto de nuestro bebé, me ayuda a mantenerme entero y a no perder la poca esperanza que me queda de que tanto Daniela como nuestro hijo vuelvan a casa sanos y salvos. Estoy por agarrar el destornillador, cuando una mano se adelanta y lo toma para ofrecérmelo. Los ojos grises de mi cuñado me observan desde la altura.-No voy a preguntarte cómo te sientes, sería estúpido, y sabes que no despilfarro palabras.-Es verdad, por eso encajas tan bien con mi hermana. Jamás había encontrado a un hombre que hablara tan poco como tú. -Bueno, nunca fui muy bueno expresándome con palabras, así que, ¿no dice el dic
-¿La verdad? Arrepintiéndome de haber intentado ayudarte.-¿De qué demonios estás hablando? ¿Cómo que ayudarme? ¿Tú?-Aunque no lo creas… Entonces miro sus tobillos y entiendo que ella no está aquí porque quiere, sino que se encuentra en la misma posición que yo: sus tobillos están con grilletes, se la ve cansada y lastimada y no parece que haya podido arreglarse como le gusta en, mínimo, un par de días, lo que me dice que he pasado mucho tiempo inconsciente sin saberlo. -Aún si te quedas callada, sé lo que estás pensando, pero no miento. La verdad es que, la última vez que nos vimos, entre tus palabras y lo que sucedió luego con la cajera, me hizo pensar, darme cuenta de lo mal que estaba y… era todo mi culpa. -¿Quieres que te crea eso?-Es tu problema si no me crees, pero la verdad es que, cuando todo pasó, intentaba ayudarte. -Tendrás que disculparme si me resulta difícil de creer. -No puedo culparte, luego de cómo me he comportado, sería casi un milagro que me creyeras de una
-Esto tiene que ser una broma…-Eso quisieras, querida hija, pero no. Realmente estoy aquí y, la verdad, me alegra verte. -Sí claro, y yo como vidrio, ¿me ves cara de idiota? Si estás aquí e hiciste que me trajeran, es porque eres peor de lo que pensé y me imagino lo que quieres.-¿Ah sí? ¿Qué podría ser?-Venganza.-¿En serio? Podría solo estar buscando que me devuelvan el dinero que me hicieron perder…-No, no quieres un rescate, eres avaricioso y amas el dinero prácticamente más que a nada, eso me quedó claro hace mucho tiempo, sin embargo, también sé que, si hay algo que disfrutas más, es cobrarte las cuentas pendientes. Te vi destrozar a competidores por el simple hecho de no mostrarte el respeto que creías que merecías y por intentar superarte… Esto es mucho peor porque soy tu hija y expuse la basura que eres al mundo, además de arruinar tus tratos con ese viejo desgraciado. -Bueno, parece que no eres tan estúpida como creí en un principio. Siempre tan buena y sumisa… si hubie
Alzo la roca en mi mano y observo la punta que he estado formando en ella, afilándola contra el suelo. Gracias a que éste es de cemento pelado, me ha permitido usarlo como superficie de gastado. En cuanto encontré una roca lo bastante grande como para poder gastarla y que no se rompiera en el proceso, me puse manos a la obra, aunque tuve que detenerme en más de una ocasión para que no me descubrieran. Fue una buena idea que lo haya hecho en una zona que quedaba bajo el patético y triste intento de colchón sobre el que me encuentro, porque eso evitó que alguno de los tipos que venían (ya fuera a darnos de comer o para llevarnos al baño), notaran o tuvieran siquiera una sospecha de lo que planeaba. Creo que ya es suficiente, puede que no sea un cuchillo, mas estoy segura de que cumplirá su propósito, y con eso en mente, la escondo entre las telas de mi vestido para tenerla al alcance y me reacomodo contra el muro una vez más para esperar a la siguiente “visita”, que si no calculo mal,
El bip-bip que suena de fondo, junto con el sonido de las máquinas que mantienen a Daniela estable. Tuvimos mucha suerte, a decir verdad, porque, aunque la lesión que sufrió fue complicada y pudo haber sido mortal si hubiéramos tardado más, los médicos consiguieron salvarla y sin mayores dificultades o complicaciones postoperatorias. La sedación en la que se encuentra ahora es mínima, solo para que pase las siguientes horas dormida para que no se sobre exija y le permita a la herida recuperarse un poco mejor, y para que permanezca tranquila y sin alteraciones que puedan traerle problemas y/o dolor innecesario.Cuando la vi ahí, en el suelo, tirada y con la sangre saliendo de su boca… Sentí que me moría ahí mismo…Diez horas antes…Con el equipo nos metemos de una vez por la entrada principal y, aunque a mí me dejan varios pasos por detrás, consigo ver que, a medida que avanzamos por los pasillos, poco a poco nuestro número disminuye, evidentemente por la necesidad de encargarse de alg
Mi garganta duele, arde, necesito agua… ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?Estoy entumecida, siento como si cada célula de mí pesara una tonelada, ¿qué es lo que ocurre conmigo? Intento hacer memoria, recordar qué fue lo último que vi o viví antes de perder la conciencia… ¿no había muerto? La obscuridad me absorbió, recuerdo el sabor de la sangre inundando a raudales mi boca, el aire dificultando su llega a mis pulmones, como intentar respirar con un algodón taponando el interior de esas bolsas…Mi bebé, ¿también estará muerto o ambos estaremos vivos? Si estuviera realmente muerta, me sentiría mucho más ligera, ¿no?Poco a poco, el entorno que me rodea empieza a alcanzarme: el olor a desinfectante, el constante bip-bip que, imagino, viene de un monitor cardíaco… ¿estoy en el hospital? ¿Cómo llegué aquí? ¿Pudieron encontrarnos?Entonces recuerdo la roca afilada, la razón de haber sido golpeada en el abdomen, mi padre apuñalado y sangrando debido a esa simple roca… ¿seguirá con vida?La claridad
-¿Se los dijo el médico?-No, fue Filip cuando despertó de la anestesia, pero no porque quisiera, se le escapó. Sin embargo, eso no es lo importante. ¿Por qué no nos dijeron?La mirada de mi cuñada y mi suegra son tan penetrantes como un láser sobre mi persona y, como ya se destapó el pastel, supongo que no tiene sentido continuar con la mentira. -La verdad es que… mi embarazo es de riesgo. Sufro de hipertensión, me la detectaron hace poco, y resulta que puede ser perjudicial para mi bebé, puede tener graves consecuencias si no me cuido como corresponde, así que estábamos esperando a que se cumpliera el primer trimestre antes de decir nada. Ambas se miran y luego de unos pocos segundos, sonríen entre sí, inclinándose para abrazarme con fuerza. -¡Cuidado! Todavía estoy adolorida.-Lo siento querida, pero es que estamos tan felices de que mi niño esté formando por fin su familia… -Ya era hora de que mi hermano tuviera una mujer que le pusiera los puntos y le hiciera saber lo que es